tag:blogger.com,1999:blog-48500008058654263242024-03-13T21:37:52.750-07:00ADULTEZ Y SENECTUDUnknownnoreply@blogger.comBlogger15125tag:blogger.com,1999:blog-4850000805865426324.post-6328309514815317442008-08-04T22:34:00.000-07:002008-08-04T22:38:31.030-07:00PSICOGERONTOLOGÍA<div align="justify"><span style="font-family:arial;">TEMA I: INTRODUCCIÓN<br /><br />1. Vulnerabilidad Cognitiva: rasgos q nos hacen vulnerables a la depresión o provocan trastornos psicológicos. La vulnerabilidad cognitiva estima q factores o rasgos en nuestra forma de pensar nos hacen más o menos susceptibles a la depresión.<br /><br />Según Karel las personas con mas edad son menos vulnerables a la depresión y mayor vulnerabilidad física. Las personas de edad tienden a dar respuestas extremas.<br /><br />* ! EDAD = ! V. COGNITIVA = ! V. FÍSICA<br />* 1 2 3 4 5 6 ! respuestas de test mayoría respuestas<br /><br />Las personas más autoexigentes, mayor “motivación de logro”, tienen mayor nivel de vulnerabilidad cognitiva, y por tanto es mas vulnerable a la depresión: Patrón tipo A, personas con un índice de ataques al corazón grandísimo independientemente de padecer factores de riesgo, explican tanto logros como fracasos desde ellos mismos.<br /><br />El DAS mide nuestra vulnerabilidad cognitiva hacia la depresión.<br /><br />2. Estrés: demanda ambiental q se percibe como imposible de responder o como carencia de mecanismos para satisfacerla. No todos los tipos de estrés son malos. Es mayor en personas mayores q en los jóvenes. La falta de estrés puede hacer caer el rendimiento.<br /><br />* RENDIMIENTO / ESTRÉS<br /><br />R.Alto ! Estrés ! Rendimiento<br />½ Estrés !Rendimiento<br />! Estrés !Rendimiento<br />R.Bajo<br />E.Bajo E.Medio E.Alto<br /><br />En ancianos institucionalizados la religión es uno de los mecanismos más importantes d afrontamiento del estrés, aunq posiblemente no es las más eficaz; otros mecanismos son: apoyo en los demás, contar los problemas a otras personas, afrontarlos activamente y la negación de los problemas.<br /><br />Utilizamos la Escala COPE para evaluar los modelos de afrontamiento del estrés. Resultados:<br /><br />- a + tiempo de institucionalización, - se utiliza la religión<br />- a + tiempo de institucionalización, - se utiliza el afrontamiento activo<br />- a + nivel de depresión, + se utiliza la negación<br />- a +6 utilización de negación, - percepción del bienestar subjetivo<br /><br />TEMA II: MULTIDISCIPLINARIEDAD E INTERDISCIPLINARIEDAD<br /><br />1. Definición de conceptos para evitar confusiones: Ambos conceptos son indisociables, siempre van unidos, pero es imp precisar q es cada uno y conocer las diferentesicultades para llevarlos a la práctica.<br /><br />a) Multidisciplinariedad: reconocimiento de las diversas disciplinas q desde diferentes campos van a desarrollar sus teorizaciones y en consecuencia su aplicación práctica. Cada disciplina plantea un abordaje distinto de los mismos problemas.<br /><br />b) Interdisciplinariedad: Interacción de las diferenteserentes disciplinas q en det circunstancias van a ponerse en contacto para abordar un problema. No es posible sin multidisciplinariedad. Es sumamente compleja por lo diferentesícil de trabajar en grupo respetando las diferenteserencias.<br /><br />2. Al trabajar en equipos intercisciplinares hay q renunciar a:<br /><br />- Imponer nuestro criterio: esto puede desvalorizar a los profesionales con los q estamos trabajando.<br /><br />- Diluir responsabilidades: nadie quiere hacerse responsable de nada.<br /><br />- La dispersión o la reSistemaencia anti-trabajo: definir el encuadre espacio- temporal. Se observa más en hombres q en mujeres.<br /><br />Lo mejor sería nombrar un coordinador del trabajo. En equipos psiquiátricos lo ideal es q las reuniones seas una vez a la semana, de una duración de no más de hora y cuarto. La tarea grupal conSistemae en comentar casos q plantean algún problema, haciendo una reflexión y priorizando el nivel de intervención más adecuado en un momento dado.<br /><br />3. Dificultades de intervención:<br /><br />- Coordinación: priorizar el grupo y evitar la derivación hacia temas personales.<br />- Detectar rivalidades profesionales<br />- Evitar q alguien se posicione como líder<br />- Valorar a todos los miembros del equipo<br /><br />Una de las cosas q mas motivan en el trabajo en equipo es q se puede escuchar y ser escuchado, sentirse útil. Existe la problemática afectiva, ya sea personal como grupal (envidia, trepas...).<br /><br />4. Ventajas del trabajo en grupo:<br /><br />- Disminuye las consultas entre distintos profesionales<br />- Disminuye pluri-medicación<br />- Disminuye rechazo o abandono ante casos diferentesíciles<br />- Crecimiento personal y profesional<br /><br />Este aprendizaje no tiene nada q ver con q se desdibujen los roles profesionales de cada uno, ya q se mantienen las funciones propias. La educación debe basarse en el equipo para saber trabajar en equipo.<br /><br />5. Profesionales q conforman un equipo interdisciplinar en un geriátrico:<br /><br />- Trabajador social: apoyo social, soledad en personas mayores, Informesorma a la familia<br />- Médico: especializado en psicogeriatría.<br />- Enfermera: detecta problemas de autonomía, muy en contacto con los ancianos<br />- Psicólogo: modiferentesicar conductas individuales y grupales.<br />- Animador socio- cultural: capacidad para captar la madurez del grupo y dinamizarlo<br /><br />TEMA III: ENVEJECIMIENTO NORMAL<br /><br />No existen muchos estudios sobre envejecimiento normal. La mayoría de las definiciones de envejecimiento tienen un punto de vista patológico. Casi todas se engloban en dos grupos:<br /><br />- Connotación peyorativa: es hacerse viejo, deteriorarse, gastarse...<br />- Acumulación de años, sabidurías, experiencias...<br /><br />Pero uno no envejece de pronto, desde q nacemos comenzamos a envejecer.<br /><br />- Definición cronológica: aquel que tiene 65 años o más (temas legales) No todos envejecemos de la misma manera, aunque los 80/ 85 años aparece un fenómeno real de envejecimiento<br />- Definición sociológica: cuando se jubila la persona, aunq hay prejubilados<br />- Psicológica: no hay definición de vejez, no es sinónimo de declive.<br />- Sistemaémico: no se centra en la persona con su problema sino analizado como parte de un grupo, parte del Sistemaema.<br /><br />1. Etapas del ciclo vital:<br /><br />- Familia formada por pareja sin hijos<br />- Familia con hijos en edad preescolar(0- 5 años). Etapa de crianza<br />- Familia con hijos en edad escolar (6- 12 años)<br />- Familias con hijos en edad adolescente (13- 18 años)<br />- Familias con hijos en proceso de emancipación<br />- Familias con hijos fuera del hogar: Nido Vacío<br />- Parejas retiradas de más de 65 años<br /><br />2. Principales estresores del ciclo vital:<br /><br />- Tensiones intra-familiares<br />- Tensiones financieras<br />- Tensiones del trabajo y la familia<br />- Tensiones por enfermedades<br />- Tensiones conyugales<br />- Tensiones por embarazos<br /><br />3. Envejecimiento Normal: Hablar de envejecimiento no es hablar de demencia, aunque a mayor edad mayor probabilidad exista de padecerla. El envejecimiento normal se caracteriza por:<br /><br />- Cambios lentos<br />- Cambios continuos<br />- Afectan a diferenteserentes áreas y funciones cognitivas<br />- Los cambios no impiden q se funcione con normalidad<br /><br />*Inteligencia: La inteligencia se mide con test psicométricas. En las primeras investigaciones se obtuvieron resultados sorprendentes ya q a partir de los 25 años comienzan a bajar las puntuaciones, aún así las últimas realizadas señalan q es a partir de los 50 en q hay puntuaciones considerablemente más bajas. Los Test psicométricos se dividen en dos escalas: verbal y numérica. Las puntuaciones caen más rápido en la escala numérica.<br /><br />*Cerebro: se subdivide en los hemisferios izquierdo y derecho, ambos en contacto con el cuerpo calloso. En el hemisferio izquierdo se encuentran las aptitudes con aspectos lógicos, simbólicos, numéricas y verbales. En el derecho las aptitudes manipulativas: puzzles, música, ... Se deteriora más q el izq.<br /><br />*Lenguaje: Cuatro aspectos: léxico, fonológico, sintáctico y semántico. En conjunto los cuatro mantienen bien preservadas sus funciones, pero en el aspecto semántico descubrimos q a partir de los 80 años las personas tienen más problemas para evocar palabras.<br /><br />*Memoria: en el envejecimiento normal la queja es más subj q objetiva. La más<br /><br />frecuente es q se está perdiendo la memoria. Algunos aspectos de la memoria se debilitan más q otros, incluso alguno mejora como la memoria a largo plazo (MLP).<br /><br />La memoria es el proceso cognitivo q permite almacenar datos, experiencias y sensaciones para su recuerdo y uso posterior. Se desglosa en almacenes especializados:<br /><br />.-memoria sensorial o registro sensorial: la Informes llega por una vía sensorial (oídos, ojos, tacto...) y sólo si es atendida pasa al segundo almacén, en caso contrario se pierde. Encontramos Memoria icónica(visual), que se deteriora con el tiempo, y memoria ecoica (sonido).<br /><br />.-memoria a corto plazo o de trabajo: es limitada, la reactivamos constantemente. La persona mayor es más lenta que la joven en la reproducción pero responde con menos errores.<br /><br />.-memoria a largo plazo: capacidad ilimitada, guarda Informes de hechos recientes o cosas q pasaron en el pasado. La retención de la Informes remota está muy bien preservado. El problema esta en las estrategias para memorizar.<br /><br />Estos tres almacenes son independientes pero están interrelacionados unos con otros. No se puede decir q la MLP está bien preservada pq las personas mayores prestan mayor atención al pasado. En el envejecimiento normal no observamos problemas de memoria sino q existen diferentesicultades para codiferentesicar la Informes, organizar el material, y estrategias de recuerdos. La variabilidad en los déficits es enorme puesto q existen muchas diferenteserencias entre las capacidades de unos y otros. Hay déficits q achacamos a la edad y q tienen q ver más con otros factores tipo depresión, soledad... Según estudios, las personas con mayor escolarización tienen mayor nivel de vida y con una actividad diaria con menor déficit neuropsicológico.<br /><br />TEMA IV: ENVEJECIMIENTO PATOLÓGICO I: DEMENCIAS<br /><br />En las demencias hay q considerar el entorno urbano y el entorno rural. El tipo de personalidad del cuidador Informesluirá en el grado de ansiedad de cara a afrontar el cuidado de un anciano demente:<br /><br />-Individuo. Reflexivo: (maduros) hacen una evaluación del problema, pros, contras...<br />-Individuo. No Reflexivo: (Inmaduros) en caso de disponer de medios econ delegan el cuidado sin evaluación previa.<br />-Intermedios: media de la población, Guardan un mayor nivel de ansiedad ante el cuidado de los mayores demente pq se encuentran en conflicto interno.<br /><br />1. Demencia y deterioro cognitivo:<br /><br />*Deterioro clínico: síndrome (conj de síntomas) q puede aparecer en cualquier persona, sobre todo a partir de cierta edad, y q algunos casos puede conducir a la demencia aunque no todas las personas con deterioro acaban siendo dementes.<br /><br />Los síntomas son: olvidos frecuentes, alteraciones del estado emocional, problemas de concentración, la alerta mental se reduce.<br /><br />El Test q usamos para identificar si existe deterioro nulo, leve, moderado o grave es el SPMSQ.<br /><br />*Pseudo demencia: en evaluación el anciano se comporta como un demente pero realmente el cerebro del anciano no tiene problemas, en realidad estamos ante una depresión.<br /><br />*Demencia: síndrome multifactorial adquirido, sin alteración de la conciencia, perSistemaente, diferentesuso, severo, cursa lentamente y comienza con debilitamiento de la memoria a corto plazo. En la primera fase es consciente, se le olvidan cosas básicas, como nombres, y poco a poco todas las facultades superiores, inteligencia, memoria... incluida la personalidad.<br /><br />2.Diferenteserencia entre demencia y depresión (pseudodemencia):<br /><br />*Fecha de comienzo: es diferentesícil de precisar en la demencia mientras q en la pseudodemencia es bastante fácil.<br /><br />*Pérdida de memoria: en la demencia suele ser vaga mientras en la pseudodemencia es muy detallada.<br /><br />*Respuestas tipo “no se”: en la demencia es Informesrecuente, todo lo contrario ocurre en pseudodemencia en q encontramos muy frecuentemente estas respuestas tipo.<br /><br />*Ritmo de progresión: en la demencia es muy lenta, en la pseudodemencia muy rápida.<br /><br />*Quejas autoreferidas a su memoria: el demente intenta ocultarlo, el pseudodemente se queja constantemente.<br /><br />*Pérdida social: en el demente se produce poco a poco, mientras en el pseudodemente ocurre rápidamente.<br /><br />*Antecedentes psiquiátricos: en la demencia no suelen encontrarse antecedentes, en la pseudodemencia si q suelen darse.<br /><br />*Emociones y afecto: en la demencia suelen ser muy variables, en pseudodemencia se traduce en tristeza y preocupación.<br /><br />*Esfuerzo para ejecutar tareas: el demente pone todo su interés, mientras el psudodemente suele abandonar las tareas.<br /><br />*MCP y MLP: en la demencia observamos sobre todo alteración en la MLP, en la pseudodemenecia, sin embargo, se ve afectada por igual la MLP como la MCP.<br /><br />*Atención y concentración: en la demencia están muy alteradas ambas, en la psudodemencia frecuentemente no existen alteraciones.<br /><br />3. Fases de la demencia:<br /><br />*D. Leve: el deterioro de la act profesional es alto , así mismo aparece deterioro social y pérdida de autonomía.<br /><br />*D. Moderada: autonomía totalmente alterada, la persona puede llegar a representar un peligro para lo demás y para él mismo.<br /><br />*D. Grave: la persona nec control constantemente. No se le puede dejar solo.<br /><br />4. Diagnóstico clínico de demencia:<br /><br />1º- Evaluación de la memoria: el fallo en la memoria es lo primero q se detecta.<br /><br />2º- Fallo en orientación: pérdidas en orden sig:<br /><br />.-Espacial (dónde está mi casa)<br />.-Temporal (día en q estamos)<br />.-Personal (yo quién soy)<br /><br />3º- Fatigabilidad: diferentesicultad de comunicación, se cansan mucho pq les cuesta +<br /><br />4º- Lenguaje: pobre, lento, viscoso (afasia)<br /><br />5º- Falta de capacidad de juicio: lógica...<br /><br />6º- Afectividad: en la primera fase es consciente, está triste, deprimido, agresivo. A lo largo de la enfermedad son personas muy apáticas.<br /><br />7º- Cambios en el ciclo arcadiano: vigilia, no regula noche y día, se vuelven más activos por la noche y menos por el día.<br /><br />8º- Prevalencia: por encima de los 90 años es altísima, y es mayor en mujeres q en hombres.<br /><br />5. Tipos de demencias (clasificaciones):<br /><br />D. Primaria: irreversible, con origen desconocido (ideopático)<br />D. Secundaria: reversible.<br />D. Cortical: afecta a la corteza cerebral (alzheimer)<br />D. Subcortical: afecta al cerebro por debajo de la corteza.<br />D. Seniles: mayores de 65 años<br />D. Preseniles: menores de 65 años<br />D. Degenerativas: afectan al tejido nervioso<br />D. Vasculares: afecta a Sistema vascular, multi-Informesarto.ç<br />D. Tratable y reversible: solución viable, desaparición de demencia<br />D. Tratable pero poco o nada reversible<br />D. No tratable e irreversible: parkinson, alzheimer, esclerosis múltiple...<br /><br />La demencia más frecuente es el alzheimer, seguida de la multi-Informesarto, las alcohólicas, los tumores cerebrales y el parkinson.<br /><br />6. Tratamiento de los cuadros demenciales:<br /><br />*T. General:<br /><br />.-Tratar complicaciones médicas<br />.-Controlar la plurimedicación<br />.-Evitar cambios de domicilio<br />.-Evitar fracturas<br />.-Corregir los defectos sensoriales<br /><br />*T. Específico:<br /><br />.-Tratamiento farmacológico<br />.-ASistemaencia a familias (Informes, entrevistas...)<br />.-ASistemaencia institucional<br /><br />TEMA V: ENVEJECIMIENTO PATOLÓGICO II: ALZHEIMER<br /><br />1. Alzheimer: El deterioro clínico es la antesala q conduce a la demencia. El alzheimer comienza con faltas en la MCP y poco a poco la atención va empeorando más. Alteración de la capacidad cognitiva y de la personalidad.<br /><br />2. Teorías que explican el Alzheimer: No se sabe el origen pq no hay datos fijos. No tiene cura.<br /><br />*T. Proteica: la codiferentesicación de una proteína está alterada de tal manera q empieza a acumularse de manera descontrolada perdiéndose las conexiones memoriales.<br /><br />*T. Informesecciosa: parece ser q hay un virus q podría afectar a la enfermedad.<br /><br />*T. Genética: no es la teoría estrella, no siempre es posible.<br /><br />*T. Tóxica: la enfermedad está derivada de la concentración de det metales en el cerebro.<br /><br />*T. Colinérgica: disfunción a nivel bioquímico en el cerebro.<br /><br />3. Aspectos psicosociales del Alzheimer: Distinguimos dos bloques:<br /><br />*Efectos del Alzheimer en profesionales: Se conoce como “Burn-Out”. Se da una probabilidad máxima en profesionales que trabajan con enfermos de Alzheimer. El primer autor q delimita el concepto es “Maslach” que declara q es el precio q hay q pagar por trabajar con los demás. Es distinto a una depresión o al estrés laboral. Suele afectar más a las personas sin pareja, a los hombres y a los más jóvenes, personas vitalistas, optimistas, perfeccionistas y coherentes. Afecta a la vida personal o familiar del profesional en cuestión.<br /><br />.- Síntomas:<br />·Agotamiento: cansancio emocional, psicológico, físico...<br />·Despersonalización: incapacidad de tratar a los usuarios como personas, de ofrecer cariño, robotización. Sobre todo en hombres.<br />·Disminución del rendimiento: menos productividad y eficacia profesional escasa.<br />.- Efectos:<br />·Absentismo: frecuentes bajas por enfermedad<br />·Desmotivación: en las reuniones pone muchas pegas, muy negativo<br />·Cambio de trabajo<br />·Propenso a accidentes<br />.- Sintomatología:<br />·Aumenta actitudes/ conductas violentas<br />·Se tiende a comer y fumar más<br />·Variaciones en estabilidad emocional, elasticidad profesional...cambios de humor frecuentes<br />·Atención selectiva: solo me fijo en los aspectos negativos, descontento aumenta las críticas.<br />- Prevención: Si la persona ya ha tenido la experiencia personal o externa, en el manejo de la ansiedad será más fácil para ella prevenirla y/o asimilarla: Los mecanismos son:<br />·Tratamiento individual.<br />·Apoyo de los compañeros: social, emocional, téconico...<br />·Entorno de trabajo<br />·Mejorar la comunicación, regular horarios a nivel de institución<br /><br />En el situación formal en q trabajamos existen entidades públicas y privadas con características muy diferente. Además de la plantilla de voluntariado.<br /><br />*Efectos del Alzheimer en la familia:<br />.- Enfoque Sistemático:<br />·El objeto de toda organización familiar es conservar la homeostasis (equilibrio)<br />·Las estrategias de afrontamiento de la familia (mitos, miedos, valores...)se transmiten a través de la misma definiendo como la familia va a enfrentarse a los problemas.<br />·Las familias rígidas son las más propensas a las diferentes patologías.<br />·Mesa de billar: Cualquier cambio en un miembro de la familia afecta a todo el grupo.<br />·Límites externos: la familia q los conserva es una familia sana<br />·Límites internos: individuación, intimidad, triángulos...<br />·Comunicación de la familia<br />·Contexto cultural: ejemplo: el cuidador principal ha de asumir un rol tradicional y cumplir las expectativas expresadas por el mismo<br />.- Estresores: Al surgir el problema en la familia, el impacto será más o menos amortiguado por:<br />·Estresores horizontales: tradiciones familiares, actuaciones no predecibles...<br />·Estresores verticales: cúmulos de secretos, mitos, actitudes... q se transmiten de generación en generación.<br />.-Tipos de familias:<br />·Según “Steele & Raider”:<br />-Sistema familiar cerrado: centrado en sus propios miembros, comunicación autoritaria.<br />-Sistema familiar abierto: más democrático, respeto<br />-Sistema familiar Azaroso: ambiguo, casi no hay comunicación, cada uno va por su lado.<br />·Según “Olson”:<br />-Variable de cohesión: vínculo emocional: comprobar el equilibrio entre individuación e identificación familiar. Tipos:<br />.Desvinculadas<br />.Separadas<br />.Conectadas (+ patológicas)<br />.Enredadas<br />-Variable de adaptabilidad: habilidad de Sistema material o familiar para cambiar su estructura de poder, roles, estilos de negociación, reglas... Manejan el poder con asertividad y no con control y disciplina. Tipos:<br />.Rígidas<br />.Estructuradas<br />.Flexibles (+ patológicas)<br />.Caóticas<br />·Según “Beavers & Hampson”:<br />-Familias óptimas: alta adaptabilidad, flexibles, respeto de los límites e individualidad. Comunicación y organización.<br />-Familias adecuadas: sin habilidad de negociación, roles estereotipados, funcionan a pesar del posible coste en soledad y dolor de algunos miembros.<br />-Familias centrípetas medias: rechazo de la ira o inconformidad. Somatización y depresión ligera, estereotipos de género muy marcados.<br />-Familias centrífugas medias: lucha por el poder en la díode marital. Poco tiempo en casa. Lección aprendida: para sobrevivir hay que manipular.<br />-Familias mixtas medias: según el momento y según que hijo se desplaza de un polo a otro. Buena imagen social. Conducta de escape aceptada como trabajo en exceso.<br />-Familia centrípeta limítrofe: uno de los miembros de la pareja es el que controla, el otro es sumiso. Alta agresividad verbal. Coaliciones Madre- hijo, padre- hija.<br /><br />Anorexias y obsesiones.<br /><br />-Familia centrífuga limítrofe: fuertes disputas conyugales, ira expresada sin control, niños en tierra de nadie, no hay apoyo, acciones imprudentes, depresión.<br /><br />-Familias centrípetas con disfunción grave: sin contacto externo. Bloqueo evolutivo. Esquizofrenias, alcoholismo.<br />-Familias centrífugas con disfunción grave: ausencias, huidas, deserciones...Agresividad manifiesta en acciones. Norma: burla y desprecio. Naturaleza antisocial.<br />.- Factores que favorecen la adaptación familiar:<br />·Proceso de individuación<br />·Proceso de absorción: personalidad de la mujer cuidadora, guía para tomar decisiones, felicidad de otros, yo sin límites...independiente, autónomo, autocontrol...<br />·Proceso de Informesormación:<br />-Percepción: sobre uno mismo y los demás, diferenteserenciar necesidades<br />-Comunicación: ajustarse requiere negociar, reestructurar roles, tareas, asuntos pendientes...<br />- Relación Padres- hijos: cuidado de los más ancianos en familias con Sistema de cuidado intergeneracional, solidaridad normativa. Inversión de roles. Preocupación: distancia de las viviendas, impacto de la demencia, personalidad del enfermo... Tareas de cuidado de los hijos hacia las madres, intensificación del patrón existente, reparto de responsabilidades, mayores recursos sociales.<br /><br />·Factores:<br />-Proximidad de la vivienda<br />-Nivel de dependencia del enfermo (AVD)<br />-Percepción del tiempo de dependencia (hasta cuando)<br />-Sentido de la responsabilidad filial (sentido de la religiosidad)<br />·Otros Factores:<br />-Estructura familiar: número y género<br />-Historia: alianzas, conflictos, secretos<br />-Vínculos extrafamiliares: cónyuges<br />-Valores<br />·Estilos de participación, Roles que asumen los hijos:<br />-Rutina: casa, estado, apoyo económico<br />-Apoyo secundario: delegado en otro<br />-Circunscrito: tareas concretas<br />-Disociativo: eludir responsabilidades<br />-Esporádicos: “hijo favorito”, rechazo hijos rutinarios<br />.- Diferencias de Género:<br />·Dedicación femenina: poco refuerzo, sólo el esperado<br />·Dedicación masculina: muy reforzado, inusual, meritorio.<br />-Roles instrumentales: mantenimiento económico (asignados al hombre, diferentes del hombre a adaptarse a nuevos roles)<br />-Roles expresivos: afectivo (asignados a la mujer los roles de cuidado de otros, profesiones de ayuda: mayoría femenina)<br /><br />Hoy en día se valora que la mujer realice roles de hombre pero no lo contrario. Según “Lebr”: las hijas solteras cuidan más de los padres que las casadas, las hijas únicas tienen diferentes para tomar solas la decisión de institucionalizar al enfermo.<br /><br />Las madres cuidadoras deben adaptarse además a las exigencias evolutivas de su miedo familiar.<br /><br />Existen diferencias entre las cuidadoras jóvenes: mayor depresión e insatisfacción, y las cuidadoras mayores: menor hedonismo y mayor estoicismo.<br /><br />Las mujeres manifiestan en general mayor nivel de estrés que el hombre, se expone más en su rol de cuidadora, se exige más. Los varones suelen delegar la responsabilidad en sus mujeres.<br /><br />El reto personal de la mujer de be ser: ser consciente del bagaje cultural interiorizado de la conducta diaria, actitudes, decisiones... Congruencia estrés y sobrecarga. Buscar la posición.<br /><br />*Aspectos psicosociales en el enfermo: Si hay un rasgo que sea característico en el enfermo de alzheimer es la ansiedad, que se manifiesta en tres fases:<br /><br />1ª Fase- Miedo: se manifiesta a nivel cognitivo (es consciente de lo que le pasa)<br /><br />2ª Fase- Inquietud: la respuesta es de tipo fisiológica (cambios metabólicos), somatiza la ansiedad, es quizás cuando se da el mayor golpe de ansiedad, no todo el mundo reacciona igual.<br /><br />3ª Fase- Inseguridad: la persona ya está en cama, pero puede aparecer agresividad y agitación motriz.<br /><br />Los signos más visibles de la ansiedad son la agitación motriz y la agresividad. Los hombres viven con más dureza la enfermedad y cuanto más joven es mayor es el grado de ansiedad, aunque Informe mucho el carácter, la inteligencia...de cada enfermo.<br /><br />.- Síntomas de angustia:<br />·Deambular, comer y hablar sin parar<br />·Meterse cosas en la boca<br />·Inquietos por la noche<br />·Autolesiones<br />·Miedo e inseguridad<br /><br />Otras respuestas que generan conflictos, tanto al enfermo como a la familia, son los trastornos de memoria, desorientación, agnosia (diferentesicultades para identificar objetos), afasia (pérdida de la capcidad de hablar), apraxia (incapacidad para hacer gestos complicados) nerviosismo, ilusiones (confunde la realidad de las cosas), alucinaciones, ideas delirantes (sospechas), paranoias, actos repetitivos, depresión, suicidio, incontinencias, insultos, quejas, apatía, malnutrición...<br /><br />.- ¿Qué hacer?: Estimular cognitivamente y afectivamente al enfermo mediante las siguientes técnicas:<br /><br />·Estimulación de la memoria: adivinanzas, canciones, refranes...<br />·Técnicas de orientación en la realidad: diariamente, recordar fechas, nombres, direcciones...<br />·Musicoterapia: recordad épocas, lugares...<br />·Reminiscencias: contar todo lo que recuerda del pasado<br />·Refuerzo posutiaciónivo<br />·Hergoterapia: trabajos manuales<br />·Estimulación social<br />·Estimulación física: paseos, ejercicios, juegos...<br />.- Trastornos emocionales en los cuidadores:. Entre la mente y el cuerpo del cuidador se crea un circuito cerrado, retroalimentación negativa permanente. Hay tres elementos que incrementan las sensaciones dolorosas.:<br />·Ambiente que rodea al anciano<br />·Pensamientos negativos<br />·Reacciones físicas: somatización de síntomas y miedos<br />·Pensamientos automáticos: son muy rápidos, irracionales y hieren, comportan estrés, obsesiones, dramatización... Son pensamientos que captan todo lo negativo. Son aprendidos.<br />.-Técnicas psicológicas para cuidadores:<br />·Interrupción del pensamiento<br />·Sustituir pensamiento<br />·Solución del problema:<br />-Identificar situaciones problemáticas<br />-Describir detalladamente la situación<br />-Ver estrategias alternativas<br />-Consecuencias<br />-Evaluar resultados<br />·Visualización: proyectar en la mente lo que quieres conseguir, ver lo positivo.<br />·Reeducar al cuidador para que distinga entre lo urgente y lo importante:<br />-establecer prioridades<br />-controlar tiempo<br />-controlar volumen de tarea<br />.- Pensamientos automáticos más frecuentes en ancianos:<br />·Filtraje: a partir de un pequeño detalle imagino lo demás<br />·Pensamiento polarizado: Blanco o negro; bueno o malo<br />·Visión catastrófica<br /><br />4. Sobrecarga, Estrés, Depresión, Ansiedad, duelo:<br /><br />*Estrés: una persona está bajo estrés cuando ha de hacer frente a demandas que le resulta diferentes satisfacer. Todos no nos tomamos las cosas de la misma manera, es un factor subjetivo.<br /><br />.-Las sutiaciónuaciones que predisponen al estrés: incertidumbre, cambio, falta de Informes, falta de habilidades... estas sutiación pueden provocar ansiedad y sobrecarga.<br /><br />.- Principales estresores en relación al cuidado del enfermo de alzheimer:<br />·Conducta agitada.<br />·Conducta imprevisible.<br />.- Estresores en estrecha rel con la depresión:<br />·Déficit de memoria.<br />·O pérdida de habilidades de comunicación.<br />·Declive gradual.<br />·Decisión de institucionalización.<br />.- Cuidadora principal, características:<br />·Asume tareas de cuidado del hogar.<br />·Los demás la perciben como que asume toda la responsabilidad en las tareas de cuidado.<br />·El cuidado no se haya remunerado.<br />·El tiempo mínimo es de 6 semanas a 3 meses.<br />*Sobrecarga: estado psicológico resultado de la combinación de trabajo físico, presión emocional, restricciones sociales y demandas económicas que surgen d los requerimientos del cuidado del paciente. Depende de:<br />-Tipo de enfermedad<br />-Momentos álgidos: diagnóstico de la enfermedad y cercanía de muerte<br />-Tareas a llevar a cabo: mantener dinámica familiar y cuidar al enfermo<br />.-Tipos de sobrecarga: Existe una proporción directa entre ambos<br />·Subjetiva: en rel con los sent, actitud de cuidados y tareas. Ajuste marital<br />·Objetiva: en rel con tareas concretas y acciones a llevar a cabo. Status social.<br />.- Perspectiva de género: los déficits en el funcionamiento del anciano en la vida diaria provoca más sobrecarga en el varón, siendo la parte afectiva como el deterioro personal la que más afecta a la mujer. Las esposas que viven con el enfermo experimentan mayor sobrecarga, las hijas cuidadoras manifiestan baja satisfacción vital y falta de apoyo social.<br />.-Dimensiones de sobrecarga:<br />·Dependiente del tiempo (no tengo ni un minuto de descanso)<br />·Evolutiva (esperaba otra cosa de la vida en este momento)<br />·Física (me siento enfermo con esta lucha)<br />·Social (no realizo mi trabajo como antes)<br />·Emocional (estoy apático)<br /><br />La decisión de institucionalizar al anciano es un momento de sobrecarga. Las esposas con cónyuges institucionalizados experimentan más sobrecarga evolutiva y física. El tipo de vinculación Informesluye en la cantidad y tipo de sobrecarga percibida.<br /><br />*Depresión: los grupos de máximo riesgo son los cónyuges y los hijos/as adultos que conviven bajo el mismo techo. El estrés de los cuidadoreses más sub que el de los enfermos. Los niveles educativos y económicos Informesluyen en la mayor presencia de síntomas depresivos de manera inversamente proporcional:<br /><br />- nivel educativo y económica + síntoma de depresión<br />+ nivel educativo y económica - síntoma de depresión<br />.- Factores relacionados con la depresión de los cuidadores:<br />-disponer de tiempo para dormir o leer<br />-sentirse aceptados, con energía, bien preparados<br />-encontrar sentido a la vida y reir<br />·Sucesos negativos:<br />-preocupación por la salud<br />-conducta no saludable: comida, basura, tabaco, alcohol...<br />-sentirse aislado<br />.- Modelos explicativos de la depresión y el estrés:<br /><br />Frontera ambigua: son 14 ítems que miden el grado de inseguridad y preocupación del cuidador respecto al paciente. Hasta que la mujer no perciba a su esposo como ser n deterioro progresivo, hasta que no se despide de su marido muerto, estará bajo los efectos de las fronteras ambiguas.<br /><br />Autoridad: necesaria para reorganizar el Sistema, tomar decisiones... Si un cuidador no se percibe a sí mismo con autoridad suf para dominar sutiación, su nivel de depresión se incrementará, aumentando el uso de estrategias de afrontamiento.<br /><br />.- Afrontamiento: “Lazarus & Folkman”: diferentes entre estrategias dirigidas a la emoción y las dirigidas al problema. Proceso:<br /><br />·Asumir el cuidado: (dudas, incertidumbres...)<br />-diálogo de uno mismo<br />-búsqueda de consuelo espiritual<br />-descarga emocional<br />·Llevar a cabo las tareas de cuidado: (sobrecarga)<br />-resolver cuestiones instrumentales<br />-uso de recursos: protectores y selectivos<br />·Invertir el proceso: (al límite de las fuerzas)<br />-tomar decisión de institucionalizar al anciano<br />-“cuidados invisibles”<br /><br />Más estrategias de afrontamiento son:<br /><br />·Relajación (aspectos prácticos)<br />·Búsqueda de apoyo social (aspectos emocionales)<br />·Aceptación/ resignación<br />·Estoicismo: ocultar sentimientos a los demás<br />·Deseabilidad: no ayuda<br />*Duelo: síntoma de pérdida. Demencia: pérdida progresiva, duelo anticipatorio.<br />.- Fases:<br />·Negación: desborde de sentimientos. Miedo al futuro<br />·Cólera: conducta del demente: Anhelo de la figura perdida. Vergüenza, desconcierto...<br />·Depresión: conviene salir pronto. Afrontamiento, olvido de necesidades<br />·Aceptación: ayuda adecuada. Desarrollo interno, frontera ambigua<br /><br />.- Duelos Patológicos:<br /><br />·D. Inhibido: autocontrol. No expresión de sentimientos<br /><br />·D. Aplazado: se aplaza la pena. Cuanto más se aplace mayor será el desbordamiento. Reacciones emocionales descompensadas.<br /><br />·D. Crónico: momificación, memorización, identificación, idealización (2 años)<br /><br />5. Alzheimer y Trabajo social: El objetivo de las asociaciones de alzheimer es enseñar a las familias a vivir con un enfermo de alzheimer, sabiendo que cuentan con el apoyo y la orientación del centro. Servicios que ofrece:<br /><br />-Informar y orientar a la familia (T.s./entrevista de choque)<br />-Asistencia social:<br />·Calificación de minusvalía<br />·Información sobre pensiones no contributivas<br />·Ayuda a domicilio.<br /><br />·Informes sobre residencias, centros de día...<br /><br />-Apoyo legal<br />-Ayuda médica especializada<br />-Terapia apoyo psicológico para la familia<br />-Voluntarios que acuden a domicilios<br />-Cursos de formación familiar<br />-Apoyo psicológico a cuidadores<br />-Conferencias, talleres...<br /><br />El trabajador social es la persona que lleva a cabo el primer contacto con la familia que suele estar muy desorientada, este primer contacto se denomina: “Entrevista de Choque”. Existen diferentes dificultades para afrontar el impacto. Hay que analizar la comunicación verbal y la no verbal, utilizar un análisis Sistémico: expresiones, apariencia física, repetición de frases por ansiedad, cómo se refiere a los problemas, pensamientos... Hay personas que se resiste a saber que va a ocurrir, por lo que va a ser diferentes trabajar con ellos, hay que detectar si la familia acepta la situación, si hay cambio de roles...<br /><br />.- Problemas que van a hacer que derivemos el caso a un profesional de la psicología:<br /><br />·si piensan que no hay solución<br />·si no quiere ir al centro por si mismo<br />·si el cuidador no cuenta con más apoyo, incluso económico que el suyo propio<br />·si hay ideas irracionales o inadecuadas<br />·si se piensa que el problema es exclusivo del enfermo<br />.- Problemas más frecuentes según el psicólogo:<br />·sobrecarga física y emocional<br />·pérdida de libertad<br />·Conflictos de familia, pareja...<br />·Sentimientos de culpabilidad<br />·duelos anticipatorios y patológicos: excede de 2 años<br />.- Problemas de comunicación:<br />·olvidan lo se les dice rápidamente<br />·no entienden nada por teléfono<br />·tono de voz bajo<br />·pedirles las cosas de una en una<br />·mantener el contacto visual con ellos<br />·darles tiempo para responder<br />·reforzar todos los intentos que haga<br />.- No debemos:<br />·engañarlos<br />·gritarles o perder la calma hablar delante de ellos como si no estuvieran<br /><br />TEMA VI: LA DEPRESIÓN EN EL ANCIANO<br /><br />La depresión en el anciano comporta cuestiones sin resolver en el sentido en que no está clara la línea que divide tristeza y depresión (como cuadro clínico). Sin embargo, no todos los ancianos reaccionan del mismo modo.<br /><br />Existen investigaciones donde se pone de manifiesto que los cuadros depresivos clínicos no son tan fuertes a edades más avanzadas. Hay autores que señalan que hay menor tendencia por parte de los mayores a comunicar síntomas de depresión, tendiendo en su mayoría a quejarse de las dolencias físicas.<br /><br />La frecuencia e intensidad de las emociones declinan con la edad, incluso fisiológicamente, habiendo bastante heterogeneidad frente a la depresión. Algunos síntomas que pueden indicar depresión son: ansiedad, irritabilidad, agresividad, hostilidad, anhedonia...<br /><br />*Sintomatología:<br /><br />.- Disforia: síntoma característico, humor fórico, alteraciones, vacío interior, tristeza desplazada por:<br />·Molestias físicas<br />·Pertubaciones sociales y familiares<br />·Diferentesicultades económicas<br />.- Llanto: incontrolable, deseo de llorar aunque no se pueda, miedo al futuro, ideas delirantes, problemas de memoria.<br />*Síntomas cognoscitivos: la depresión puede llevar consigo un cierto deterioro cognoscitivo cuyos síntomas propios son:<br />.- Quejas subjetivas: con trastornos afectivos somos más sensibles.<br />.- Estado de confusión<br />.- Menor capacidad de atención y concentración<br />.- Lentitud de pensamiento<br />.- Inhibición de pensamiento<br />.- Rumiaciones<br />.- Preocupaciones<br />.- Indecisión<br /><br />En la depresión muchos de los contenidos del pensamiento van relacionados con la falta de pensamientos, Informeselicidad, insatisfacción, dudas, creencias, sentimientos de culpa, pensamiento de muertes, pesimismo, desesperanza, idea de suicidio...<br /><br />*Síntomas conductuales:<br /><br />.- Enlentecimiento/ retardo motor: + lentas, + torpes<br />.- Agitación psicomotriz: no paran de andar, sueños inquietos, peticiones constantes.<br />.- Aspecto desaliñado, conductas impropias<br />.- Autolesiones, negativa a comer<br />.- Retirada del circulo social<br />.- Suicidio: ligado a la jubilación, traslado vivienda, institucionalización, enfermedades graves, rechazo social....<br />*Síntomas motivacionales:<br />.- Apatía<br />.- Pérdida de interés<br />*Síntomas somáticos: muy representativa<br />.- Estreñimiento<br />.- Dolores abdominales<br />.- Dolores de cabeza, hueso<br />.- Astenia: falta energía, cansancio, lentitud<br />.- Deseo sexual inhibido<br />.- Alteraciones del sueño /Insomnio<br />.- Hipersomnia<br />.- Pérdida de apetito y peso<br />*Diagnóstico: Las quejas somáticas seguidas de los aspectos vitales estresantes como son:<br /><br />.- Locus Control Interno (LCI): el sujeto se responsabiliza de lo que pasa, de su conducta., al tener que pasar a LCE se acercan a sintomatologías depresivas.<br /><br />.- Locus Control Externo (LCE): su vida está controlada por lo externo, no controla mucho su vida.<br /><br />“Regla AAA”: con que haya dos de tres sin patología orgánica decimos que existe depresión. Así, la depresión en los mayores sería:<br /><br />Depresión = Astemia + Anedomia + Apatía<br /><br />Se observa una gran proporción de depresiones graves que necesutiaciónan hospitalización<br /><br />TEMA VII: LA VIUDEZ<br /><br />La viudez es una sutiaciónuación dolorosa muy frecuente. Es una pérdida afectiva que trae consigo estados de estrés, depresión.... Cuando una persona pierde a su pareja se desencadena una sintomatología característica de una depresión. En el caso de los ancianos les será más diferentesícil rehace su vida que a un adulto joven. El número de viudas es más numeroso que el de viudos, siendo éstos últimos los que peor llevan la sutiación de duelo debido a su mayor dependencia, y a que la mujer ha sido educada para saber expresar sus sentimientos y poder compartirlos.<br /><br />*“Bowlby” en los años 90, tras una investigación de observación, señala que, de forma universal, la aflicción o duelo irá seguido de las siguientes fases:<br /><br />-Etapa de shock: caracterizada por ansiedad, aturdimiento, sensación de vacío, irrealidad, pérdida de apetito. Puede durar de unas horas hasta unos días.<br /><br />-Etapa de protesta o añoranza: periodo de 4 a 6 semanas. Reconocemos la pérdida pero no acabamos de aceptarla, los recuerdos ocupan un lugar absoluto, tristeza, soledad...<br /><br />-Etapa de desesperación: es la que más se prolonga, muy delicada, podemos tomar incluso decisiones erróneas. Síntomas como la apatía, pérdida de energía, quejas somáticas y trastornos del sueño.<br /><br />-Etapa de recuperación: lo normal sería sobre el 9 mes. Se recupera la identidad, se plantean nuevos proyectos. Si se prolonga más de dos años sería un duelo patológico.<br /><br />Además, según este autor, en función de las características personales hay otros factores que empeoran la situación: enfermedad, pérdida de papel social... La persona puede anticipar el fallecimiento del cónyuge, afrontando lo que va a suceder.<br /><br />Los cuadros depresivos por pérdida del cónyuge están asociados a su vez con la edad, antecedentes de depresión, disposición personal, circunstancias en que se produjo la muerte, clima matrimonial...<br /><br />*Duelos patológicos: son duelos que se van a alargar en el tiempo, superando los<br /><br />2 años en que normalmente se superan. Suele afectar más a personas que conviven de manera cercana con el fallecido, en su mayoría los/as cuidadores debido a la falta de apoyo social. Los síntomas característicos son: momificación, memorización, identificación con el fallecimiento, euforia (fase maníaca).<br /><br />.- Clases de duelos patológicos:<br /><br />·Duelo Inhibido: más frecuente en hombres, padece lexitimia (incapaces de experimentar y expresar sentimientos) No exteriorizan la aflicción.<br /><br />·Duelo Aplazado: no exterioriza el dolor en el tiempo lógico pero al tiempo se afronta la pena. No elaboran conscientemente sus sentimientos. Mientras más aparquen su dolor mayor desbordamiento habrá.<br /><br />·Duelo Crónico: la persona queda estancada en la desesperanza, muy intensa y se prolonga más de 2 años.<br /><br />.- Los cuidadores deben:<br /><br />·Asumir el cambio q se produce a todos los niveles<br />·Perder progresivamente el egocentrismo<br />·Afrontamiento versus evitación<br />·Disciplina<br />·Asumir Sistema de creencias<br />·Coherencia verus disonancia<br />*Institucionalización:<br /><br />.- Ingreso en una residencia: hay que tener en cuenta en las entrevistas el motivo del ingreso en la institución. Según haya sido voluntario o no así Informesluirá en el estado de ánimo y bienestar del anciano.<br /><br />·I. no voluntario: “Shock de traslado” o “trauma de ingreso” tiene un efecto negativo ya que la persona percibe que pierde el control sobre el entorno, Informesluye el modo de traslado. Puede acarrear: enfermedades crónicas, deterioro físico e intelectual, problemas psicosociales, aislamiento, incluso fallecimiento al poco de ingresar (12 meses).<br /><br />Puede darse el llamado “Trastorno de Cocunin”: encapsulamiento debido a traslado no deseado.<br /><br />·I. voluntario: al ppio todo es perfecto, pero con el tiempo aparecen los problemas físicos y anímicos. Los motivos de ingreso son variados:<br /><br />-Ingresa con su conyuge por una enfermedad de éste<br />-Por viudez<br />-Por diferentesicultades económicas<br />-Problemas familiares<br />-Trastornos depresivos<br />-Traslado de otra residencia<br /><br />TEMA VIII: LA MUERTE EN EL ANCIANO<br /><br />Intervenir en una sutiación como la de dejar de existir es una gran responsabilidad. Nuestras propias emociones det de que manera enfocamos los resultados.<br /><br />No hay posibilidad de dar recetas, los problemas son subj para enfermos, familiares y profesionales, que solo podemos dar una Informes coherente para que la persona pueda actuar como quiera. La intervención será distinta según muchas variables, por ejemploplo circunstancias de la muerte: carretera, enfermedad, hospital...<br /><br />Hay que entender las características y circunstancias de cada anciano. Las actitudes ante la muerte van a ir marcadas en gran medida por su personalidad y las necesidades sentidas y expresadas.<br /><br />*Necesidades:<br />.-Fisiológica<br />.-Seguridad<br />.-Integración<br />.-Que te valoren<br />.-Superación<br />*Factores en que coincidimos todos ante la muerte:<br />.-Deseo de hacerlo tras una vida larga e intensa<br />.-Sin enfermedades previas<br />.-Después de muchas satisfacciones<br />.-Nos gustaría que fuese rápido y sin dolor<br />.-Con apoyo de las personas queridas<br />.-Confianza<br /><br />*Actitudes de los ancianos ante la muerte: Menos tragedia si se muere una persona mayor que un joven o un niño. Los ancianos tienen menos responsabilidades sociales y están más preparados ante la muerte, a los familiares lo que les consuela es poder quitarle el sufrimiento. Lo que más preocupa al anciano es la muerte de su gente y no tanto la suya propia.<br /><br />Hay estudios que indican que factores como el estado mental, la salud física, la integración social, la religiosidad, ... Informesluyen en la mejor aceptación de la muerte.<br /><br />*Comportamientos negativos ante una conversación sobre la muerte con el anciano (enfermo o familiar):<br /><br />.-Cambiar de tema<br />.-Callar y alejarse como si no hubiese oído<br />.-Restar importancia a lo que le angustia<br />.-Ser cínico con el enfermo<br />.-Trasladar la pregunta a otro<br />.-Contestar con evasivas<br />.-Posturas paternalistas<br /><br />*La muerte del anciano en el hospital: La sociedad actual tiende a hospitalizar al anciano, aunque no en todos los casos es recomendable. Hay hábitos que al enfermo le va a costar trabajo aceptar. La comida del hospital está diseñada para el enfermo pero no todos están acostumbrados a éste tipo de comida. Se puede perder el hábito se sueño debido a las circunstancias que acarrean el compartir habitación; más ruido, extrañar la cama, menos intimidad, familiares del compañero...<br /><br />.- Factores conflictivos:<br />·Intimidad<br />·Independencia<br />·Atuendo<br />*Razones por las que una persona elige el hospital para morir:<br />.-No quiere morir en casa<br />.-La familia no lo puede cuidar<br />.-Servicios hospitalarios mejores<br />.-Para agotar recursos<br />.-Para donar los órganos<br />.-La familia no puede asumir la carga<br />.-Familia poco numerosa<br />.-Casa pequeña<br />.-Persona desvinculada a la familia<br />.-Miedo a quedarse sola en casa<br />*Miedos de la persona cuidadora:<br />.-No saber cuando se va a presentar el final<br />.-Presenciar la agonía, el sufrimiento<br />.-Que la ayuda médica no llegue a tiempo<br />.-Que el proceso sea lento y pesado<br />.-Miedo al mal cuidado del anciano<br />.-No estar presente en el momento que muera<br />.-Equivocarse al traerlo a casa<br />.-No darse cuenta de su muerte<br />.-Miedo a los gastos económicos<br />.-Miedo a la soledad<br />.-Informes en los hijos, la familia, pareja....<br />.-Miedo a que aumente la enfermedad<br />Nuestro papel es Informar de manera clara y entendible para ayudar a la familia a tomar la mejor decisión sin que afecte a la salud mental.<br /><br />TEMA IX: SEXUALIDAD Y ENVEJECIMIENTO<br /><br />Hay que acabar con el mito de que la sexualidad en los ancianos carece de importancia.<br /><br />*Según la OMS (1974) la Salud sexual:<br /><br />Es la integración de los aspectos afectivos, somáticos e intelectuales del ser sexuado, de modo tal q de ella derive el enriquecimiento y el desarrollo de la persona humana, la comunicación y el amor.<br /><br />La sexualidad humana constituye el origen del vínculo más profundo entre los seres humanos, de su realización efectiva depende el bienestar de las personas, las parejas, las familias y la sociedad. Es por tanto su patrimonio más importantes y su respeto debe ser promovido por todos los medios posibles.<br /><br />1. Modelos de sexualidad:<br /><br />*Modelo tradicional: basado en la cordialidad. Los cambios naturales en la respuesta sexual de hombre y mujer, han repercutido negativamente en el mayor puesto q se concede máxima importancia a la figura de macho, a la genitalidad, la heterosexualidad. El sexo es el coito reproductor. Limitamos e interiorizamos nuestra sexualidad a unos ideales q nos vienen dados.<br /><br />La mujer tiene un papel secundario, depende de lo q decida el varón. Puede q haya disfrutado poco y q ante la nueva sutiación decida acabar con el calvario.<br /><br />Cuando la capacidad de erección (en el hombre) disminuye por la edad, esta sutiación se vive con ansiedad, lo q provoca q se evite todo lo rel con la sexualidad, se evita el contacto y el deseo sexual.<br /><br />El desarrollo pleno de la sexualidad depende de la satisfacción de nec humanas básicas como el deseo, el placer, la intimidad, el contacto, la ternura y el amor. Este desarrollo pleno es esencial para el bienestar individual, interpersonal y social. La sexualidad se construye a través de la interacción entre el ind y la estructura social.<br /><br />*Modelo de placer: La sexualidad cuenta con un abanico de posibilidades: homosexualidad, heterosexualidad, bisexualidad. El sexo no implica solamente el coito, sino q se identifica con el sexo oral, la masturbación, el erotismo, se iguala la capacidad de sentir placer del hombre y la mujer.<br /><br />Dejamos atrás una sexualidad cuantitativa para dar paso a una sexualidad cualitativa. Todo esto propicia q la más lenta excitación no provocará ansiedad sino q va a alargar el placer. Se rompen estereotipos y a nivel personal se disfruta más, se madura personalmente, se recobra la autoestima, en general se ve la vida de forma más posutiacióniva.<br /><br />2. Aspectos q condicionan la sexualidad en la vejez:<br /><br />-Historia personal de cada persona<br />-Efecto pigmalión: lo q creo q se espera de mí<br />-Cambios fisiológicos de la vejez:<br />·Aceptación de la propia imagen corporal<br />·Comunicación con la pareja<br />·Aspectos sociales<br />·Jubilación<br />·Papel de la familia<br />·Creencias religiosas<br />·Institución en q vive<br />-Estado civil<br />-Relación hombre / mujer: por cada 4 mujeres de 65 años hay 1 hombre<br />-Aspectos rela con la salud: enfermedades q limitan la sexualidad:<br />·Cardiobasculares (1ª)<br />·Diabetes: capacidad de erección limitada<br />·Próstata<br />·Artrosis<br />·Depresión<br />·Determinados fármacos y sustancias: alcohol, antidepresivos...<br />-Problemática más frecuente en las personas mayores:<br />·La mayoría de las personas de + 65 años están viudos/ as<br />·Viven con familias, residencias...les falta intimidad.<br />·dificultades propias para relaciones sexuales.<br /><br />3. Sexualidad normal:<br /><br />Orgasmo<br />Resolución<br />Intensidad meseta<br />Excitación Duración<br />Deseo Satisfacción<br /><br />Si aplicáramos este gráfico a personas mayores observaríamos que el hecho de envejecer (fisiología de nuestro cuerpo) va cambiando al igual que la fisiología sexual. En general la respuesta sexual se vuelve más lenta, y hay menor intensidad.<br /><br />La sexualidad ocupa un papel muy importante pero es diferentesícil practicarla debido a las menores oportunidades y las actitudes que se tienen ante el tema.<br /><br />*Etapas de respuesta sexual:<br /><br />.-Fase de excitación:<br /><br />·Hombre: Sensación de deseo, placentero, eróticas, vaso congestión, erección. Con los años la erección sigue siendo completa pero es más lenta.<br /><br />·Mujer: Lubricación vaginal, vaso congestión. Con la edad la lubricación tarde de 5 a 15 minutos. La baso congestión es menor, los labios rosados debido a la menor cantidad de sangre en la zona.<br /><br />.-Fase de meseta: máximo estado de excitación previa al orgasmo.<br /><br />·Hombre: erección en su máximo nivel, elevación de los testículos. Con la edad se hace más larga, disminuye el enrojecimiento de la piel y los testículos se elevan menos.<br /><br />·Mujer: Dilatación vaginal máxima, clítoris gira 180º y se hinchan los labios menores. Con los años disminuyen las contracciones uterinas.<br /><br />.-Fase de orgasmo:<br /><br />·Hombre: Contracción de órganos internos de la uretra y músculos de la base del pene. Aumenta el control eyaculador y contracciones lentas y menos vigorosas.<br /><br />·Mujer: Contracción rítmica de musculos que rodean la vagina y la zona vaginal. Dura menos, las contracciones son más irregulares y no rítmicas.<br /><br />.-Fase de resolución: Disminución de las respuestas anteriores.<br /><br />*Cambios biológicos:<br /><br />.-Mujer mayor: finaliza la capacidad reproductora, disminuye la tasa de estrógenos y progesterona, cambia la figura corporal. Dificultades para lubricar y excitarse, menor nivel de contracciones en etapa de orgasmo y disminuye el tamaño de útero y vagina.<br /><br />.-Hombre mayor: El nivel de testosterona disminuye gradualmente, los testículos son más pequeños y más flácidos. Disminuye la producción de esperma. La viscosidad y el volumen del semen es menor. Reduce la fuerza eyaculatoria. La próstata aumenta de tamaño. El orgasmo cambia su calidad fisiológica pero no psicológica.<br /><br />*Factores físicos que Informes:<br /><br />.-Uso de fármacos<br />.-Enfermedades<br />.-Estado de salud: cansancio, fatiga<br />*Factores culturales y psicológicos:<br />.-Creencias y contexto donde se han educado<br />.-Creencias de la sociedad sobre la sexualidad en las personas mayores<br />.-Modelo de conducta sexual tradicional<br />*Mitos respecto a los mayores:<br />.-Sexo no importa<br />.-Capacidades fisiológicas cambian e impiden rel<br />.-Menopausia y andropausia<br />.-Se acepta que un hombre mayor salga con una joven pero no al contrario<br />*Cambios generales en la respuesta sexual humana:<br /><br />.-Mujer: capacidad sexual bien conservada pero la excitación y la reacción ante el estímulo sexual es más lenta. En algunas mujeres el perder el miedo a la reproducción aumenta la actividad siendo más activa y placentera.<br /><br />.-Hombre: sigue existiendo capacidad de erección y eyaculación, pero es más lento y depende del deseo sexual.<br /><br />*Cosas que ignoran los mayores:<br /><br />.-El clítoris es muy importante en la excitación y orgasmo: caricias, sexo oral... No es malo pero las personas mayores no lo aceptan.<br /><br />.-Algunas mujeres postmenopáusicas son multiorgásmicas<br /><br />.-El control eyaculatorio es un problema para el hombre, con la edad puede mejorar<br /><br />.-El hombre de edad requiere un mayor contacto genital para la excitación o el orgasmo<br /><br />4. Principales trastornos sexuales:<br /><br />*Factores que Informesluyen:<br />.-Monotonía de relaciones sexuales repetidas.<br />.-Preocupaciones económicas y profesionales.<br />.-Fatiga psicológica y física.<br />.-Abuso de comida y alcohol.<br />.-Temor al fracaso, a no dar la talla.<br />*Trastornos en mujeres:<br />.-Deseo sexual hipoactivo inhibido: disminución o ausencia de fantasía y deseo sexual. Informesluye:<br /><br />·Desenamoramiento<br /><br />·Vivencias no gratificantes<br /><br />·Relaciones sexuales insatisfactorias: excitación sin orgasmo<br /><br />.-Trastornos de la excitación sexual: Incapacidad para obtener o mantener la lubricación.<br /><br />.-Trastorno por aversión al sexo<br /><br />.-Trastorno orgásmico o femenino: ausencia o retraso del mismo tras fase de excitación.<br /><br />*Trastornos del hombre:<br /><br />.-Disfunción eréctil: (+ frecuente)causas:<br /><br />·Físicas: diabetes, problemas vasculares, operación de próstata, lesiones medulares, medicamentos.<br /><br />·Psicológicas: ansiedad de ejecución, rol de espectador, estrés, relación de pareja, ideas erróneas, patologías mentales tipo depresión.<br /><br />5. Estudios sobre sexualidad en la vejez:<br /><br />-Gran escasez de estudios importantes<br /><br />-Instrumentos de medida insuficientes o inadecuados<br /><br />-Muestras muy sesgadas, no representativas<br /><br />-Concepción limitada de la sexualidad<br />-Efecto pigmalión o rosental<br />-Utilización diseños transversales (jóvenes/ ancianos)<br />-Aumenta cantidad de “no sabe no contesta”<br />-Falta de Informesormación de cómo son las conductas sexuales<br />-Transutiaciónoriedad de los datos debido a los cambios sociales<br /><br />6. Investigaciones de “Miller” sobre líneas de actuaciones en Institucones:<br /><br />-Políticas de no intromisión.<br />-Políticas permisivas con libertad de acción dentro de límites institucionales.<br />-Políticas “In loco Informesantis”: lo que opinan los hijos prevalecerá sobre lo que quieren los internados.<br />-Políticas de comunicación, se preocupan porque la vida sexual de los ancianos sea placentera.<br />-Políticas restrictivas, prohibición de ciertos o todos los actos sexuales.<br /><br />TEMA X: EVALUACIÓN PSICOGERONTOLÓGICA EN TRABAJO SOC<br /><br />La evaluación se centra sobre todo en la entrevista, y su objetivo principal es entender que quien o quienes están sufriendo la sutiaciónuación, con quien vive... y sobre todo saber de quien fue la persona que tomó la decisión de ingresar al anciano en la institución. Una de las evaluaciones primarias es investigar la capacidad de autonomía del anciano en AVD (actividades vida diaria) y el estado de confianza del mismo.<br /><br />*Qué vamos a determinar con la entrevista o evaluación:<br /><br />.-Aplicar ppios de evaluación del anciano, tanto para su ingreso como para su continuidad en el domicilio.<br />.-Sondear conflictos de interés y perspectivas entre mayores y cuidadores.<br />.-Cómo tomar una buena decisión.<br />*Consideramos importante en la evaluación:<br />.-Determinar la capacidad del cliente para tomar decisiones.<br />.-Establecer si la provisión de servicios esta prevista, si es adecuada y si es efectiva.<br />.-Determinar capacidades y problemas del anciano.<br />*Dificultades de evaluación:<br />.-Diferentes perspectivas que existen según cada profesional que rodea al anciano.<br />.-Dificultad de la realización de la entrevista<br />.-Falta de comprensión a los ancianos y escasez de servicios en marcha.<br /><br />*Antes de la entrevista: evaluar es sinónimo de comprender, escuchar, observar, relacionar lo que se ve con lo que se escucha y siente. Hay que tener en cuenta:<br /><br />.-Tiempo estimado de duración.<br />.-Nº de entrevistas a realizar.<br />.-Informes que debo ofrecer sobre servicios disponibles.<br />.-Estar seguro de estar preparado para realizar la entrevista.<br />.-Plantear conocer a la persona que dirige el centro.<br />.-Conocer la política de la residencia.<br /><br />1. Contexto de la evaluación: La mayoría es la entrevista. Es muy importante que expliquemos y preparemos la entrevista en la oficina o en el domicilio (mejor en su contexto habitual). Hay que planificar muy bien lo que vamos a hacer. Primero, llamar por teléfono para elegir el día y hora que interese más. Después hay que tener en cuenta:<br /><br />-Si la persona está en su casa, en hospital, con familiares... para saber la libertad con que nos podremos comunicar y la recepción que me puedo encontrar.<br />-Si va a ser privada o ante otras personas<br />-Si la persona puede sentirse presionada a entrar en la residencia y por quién.<br /><br />*Entrevista:<br /><br />.-La comunicación: la movilidad sensorial está afectada, no ven ni escuchan bien. Hay que estar pendiente d como se les habla, vocalizar, utilizar vocabulario a su alcance, convencer de que escuchamos lo que se nos dice y mostrar interés. Tener en cuenta el tiempo que nec el anciano para expresarse. Ser sensibles y prudentes a la hora de plantear preguntas o temas de conversación a lo largo de toda la entrevista. La presentación es vital, lo mejor es saludar con la mano pq es un gesto tranquilizador.<br /><br />.-Guión de presentación de entrevista:<br />·Explicar quién eres: nombre, función, trabajo...<br />·Hablar de cómo se ha llegado hasta allí, procendencia<br />·Lo ideal es hablar cara a cara, con buena luz, al mismo nivel...<br />·Asegurarse de que entiende lo que le decimos<br />·Plantearse el tomar o no notas<br /><br />·Indicarle como ponerse en contacto contigo, proporcionar teléfono de contacto, nombre y dirección del trabajo.<br /><br />.-Desarrollo de la entrevista de evaluación:<br />·¿Qué evalúo?: capacidades o incapacidades del anciano para vivir en un lugar distinto al que se encuentra<br />·¿Quién define la sutiaciónuación problema del anciano?: el mismo, la familia, un profesional...<br />·¿Son iguales todas las versiones sobre el tema?: y que posicionamiento tomamos en caso de que no concuerden<br />·Elegir téconicas y estrategias para distinguir los problemas que perciben los ancianos de los que perciben los demás.<br />·En caso de rellenar Informesorme: terminología a utilizar: téconica, normal, textual del anciano...<br />·Razones para ingresar al anciano en hospital o residencia:<br />-Incapacidades: física y/o mental<br />-Vivienda: carece de ella, es precaria....<br />-Otros motivos: se siente solo, estrés de los cuidadores...<br />Normalmente unos problemas se relacionan con otros.<br />.-Evaluación de la entrevista:<br />·Muchas entrevistas se realizan en el hospital<br />·En la entrevista usamos conceptos q no tienen pq entenderlos igual los demás profesionales: estado confucional, incontinencia, AVD...<br />·Descripción de los problemas: depende mucho de quién te lo cuente.<br />.-Informes: existen problemas para delimitar los problemas debido a las limitaciones de los impresos oficiales, que hay aspectos q no van a ser reconocidos por el anciano, y se pasa por alto los verdaderos problemas de riesgo.<br /><br />2. Guía para la composición familiar e individual del anciano:<br /><br />-Residencia habitual: vive solo, con hijos, hay niños, la casa es de, quién trabaja..<br />-Incapacidades físicas o mentales: Preguntas claves:<br />·¿qué incapacita a esta persona?<br />·¿ha tenido una evaluación médica rigurosa?<br />·¿Tiene la ayuda necesaria?<br />-Problemas de movilidad:<br />·sin fuerzas para subir escaleras<br />·problemas de equilibrio<br />·falta de movilidad<br />·problemas de oído, úlceras, vista, huesos, artritis, pies, tapones de cera en oídos...<br /><br />-Dónde tiene la diferentesicultad: destreza, equilibrio, subir / bajar escaleras, incontinencias, habla, oído, vista...<br /><br />-Enfermedades: tipo medicación, para qué, frecuencia, intensidad del dolor y frecuencia del mismo...<br /><br />-¿Cómo considera su estado de salud?: preguntar de modo concreto: cómo duerme, si tiene apetito, contacto con el médico, AVD, comidas...<br /><br />-Diferentesicultades en realización de tareas: levantarse de la cama, vestirse, afeitarse, lavarse la cabeza, preparar alimentos, abrir/ cerrar grifos, lavar cacharros, transportar bolsas, ir al cuarto de baño, usar interruptors o mandos, responder a la puerta. Puntos conflictivos tipo baño y cocina.....<br /><br />-Capacidad de mandar mensajes al exterior: Teléfono, internet, móviles, cartas...<br /><br />*Estado de confusión: desorientación hacia personas, lugares y tiempos. Pérdida de memoria episódica. Suele ocurrir cuando muere el cónyuge, shock de caída, mudanzas, mala medicación, enfermedades traumáticas, accidentes, intervenciones quirúrgicas... Se puede hablar de demencias, brotes psicóticos o depresiones. Detecta si la persona sabe defenderse en una sutiación conflictiva.<br /><br />*Indicadores de demencias:<br /><br />-Recordar hechos recientes<br />-Saber qué hora es<br />-Saber dónde esta<br />-Reconocer y llamar por el nombre a las personas<br />-Mantener conversaciones<br />-Realizar tareas cotidianas (AVD)<br /><br />3. Entrevista tipo:<br /><br />-Presentación<br />-¿Cómo te llamas?<br />-¿Cuántos años tienes?<br />-¿Enfermedades?<br />-¿Medicamentos?<br />-¿Quién va a la compra?<br />-¿Q es lo q más tarda en limpiar?<br />-¿Familiares? Relación con ellos<br />-¿Viudo? ¿soltero? ¿casado?<br />-¿Vive solo?<br />-¿Te gustaría vivir con tus hijos?<br />-¿Viven tus hijos en tu misma ciudad?<br />-¿Dónde viven?<br />-¿Ingresa por voluntad propia?<br /><br />Ingresos.<br /><br />-¿Cuánto cobra?<br />-¿Tipo de pensión?<br />-¿Es capaz de administrar el dinero?<br /><br />Fuente: texto consultado el 04 de agosto del 2008, de </span><a href="http://html.rincondelvago.com/psicogerontologia.html"><span style="font-family:arial;">http://html.rincondelvago.com/psicogerontologia.html</span></a><span style="font-family:arial;"> </span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4850000805865426324.post-65794226283481745342008-08-04T20:09:00.000-07:002008-08-04T20:14:14.764-07:00PSICOTERAPIA COGNITIVA DE EMERGENCIA<div align="justify"><span style="font-family:arial;">Juan José Ruiz Sánchez (*)<br />Juan José Imbernón González (**)<br />Justo José Cano Sánchez (**)<br />(*) Psicólogo Clínico<br />(**) Psiquiatras<br /><br />ESMD-ÚBEDA, 1ª Edición 1999<br />Capítulo 16: La P.C.U con ancianos<br /><br /><strong></strong></span></div><div align="center"><span style="font-family:arial;"><strong>URGENCIAS EN ANCIANOS. </strong></span></div><div align="center"><span style="font-family:arial;"><strong>CONSIDERACIONES TEÓRICAS</strong></span></div><span style="font-family:arial;"><strong></strong><div align="justify"><br /><br />En el planteamiento psicoevolutivo de Slaikeu (1988) pone el inicio de la vejez sobre los 65 años.<br /><br />Considera que el motivo guía de esta fase es la integración de la experencia pasada-vs-desesperación. Tareas y preocupaciones específicas que corresponden a esta etapa de la vida serian: generar una segunda aspiración/nuevos estudios/intereses en pasatiempos, compartir la sabiduría de la experiencia con otros, evaluar el sentido del pasado y la satisfacción de la propia vida, disfrutar de una cantidad razonable de comodidad física y emocional y mantener una suficiente movilidad para relacionarse con el ambiente. Los problemas o crisis que más se relacionan con la vejez estarían relacionados con: dificultades financieras, conflictos relacionales con los hijos, conflictos con los vecinos o conocidos, indiferencia por parte de los familiares más jóvenes, muerte de amigos, conciencia de soledad, enfermedad o incapacidad y dificultades en la adaptación a la jubilación.<br /><br />Los problemas psicopatológicos que pueden generar más urgencias en el paciente anciano se relacionan con la demencia, la ansiedad, la depresión, el intento suicida, el estado confusional, los estados paranoides y los trastornos del sueño.<br /><br />Los ancianos suelen mantener una serie de actitudes hacia el tratamiento psiquiátrico o psicológico (Freeman y Reinecke, 1995): Rara vez solicitan tratamiento por su propia iniciativa, aunque experimenten un alto grado de malestar psíquico. Cuando comentan con el médico o el asistente social sus problemas se suelen referir a su estado físico y problemática relacional. Esta tendencia parece mantenida por creencias personales en torno a significados relacionados con que el pedir tratamiento psíquico implica que uno está loco, será ingresado, que los problemas se han de resolver por uno mismo, o que uno no debería causar ciertos problemas o cargas a otros.<br /> <br />Esto indica que los clínicos han de tener inicialmente una actitud de entrevista directiva con estos pacientes y sus allegados, a la hora de detectar sintomatología psíquica.<br /><br />DIEZ FACTORES ESPECÍFICOS DE LA P.C.U CON ANCIANOS<br /> <br />1. Evalúe las preocupaciones del anciano.<br />2. Evalúe el estado mental general del anciano.<br />3. Evalúe el estado médico del anciano.<br />4. Evalúe la calidad de las relaciones interpersonales del anciano.<br />5. Evalúe el nivel de actividad gratificante del anciano.<br />6. Reestructure los significados disfuncionales.<br />7. Aborde los síntomas de los trastornos mentales.<br />8. Atienda las necesidades médicas del paciente.<br />9. Trabaje con la familia o allegados del anciano.<br />10. Aumente el nivel de actividad gratificante del anciano.<br /><br />1. Evalúe las preocupaciones del anciano<br /> <br />El terapeuta puede tener en mente el listado de tareas y preocupaciones típicas de la vejez como guía para detectar las posibles preocupaciones del paciente anciano. Temas frecuentes son la pérdida de amigos y parientes, los aspectos sociales del envejecimiento, las enfermedades, el mantenimiento de la autoestima, y el cambio de roles tras la jubilación.<br /> <br />Se puede pedir al paciente que nos comente sus problemas actuales, pedirle que le preocupa de ellos y que le hace creer eso. Inicialmente es preferible una actitud directiva en la entrevista preguntandole por posibles problemas en diversas áreas de su vida.<br />2. Evalúe el estado mental general del anciano<br /> <br />Autoras como Fernandez Ballesteros (1981) consideran que el funcionamiento psicológico del anciano ha de ser evaluado en una triple vertiente: (1)Funcionamiento cognitivo, (2) Funcionamiento afectivo y (3)Funcionamiento social.<br /> <br />La evaluación del funcionamiento cognitivo trata de determinar el grado de déficit y conservación de las capacidades cognitivas del sujeto, como la memoria, la orientación espacio-temporal, razonamiento, etc. Déficits en estas áreas pueden estas relacionados con procesos demenciales o confusional de diversa etiología. Las escalas breves de detección o screening de déficit cognitivo son a menudo útiles para detectar el funcionamiento cognitivo del sujeto (p.e el Mini-examen cognoscitivo de Lobo). Si se detecta déficit sé pasaría a una evaluación neurológica y neuropsicológica más precisa mediante pruebas más específicas como el WAIS, la bateria psiconeurológica de Halstead, etc.<br /> <br />En la evaluación del estado afectivo del anciano junto a la entrevista clínica se pueden emplear escalas e inventarios para evaluar la depresión como la escala de Zung y el Inventario de Depresión de Beck; y otras escalas para evaluar el estado mental general (p.e El examen Geriátrico del Estado Mental de Gurland, 1976).<br /> <br />El funcionamiento social del anciano hace referencia a los recursos sociales, las actividades sociales gratificantes del anciano, y las habilidades sociales del anciano. Existen también escalas específicas para evaluar estos aspectos (Fernandez Ballesteros, 1981).<br /><br />3. Evalúe el estado médico del anciano<br /> <br />Es de suma importancia que el clínico cuente con datos del historial médico del anciano y/o datos de evaluación médica y neurológica actual. Muchos estados psicopatológicos pueden deberse a enfermedades médicas. Por ejemplo la enfermedad de Addison o hipoadrenalismo produce unos síntomas que se asemejan a la depresión clínica.<br /> <br />La evaluación neurológica puede estar justificada en casos de detección de déficit cognitivo.<br />El clínico que trabaja en una unidad hospitalaria debe de estar coordinado con los especialistas de los otros servicios en la evaluación del anciano cuando este presenta psicopatología y problemas médicos asociados.<br /><br />4. Evalúe la calidad de las relaciones interpersonales del anciano<br /><br />La entrevista clínica con el anciano y sus allegados nos permite preguntarle por el estado actual de sus relaciones y los conflictos presentes. Podemos recoger información del tipo de actividad que el anciano comparte con sus familiares y amigos, y si le resulta agradable o no. Existen también escalas específicas para evaluar este aspecto (Fernandez Ballesteros, 1981).<br /> <br />El anciano puede presentar conductas molestas para sus familiares como un intento de recuperar el afecto que él percibe perdido. Si ocurre este caso se deben de establecer las condiciones para que esta persona se sienta significativa en su entorno.<br /> <br />Otras veces la familia vive la presencia del anciano como una carga obligatoria con ambivalencias entre el malestar que genera y sentimientos de culpa o responsabilidad por su cuidado. El terapeuta debe de evaluar las posibilidades alternativas a esta situación, como la existencia de redes de amigos, actividades potenciales a la rutina casera y actividades comunes más agradables con los familiares. 5. Evalúe el nivel de actividad gratificante del anciano<br /> <br />Un anciano que se ha jubilado o ha perdido su rol funcional anterior sin haberlo sustituido por una gama de actividades agradables alternativas tiene más posibilidades de tener problemas psíquicos. El terapeuta debe de valorar el nivel de actividad actual del anciano, por ejemplo preguntandole con detalle que le describa que hace un día normal desde que se levanta hasta que se acuesta, y qué actividades le resultan más agradables. También puede preguntarle por proyectos o ilusiones anteriores no llevadas a cabo y por las posibilidades de realizarla en el momento actual. El uso de las escalas de refuerzos es otra forma de evaluar el nivel potencial de actividades agradables del anciano.5. Evalué el nivel de actividad gratificante del anciano<br /> <br />El nivel general de adaptación y satisfacción del anciano vá a depender e gran parte del nivel de satisfacción que le proporciona su estilo de vida actual y las actividades con las que ocupa su tiempo. El terapeuta puede pedir al anciano que describa un día normal en su vida y que le diga el grado de satisfacción y dominio de cada actividad. Puede usar otros medios como las escalas específicas para evaluar los refuerzos del paciente y otras escalas de actividad diaria (Fernandez Ballesteros, 1981).<br /><br />6. Reestructure los significados disfuncionales<br /> <br />Una vez que el terapeuta a identificado las preocupaciones y significados disfuncionales del anciano puede trabajar en la modificación de los mismos. Utilizará los métodos cognitivos en función de la capacidad cognitiva del paciente. Con pacientes con capacidad cognitiva mas deteriorada es mejor usar señales externas y listas de recuerdos que guíen su conducta funcional. Con pacientes con una capacidad cognitiva normal pueden usarse el cuestionamiento cognitivo sobre la base de evidencias, los experimentos personales para poner a prueba sus cogniciones, usar modelos de otros ancianos que han superado problemas similares, las autoinstrucciones usar el rol playing para representar las viejas creencias y sus alternativas, etc. Como en otros casos es importante haber establecido una relación empática previa antes de realizar el cuestionamiento cognitivo.7. Aborde los síntomas de los trastornos mentales<br /> <br />La presencia de trastornos mentales específicos como la depresión mayor, trastornos paranoides o trastornos cognoscitivo, suele conllevar el uso selectivo de psicofármacos y otras intervenciones médicas. Con frecuencia la presencia de estos trastornos se convierte en el objetivo central de la urgencia. Un objetivo complementario suele ser la psicoeducación de los familiares o sanitarios en el manejo de estos trastornos. Para este último punto el terapeuta puede usar la explicación, la biblioterapia, videocasete y el rol playing de escenificación de problemas y su manejo por modelado.<br /><br />8. Atienda las necesidades médicas del paciente<br /> <br />La presencia o sospecha de enfermedad médica debe hacer que el clínico contacte con los servicios médicos pertinentes. El terapeuta debe estar informado de la evolución y tratamiento médico del paciente, y coordinado con los especialistas que atienden esta área. Esto le permite poder abordar con mayor eficacia los significados y conductas disfuncionales que el paciente puede desarrollar en torno a este tema (ver capítulo 12).<br />9. Trabaje con la familia o allegados del anciano<br /> <br />La terapia familiar o institucional con el anciano puede consistir en la búsqueda de estrategias de resolución de problemas para los conflictos relacionales que se presentan. Estas intervenciones pueden ser más eficaces si se considera el estado emocional de los implicados en esos conflictos, se les pregunta sobre sus conductas, y sus cogniciones en esas situaciones problemáticas (sus pensamientos, preocupaciones y significados), de modo que se puede trabajar en el ámbito cognitivo modificando las cogniciones disfuncionales y a nivel conductual desarrollando soluciones alternativas.<br />Como en otras modalidades de trabajo, el terapeuta puede mostrar el conjunto de problemas y alternativas haciendo que los implicados representen y psicodramaticen escenas relevantes del caso en cuestión. Esas escenas se pueden parar y repasar en varios puntos de su secuencia, amplificando los detalles y pidiendo feedback a los presentes en la terapia.<br />10. Aumente el nivel de actividad gratificante con el anciano<br /> <br />La programación gradual de actividades potencialmente agradables con el anciano es muy útil en el manejo de los síntomas depresivos, y en el nivel de satisfacción general. Se va proponiendo un nivel de actividad gradual que inicialmente puede ser llevado a cabo con el apoyo de un trabajador social o un monitor, y que sé vá revisando en consulta con el propio anciano. En este punto es importante atender a las razones y objeciones del anciano para esas actividades, de modo que se puedan diferenciar los problemas reales y sus alternativas (p.e problemas de desplazamiento) de las funciones cognitivas (p.e creerse incapaz sin evidencia de llevar a cabo una actividad).<br /><br />BIBLIOGRAFÍA<br /></div><div align="justify">ASTIN, M.C y RESICK, P.A: Tratamiento cognitivo-conductual del trastorno por estrés postraumático. En- Caballo V.E: Manual de tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos. Siglo XXI. Madrid, 1997.<br /></div><div align="justify">BANDURA, A: Teoría del Aprendizaje Social. Espasa-Calpe, Madrid, 1984.<br /></div><div align="justify">BARLOW, D.H: Anxiety and its dosorders: The nature and treatment of anxiety and panic. New York, Guilford, 1988<br /></div><div align="justify">BECK, A.T; RUSH, A.J; SHAW, B.F; EMERY, G: Cognitive therapy of depression. Guilford Press, New York, 1979. 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Se relaciona con la transmisión de las actitudes que se deben adoptar, en éste caso, para relacionarse con los ancianos y la vejez.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"> </div></span><div align="justify"><span style="font-family:arial;">El anciano es un ser integral, considerado como una unidad central al que podemos denominar sistema y con su familia que llamaremos microsistema y que a su vez el anciano tiene su propio subsistema (esfera cognitiva, afectiva y biológica ), pero está rodeado de su medio ambiente al que se ha denominado macrosistema y a su vez está rodeado de otros macrosistemas que interactúan uno con otro, esta serie de intercambios con el medio ambiente hace que el hombre (anciano) tenga posibilidades de interactuar , y a este modelo y filosofía para contemplar al anciano rodeado por su medio ambiente se le ha denominado perspectiva holística, por lo tanto el anciano es una unidad holística (holos= un todo) de aquí que la geriatría se considere una rama de la medicina con filosofía holística u holismo, en la cual el anciano es considerado en su propio contexto y lo que lo rodea.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">A las relaciones que se dan en la familia se les ha llamado dinámica familiar. Su estudio permite observar el interior de las familias, sus relaciones, el desarrollo de los individuos en forma conjunta y aislada; y ciertos patrones de comportamiento que la familia va adoptando en el transcurso del tiempo, también podemos considerar el papel o rol del anciano en ese muy particular contexto familiar, así como el rol del resto de los miembros de la familia que interactúan con los ancianos; todos estos factores dependen del marco contextual en el que se encuentran inmersas.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Pero es necesario también entender que los individuos actúan de un cierto modo o tienen un papel que los caracteriza y a esto se le ha denominado rol o papel. Por supuesto que estos roles están bien definidos o no, y dependen de múltiples factores como la clase social a la que pertenecen, la ocupación, la educación, su pensamiento político, etc.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Esta dinámica puede darse en forma armoniosa, en donde los roles de cada miembro son muy claros, y hay una buena relación psicoafectiva, comportándose así como una familia funcional; o, por otro lado, a los desajustes o desequilibrios en la dinámica familiar se las ha denominado familia disfuncional, en donde pueden provocarse las denominadas crisis, el ejemplo más frecuente es el de un anciano perteneciente a una familia funcional que inicia una síndrome demencial, de lo que resulta desequilibrio por la carga social y familiar y la demanda de mucho afecto y desgaste físico por parte de los miembros a cargo del cuidado del anciano.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">De cualquier forma, no debemos olvidarnos de que cada anciano y su familia son “únicas”, es decir, diferentes en comparación a otros, y por lo tanto cada situación debe tratarse u observarse de manera individual.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">EL ANCIANO DENTRO DE LA FAMILIA<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La disgregación de la unidad familiar, por la urbanización e industrialización, y el prevalecer de las familias de dos generaciones: padres e hijos, frente a la familia tradicional de tres generaciones: abuelos, padres e hijos, trae como consecuencia el abandono o por lo menos la soledad de nuestros ancianos, por lo que las enfermedades seniles psíquicas, y en especial, los suicidios, resultan mucho más frecuentes en ancianos y ancianas, solteros, viudos o divorciados, que en aquellos que están integrados en unidades familiares.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La figura de los abuelos (suegra o suegro en cuanto a sus papeles de abuelo) es distinta. Representan en muchos círculos culturales roles principales en la dinámica familiar; el refugio, defensa y consuelo afectivo de muchos niños, frente a situaciones conflictuantes apremiantes. Visto el porcentaje en nuestra sociedad de madres solteras en donde las obligaciones de los padres se acatan a veces en forma muy laxa y donde la abuela representa “la solución” para infinidad de niños. En la sociedad industrializada moderna se da lo mismo, cuando la madre debe dedicarse a sus ocupaciones y no existe organización adecuada de guarderías, son los viejos, quienes llenan funciones a veces insustituibles. Aún en otros casos, la falta del consejo materno deja muchas veces sin apoyo a amas de casa poco expertas, con daño anímico para ellas y para el hogar.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La familia es el soporte más sólido que puede tener el ser humano a cualquier edad, pero es en la senectud en la que ésta presenta una significación especial. Por parte de la familia ésta debe aprender a atender y a la vez a adaptarse a que su ser querido está viviendo la última etapa, que puede ser breve o prolongada de su vida.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">El adulto mayor apto posee, por lo general, capacidad para mantenerse apropiadamente dentro del medio familiar, y puede armarse de sabiduría, optimismo y comprensión al igual que la familia para apoyar a ésta, participando en la toma de decisiones familiares, en la conservación de su salud y de la de los demás, así como en su integración a actividades sociales, laborales o de otro tipo que pueden ser de gran importancia para el desarrollo de la familia.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La sociedad, la familia y el propio anciano sano necesitan de un estilo de vida en el cual estén presente algunas orientaciones de salud como son:<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Las restricciones psicosociales y físicas afectan el centro de la personalidad disminuyendo la autoestima, afectando la autoimagen, reforzando los sentimientos de pérdida, elevando el sentimiento de minusvalía social y con incremento del aislamiento, la subestimación de sus capacidades, aún cuando estén conservadas y que tenga una gran experiencia social y laboral.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Ante estos hechos, la familia debe recordar que el ser humano es potencialmente útil en todas las etapas de su vida, la disminución de sus capacidades no significan la imposibilidad de cambio, sustitución o modificación en cuanto a ritmo, tiempo o tareas ya que puede seguir siendo productivo o creativo en muchos aspectos de su vida.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La familia es el primer y más importante nivel de apoyo al anciano, en ella nació, a ella se dedicó por lo que en ella debe mantenerse durante su senectud. El apoyo emocional forma parte importante en la adaptación y superación de problemas de cualquier índole, la forma de lograrlo es escucharlos, comprenderlos mirándolos siempre de frente y a la misma altura, brindándoles algo de nuestro tiempo. Estas acciones tampoco cuestan y pueden resultar experiencias favorables para el que las realiza y las disfruta. La familia debe fomentar el eficiente descanso, el empleo de su tiempo libre, de sus actividades cotidianas, de su trabajo en concordancia con sus limitaciones y capacidad visual, auditiva y otras, ya que estas actividades beneficiarán su salud.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">El anciano, como ser social debe estar vinculado a la relación intergeneracional siempre y no aislársele porque no se comunique apropiadamente por minusvalidez o disminución de alguna facultad. En estos casos es preferible tomar su parecer acerca de sus preferencias, motivaciones, intereses, estado de ánimo y apoyarlo en los mismos, para que mantenga un sentimiento positivo de auto estimación y sienta la compañía psicológica para seguir viviendo positivamente. La pérdida de apoyo afectivo, de comunicación, de convivencia con hijos o familiares muy afines, de respeto, de independencia personal y de garantía económica son riesgos para la calidad de vida e incluso para la conservación de la vida del anciano.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La comunidad y la familia deben superar la tendencia a relacionarse con ellos como si se tratara de seres limitados o inferiores, mostrando una actitud de lástima o de sobreprotección, sólo se espera una justicia social por lo que es necesario tener en cuenta sus derechos psicológicos a ser escuchados, que se les deje participar, desarrollarse, asimilar y convivir con sus semejantes, a conocer sus enfermedades, a auto cuidarse, a poseer bienes y disfrutar de ellos, a trabajar, a estudiar o conocer de temas que sean de su interés, a su intimidad, a discrepar, a que se acepten sus limitaciones, a comunicarse libremente tanto verbal como corporalmente y disfrutar de sus decisiones, a equivocarse sin ser mal valorados por la edad, ni ser reprimidos por ello. Si no podemos ayudarlos, pues por lo menos no obstaculicemos su camino, no causemos desilusiones no robemos esperanzas, ni rompamos sus sueños.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En el anciano sano deben ser reconocidos los factores de riesgo, todos son de mucha importancia en la atención, tanto individual, como familiar y comunitaria de los mismos. Estos factores de riesgo deben ser tenidos en cuenta en sus niveles biológicos, psicológicos y sociales: Dentro de éstos podemos tener presente la obesidad, la edad, si pasa de los 80 años, las enfermedades crónicas, la viudez y la soltería, el vivir solo, el uso de medicamentos hipotensores u otros que provoquen modificaciones conductuales, los hábitos tóxicos, las actividades cotidianas en lugares que ofrezcan peligro de caídas, como piso resbaladizo, escasa iluminación, objetos en la vía u otros como son el calzado inapropiado.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Al mismo tiempo evitar reforzarle los sentimientos de pérdida, de minusvalía, de soledad y acerca de su imagen física. Estimular a nuestros mayores a que se mantengan aptos y junto a nosotros los hará sentirse felices.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La falta de apoyo familiar, económico, de las redes de asistencia social, pueden ser los únicos factores que desencadenen problemas patológicos o de enfermedad y traducirse como trastornos del orden psicosocial (Síndromes geriátricos), por lo tanto las intervenciones o guías de apoyo tendrán que ser a ese nivel. A manera de ejemplo citaremos el caso de la enfermedad de Alzheimer. La presencia de un anciano que padece de proceso demencial, podría dar por resultado, en una familia funcional, desadaptación con sufrimiento tanto de la familia como del propio anciano, y terminar en una situación de Crisis. La respuesta para las alternativas en el manejo de este caso en particular serían, en primer término, el conocimiento de la enfermedad o entidad sindromática por parte de la familia (y del cuidador primario) del anciano con demencia, para que de este aporte de conocimientos resulten beneficiados; ello significa que la intervención será precisamente en el orden psicosocial para mejorar o amortiguar la calidad de vida del anciano demenciado y de su familia, ya que se desconoce la causa de enfermedad de Alzheimer y no existe por el momento cura médica de tal padecimiento.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Con el anciano, la familia enfoca psicológicamente la perspectiva de adaptación o de superación individual con escepticismo o con pesimismo. Si la familia no logra actuar unida y con optimismo y amor hacia sus mayores es casi seguro que éste sentirá el rechazo o la indiferencia lo cual redunda siempre negativamente en la psiquis humana.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La familia constituye el apoyo psicológico a muchos déficit del anciano al poder ayudarlo o sustituir su rol de protector por el de protegido en forma armónica, manteniendo el respeto y la valoración adecuada de la autoridad que le da el status anterior, la experiencia y el esfuerzo realizado durante largos años por la familia que formaron.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La comprensión, la tolerancia y la sensibilidad dan la fortaleza necesaria a todos para emprender la gran empresa de vivir con optimismo y dignidad.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">LA INTERNACION DEL ANCIANO<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Existen diversos motivos que llevan a la internación del anciano, motivos que se relacionan entre sí. La internación puede estar motivada por problemas de salud, tanto físicos como psíquicos; problemas de relación, referidos a la historia de vida del grupo familiar; vínculos afectivos, que definen el rechazo o la aceptación del anciano, así como los conflictos generacionales; pérdida de roles y de autoridad, caso en el cual el anciano siente que su opinión no es tomada en cuenta, y que ya no es consultado ante las decisiones del grupo familiar; desprotección afectiva- el anciano no se siente querido por su familia, y experimenta decepción por haber entregado afecto sin la retribución esperada -. También deben citarse la soledad, por pérdida de familiares o amigos - siendo la vejez una de las etapas más difíciles, es cuando más pérdidas de seres queridos se sufren, y cuando más cuesta superarlas, pues existe una gran dificultad en la elaboración de los duelos-, el sentimiento de abandono y el alivio de tensiones. En este último caso, la familia tiene conciencia de no poder contener al anciano, y necesita un alivio momentáneo o definitivo (agotamiento familiar); en el anterior, como el viejo “molesta”, la familia no le brinda los cuidados que él requiere, suele ocupar el lugar menos cómodo de la casa (segregación).<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La familia, entonces, intenta resolver mediante la internación algunos de los conflictos de su grupo; es como internar junto con el anciano sus propios miedos frente a la vejez, la soledad, la enfermedad y la muerte. La internación aparece así como una “solución mágica”.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Desde el punto de vista del anciano, y su actitud frente a la internación, en algunos casos, él acepta con resignación ese retiro de la “vida cotidiana activa”, aunque con cierta rebeldía interna, que se pone de manifiesto en el período de adaptación a la institución, ya que toma a ésta como última morada, esperando, en la mayoría de los casos, la muerte. En otros casos lo hacen con agrado, como una alternativa necesaria, y se sienten protegidos por este tipo de hogares.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En etapas posteriores, se observan algunos de los conflictos más importantes del período que sigue a la internación. Entre ellos figura un proceso de “desculturación” sufrido por el anciano, por cuanto debe abandonar sus antiguos hábitos, sus formas de ser y de comunicarse. El anciano siente abandono por parte de su familia, agudiza enfermedades corporales, siente tristeza, se produce un decaimiento general de su ánimo; en síntesis, presenta un estado depresivo frente a la “nueva situación” que es la internación.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En esta primera etapa aparecen múltiples sentimientos ambivalentes: el anciano realiza una transferencia positiva con todo el personal de la institución, sintiéndose tratado como “padre, esposo/ esposa o hijo”; en otros casos exterioriza lo contrario, o sea, una variedad de quejas por sentirse mal atendido.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Por estas razones mencionadas, el equipo interdisciplinario desempeña un papel principal, al brindarle el mayor apoyo en este primer periodo de adaptación institucional. Ese apoyo se traducirá en un programa de actividades que incluya psicoterapia individual o grupal, si fuese necesario, rehabilitación, terapia ocupacional y actividades recreativas de índole diversa: paseos, lectura de diarios, coro, etc.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En relación con la familia, una vez internado el anciano, se ha observado que uno de los conflictos que aparece con más frecuencia es el sentimiento de culpa por haber separado al miembro más viejo y enfermo del grupo. Este sentimiento la lleva a asumir varias actitudes, entre las que figuran la conducta evitativa- dejar al anciano en la institución y alejarse inafectivamente- y las sobreexigencias para con la institución, requiriendo mayores cuidados para el internado.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"><br />Otro conflicto que se presenta es el enfrentamiento del grupo familiar con su propia vejez, ante la posibilidad de tener el mismo destino. Esto provoca mucha ansiedad, y hace aflorar antiguos conflictos entre hermanos, hijos y padres (competencia, rivalidad, etc.).</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Arial;"><strong>Fuente: desconocido, texto consultado el 04 de agosto del 2008, de </strong><a href="http://html.rincondelvago.com/tercera-edad_3.html"><strong>http://html.rincondelvago.com/tercera-edad_3.html</strong></a></span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4850000805865426324.post-50925119973475633972008-08-04T17:54:00.000-07:002008-08-04T18:07:08.935-07:00SÍNDROMES GERÍATRICOS<div align="center"><span style="font-family:arial;"><strong>SÍNDROMES GERIÁTRICOS</strong></span></div><div align="center"><span style="font-family:arial;"><strong>Dr. Felipe Martínez Aronte<br /><br />INTRODUCCIÓN</strong></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Una de la grandes justificaciones para que se apoyara el desarrollo de la geriatría ha sido la dificultad que se tiene en el abordaje de los problemas más frecuentes en esta población y por tanto, su retraso en el diagnostico y tratamiento. Con frecuencia este grupo de edad presenta manifestaciones atípicas de enfermedad y entre las que vamos a observar son precisamente los llamados Síndromes Geriátricos: la inmovilidad, las caídas, la incontinencia y el delirio entre los más importantes. Por tanto, es necesario que conozcan en forma general sus características, su manejo y prevención. El paciente geriátrico frágil sería aquel que por tener determinados déficit en múltiples áreas esté expuesto a presentar los diferentes síndromes geriátricos.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">SÍNDROME DE INMOVILIDAD</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Definición: la inmovilización es la reducción de la capacidad para desempeñar actividades de la vida diaria por deterioro de funciones relacionadas con el sistema neuromusculoesquelético.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g1"><span style="font-family:arial;">1</span></a><span style="font-family:arial;">,</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g2"><span style="font-family:arial;">2</span></a><span style="font-family:arial;"> Se le considera una vía común a través de la cual muchas enfermedades y trastornos del adulto mayor producen gran discapacidad.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g3"><span style="font-family:arial;">3</span></a><span style="font-family:arial;"> Con frecuencia contribuimos al deterioro de la movilidad de la población de edad avanzada. Epidemiología: 18% de personas mayores de 65 años tienen problema para movilizarse por sí mismos y a partir de 75 años, más de 50% tienen problemas para salir de su casa, estando un 20% confinados en su domicilio. De 7 a 22% de los pacientes geriátricos hospitalizados sufren restricciones físicas, ya sea en el postoperatorio inmediato, o por alteraciones del estado mental o caídas. Diversos estudios informan que muy pocas veces se menciona en la historia clínica las distintas situaciones de inmovilidad, y el personal que trabaja con este grupo de población no le da importancia al grado de capacidad funcional de sus pacientes.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g4"><span style="font-family:arial;">4</span></a><span style="font-family:arial;"> Etiología: Las causas de inmovilidad son: a) dolor y rigidez; b) parálisis y paresias; c) debilidad generalizada; d) alteraciones de los órganos de los sentidos; e) confusión, demencia y depresión; f) iatrogenia y miedo a caerse, g) incontinencia. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En 80% de los casos, los factores que llevan a la inmovilidad son múltiples, encontrándose en sólo 20% de los casos una sola causa de inmovilidad. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Consecuencias:<br />Físicas: generales<br />Debilidad desnutrición, hipotermia<br />Respiratorias: reagudización de EPOC, neumonías<br />Cardiovasculares: trombosis venosas profundas, tromboembolia pulmonar, hipotensión ortostática<br />Digestivas: anorexia, estreñimiento, incontinencia fecal<br />Urinarias: incontinencia urinaria, infección urinaria, retención urinaria, litiasis<br />Locomotor: atrofia, contracturas, osteoporosis<br />Piel, úlceras por presión<br />Inestabilidad, caídas, miedo a caídas<br />Mentales: delirio, depresión, ansiedad.<br />Sociales: aislamiento dependencia, institucionalización.<br /> </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Valoración: tenemos que aplicar una historia clínica que incluya lo siguiente: investigar la naturaleza y duración de las discapacidades que causan la inmovilidad, problemas médicos que contribuyen a la inmovilidad, fármacos que afectan la movilidad, también debemos conocer cómo es el ambiente donde está viviendo y realizar una evaluación psicológica. En la exploración física: piel y estado cardiopulmonar. En la valoración musculoesquelética: fuerza y tono muscular, rango de movimiento articular, deformidades y lesiones de los pies, exploración neurológica completa. </span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Síndromes Geriátricos: la inmovilidad, las caídas, la incontinencia y el delirio.El paciente geriátrico frágil sería aquel que por tener determinados déficit en múltiples áreas esté expuesto a presentar los diferentes síndromes geriátricos.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Niveles de movilidad: movilidad en la cama, capacidad para trasladarse de la cama a una silla, movilidad en silla, movilidad en silla de ruedas, equilibrio de pie y marcha.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g5"><span style="font-family:arial;">5</span></a><span style="font-family:arial;"> Es también muy importante evaluar la funcionalidad del paciente a través de las diferentes pruebas que nos indique si hay limitación para poder realizar sus actividades de la vida diaria, así como también las actividades instrumentales.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Tratamiento y prevención Se tratarán las causas médicas detectadas, y se dará tratamiento a base de rehabilitación; se vigilará a través de la aplicación de las pruebas funcionales que nos indiquen la buena o mala respuesta al tratamiento. Debemos prevenir la inmovilidad que se presenta en el paciente cuando es hospitalizado, ya que a menudo puede conducir a una cascada de eventos, que pueden terminar en la institucionalización o muerte del paciente. Por esta razón se deberá movilizar al paciente lo antes posible, con movimientos activos y pasivos, y reforzando la realización de las actividades de la vida diaria. Tenemos que evitar los fármacos que dificultan la movilidad del paciente y se limitará el uso de restricciones físicas.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g6"><span style="font-family:arial;">6</span></a><span style="font-family:arial;"> Úlceras por presión: Son el resultado de la pérdida tisular por necrosis isquémica, generalmente derivada de la presión ejercida sobre una prominencia ósea. La compresión prolongada de los tejidos comprendidos entre el plano óseo y un soporte duro, provoca una isquemia–estasis del flujo sanguíneo, originando anorexia tisular, que conduce finalmente a la necrosis.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g7"><span style="font-family:arial;">7</span></a><span style="font-family:arial;"> Es una de las complicaciones más difíciles de tratar del síndrome de inmovilidad. Sin embargo, hay otros factores que también pueden contribuir a que se presenten: incontinencia urinaria y fecal, desnutrición, anemia, hipoproteinemia, hipoalbuminemia, lesión neurológica, trastornos vasculares periféricos, deshidratación, piel seca o descamativa y alteración del nivel de conciencia.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g8"><span style="font-family:arial;">8</span></a><span style="font-family:arial;"> Valoración clínica: Estadio I. Hiperemia que blanquea (eritema cutáneo). Estadio II. Hiperemia que no blanquea. Estadio III. Formación de ampolla y escara. Estadio IV. Ulceración. Desde el punto de vista de su extensión se clasifican en: Grado 1. Respuesta inflamatoria que abarca todas las capas de tejidos blandos, con un área de ulceración confinada a epidermis. Grado 2. Se extiende a través de la dermis hasta la grasa subcutánea. Grado 3. Úlcera que se extiende a través de los tejidos subcutáneos hasta la fascia profunda. Grado 4. La lesión llega al músculo y a estructuras más profundas. Para la detección de los pacientes geriátricos con riesgo de desarrollar úlceras por presión, se han desarrollado diversos instrumentos de evaluación de los cuales el más utilizado es la escala de Norton </span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/mg2t7_p32.htm#cuadro1"><span style="font-family:arial;">(Cuadro 1)</span></a><span style="font-family:arial;">.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Tratamiento<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">El mejor tratamiento es siempre la prevención, la educación al cuidador y al profesional de la salud en todas las medidas dirigidas a aliviar la presión.<br />Cambios de posición cada dos horas.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Evitar el sedentarismo. Las sillas deben ser cómodas y tener respaldo vertical con almohadilla especial de alta consistencia, evitando usar almohadas y donas.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La piel debe permanecer limpia y seca.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Enseñar al paciente a realizar cambios frecuentes de posición.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Determinar la necesidad de recursos técnicos de protección, como por ejemplo colchones especiales (de agua, aire, etc.).SÍNDROME DE CAÍDASDefinición: La caída se define como una precipitación al suelo, repentina, involuntaria e insospechada, con o sin lesión secundaria, confirmada por el paciente o un testigo. Epidemiología: los accidentes son la 6ª causa de mortalidad en personas mayores de 75 años, y de éstos, las caídas son la principal causa, 20% de los hombres mayores de 65 años y 40% de las mujeres de 65 años y más, tienen historia de caídas. El riesgo es mayor en personas hospitalizadas, sobre todo en la etapa inmediata a su ingreso, por rechazo a una actitud sobreprotectora. La complicación más frecuente es la fractura de cadera, y ésta, a su vez, los vuelve más vulnerables para la hospitalización y dependencia, y la mortalidad se eleva a 15% para personas de la comunidad y 45% para aquellos que están en instituciones.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g1"><span style="font-family:arial;">1</span></a><span style="font-family:arial;"> Etiología: La mayoría de las caídas es ocasionada por diversas causas que se dividen en intrínsecas y extrínsecas.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Causas intrínsecas:<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Relacionadas con la edad<br />Cambios en el control postural: alteraciones en la propiocepción, disminución de los reflejos, disminución del tono muscular, aumento del balanceo postural.<br />Cambios en la marcha: menor elevación de los pies al caminar, pasos más cortos y menor velocidad<br />Enfermedades agudas y crónicas (a mayor número de enfermedades aumentará el riesgo de caídas) y el consumo de ciertos medicamentos </span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/mg2t7_p33.htm#cuadro2"><span style="font-family:arial;">(Cuadro 2)</span></a><br /><span style="font-family:arial;">Causas extrínsecas:<br />Suelos: deslizantes, mojados, alfombras sin apoyo.<br />Cuarto de baño: falta de barreras de apoyo, retretes de altura inadecuada, ausencia de antiderrapantes.<br />Cocina: difícil acceso a los utensilios<br />Habitación de dormir: camas de altura inadecuada (demasiado altas, esto ocurre con más frecuencia en los hospitales)<br />Zonas de tránsito: obstáculos que dificultan el paso.<br />Escaleras: falta de pasamanos, escalones de altura inadecuada<br />Iluminación: defectuosa o excesiva, interruptores de difícil acceso.<br />Ropa: mal ajustada, zapatos de suela resbaladiza, tacones altos y estrechos.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g9"><span style="font-family:arial;">9</span></a><span style="font-family:arial;"><br /> </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Los factores de riesgo más importantes para la aparición de caídas son:<br />Debilidad muscular.<br />Alteraciones de la marcha y el equilibrio.<br />Deterioro de las funciones mentales.<br />Deterioro en las actividades de la vida diaria.<br />Utilización de varios fármacos.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g1"><span style="font-family:arial;">1</span></a><span style="font-family:arial;"><br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Consecuencias:<br />Inmediatas</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Lesiones menores en partes blandas y fracturas que son más frecuentes en la cadera, el fémur, el húmero, las muñecas y las costillas; también se debe considerar la posibilidad de un hematoma subdural, después de un deterioro cognitivo no explicable<br />La caída se define como una precipitación al suelo, repentina, involuntaria e insospechada, con o sin lesión secundaria, confirmada por el paciente o un testigo.<br /></span><a name="cuadro2"></a><br /><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/index.htm"><span style="font-family:arial;">Contenido</span></a><span style="font-family:arial;"> </span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/mg2t7_p32.htm" target="_self"><span style="font-family:arial;">Anterior</span></a><span style="font-family:arial;"> </span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/mg2t7_p34.htm" target="_self"><span style="font-family:arial;">Siguiente</span></a><br /><span style="font-family:arial;">Copyright © 2005 Dr. Scope. Derechos Reservados. Diseño y Programación: </span><a href="http://www.educacionmedica.com.mx/" target="_blank"><span style="font-family:arial;">Educación Médica Contínua </span></a></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La dificultad de levantarse se produce en 50% de casos, y 10% de ellos permanece en el suelo más de una hora, lo cual puede provocarle deshidratación, infecciones, y trastornos psicológicos, y en algunos podría presentarse un cuadro de hipotermia, que lo pude llevar a la muerte hasta en 90% de casos</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g10"><span style="font-family:arial;">10</span></a><span style="font-family:arial;"><br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">II. Consecuencias tardías<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Limitación funcional que lo puede llevar hasta la inmovilidad con todas sus complicaciones.<br />Síndrome poscaída: es la falta de confianza del paciente por miedo a volver a caerse y restricción de la deambulación, ya sea por él mismo o por sus cuidadores, llegando al aislamiento y a la depresión<br /> </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Evaluación clínica: Se debe realizar una historia clínica completa que incluya la historia farmacológica y sus hábitos; características y consecuencias de las caídas, exploración cardiovascular descartando que exista hipotensión ortostática, exploración neurológica, de extremidades y de los sentidos, valoración mental y social, estudio de la marcha y el equilibrio, a través de la prueba del equilibrio y la deambulación de Tinetti</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g11"><span style="font-family:arial;">11</span></a><span style="font-family:arial;"> </span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/mg2t7_p34.htm#cuadro3"><span style="font-family:arial;">(Cuadro 3)</span></a><span style="font-family:arial;">. Prevención y tratamiento: se debe dar tratamiento de las consecuencias agudas, y tratar las posibles enfermedades subyacentes, pero lo más importante es prevenir las caídas sin limitar la movilización, la independencia y las actividades de la vida diaria.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g12"><span style="font-family:arial;">12</span></a><span style="font-family:arial;"><br /> </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Medidas de autocuidado para prevenir caídas<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Conocer qué enfermedades y cuales medicamentos pueden ocasionar caídas.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Revisar la visión y dar atención podiátrica.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Usar anteojos si se requieren (no usar lentes bifocales al caminar).<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Usar calzado adecuado (no usar suelas de piel; usar tacones bajos y con superficie amplia).<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">No usar ropas largas.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Hacer ejercicio físico y dieta balanceada.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Realizar actividades de la vida diaria, tan pronto como sea posible después de una caída.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Tomarse el tiempo necesario para levantarse de la cama o de una silla.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Estar alertas En caso de que ocurra una caída debe informarse al médico, aunque no haya ocasionado daño, ya que puede ser secundaria a una enfermedad de base. También debemos identificar todo tipo de ayuda que sea de beneficio para evitar las caídas (bastón andador, pero su prescripción debe de ser en forma adecuada.)INCONTINENCIA URINARIADefinición: La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina que es objetivamente demostrable y que constituye un problema social e higiénico. La predisposición del adulto mayor a la incontinencia es debida a cambios cerebrales del envejecimiento que afectan el control de la micción. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Por otra parte, con el envejecimiento se presenta disminución de la capacidad de la vejiga, de la distensión de la pared vesical, de la capacidad para posponer la micción, de la aceptabilidad y de la presión del cierre de la uretra, y de la velocidad del flujo urinario; en cambio, hay aumento del volumen residual posmicción, y del número de contracciones vesicales no inhibidas. Todo esto lo hace más vulnerable a presentar incontinencia urinaria, pero no podemos decir que el envejecimiento, por sí mismo, sea la causa de dicho síndrome; por tanto, para que se presente tiene que existir un factor adicional que la origina. Epidemiología: Su prevalencia aumenta con la edad, siendo mayor en pacientes hospitalizados (60%), y en aquellos ingresados en instituciones de estancia prolongada (50 a 90%), a diferencia de la comunidad, donde se reporta de 10 a 23%.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g13"><span style="font-family:arial;">13</span></a><span style="font-family:arial;"> Por otra parte, puede ocasionar limitación funcional importante, llegando muchas veces al aislamiento social. Clasificación: De acuerdo a su duración: es aguda o pasajera, con una duración de tres a cuatro semanas y persistente o crónica, con una duración mayor a cuatro semanas. Según su frecuencia: es leve, con menos de un episodio a la semana; moderada, con más de un episodio a la semana y menos de uno al día, y grave, con más de un episodio al día. La incontinencia urinaria aguda generalmente se asocia con enfermedad aguda o con ciertos medicamentos </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/mg2t7_p35.htm#cuadro4"></a><span style="font-family:arial;">INCONTINENCIA URINARIA CRÓNICA O PERSISTENTE</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Se distinguen cinco tipos:<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Incontinencia urinaria de estrés: se presenta con aumentos de presión abdominal y se desencadena cuando el paciente presenta tos, risa o ejercicio.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Es más frecuente en las mujeres, sobre todo en aquellas que fueron multíparas por atrofia uretral y debilidad en el piso pélvico. En el hombre se puede presentar por alteraciones uretrales posquirúrgicas. Se caracteriza por pérdidas de pequeño volumen que ocurren de forma simultánea al esfuerzo.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Incontinencia urinaria de urgencia: Debido a: a) contracciones involuntarias vesicales (hiperreflexia del detrusor) por lesión central (demencia); b) pérdida de distensión vesical (hipertonía del detrusor), (cistitis crónica); c) contracciones involuntarias relacionadas con alteraciones del tracto genitourinario inferior (infecciones, cálculos, tumores, hipertrofia prostática).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Incontinencia urinaria por rebosamiento, asociada a vejiga distendida y llena: la causa más frecuente es la obstrucción por patología prostática. Se caracteriza por pérdida de pequeño volumen y la presencia de una vejiga distendida y palpable.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Incontinencia urinaria funcional: cuando es por incapacidad física, factores ambientales, o deterioro cognitivo con normalidad del tracto genitourinario inferior. Puede presentarse en pacientes con inmovilidad, desorientación especial, depresión o aquellos en los que la accesibilidad al baño, o la disponibilidad del personal que lo atiende, no es adecuada. Esto se observa con frecuencia durante la noche.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Incontinencia urinaria mixta: es una combinación variable de las anteriores, siendo más frecuente la asociación de la incontinencia de estrés y de la de urgencia, principalmente en ancianas. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Evaluación: Se debe elaborar una historia clínica tratando de identificar enfermedades y fármacos que puedan contribuir a la incontinencia. Debemos conocer su inicio, frecuencia y dirección. De qué manera repercute sobre el paciente. Así mismo, se buscarán los síntomas más sugestivos de cada tipo de incontinencia. La exploración física deberá incluir: valoración neurológica completa, abdominal y de pelvis, buscando masas y globo vesical, tacto rectal para valorar el tono del esfínter, ampolla y características de la próstata, y en la mujer exploración ginecológica que descarte la presencia de un cistocele etcétera.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g15"><span style="font-family:arial;">15-17</span></a><span style="font-family:arial;"> También debemos hacer diagnóstico de su funcionalidad en todas sus áreas: física, mental, emocional, social, y ambiental. Dentro de los estudios complementarios tenemos que solicitar: examen general y cultivo de orina, biometría hemática, química sanguínea, determinación de calcio y electrólitos. Será importante realizar medición del volumen residual (normal hasta 100 mL). Con todo esto ya podremos iniciar un primer enfoque diagnóstico y un tratamiento que se presenta en forma de algoritmo. Es importante mencionar algunos aspectos con respecto a las indicaciones y cuidados de la sonda vesical.Está indicada:<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Retención urinaria: en el caso de pacientes con incontinencia por rebosamiento con problemas de infección urinaria e insuficiencia renal. O en el caso que no se pueda corregir por medios quirúrgicos o médicos.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Pacientes con úlceras por presión.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Pacientes terminales y moribundos en donde el cambio de ropa o de pañal les impide un verdadero confort.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Cuando lo solicitan los pacientes o los familiares. En los cuidados de la sonda debemos de tener presente que no se deben cambiar rutinariamente, las sondas a menos que estas se obstruyan, no usar antimicrobianos rutinariamente para prevenir o suprimir las infecciones, además de todo lo que implica en relación a su aseo y el mantenimiento de la sonda, para evitar complicaciones. Finalmente, recordar, que existen pacientes que no son susceptibles de tratamiento curativo, pero que sin embargo debemos proporcionarles una “continencia” social, logrando que no se aíslen, ni sean rechazados por la sociedad.DELIRIODefinición: Delirio, llamado también falla aguda, síndrome confusional agudo, reacción psicógena aguda, encefalopatía metabólica y psicosis tóxica. Es una alteración en el estado mental agudo y reversible.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g9"><span style="font-family:arial;">9-18</span></a><span style="font-family:arial;"> Existe una serie de criterios diagnósticos para definirlo y entre los más utilizados tenemos:<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Alteración de la conciencia con reducción de la capacidad para mantener o dirigir la atención.<br />Cambio de las funciones cognoscitivas (como deterioro de la memoria, desorientación, alteración del lenguaje) o presencia de una alteración de percepción que no se explica por una demencia previa o en desarrollo<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La alteración se presenta en un corto periodo de tiempo (habitualmente en horas o en días) y tiende a fluctuar a lo largo del día.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Demostración a través de la historia clínica o de las pruebas de laboratorio de que el delirio tiene una o varias etiologías orgánicas</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g19"><span style="font-family:arial;">19</span></a><span style="font-family:arial;"><br /> </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Puede ser la forma clínica de presentación de una enfermedad física grave o aparecer como complicación de una enfermedad o de su tratamiento. Epidemiología: Los pacientes con delirio pueden requerir mayor atención del personal de salud, tienen una estancia hospitalaria más prolongada y en algunos casos llegan hasta la institucionalización. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Se estima una prevalencia de 10 a 60%. Al ingreso al hospital se hace el diagnóstico con una frecuencia de 11 a 24% y de 5 a 35% a lo largo de su estancia hospitalaria.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g20"><span style="font-family:arial;">20</span></a><span style="font-family:arial;"> El delirio pude ser el primer indicador de una demencia subyacente, o por el contrario, la demencia es un factor de riesgo para el desarrollo de delirio. Se informa en la literatura que 40% de pacientes con demencia presenta delirio a su ingreso al hospital, mientras que el total de enfermos con delirio 25% tenían demencia. En pacientes postoperados por cirugía general, se informa una incidencia de 10 a 15%, pero esta es mayor en cirugías por fractura de cadera, siendo superior a 50%.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g21"><span style="font-family:arial;">21-22</span></a><span style="font-family:arial;">Factores de riesgo<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La edad: a mayor edad, aumenta su incidencia<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">El estado nutricional: pueden ser las dificultades de masticación por falta de piezas dentarias, psicológicas como la depresión o sociales, como la escasa pensión que reciben algunos o bien las tendencias al aislamiento sin darle importancia a una buena alimentación.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La disminución de la agudeza visual o auditiva contribuye al aislamiento y aumenta la inseguridad y el temor ante cualquier cambio de ambiente, dificultando su adaptación.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Las situaciones de estrés psicológico como son la muerte de un ser querido, o el miedo a la tecnología cuando ingresa a un hospital para tratamiento médico o quirúrgico.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Los cambios de domicilio; ya sea por tener que irse a vivir con algún familiar, o en el caso de tener que estar cambiando de vivienda constantemente, para irse a vivir con diferentes hijos, dificultándosele su adaptación.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">El consumo excesivo de fármacos o alcohol lo puede llevar a presentar efectos secundarios, ya sea por error en la dosis tomada o por duplicación de toma.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g23"><span style="font-family:arial;">23</span></a><span style="font-family:arial;">, </span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g24"><span style="font-family:arial;">24</span></a><span style="font-family:arial;"><br /> </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Todos estos factores pueden llevar al adulto mayor a un alto riesgo de presentar un cuadro de delirio. Cuadro clínico: Su forma de inicio generalmente es brusca, desarrollándose en el curso de varias horas o varios días. Presenta fluctuaciones a lo largo del día, pero al comenzar a oscurecer se agita. Es frecuente que se presente un cuadro de intranquilidad, hipersensibilidad a los estímulos visuales y auditivos, e inversión del ritmo sueño–vigilia.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g25"><span style="font-family:arial;">25</span></a><span style="font-family:arial;"> Se han distinguido tres tipos de delirio.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"><br />Delirio hipoactivo: el paciente está letárgico y adormilado, responde lentamente a las preguntas, casi no inicia ninguna acción, y es fácilmente diagnosticado como deprimido.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Delirio hiperactivo: El paciente se encuentra inquieto y agitado. Esta variante se observa en pacientes que suspendieron de manera brusca el alcohol o los sedantes.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Delirio mixto: se caracteriza por cambios impredecibles de hipoactividad a hiperactividad o viceversa.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g26"><span style="font-family:arial;">26</span></a><span style="font-family:arial;"><br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Diagnóstico<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">A pesar de sus muchas características clínicas, es relativamente fácil su diagnóstico, siempre y cuando se elabore una historia clínica completa que incluya un examen mental y pruebas de funcionamiento (memoria, concentración, razonamiento, apraxia motora y constructiva)<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Historia farmacológica y correlacionar los medicamentos que esté tomando con la conducta anormal<br />Exploración física: con un examen neurológico.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Exámenes de laboratorio: biometria hemática completa, química sanguínea, electrolitos, albúmina, pruebas de función hepática, gases en sangre, examen general de orina, electrocardiograma, placas de rayos X.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Exámenes de laboratorio basados en la clínica: Electroencefalograma (muestra un enlentecimiento difuso de actividad de fondo, tomografía computarizada (hidrocefalia normotensa, etc.) punción lumbar (infecciones o hemorragia). Otros: tiamina, niveles de folatos, pruebas tiroideas.</span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/referenc.htm#g18"><span style="font-family:arial;">18-27</span></a><span style="font-family:arial;">.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Es muy importante hacer el diagnóstico diferencial con las demencias </span><a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/mg2t7_p38.htm#cuadro5"><span style="font-family:arial;">Cuadro 5</span></a><span style="font-family:arial;">. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Tratamiento:<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Preventivo: en primer lugar tenemos que identificar factores de riesgo, para evitar que se instaure dicho cuadro. En segundo lugar, evitar cambios repetidos de habitación, disponer de iluminación adecuada y fomentar la comunicación con el enfermo. Uso de medicamentos: el agente más eficaz en el control de la agitación es el haloperidol, por su potencial antisicótico y sus menores efectos anticolinérgicos. Algunos antidepresivos, como la trazodona, han demostrado eficacia en la sedación nocturna y en la agitación resistente a neurolépticos. Las benzodiacepinas se emplearán raramente, ya que pueden inducir una respuesta paradójica con aumento de la agitación o efecto rebote en los momentos de privación. Su empleo está limitado a pacientes con un gran componente de ansiedad y cuando la privación de estos fármacos es la causa del delirio.28.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"> </span></div><div align="justify"><span style="font-family:Arial;"><strong>Fuente: MARTÍNEZ A. Felipe. (2005). "Síndromes geriátricos". consultado el 04 de agosto del 2008, de <a href="http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/mg2t7_p38.htm">http://www.drscope.com/pac/mg-2/7/mg2t7_p38.htm</a></strong></span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4850000805865426324.post-55828292649439645932008-08-04T17:41:00.000-07:002008-08-04T17:50:00.039-07:00APRENDER DE LOS VIEJOS Y CON ELLOS<div align="center"><span style="font-family:arial;"><strong><span style="font-size:130%;">Aprender de los Viejos y con Ellos</span></strong><br />Reflexiones desde un taller formativo<br />Martín Linares<br />Universidad Pedagógica Nacional / México<br /></span><a href="mailto:mlinares@ajusco.upn.mx"><span style="font-family:arial;">mlinares@ajusco.upn.mx</span></a><span style="font-family:arial;"> </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Introducción. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Las siguientes líneas surgen de nuestras reflexiones sobre los aprendizajes en la Vejez. Aquí la palabra nuestras se refiere a que algunas de ellas son ideas que he propuesto en un seminario-taller que he coordinado y otras surgieron de la experiencia de trabajo de los participantes con viejos. El seminario-taller fue intensivo (20 horas en dos sesiones) y se llevó a cabo en abril de 2000 como parte del curso El coordinador de grupos de la tercera edad, organizado por el Instituto Nacional de la Senectud en su Programa de Educación Continua para personal que atiende grupos de viejos. Los treinta participantes en ese taller tenían formaciones y experiencias diversas: médicos, psicólogas, psiquiatras, enfermeras, trabajadoras sociales, religiosas y administradores. Todos demostraron que les sobraba interés, compromiso y cariño hacia su tarea y hacia quienes iba dirigida.<br /></div></span><div align="justify"><span style="font-family:arial;">El nombre mismo del curso apuntaba a una idea y un objetivo educativo con el que coincidíamos: formar a coordinadores de grupos de viejos partiendo de su pertenencia a grupos con necesidades propias, en una modalidad de atención que busca ir más allá de lo individual, curativo, asistencial, o de un enfoque médico reduccionista. Diseñar una modalidad de trabajo educativo con grupos de viejos que pusiera el acento en lo grupal y lo comunitario por encima de lo individual, en lo preventivo sobre lo curativo, en lo integral por encima de concepciones fragmentarias y disociadas. Buscar el trabajo interdisciplinario en equipo, por encima de la intervención unidimensional desde la mirada de las especialidades y sus imaginarias jerarquías, o desde la tarea solitaria y empírica.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Actividades. Las sesiones del seminario-taller abordaron dos unidades temáticas de interés teórico-conceptual y práctico. La primera se dedicó a compartir y debatir un enfoque que operó como punto de partida y referencia: ubicar la cuestión del aprendizaje durante la tercera edad, en una perspectiva más amplia, en el mundo vital de la vejez. La última parte de este bloque incluyó una reflexión colectiva sobre un aspecto fundamental: el de nuestra relación con los viejos, nuestra visión y, sobre todo, nuestra actitud hacia ellos. La otra unidad, a la que dedicamos la segunda sesión, buscó indagar aspectos práctico-operativos inmediatos, haciendo énfasis en los grupos de viejos con los que desarrollan su trabajo educativo los participantes en nuestro taller.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Aprendizajes en la vejez<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Para esta sesión partimos del texto "Reflexiones sobre el ciclo de vida del Dr. Borg", de Erik Erikson y la película Fresas silvestres, de Ingmar Bergman. La elección del contrapunto entre esta obra de arte cinematográfico y el texto científico (ambos giran alrededor de la vejez), no sólo se basó en el hecho de ser, para nuestros propósitos formativos, dos recursos didácticos prácticos, accesibles, de primera calidad y complementarios, sino también en su mismo contenido. Por un lado, la brillante película de Bergman muestra el poder estético del cine, el teatro y la literatura para acercarnos, para aprehender el mundo y la sicología de la vejez de un modo distinto, a veces mucho más poderoso que un texto científico. Freud ya había señalado, respecto de las profundidades del ser humano, que el arte había llegado mucho antes y más lejos que las ciencias.<br /></div></span><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Por otro lado, el texto de Erikson realiza un estupendo análisis teórico-conceptual sobre la película; para ello, retoma sus propios y fecundos planteos anteriores sobre la noción de ciclo vital, las etapas críticas y las problemáticas típicas que suelen configurarse en esas etapas. Esos aportes son fundamentales porque han ampliado radicalmente el campo de la sicología evolutiva, que antes solía centrarse sólo en la sicología de dos etapas: la niñez y la adolescencia (vistas como las etapas de cambio por excelencia). Al incorporar Erikson la visión del ciclo vital en su conjunto, con la noción de crisis y de etapa crítica, la adultez dejó de verse como si fuera una meseta igual a sí misma, una totalidad continua, plana e indiferenciada; planteó estas etapas distintas como "las ocho edades del hombre", cada una marcada por una dinámica y un juego de conflictos particular, que gira alrededor del enfrentamiento entre dos fuerzas o tendencias opuestas, desde el nacimiento hasta la madurez. Son las tareas de desarrollo que los hombres y mujeres debemos cumplir en cada una de las etapas de nuestra vida y las alternativas de éxito o de fracaso que enfrentamos. En esta perspectiva, Erikson ubica y analiza, a partir de la película, la última etapa, la de la vejez, definida por un conflicto predominante: integridad del Yo vs desesperación. Por medio del personaje central, Erickson hace accesible al lector muchos conceptos psicoanalíticos, los hace jugar de modo que permite la comprensión de muchos conflictos y conductas defensivas de la vejez.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Iniciamos la primera sesión con la proyección de la película, después de la distribución y lectura del texto por parte de los participantes. Luego de un receso se pidió a los participantes que plantearan las preguntas e inquietudes que surgían del material leído y visto, partiendo de su interés en el trabajo con los viejos; éstas fueron tomadas como emergente grupal para, a partir de ellas, plantear las ideas iniciales para su discusión en pequeños grupos y luego en plenaria. El interés concreto de los participantes parecía centrado en comprender cómo aprenden los viejos. Esto abría a su vez una serie de preguntas: ¿puede decirse que aprenden de una manera distinta que otros adultos a los que no consideramos viejos? Sin duda hay fenómenos muy conocidos, como las dificultades sensorio-motrices o mnémicas (memoria larga vs. memoria inmediata, etc.), actitudes de pasividad, de testarudez, de resignación, que si bien no aparecen en cierta edad sí aumentan con ella y son, sin duda, obstáculos para el aprendizaje. Pero más allá de eso, ¿hay una discontinuidad cualitativa que nos autorice a pensar que el aprendizaje de los adultos mayores constituye una categoría aparte? ¿Sería mejor pensarlo como parte de un proceso vital, evolutivo, que nos sugiere ubicarlo como parte de algo que llamaríamos psicología de la vejez?<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En este sentido podríamos retomar aquello de que "se envejece como se vive", y que también los viejos aprenden del mismo modo en que viven su vejez. Esto es, su aprendizaje será parte de la manera en que registran y significan al mundo y a sí mismos; la forma en que viven los cambios, del mundo y de sí mismos, y cómo se defienden de ellos, así como la manera en que se enfrentan a lo nuevo, a lo que no conocen.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Además, carece de sentido pensar el aprendizaje de los viejos en una situación de tipo educativo formal en cuanto a pautas institucionales, contenidos, evaluación o acreditación. Por ello, es más útil pensar en un aprendizaje vital en un sentido amplio, vinculado fundamentalmente al enfrentamiento y conocimiento de situaciones nuevas, de cambio.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Aplicando esta idea de aprendizaje vital en la vejez al texto leído y a la película vista, tomado como caso, lo que interesa desde el punto de vista del proceso de aprendizaje grupal de este taller es que a partir de estas conjeturas y preguntas iniciales lanzadas desde la coordinación, las respuestas y observaciones que surgieron fueron algo así como piezas de un rompecabezas que tratamos de armar entre todos.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Al cierre del trabajo en subgrupos y plenaria, la coordinación del taller devolvió algunas ideas surgidas del grupo, incorporando sus propias reflexiones. Muchos de los participantes reconocieron esas piezas de rompecabezas y relacionaron los rasgos y conductas del personaje de la película no sólo con los de los viejos a los que atendían, sino también con experiencias familiares y aún personales. El personaje que representaba la vejez, así como sus posibilidades de aprender, de cambiar en algo, aún en una situación vital que pareciera oponerse a ello, fueron reconocidos por el grupo como significativos.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Todo aprendizaje significativo incluye a otros, se da con otros, sobre todo tratándose de los niños y los viejos. Es una interacción, un encuentro, un hecho afectivo-social. El complejo tema del aprendizaje de la vejez tiene múltiples dimensiones. La coordinación puntualizó que abordamos sólo algunas de ellas desde un punto de vista psicológico centrado en un enfoque interaccional que, con respecto al aprendizaje privilegia el proceso de interacción entre los seres humanos, como ocurre en toda conducta humana.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Hay parámetros culturales e histórico-sociales que nunca debemos perder de vista. El personaje y el contexto que hemos visto y leído pertenecen a un momento y una sociedad definida. La película es de 1956 y el texto analítico es de 1975, en su versión original. Bergman, el director de la película, es sueco y ubica su obra en la sociedad europea, protestante, nórdica, desarrollada, con un verdadero estado de bienestar; el personaje es un médico retirado viudo y sin problemas económicos. Es nuestra tarea pensar y discernir sobre qué aspectos pueden limitarse a esos parámetros culturales, nacionales, de época y aún de clase social. Qué aspectos remiten a problemas y conflictos psicológicos que pueden considerarse válidos en nuestro contexto y situación de trabajo en la atención a la vejez.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En nuestro trabajo con viejos y para ellos, son ellos mismos nuestro criterio de realidad y de calidad. Al mismo tiempo, son nuestros mayores, nuestros pacientes, nuestros alumnos, nuestros maestros y nuestros principales evaluadores.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Trabajar con los viejos y para ellos.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En esta parte del taller se planteó un tema de elaboración. Es decir, que genera el tópico a discutir y surge espontáneamente de acuerdo al momento emocional del grupo. En esta ocasión, el tema para los participantes fue nuestra actitud hacia los viejos. Abordamos en profundidad el problema de nuestras dificultades y limitaciones para entender y comprender el mundo existencial, la sicología y las necesidades de los viejos. Con la finalidad de impulsar esa reflexión la coordinación del taller planteó un conjunto de hipótesis que provienen de diversas fuentes: desde la experiencia práctica como trabajador de la salud mental y de la educación, hasta la teoría psicoanalítica y el enfoque interaccional, que el grupo sometió a discusión y reformuló, partiendo de su propia experiencia de trabajo con los viejos:<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">• Las fuentes de nuestras resistencias, generalmente inconscientes, frente a los viejos, son muy diversas: van desde lo cultural, social e institucional hasta lo personal. En el término resistencia se incluyen nuestras tendencias y actitudes, moldeadas desde cada historia familiar particular y nuestras figuras primarias, que son aquellas con las cuales todo ser humano realiza sus primeras interacciones vitales y psicológicas en sus primeros años de vida. Estas intensas interacciones primarias o tempranas van moldeando su personalidad básica, marcando su manera, su modo o disposición de vincularse con otros en su vida futura. Generalmente las figuras primarias son la pareja parental, los padres.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">• En el nivel psicológico inconsciente, nuestra aceptación-rechazo hacia ellos está determinada, en última instancia, por nuestra capacidad de aceptar con madurez un hecho inevitable: nuestro propio envejecimiento, con todo lo que implica en cuanto a enfermedad, invalidez, soledad y muerte. Diríamos que, en general, aquellos que más niegan o reprimen esta realidad más tienden a rechazar, alejarse o desvalorizar a los viejos. La sabiduría popular lo desplaza al diálogo del vivo con la calaca: "como te ves, me vi; como me ves, te verás". Shakespeare lo expresó de modo brillante en las reflexiones del joven y sombrío Hamlet con la calavera de su querido Yorick. Como los pintó Goya y los pensó Freud, los viejos son un poco como la calaca para los que creemos que no lo somos y evitamos asumir que lo seremos. Por ello, a menudo los viejos enfrentan nuestro rechazo inconsciente. Y sin duda lo perciben.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">• No se trata de que estos miedos básicos existan en algunas personas y en otras no: en mayor o menor grado existen en todas, sean o no concientes. Lo que varía mucho es el nivel de conciencia de ello, la flexibilidad o rigidez, la variedad de mecanismos de defensa inconscientes que inevitablemente usamos frente a esos miedos. Estos dos conceptos que provienen de la teoría psicoanalítica: ansiedades o miedos primarios y mecanismos o procesos defensivos, son útiles para percibir este fenómeno.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Como responsables de las actividades frente a un grupo de viejos, la comprensión y reconocimiento de nuestras resistencias, de esos miedos básicos, así como la capacidad de aceptar nuestro propio envejecimiento, puede ser de utilidad para intentar ver lo que nos pasa, lograr cierta mirada interior. Eso nos puede servir enormemente para "limpiar la lente y enfocar", para<br />poder ver y escuchar mucho mejor a ese grupo y a las personas que lo forman, con sus motivaciones y necesidades propias. Personas que merecen y deben ser respetadas y atendidas. Frecuentemente, no podemos verlas ni escucharlas bien porque las cubren nuestras motivaciones y necesidades o las de la institución. Y dicho sea de paso, también a menudo confundimos estas dos últimas.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Además de conocer lo anterior, es esencial reconocer nuestras propias limitaciones y recursos personales y de formación, así como tener clara la tarea que nos proponemos. Sólo entonces podremos pensar en las alternativas inmediatas, tácticas o técnicas, para resolver problemas que inevitablemente surgen en esta tarea. No hay receta mágica que nos ahorre enfrentar lo anterior. Trabajar con los viejos puede dar grandes satisfacciones y también duele si no estamos anestesiados, si estamos involucrados con nuestro trabajo y con ellos. Es mejor aceptar ese dolor, pensar lo que sentimos y sentir lo que pensamos, para poder aprender de nuestro trabajo y también de los viejos.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">¿Con qué grupos trabajamos? La pregunta con la que iniciamos la última parte del taller contiene a su vez dos interrogantes que explicitamos: ¿cuál es nuestra tarea, los objetivos concretos de nuestra intervención educativo-grupal en cada caso? Y, ¿qué tanto conocemos a nuestros grupos? A partir de estas preguntas, los participantes definieron cuatro tipos de grupos con los que trabajaban y luego se dividieron en equipos por tipo de grupo para profundizar en ambas preguntas. Finalmente, expusieron en pleno sus reflexiones, recibiendo de ella su retroalimentación, que incluía propuestas y puntuaciones desde la coordinación. En apretada síntesis:<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Los grupos de diabéticos e hipertensos<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Configuran un tipo particular de grupo de aprendizaje, el de educación para la salud. A su vez, en este campo se ubican dentro del tipo de grupo de pacientes crónicos, en los cuales el objetivo es que desarrollen un papel más activo respecto de su enfermedad, que dejen de ser pacientes, pasivos y dependientes frente a la atención médica, para ser actuantes, en el sentido de manejar información sobre la enfermedad y su cuerpo, así como las medidas de autocuidado. Se trata, entonces, no tanto de dar información, sino de lograr un cambio de actitud respecto de sí mismos, que incluye ser más activos y aprender a vivir con, con_vivir esa enfermedad. En otros términos, la autoestima se vincula necesariamente con el cuidado del propio cuerpo. Podríamos decir que aquí se combate el beneficio secundario de la enfermedad: pasar de la queja al autocuidado responsable. Psicodinámicamente recordamos que en toda enfermedad, pero en particular las crónicas, se desarrollan tres procesos vinculados: regresión, agresión y depresión. En este tipo de grupos, la identificación con el otro y la emulación son poderosas palancas psicológicas para el aprendizaje hacia el cuidado autónomo y la salud.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Los grupos de aprendizaje de una habilidad o capacidad específica<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En estos grupos específicos son mucho más importantes las motivaciones secundarias, que pueden no ser concientes para los participantes, y que los coordinadores u organizadores de la actividad no deben perder de vista. Para nosotros lo que importa no es que tal o cual participante aprenda bien inglés o carpintería, sino el valor terapéutico-didáctico de tres placeres: el placer funcional, asociado a estar en actividad, manual o intelectual que a menudo se vincula al placer social de realizarla, estar y hacer con otros y el placer de aprender, de comprobar que aún se está en condiciones de hacerlo. Estos tres aspectos confluyen a menudo en una notable mejora de la autoimagen y, por lo tanto, de la calidad de vida.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Los grupos en comunidad, orientados a la promoción de la salud integral con un enfoque preventivo y social<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En este sentido se orientan diversas actividades lúdico-sociales, deportivas, educativas o culturales. Una actividad que se ha revelado particularmente eficaz aquí es la práctica colectiva de disciplinas o artes tales como el tai-chi, que en China es muy extendida y actualmente la practican en lugares abiertos sobre todo personas mayores. Otros aspectos de las artes o caminos (senderos, do en japonés), de la salud vinculados a la filosofía oriental, como la dieta, el masaje, la acupuntura y los ejercicios han demostrado una gran utilidad para la promoción de la salud integral de los adultos mayores desde una perspectiva holística.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Los grupos para cuidar a los ancianos más deteriorados, generalmente en los asilos<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Este último tipo de grupo fue el que se abordó con más brevedad. Más allá de la falta de tiempo, quizás lo fue así por ser precisamente el más difícil afectivamente. Sólo pudimos dejar planteadas tres reflexiones finales, vinculadas a esa tarea tan cercana con esa situación límite que es la muerte: primero, que precisamente por esa dificultad es doblemente útil la modalidad de trabajo en grupos de tipo Balint, que consisten en grupos periódicos, es decir, que se reúnen con cierta periodicidad y en los que quienes atienden viejos pueden compartir lo que les pasa, hablar abiertamente de las dificultades que enfrentan en su trabajo así como de su estado de ánimo al respecto. Por otro lado, se subrayó la utilidad de incorporar en nuestra formación conocimientos y aprendizajes de una rama que en México comienza a desarrollarse: la tanatología. Finalmente, usar un principio básico comprobado repetidas veces en situaciones límite: el valor humano y terapéutico de la actividad y la actitud de cuidarse entre iguales<br /> <br />Recomendaciones para la acción<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">1. La actividad formativa se vuelve más compartida, participativa, productiva y estimulante cuando creamos las condiciones para que sus participantes puedan vincular (conectar) los aspectos teórico-conceptuales, ya sea que se aporten desde la coordinación o desde el mismo grupo, con situaciones vividas por los participantes en su vida personal y/o en su trabajo educativo. Tratar de crear esas condiciones es esencial, porque los momentos en que se producen o se descubren esas conexiones no sólo son vividos con placer, sino que operan como dinamizadores o catalizadores de la productividad grupal.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">2. En todo trabajo educativo, el trabajo solitario y empírico a menudo termina convirtiéndose en una fuente de repetición y desvalorización inconsciente de esa actividad. En condiciones difíciles como las que hemos revisado y que impone el trabajo con viejos, suele agregarse la desmotivación y el deterioro anímico. A su vez, esa situación puede llevar a dos senderos que se bifurcan, aparentemente opuestos: por un lado el recurso de la anestesia afectiva, del extrañamiento y distanciamiento defensivo respecto de ellos y sus condiciones de existencia incluyendo la muerte, siempre negada. Y por otro, la idealización de nuestra tarea, el desconocimiento de sus límites y el sobre - involucramiento personal. Sin duda este último sendero tiene otras dimensiones éticas, pero suele deslizarse hacia el apostolado que tan a menudo se deposita en los trabajadores de la salud y de la educación, bajo la túnica de la abnegación y el servicio. Esto último obstaculiza el análisis riguroso, compartido y necesario de las condiciones y los límites objetivos y subjetivos de nuestro trabajo. Los talleres formativos realizados con compañeros que comparten una tarea educativa son espacios ideales para estimular ese análisis, necesariamente crítico y autocrítico.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">3. En las difíciles condiciones del trabajo con viejos que hemos reseñado, se vuelve doblemente útil lo descubierto y señalado por Michael Balint a mediados del siglo pasado, respecto a los médicos que atendían enfermos terminales de cáncer. Balint organizó grupos periódicos en los que esos médicos podían compartir lo que les pasaba, hablar abiertamente de las dificultades que enfrentaban en esa dura tarea y de su estado de ánimo. A partir de este trabajo de grupo observó que sus participantes podían enfrentar mejor esas dificultades, manejar mejor su estado anímico y atender mejor a sus pacientes. Lo mismo ocurrió repitiendo la experiencia con personal de enfermería. Más allá de la diferencia de situaciones o de la especificidad propia de cada campo (salud y educación), la experiencia de los grupos Balint tuvo proyecciones que creemos fundamentales en un trabajo formativo como el que nos ocupa. Subraya la importancia de incluir aspectos subjetivos que a menudo son negados u olvidados por las instituciones por razones muy fuertes. E ilustra lo que afirmaba José Bleger, uno de los fundadores de la escuela de sicología social de Buenos Aires y de la teoría y técnica de los grupos operativos: todo proceso educativo, en la medida en que es verdadero, tiene también aspectos terapéuticos. </span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">4. Más allá de desarrollar tal o cual tema o contenido puntual de un programa, los talleres formativos como el reseñado apuntan a dejar temas abiertos, a explicitar emergentes, puntos de urgencia e intereses colectivos referidos a una tarea compartida, ubicándose en una perspectiva de verdadera educación permanente y formación continua. En nuestro taller, el caso es abrirse y conocer la tanatología, o de reunirse sin convocatorias de superiores entre compañeros que comparten tareas para discutir casos y hacer seguimiento de grupos atendidos. En talleres anteriores, profesores de preparatoria llegaron a convencerse por sí mismos de la necesidad de empezar a hacer un esfuerzo conjunto y sistemático para conocer mejor a los adolescentes con los que trabajaban y a organizar actividades para ello. A menudo las actividades formativas son invocadas y organizadas por autoridades fugaces que ejercitan recursos y presupuestos que se esfuman y cada vez son más escasos. Se trata de empezar a romper el círculo de repetición, pasividad y dependencia para asumir, desde el trabajo compartido colectivamente, la tarea de la formación para valorizar en el mejor sentido ese trabajo y a quienes lo realizan ante sí mismos y ante quienes lo dirigen: las personas a las que atienden y educan.<br /> <br />Lecturas sugeridas<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Bergman, Ingmar (Director), 1956. Fresas silvestres, película, Suecia.<br /></span><a href="http://www.blockbuster.com/" target="_blank"><span style="font-family:arial;">www.blockbuster.com</span></a><span style="font-family:arial;"> </span><a href="http://www.librosyarte.com.mx/" target="_blank"><span style="font-family:arial;">www.librosyarte.com.mx</span></a><span style="font-family:arial;"><br /> <br />Erikson, Erik, 1986. "Reflexiones sobre el ciclo de vida del Dr. Borg", en La adultez, Fondo de Cultura Económica, México.<br /></span><a href="http://www.fce.com.mx/" target="_blank"><span style="font-family:arial;">www.fce.com.mx</span></a><span style="font-family:arial;"> e-mail: </span><a href="mailto:ventas@fce.com.mx%20"><span style="font-family:arial;">ventas@fce.com.mx </span></a><br /><span style="font-family:arial;"> <br />Información sobre grupos Balint:<br />De Benedetti, Cristina, Ester Beker, Haydée Andrés, 1999. "El grupo Balint en la formación de formadores", revista Claves, N° 15-16; segundo semestre; Año IX. Buenos Aires.<br /></span><a href="http://www.revistaclaves.8k.com/" target="_blank"><span style="font-family:arial;">www.revistaclaves.8k.com</span></a><span style="font-family:arial;"><br /></span><a href="http://perso.wanadoo.fr/jacques.nimier/el_grupo_balint.htm" target="_blank"><span style="font-family:arial;">http://perso.wanadoo.fr/jacques.nimier/el_grupo_balint.htm</span></a><br /><span style="font-family:arial;"></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La brevedad es el alma del ingenio.<br />William Shakespeare, dramaturgo y poeta inglés,<br />1564-1616.<br /><br />Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe CREFAL. (C) 2002.</span><a href="http://www.crefal.edu.mx/" target="_blank"><span style="font-family:arial;">www.crefal.edu.mx</span></a><span style="font-family:arial;"> Av. Lázaro Cárdenas, s/n. Col. Revolución. Tel. (434) 342-81-14Pátzcuaro, Michoacán. México.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"><strong>Fuente: Revista Decisio, No. 5. Saberes para la acción en la educación para adultos: "apender de los viejos y con ellos". Texto de Martin Linares, consultado el 04 de agosto del 2008, de </strong><a href="http://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/anterior/d5/sab8.php"><strong>http://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/anterior/d5/sab8.php</strong></a></span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4850000805865426324.post-64336624085747898532008-08-04T17:23:00.000-07:002008-08-04T17:37:09.643-07:00ENVEJECIMIENTO ACTIVO<div align="justify"><span style="font-family:arial;">INFOCOP 7<br /></div></span><div align="center"><span style="font-family:arial;"><strong>INTRODUCCIÓN</strong><br /></div></span><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En el trabajo introductorio de este número ya se ha puesto de relieve que existe una gran variabilidad en la forma de envejecer, que los autores han clasificado como: envejecimiento usual, patológico y óptimo (Baltes y Baltes, 1990). Pero estas distintas formas de envejecer no están determinadas ni prefijadas; y aunque no podemos obviar que existen variables genéticas que juegan un papel importante en el envejecimiento, también el individuo es responsable, con sus acciones y comportamientos a lo largo de su vida, de que su envejecimiento sea más o menos satisfactorio y libre de dependencia.</span></div><span style="font-family:arial;"><div align="center"><br /><strong>CONCEPTO DE ENVEJECIMIENTO ACTIVO</strong></div><div align="justify"><br />En los últimos veinticinco años ha surgido un nuevo paradigma del envejecimiento que se ha llamado, entre otros: saludable (OMS, 1990), buen envejecer (Fries, 1989), competente (Fernández- Ballesteros, 1996), con éxito (Rowe y Kahn, 1987; Baltes y Baltes, 1990) o activo (OMS, 2002). El concepto ha ido evolucionando, desde la definición de la OMS de 1990 del envejecimiento saludable (centrado en la salud), hacia un modelo mucho más integrador, como el<br />de envejecimiento activo (OMS, 2002), definido como “el proceso de optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad en orden a mejorar la calidad de vida de las personas que envejecen” (p. 12).</div><div align="justify"><br />El objetivo es extender la calidad, la productividad y esperanza de vida a edades avanzadas. Además de seguir siendo activo físicamente, es importante permanecer activo social y mentalmente, participando en actividades recreativas, de voluntariado o remuneradas, culturales, sociales y educativas. El envejecimiento activo se sitúa en la base del reconocimiento de los derechos humanos de las personas mayores de independencia, participación, dignidad, atención y autodesarrollo.</div><div align="justify"><br />Así, desde esta perspectiva, los determinantes del envejecimiento activo serían: económicos, sociales, físicos, servicios sociales y de salud, personales (psicológicos y biológicos) y comportamentales (estilos de vida).</div><div align="justify"><br />EL PAPEL DEL PSICÓLOGO EN LA PROMOCIÓN DEL ENVEJECIMIENTO ACTIVO</div><div align="justify"><br />Como se ha indicado anteriormente, el envejecimiento activo depende de un conjunto de condiciones que podemos agrupar en: contextuales (socio-económicas, culturales, ambientales, sanitarias) y personales (factores individuales y comportamentales) (Fernández-Ballesteros, 2005). Los determinantes contextuales son responsabilidad de los gobiernos, que deben introducir los cambios pertinentes en sus políticas socio- económicas, culturales, sanitarias y ambientales.</div><div align="justify"><br />Las políticas de acción propuestas por la OMS (2002) para potenciar los determinantes psicológicos y conductuales del envejecimiento activo son: (1) reducir los factores de riesgo asociados a enfermedades e incrementar los de protección de la salud a través de hábitos saludables y ejercicio físico; (2) promover los factores de protección del funcionamiento cognitivo; (3) promover las emociones y un afrontamiento positivo; y (4) promover la participación psicosocial.</div><div align="justify"><br />Los psicólogos están implicados en las cuatro políticas de acción propuestas.</div><div align="justify"><br />Así, desde el punto de vista de la Psicología de la salud, los profesionales de la Psicología han enfatizado la importancia que tienen los estilos de vida (ejercicio físico, dieta, no fumar, beber moderadamente, la adherencia al tratamiento, etc.) y ejercen un papel esencial en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad.</div><div align="justify"><br />Por otra parte, el declive cognitivo que ocurre con el paso del tiempo puede ser compensado con ejercicios (Baltes y Schaie, 1976; Fernández-Ballesteros y Calero, 1995; Fernández-Ballesteros y<br />col, 2003). Incluso, la actividad intelectual a lo largo de la vida se considera un factor de protección de la demencia (Wilson y col, 2002).</div><div align="justify"><br />Así mismo, la auto-eficacia para envejecer o la percepción de control interno son buenos predictores de envejecimiento activo (Bandura, 1997; Baltes & ENVEJECIMIENTO ACTIVO Mª Dolores Zamarrón Cassinello Universidad Autónoma de Madrid Dirección de contacto: <a href="mailto:loles.zamarron@uam.es">loles.zamarron@uam.es</a></div><div align="justify"><br />EN PORTADA 8 INFOCOP</div><div align="justify"><br />Baltes, 1990). Variables de personalidad como el optimismo y el pensamiento positivo están asociadas a satisfacción con la vida en la vejez (Caprara y col, 2003). El afecto positivo reduce la mortalidad de las personas mayores. En este sentido, personas con una imagen positiva del envejecimiento (evaluadas 25 años antes) vivieron 7,5 años más que aquéllas con una imagen negativa. La actitud o afecto positivo es un protector contra el declive físico y funcional en mayores. Además, varios estudios subrayan el efecto del entrenamiento de estilos de afrontamiento en la prevención de distintas condiciones psicopatológicas en la vejez (Lazarus, 1980; García Huete, 2002).</div><div align="justify"><br />Finalmente, el modelo de envejecimiento activo apunta la importancia de las relaciones sociales, la competencia social, la participación y la productividad. Los investigadores han identificado el tipo de intervenciones que median y promueven una amplia red social, así como la forma de promover mayor participación y compromiso social (Argyle, 2001).</div><div align="justify"><br />En definitiva, como concluye Fernández- Ballesteros (2005), desde una perspectiva psicosocial, existen cuatro áreas multidimensionales para la promoción del envejecimiento activo: 1) estilos de<br />vida, 2) funcionamiento cognitivo, 3) emoción y afrontamiento y 4) funcionamiento psicosocial.</div><div align="justify"><br />PROGRAMAS DE PROMOCIÓN DEL ENVEJECIMIENTO ACTIVO<br />Con base en el II Plan Internacional de Acción sobre Envejecimiento (UN, 2002) y en el documento de la OMS, en los últimos años se han desarrollado múltiples programas para la promoción del envejecimiento activo. Entre ellos, cabe destacar el desarrollado por Fernández- Ballesteros y su equipo (Fernández- Ballesteros, 2002, 2005; Fernández-Ballesteros, Caprara, García e Íñiguez, 2004): Vivir con Vitalidad. El programa, diseñado para impartirse por profesores expertos en diferentes áreas involucradas, se ha aplicado durante 7 años consecutivos en la Universidad Autónoma de Madrid y puede utilizarse como texto para ser auto-administrado (Fernández-Ballesteros, 2002).</div><div align="justify"><br />Además, este programa cuenta con una versión multimedia que consiste en un curso estructurado en 23 conferencias- talleres de 3 horas de duración, con un contenido teórico práctico y con temas<br />agrupados en cuatro áreas, las cuales tienen que ver con cómo cuidar el cuerpo y la mente, cómo desarrollar la afectividad y el sentido de control y cómo ampliar la implicación social. La versión multimedia surge con el fin de conseguir una mayor difusión, tanto a nivel nacional como internacional (vídeos con 22 lecciones grabadas que los sujetos pueden ver en su casa o residencia).</div><div align="justify"><br />Además, el programa multimedia incluye la presentación del material, ejercicios propuestos en cada lección y las presentaciones utilizadas en Internet: (<a href="http://www.uninettuno.it/vitalagell">www.uninettuno.it/vitalagell</a> /frameset.htm). Así mismo, los estudiantes tienen la posibilidad de contactar con los profesores vía e-mail o por teléfono.</div><div align="justify"><br />La evaluación de la eficacia del programa ha sido muy positiva tanto en la versión presencial como multimedia. Ambas versiones han producido cambios significativos en el sentido esperado<br />en el grupo experimental (antes y después de recibir el programa) y en su comparación con el control con respecto a la visión sobre el propio envejecimiento, el nivel de actividad, la nutrición y el ejercicio físico. Sin embargo, las relaciones sociales mejoraron sólo en los sujetos que habían participado en la versión presencial. Además, en todos los casos en que se encontraron diferencias éstas se mantuvieron a los seis meses de seguimiento. </div><div align="justify"><br />CONCLUSIÓN<br />Los expertos coinciden en que el envejecimiento activo es un concepto biopsicosocial y, por tanto, no se reduce al mantenimiento de una buena salud libre de discapacidad, sino que también implica el mantenimiento óptimo de aspectos psicológicos y sociales.</div><div align="justify"><br />En base a datos empíricos obtenidos en distintas investigaciones, cuatro son las áreas que deben promocionarse para lograr envejecer activamente: hábitos saludables o salud comportamental, funcionamiento cognitivo, funcionamiento emocional, control y estilos de afrontamiento positivos y, finalmente, participación social.</div><div align="justify"><br />Los psicólogos deben desempeñar un papel fundamental en la mejora de dichas áreas, tanto a nivel individual como contextual. En este sentido, se están desarrollando programas para promocionar el envejecimiento activo como el programa Vivir con Vitalidad que ha producido efectos muy positivos en sus dos versiones (presencial y multimedia).</div><div align="justify"><br />En definitiva, se puede aprender a envejecer activamente y los psicólogos expertos en vejez y envejecimiento (psicogerontólogos), pueden contribuir muy positivamente a promover el envejecimiento activo de los individuos.</div><div align="justify"><br />I N F O C O P<br />N Ú M E R O 3 4 . 2 0 0 7<br />A g o s t o - O c t u b r e<br /></div><div align="justify">Edita<br />Consejo General de Colegios<br /></div><div align="justify">Oficiales de Psicólogos.<br /></div><div align="justify">España<br /></div><div align="justify">Director<br />José Ramón Fernández Hermida.<br /></div><div align="justify">Redacción<br />Silvia Berdullas.<br />Diego Albarracín.<br /></div><div align="justify">Diseño<br />Cristina García y Juan Antonio Pez.<br /></div><div align="justify">Imagen Portada<br />Jesús Campaña Yunta.<br /></div><div align="justify">Administración, maquetación y publicidad<br />Juan Antonio Pez Martínez.</div><div align="justify"><br />C/ Conde de Peñalver, 45 - 5ª Planta<br />Tels.: 91 444 90 20<br />Fax: 91 309 56 15<br />28006 Madrid - España.<br />E-mail: infocop@correo.cop.es<br />Impresión Intigraf S.L.</div><div align="justify"><br />C/ Cormoranes, 14. Poligono Industrial La Estación 28320 Pinto Madrid M-12764-2004 • ISSN 1138-364X.</div><div align="justify"><br />Los editores no se hacen responsables de las opiniones vertidas en los artículos publicados.<br /></div><div align="justify">I N F O C O P<br />se puede leer en la página WEB del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos <a href="http://www.cop.es/">http://www.cop.es</a><br /></div><div align="justify">INFOCOP 9<br />REFERENCIAS </div><div align="justify">Argyle, M. (2001). The psychlogy of happines. New York: Taylor & Francis.</div><div align="justify"><br />Baltes, P.B. & Baltes, M.M. (1990). Successful aging. New York: Cambridge University Press.</div><div align="justify"><br />Caprara G.V., Caprara, M.G., & Steca, P. (2003). Personality´s correlates of adult development and aging. European psychologist, 8, 131-147.</div><div align="justify"><br />Baltes, P.B. & Schaie,K.W. (1976). On the plasticity of intelligence in adulthood and old age: Where Horn and Donaldson fail. American Psychologist, 31. 710-725.<br /></div><div align="justify">Bandura, A. (1997). Self Efficacy: The exercise of control New York: Freeman.</div><div align="justify"><br />Fernández-Ballesteros, R., y Calero, M.D. (1995). Training effects on intelligence of older persons. Archives of Gerontology and Geriatrics, 20, 135-148.</div><div align="justify"><br />Fernández-Ballesteros, R. (1996). Psicología del envejecimiento: crecimiento y declive. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.</div><div align="justify"><br />Fernández-Ballesteros, R. (Dir.) (2002): Vivir con Vitalidad (5 Volúmenes). Madrid: Pirámide.<br /></div><div align="justify">Fernández-Ballesteros R, Zamarrón, M.D., Tárraga, L, Moya, R., e Iñiguez, J. (2003). Cognitive plasticity in healthy, mild cognitive impairment subjets and Alzheimer´s disease patients. A research project in Spain. European Psychologist, 3, 148-159.</div><div align="justify"><br />Fernández-Ballesteros, R., Caprara, M.G., García, L.F. (2004): Vivir con Vitalidad- Ò: Un Programa Europeo Multimedia. Intervención social, 13: 65-85.</div><div align="justify"><br />Fernández-Ballesteros, R., Caprara, M.G., Iñiguez, J. y García, L.F. (2004): Promoción del envejecimiento activo: efectos del programa “Vivir con Vitalidadâ“.</div><div align="justify"><br />Revista de Geriatría y Gerontología, 40, 150-161.<br /></div><div align="justify">Fernández-Ballesteros, R. (2005) Evaluation of “Vital Aging-M”: A Psychosocial Program for promoting Optimal Aging. European Psychologist, 10(2): 146-156.</div><div align="justify"><br />Fries, J.F., (1989). Aging well. New Cork: Addison-Wesley.<br /></div><div align="justify">García Huete, E. (2002). Controle su vida: me cuido y disfruto. En R. Fernández-<br /></div><div align="justify">Ballesteros (Ed), Vivir con vitalidad (Vol 1, pp 63-100). Madrid. Pirámide.<br /></div><div align="justify">Lazarus, R.S. (1980). The stress and doping paradigm. En A. Bond & J.C. Rosen (Eds.), Primari prevention of psychopathology. Vol. 4. Coping and competence during adulthood (pp.28-74). Hanover, NH: University Press of New England.<br /></div><div align="justify">Organización Mundial de la Salud (1990). Healthy aging. Copenhagen: WHO.</div><div align="justify"><br />Organización Mundial de la Salud (2002). Active Aging. Geneva: WHO<br /></div><div align="justify">Rowe, J.W., y Kahn, R.L. (1987). Successful aging. The Gerontologist, 37, 433-440.</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4850000805865426324.post-81001227468588043192008-08-04T16:39:00.000-07:002008-08-04T17:17:34.947-07:00LOS OBJETOS FAVORITOS EN LA ADULTEZ Y LA SENECTUD<div align="justify"><span style="font-family:arial;">- 177 - anales de psicología 1998, vol . 14, nº 2, 177-192 © Copyright 1998: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia Murcia (España). ISSN: 0212-9728</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;"><strong><span style="font-size:130%;">Los objetos personales favoritos en la adultez y senectud. Una aproximación empírica</span></strong></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"><br />Nazario Yuste Rossell. Universidad de Almería. Ignacio González Almagro* Universidad de Murcia</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Resumen: Sobre dos grupos de edad (348 adultos y 203 ancianos), y mediante un Cuestionario, basado en otro de Kamptner, Kayano y Peterson (1989), examinamos qué objetos se prefieren en la Infancia y Adolescencia, y cuáles actualmente; si estos cambian por circunstancias especiales, cuáles de los que se carece se desean, y qué sentimientos afloran ante su pérdida. Se busca mostrar, en una primera aproximación, si existe apego a los objetos, y su sentido e importancia a lo largo del ciclo vital humano. Los resultados manifiestan que ni el estado civil, localidad, o nivel cultural influyen; sin embargo aparecen diferencias de género en las preferencias infantiles y adolescentes, y también en las de los adultos y ancianos (coincidente con trabajos de Csikszentimihalyi y Rochberg-Halton, 1981; Sherman y Newman, 1977-78; Kamptner, Kayano y Peterson, 1989). Razones determinantes para preferir unos u otros objetos a lo largo del ciclo vital, son la edad, la cohorte generacional, el género y las influencias sociales. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La discusión focaliza futuras investigaciones en las que se considerarán aspectos transculturales, la superación o no de las diferencias de género (dada la actual androgenia), y si inciden las nuevas tecnologías en las futuras generaciones de adultos y ancianos.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Palabras clave: Objetos favoritos, apego, adultez, senectud, life-span, cohorte, género.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Title: The favorite personal objects in the Adulthood and Senility. An empiric approach.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Abstract: Concerning two age groups (348 adults and 303 senior citizens) and by means of a questionnaire based on one by Kamptner, Kayano and Peterson (1989), we examined what objects were preferred in infancy and adolescence and which are preferred now, if these change due to special circumstances, which of those now lacking are wanted and what feelings are perceived at their loss. It is intended to show, in a first approximation, if their exists an affinity for objects, and its meaning and importance during the whole human life cycle.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">The results show that neither marital status, locality nor cultural level influence preferences, however differences do appear in the kind of favorite things preferred by children and adolescents, also in those preferred by adults and older people (coinciding with works by Csikszentimihalyi and Rochberg- Halton, 1981; Sherman and Newman, 1977-78; Kamptner, Kayano and Peterson, 1989). Main reasons in order to prefer one oject or another during the life-span are age, generation cohort, gender and social influences. The study focuses on future investigations in which transcultural aspects will be considered, the overcoming or not of gender differences (given the present androgeny) and whether new technology will affect future generations of adults and senior citizens.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Key words: Favorite objects, attachment, adulthood, age and senility, life-span, cohort, gender.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Introducción<br />Algunos precedentes<br />Con una perspectiva nueva y sugestiva vamos a abordar la importancia que las diversas posesiones, y más concretamente los objetos favoritos, pueden tener la siguiente: * Dirección para correspondencia: Ignacio González Almagro. Dpto. de Psicología Evolutiva y de la Educación. Universidad de Murcia. Campus de Espinardo (Edif. "Luis Vives"). Aptdo. correos 4021, 30080 Murcia (España).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">E-Mail: </span><a href="mailto:ignaciog@fcu.um.es"><span style="font-family:arial;">ignaciog@fcu.um.es</span></a><br /></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Es un hecho comprobado la escasez de estudios psicológicos en este campo, a pesar del interés que ha venido mostrando la filosofía acerca de las cosas, especialmente el pensamiento existencialista.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Dentro de la psicología científica encontramos algún precedente en James (1890) y en Lersch (1962). El primero considera que el individuo tiene más de un yo. Y así distingue entre el “yo espiritual”, el “yo social” y el “yo material”; este último yo está constituido por la totalidad de posesiones materiales (entre las que incluye el propio cuerpo), propiedades, riqueza, dinero, etc. La alegría y la pena o depresión son las respectivas réplicas emocionales al incremento o reducción de las posesiones. El segundo autor sitúa la atención humana hacia las cosas, dentro de<br />178 Nazario Yuste Rossell e Ignacio Gonález Almagro anales de psicología, 1998, 14(2) las tendencias cognoscitivas y amorosas. El ser humano atiende a cuantos objetos le interesan, pero<br />especialmente a los de orden transcendente, como la Patria, la Naturaleza, el Arte, etc. El individuo busca el mundo como objeto de conocimiento, lo que origina sentimientos de asombro y de admiración. En la tendencia amatoria hacia los objetos se cumplen los mismos rasgos primordiales del amor al prójimo: “En el amor dirigido a lo extrahumano se descubre siempre, como lleno de sentido, algo con todo el peso de una realidad esencial… el mundo se le ofrece (al<br />hombre) como horizonte de sentido hacia el cual vive… nuestra existencia resulta (puede resultar) estimulada por la norma de que sólo tiene sentido un mundo en el que se halla el objeto amado”(Lersch, 1962, pp.237-238).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Otros investigadores han analizado la importancia de los objetos en las distintas etapas del desarrollo. Stevenson (1954) y Rochberg-Halton (1984) subrayan el papel de los objetos en los procesos de desarrollo del yo, especialmente en los primeros años de la vida. Csikszentimihalyi y Rochberg-Halton (1981), Lieberman y Tobin (1983) y Erikson, Erikson y Kivnick (1986) han investigado, en la etapa adulta, cómo las posesiones pueden cooperar al cultivo y mantenimiento del yo; y ya, en la senectud, pueden ayudar a recordar a los individuos quiénes han sido. En cuanto al análisis de la repercusión que tienen las posesiones en las diversas facetas de la adultez y vejez están los trabajos de Kamptner, Kayano y Peterson (1989). Las influencias sociales en la preferencia de las posesiones quedan reflejadas en los estudios de Irwin y Gebhard (1946) y de Hong y Townes (1976)</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Los objetos a analizar en este trabajo<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En primer lugar, nos centramos exclusivamente en los objetos físicos, materiales, independientemente de otras realidades vivas, como personas, animales o plantas. Estos objetos deben ser posesibles virtual o realmente. Es verdad que las personas pueden ser el mayor tesoro que posee el individuo; y así lo manifestaron algunos de nuestros encuestados, cuyas respuestas no se han tenido obviamente en cuenta.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">El hecho de que las personas estén efectivamente influidas por sus seres queridos cuenta ya con muchos estudios; sin embargo, no abundan los que se refieren a la inclinación afectiva y de apego hacia los objetos.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">En segundo lugar, nos referimos a los objetos materiales que son posesiones del ser humano. La<br />“posesión” implica una exclusividad, que ha logrado (o ganado) aquel individuo del cual es la cosa; una exclusividad que de manera más contundente o más pacífica, más solidaria o más egoísta, encierra un punto de competencia con los demás, para hacer que el objeto sea suyo, y no de otros, para usarlo él, y para conservarlo dentro de su esfera de poder. Hablamos de objetos personales cuando “son nuestros”, y resultan absolutamente intransferibles. </span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">En tercer lugar, los objetos que nos ocupan, además de ser materiales y de ser nuestros, han de<br />tener una cierta significación para nosotros. Son objetos especiales, objetos preferidos entre otros, predilectos o favoritos, y que destacan entre las demás cosas de mi propiedad. Estos objetos se convierten en fin en sí mismos. Esta condición se traduce en una conducta de apego.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">La conducta de apego<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Se entiende por apego toda aquella “forma de conducta que consiste en que un individuo consigue o mantiene proximidad a otra persona diferenciada y preferentemente individual y que es considerada, en general, como más fuerte y/o más sabia” (Bowlby, 1979, p.157); “el rasgo esencial de la vinculación afectiva consiste en que los dos participantes tienden a permanecer en mutua proximidad. Si están apartados, cada uno de ellos buscará más pronto o más tarde al otro, restableciendo así la proximidad” (Idem, p. 92). Bowlby se ocupa, pues, del apego a las personas, que tiene un contenido social. A nosotros, sin embargo, nos interesa el apego a un contexto físico<br />o material.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Entre el apego social y el apego físico, no obstante, se dan las siguientes similitudes: a) Ambos aparecen como una tendencia natural del ser humano a establecer vínculos afectivos. b) Esta tendencia conduce hacia una conducta de proximidad. c) esta tendencia se da a lo largo de todo el ciclo vital, como señala Bowlby (“de la cuna a la sepultura”, Idem, p.157); y confirma Baltes: Los objetos personales favoritos en la adultez y senectud. Una aproximación empírica 179 anales de psicología, 1998, 14(2) "los comportamientos relacionados con el apego no se dan solamente en los primeros años de vida, dentro del contexto de las relaciones padre-hijo, sino que el apego puede desarrollarse en muchas ocasiones a lo largo del ciclo vital, como en la formación y transformación de las amistades del adolescente y de los adultos en sus marcos ocupacionales, como en ámbitos familiares como el matrimonio, el divorcio o un segundo matrimonio…”(Baltes, 1986, p.257).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">d) La conducta de apego cumple una serie de funciones simbólicas. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">e) En ambos se da la especificidad (se dirige hacia alguno o algunos objetos determinados) y la intervención de emociones, que surgen en la formación, mantenimiento, ruptura y renovación del apego.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Por otra parte, entre ambos tipos de apego podemos señalar también algunas divergencias: a) El apego físico es más cambiante que el apego a personas, y no tiene una función biológica, aunque no descarta buscar la seguridad, el gusto o placer, etc. b) Los hipotéticos períodos de sentimientos que se dan ante la pérdida de apego social, no suelen darse ante la pérdida del objeto físico. c)La diferente intensidad del apego con el paso del tiempo; así, los adultos parecen más contundentes, eficaces y prácticos a la hora de defender sus posesiones, que los niños. d) La condición de inerte del objeto físico no produce una relación afectiva circular como en el apego a personas, aunque pueda provocar emociones y reacciones.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Significación humana de las posesiones Parece ser que la característica de adueñarse y poseer un objeto material como “fin en sí mismo” es exclusiva del ser humano. El apego social con sus rasgos descritos en el ser humano, como “la ansiedad y protesta, desesperación y desorganización, desapego y reorganización son también la regla general en muchas otras especies…, como aves, mamíferos inferiores y primates”(Bowlby, 1986, p.74). Recordemos el caso de los monos rhesus (Harlow, 1961); el estudio de Lorenz (1965) con las crías de oca; la conducta de las ratas experimentalmente aisladas (Levine y Otis, 1958, citados por Monedero,<br />1986); cómo se esfuerza un chimpancé macho en despertar a su pareja muerta (Pollock, 1961, citado por Bowlby, 1986); o el cordero huérfano, que se apega al ser humano, y no mantiene, tras esto, ningún vínculo social con las ovejas (Bowlby, 1986).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">También conocemos, no obstante, el apego de algunos animales a ciertos objetos, aunque aquellos son incapaces de toda simbolización (Vullemin, 1948), cuando en el simbolismo de los objetos estriba el interés de estos para el ser humano.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Variables mediadoras y condicionantes en la adquisición de objetos.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Las variables de mayor incidencia en esta adquisición, según muestran los autores estudiados, son el sexo, la personalidad, y la edad; aunque no hay que olvidar la mediación de otros resortes, como las estructuras sociales, la profesión, la capacidad económica, la disponibilidad de tiempo para el ocio, etc.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">En relación al sexo, los estudios de Sherman y Newman (1977-78), de Csikszentimihalyi y Rochberg- Halton (1981) señalan algunas diferencias significativas entre los objetos preferidos por el chico, y los preferidos por la chica, así como los elegidos por los hombres maduros o viejos, y por las mujeres mayores o ancianas. Queda por precisar si estas diferencias son debidas al sexo, o más bien al contexto socio-cultural.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">En cuanto a los factores de personalidad, Cohen y Clark (1984, pp.106-111) afirman que la tensión, esto es, la excitabilidad, inquietud y ansiedad, correlacionaban con el temprano apego a un objeto; mientras que la ausencia de ese apego temprano a algún objeto volvía a los sujetos insociables, solitarios o aferrados a sí mismos. Goldberg (1984, p.71) sostiene que quien goza de alguna posesión favorita en la infancia, es una persona con facilidad para establecer relaciones sociales, tanto en la adolescencia como en la adultez.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">La tercera variable, la edad, es para nosotros de máximo interés. Los objetos favoritos pueden ir<br />cambiando con la edad, pero también su significado. Durante la infancia, el apego a un objeto parece estar condicionado por el desarrollo cognitivo y social. Wallon (1965) siempre ha defendido que el mundo del niño es preferentemente de personas, y no de cosas. El apego a los objetos es considerado como parte del desarrollo emocional, y su valor funcional es de ser sosegadores y tranquilizadores para el niño, en caso de ansiedad, inquietud, separación de la madre, etc. (Winnicott, 1953). En la infancia media sigue el 180 Nazario Yuste Rossell e Ignacio Gonález Almagro anales de psicología, 1998, 14(2) niño usando el mismo objeto de la primera infancia como un tranquilizador en caso de angustia o miedo, o en momentos de actividad (Sherman, Hertzing, Austrian y Shapiro, 1981). Durante la adolescencia, se necesitan cosas que ayuden a establecer la identidad personal, que faciliten el contacto con el medio ambiente, que posibiliten el desarrollo de las propias habilidades (instrumentos musicales, material deportivo, vehículos, etc.)(Csikszentimihalyi y Rochberg- Halton, 1981). Algunos objetos pueden, por ejemplo, compensar la separación de su familia (Horton, Louy y Coppolito, 1974). La privación de los objetos de valor, que Goffman (1961) denomina “pérdida del equipo de identidad”, puede degenerar en múltiples psicopatologías; o en conductas potencialmente desadaptativas (Sherman y Hertzig, 1983).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">En la etapa de adultez y senectud, se da un cambio hacia los objetos que guardan una relación con personas concretas. Podemos clasificarlos en: 1) Objetos de contemplación, como los regalos de valor, las vajillas, las joyas simbólicas, objetos que hacen referencia a logros personales, objetos religiosos (Sherman y Newman,1977-78), con los que nos introducimos en el mundo de los recuerdos. 2) Objetos muebles, que simbolizan realidades sobre las que el sujeto deposita su interés, como es la mesa (antiguamente tan vinculada al sentido de la casa como “hogar”); la cama o lecho, especialmente el matrimonial, que llega a adquirir un carácter semisagrado<br />y exclusivo; y otros enseres vinculados a personas. 3) Objetos inmuebles, como las tierras, sobre todo cuando son heredadas; o la casa, que cumple los oficios de protección, identidad, comodidad y seguridad para las personas ancianas. Para Goethe, según se manifiesta en el Fausto, el hombre sin hogar está desnaturalizado.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Es lo que denunció Marías (1964, p.74) quien afirma que cuando se desequilibra el “estar” y el “pasar” a favor de este último, puede llevar, en la práctica, si falla el sentido de centro propio, a una situación de desarraigo. El ser humano “perdería todo apoyo si no tuviera un punto de referencia fijo al que se encuentran vinculados todos sus caminos, del que parten y al que retornan”… es la exigencia de un “centro del espacio vivencial” (Bollnow, 1969, p.117).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Funciones simbólicas de los objetos</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Entre las funciones simbólicas principales que desempeñan las posesiones, podemos señalar las siguientes: a) La función utilitaria de los objetos es probablemente la más evidente. Es la dimensión de herramienta que tienen algunos objetos. La mayoría de las herramientas específicas (por ejemplo, el instrumental médico, o el código del abogado) se convierten en algo inherente al propio trabajo, por lo que no se pueden considerar como meros medios. b) Como reflejo de estructuras sociales y dominio social. En todas las culturas, protocolos o liturgias hay objetos que simbolizan el status social o el poder. Los bastones de mando, coronas, tiaras o ínfulas de todo tipo. Suelen ser objetos valiosos y/o antiguos, puesto que justifican el dominio o predominio social de unas personas sobre otras. c) Como fuente de motivación de afecto, que ayudan a satisfacer ciertas necesidades emocionales, como a superar la “ansiedad de separación” o que nos sirven de consuelo y compañía ante la melancolía, la añoranza o la soledad. Mientras que en el mundo social no podemos saldar nuestras necesidades emocionales cada vez que se nos antoje, los objetos sí pueden siempre satisfacer nuestros deseos y apetencias (Furby, 1978; Neal, 1985).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">d) Objetos de dominio y control de uno mismo y del mundo, ya que proporcionan al individuo seguridad para controlar su medio ambiente (como, por ejemplo, las estampas para el torero). Esta seguridad puede ayudar al desarrollo del “yo” y del “no yo”, o del sentido de sí mismo; aunque también puede perjudicar al sujeto cuando se mueve en la esfera de los amuletos, los fetiches, objetos de suerte, etc., entre los que se hallan a veces objetos religiosos. “El fetichismo surge allí donde no es posible la aprehensión de la realidad como tal, es decir como un todo, a la cual nos sentimos instados” (Castilla del Pino, 1971, p. 79). De aquí las cantidades millonarias que se pagan en las subastas de objetos de los famosos. Aunque el fetiche existe en todas las culturas, sin embargo curiosamente no abunda su consideración como objeto favorito en las investigaciones realizadas (Kamptner et al., 1989).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">e) Objetos de identificación personal o que permiten reconocer a la persona sólo a través del objeto significativo (el bastón de A. Gala, por ejemplo). También la identificación puede significar que el sujeto Los objetos personales favoritos en la adultez y senectud. Una aproximación empírica 181 anales de psicología, 1998, 14(2) tiende a parecerse a otra persona; pero cuando se trata de un objeto, el individuo tiende a identificar parte de su yo con dicho objeto. En ocasiones, estos objetos funcionan como reforzadores, evitando, en algunas ocasiones, la desorientación del sujeto. Así, para J. Kron (1983), las posesiones constituyen la fábrica de experiencia de una persona. </span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">f) Objetos que definen el yo. Psicológicamente, el yo indica la realidad a la cual se refieren todos los hechos psíquicos (representaciones, pensamientos, conducta, etc.); todos ellos son míos, porque se refieren a una misma realidad, que es mi yo, es decir, la conciencia unitaria de sí mismo o self. El objeto, por su reiterada existencia relacionada con el sujeto, puede dar una idea del yo, de una forma más continua; él es parte de la historia del yo, que puede ayudar a recordar distintos aspectos del mismo.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">g) Objetos como elementos del pasado. Como consecuencia de lo anterior, vemos que los objetos, sobre todo en la edad adulta y vejez, pueden funcionar como punto de apoyo que permite al sujeto decir “soy quien he sido siempre”(Lieberman y Tobin, 1983). A través de las posesiones, el sujeto puede percibir “materialmente” la continuidad del yo sobre el tiempo (Erikson et al., 1986). Butler y Lewis (1983) califican a las posesiones como “instantáneas del pasado”, que pueden generar recuerdos, sentimientos, etc.; o pueden servir también de unión con personas ya desaparecidas (Korelitz, 1986). El proceso de revisión de nuestras experiencias, propio de las últimas etapas del ciclo vital, es fundamental para dar sentido al yo (Marshall, 1980).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">h) Objetos como elementos del futuro. Este significado comprende dos aspectos. El primero, se refiere a que las metas u objetivos que se plantea un individuo se encarnan en determinadas posesiones; así, éstas se hacen objetivo de la vida, y pueden también ser fundamento de vínculos y relaciones. Schudson (1986) interpreta los regalos, y su conservación, como la representación simbólica de las relaciones, y de los afectos con el otro. Los anillos matrimoniales simbolizan la unión entre personas, y conectan con un proyecto total de vida futura en común, y que se pretende, al menos originariamente, que sea vitalicio.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">El segundo, se refiere a posesiones, cuya finalidad, es lograr, de algún modo, la supervivencia del propietario después de su muerte. Es el caso, por ejemplo, de esa carta para ser leída después de la muerte de su autor, donde aparecen los sentimientos que, según analiza detenidamente Unruh (1983), expresan aquellas personas que, después de morir, intentan seguir presentes en el recuerdo, gracias a las cosas, a través de cartas, testamentos, etc.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En síntesis, nos proponemos analizar los objetos o posesiones personales, y a la vez que sean favoritos o predilectos. Las variables principales a tener en cuenta son el sexo y la edad, ya que las otras variables, como el domicilio, el estado civil y el nivel de estudios no tienen incidencia alguna (como después veremos) en el favoritismo por unos u otros objetos. El propósito y objetivos de este estudio se centra, pues, en el análisis de las posesiones favoritas que las personas adultas y ancianas tienen en la actualidad; y, a la vez, indagar qué objetos predilectos y su significado tenían en las anteriores etapas de su infancia y de su adolescencia; y descubrir las hipotéticas diferencias o semejanzas entre los distintos grupos de edad respecto a las causas de dicha predilección.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Esta primera aproximación, inscrita en un marco psicológico descriptivo, trata de mostrar la existencia o no del apego a los objetos, y su sentido e importancia en la existencia humana. Esta importancia queda reflejada según el tiempo o momentos que el sujeto solía estar con los objetos favoritos durante su niñez, adolescencia, y en la actualidad. También analizamos si hay cambios de unos objetos por otros según determinadas circunstancias. Estas circunstancias a analizar son: 1) supuesto caso de incendio; 2) objetos que tranquilicen cuando se está inquieto o alterado; y 3) si tienen objetos que pueden traer suerte. Igualmente analizamos qué objetos de los que se carece, se desearía tener; y qué sentimientos afloran en las personas, en caso de pérdida del objeto favorito. Por último, queremos conocer si la elección de objetos viene determinada a través de influencias de otras personas.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Método<br />Participantes<br />Los sujetos participantes son 551, repartidos en dos grupos de edad. Uno que llamamos adultez (n=348, que supone el 63.16 % de la muestra total); y otro de senectud (n =203, que corresponde al otro 36.84 %).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">En cada uno de estos dos grupos se establecen tres 182 Nazario Yuste Rossell e Ignacio Gonález Almagro anales de psicología, 1998, 14(2) intervalos de edad, lo que hace un total de seis: 34/44 años, 45/54 años, y 55/64 años para los adultos; y 65/74 años, 75/84 años, y 85 años o más para<br />los ancianos. Esta muestra ha sido elegida al azar; siendo más laborioso obtener representantes masculinos (más reacios a colaborar) que femeninos.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Igualmente hemos tenido más dificultades en la obtención de la muestra del grupo de ancianos. Las características generales de la muestra: 1) Según sexo: 310 femenino (56.26 %); y 241 masculino (43.74 %). 2) Por el lugar de residencia: 289 de la capital (52.45 %); y 262 de zonas rurales (47.55 %). 3) Según estado civil: 70 solteros (12.74 %); 360 casados (65.35 %); 102 viudos (18.45 %); y 19 separados (3.46 %). 4) Según estudios: 146 sin estudios (26.50 %); 227 con estudios primarios (41.19 %); 91 con estudios de bachillerato (16.51 %); y 87 con estudios universitarios (15.78 %). 4) Por razón de edad, que es lo que más interesa a nuestro enfoque evolutivo, y según la subdivisión de intervalos realizada, tenemos: a) Grupo de Adultos (n =348), adultez temprana (35 a 44 años) 131 sujetos (23.78 % del total, y el 37.64 % del grupo); adultez media (45 a 54 años) 124 sujetos (22.52 % del total, y el 35.63 % del grupo); adultez última (55 a 64 años) 93 sujetos (16.90 % del total, y el 26.73 % del grupo). B) Grupo de Senectud (n =203), presenectud (65 a 74 años) 101 sujetos (18.35 % del total, y el 49.75 % del grupo); vejez (74 a 84 años) 66 sujetos (11.80 % del total, y el 32.50 % del grupo); vejez última (85 años o más) 36 sujetos (6.55 % del total, y el 17.75 % del grupo).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Los sujetos viven principalmente en ubicaciones tanto urbanas como semiurbanas; y son heterogéneos con respecto a la clase social y al nivel de educación. Aunque no podemos hacer generalizaciones de nuestros hallazgos, ya que no es una muestra estrictamente representativa de la población nacional, sí podemos afirmar que esta muestra no es especial en sus características. Así, la participación de los ancianos es menor, no sólo por su mayor dificultad en la recogida de datos, sino también porque, a pesar de la creciente longevidad, siempre los adultos serán más numerosos. Algo parecido sucede respecto al estado civil, ya que aparecen un 65.35 % de casados, que es el estado más frecuente; y un 18.45 % de viudos, de los que un 28.73 % son varones, y un 55.17 % son ancianas. En cuanto al nivel de estudios, vemos que, según se asciende en las cotas de edad, van disminuyendo las personas con estudios universitarios, o con bachillerato, y van aumentando los que carecen totalmente de estudios, sobre todo en el sexo femenino; lo cual es totalmente congruente con la situación educativa y cultural de las generaciones mayores.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Procedimiento</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Hemos utilizado un Cuestionario apto para ser autoadministrado, basado en otro ideado con parecidos propósitos por Kamptner et al. (1989). Este Cuestionario consta de siete apartados: 1) Datos personales (sexo, edad, estado civil, nivel de estudios y población). 2) Objetos preferidos que tuvieron en su infancia (lo que más le gustaba de ese objeto, cuándo estaba con él, si aún lo conserva, y si lamenta no conservarlo, y por qué) 3) Objetos favoritos que tuvieron durante su adolescencia (items parecidos a los de la infancia). 4) Posesiones favoritas actuales (qué objeto u objetos, cómo lo adquirió, por qué es especial, si lo usa o no frecuentemente, qué otras cosas le son especiales, y por qué). 5) Cambio de objetos favoritos según las circunstancias, como qué salvaría al producirse un incendio en su casa, qué objeto le tranquiliza en momentos de soledad o inquietud, cuál le aporta suerte, qué significan las herencias familiares, si hubo o no intercambio de objetos con ocasión de separarse de algún amigo. 6) Posesiones de las que carece y que desearía tener. 7) Qué sentimientos le producen y qué valor les da a los objetos favoritos perdidos.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">El cuestionario fue autoadministrado por la mayor parte de los sujetos, excepto en un pequeño grupo de ancianos que prefirió que les fueran leídas las preguntas, y que las respuestas fueran escritas por el entrevistador entrenado. La duración dependió, en cada caso, de las dificultades de cada sujeto para leer y escribir. No fueron necesarias realizar aclaraciones importantes; y en todo momento se respetó tanto la colaboración de los sujetos como el responder o no a cada item.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Para poder analizar los resultados, recurrimos previamente a la clasificación de los posibles objetos favoritos. En esta clasificación aparecen 30 categorías de objetos, inspiradas (aunque adaptadas a nuestro entorno) en Kamptner et al. (1989), quienes se basaron, a su vez, en el estudio de Csikszentimihalyi Los objetos personales favoritos en la adultez y senectud. Una aproximación empírica 183 anales de psicología, 1998, 14(2) y Rochberg-Halton (1981). También adoptamos otra categorización de 14 posibles significados atribuidos a esos objetos. Una tercera categorización se refiere al factor tiempo, e indica no sólo cuánto o cuándo se usa el objeto, sino también cuánto lo conservó, y cuándo, o cómo, se obtuvo. Por último, establecimos un tipo de categorías sobre los sentimientos ante la posible pérdida del objeto; y otro referido a qué influencias se dieron en la adquisición de los mismos (Ver Tablas de Categorización en el Anexo I).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Hemos empleado el software estadístico SPSS, con el que hemos confeccionado las distintas Tablas, donde aparecen los porcentajes, las tendencias y la significación estadística, en su caso, de las distintas variables relacionadas.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Resultados<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Las variables domicilio y el estado civil no muestran incidencia alguna en el favoritismo por unos u otros objetos. Algo similar ocurre con el nivel de estudios; parecía lógico, por ejemplo, que a mayor nivel cultural o de estudios, del primer intervalo de dad (35/44 años), con un índice importante de universitarios, motivara el apego hacia los libros; sin embargo, sólo hallamos un 3.73 % de sujetos en esta edad afectos a ellos; por contra, curiosamente, el mayor apego a los libros, con un 11.49 % de sujetos interesados en los mismos, se da en el grupo de los ancianos mayores, cuando solamente nos hallamos con siete universitarios en todos los intervalos de edad del grupo de viejos de la muestra, y con un alta tasa de individuos que carecen de todo tipo de estudios. Así la relación entre el nivel de estudios y elección de libros como objetos favoritos es muy baja (χ2 = 0.25; p = 0.6151) (Tabla 1). Se diría que, o los hombres de libros se cansan de éstos, o que en la vejez se goza de tranquilidad para leer, o que sólo se interesan por los libros aquellas personas que, a lo largo de la vida se vieron privadas de las mejores oportunidades para tratar con ellos.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Existencia real de posesiones favoritas<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Casi el 90% de los sujetos confiesan tener, en la actualidad, posesiones preferidas, frente a un 10.16 % que no las reconocen (aquí incluimos también los que no contestan). Tanto en la adultez como en la ancianidad las personas viven apegadas a algún objeto; y aunque éste puede cambiar, este hecho aparece igualmente a lo largo del ciclo vital. Así ocurrió durante la infancia de los sujetos de nuestra muestra, como lo demuestra el hecho de que el 76.44% de los adultos encuestados, y el 62.07 % de los viejos afirmen haber sentido apego a alguna cosa concreta en aquella edad. Parecida situación se daba durante su adolescencia (88.22 % de los adultos, y el 79.31 % de los ancianos), con exclusión, en ambos grupos, de quienes lo niegan, quienes lo han olvidado y los que no contestan. Por otra parte, tanto los adultos como los ancianos lamentan haber perdido, en su caso, su objeto preferido durante su niñez (un 75.34 % de los adultos, y un 79.17 % de ancianos), como durante su adolescencia (69.34 % de adultos, y un 70.59 % de ancianos). Evidentemente existe el apego que hemos llamado físico, aunque el objeto preferido pueda ser distinto según edad o género.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">En cuanto al tipo de objetos que fueron preferidos durante su infancia, la tendencia se escora hacia las muñecas en la muestra femenina (48.50 % de mujeres adultas, y 45.69 % de ancianas); y hacia los juguetes de acción, como pelotas, balones, bicicletas, cuando son los varones los encuestados (42.86 % de adultos, y el 37.93 % de ancianos). Estas diferencias de género son significativas (χ2 = 169.09; p < 0.01) (Tabla 2).<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Respeto a los objetos preferidos en su adolescencia, aunque en principio persevera un curioso porcentaje de inclinación hacia los juguetes (13.30 % en ancianos, y un 6.25 % en adultos), los centros de interés se desplazan hacia la ropa, discos y gramófonos cuando son los adultos los que contestan; y hacia la ¿ropa y joyas cuando son los ancianos. Aquí también encontramos diferencias de género. Así las joyas y ropa son los objetos más favoritos para la mujer, mientras que para los varones son los objetos que exigen dinamismo o energía (χ2 = 121.66; p <></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">184 Nazario Yuste Rossell e Ignacio Gonález Almagro anales de psicología, 1998, 14(2)<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Tabla 1: Relación nivel de estudios / elección de libros<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">SUJETOS SIN ESTUDIOS n %<br />UNIVERSITARIOS n %<br />TOTALES n %<br />ELECCIÓN DE LIBROS 11 6,51 13 7,69 24 14,20<br />NO ELECCIÓN DE LIBROS 78 46,15 67 39,64 145 85,80<br />TOTALES 89 52,66 80 47,34 169 100,00<br />χ2 = 0,25 ; p = 0,6151<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Tabla 2: Correlación género / juguetes infantiles<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">JUGUETES DE ACCIÓN n %<br />MUÑECAS n %<br />TOTAL n %<br />VARONES 107 36,27 1 0,34 108 36,61<br />HEMBRAS 37 12,54 150 50,85 157 63,39<br />TOTAL 144 48,81 151 51,19 295 100,00<br />χ2 = 169,09 ; p<0,01</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">En la edad adulta, el apego se orienta a otras realidades diferentes de las que tuvieron durante su infancia y su adolescencia. Los objetos que los adultos prefieren, en conjunto, son joyas, inmuebles y vehículos a motor. Dentro de esta nueva tendencia, aparecen nuevamente las diferencias significativas de género, ya que las joyas son esencialmente femeninas (36.08 % de mujeres, frente al 4.86 % de hombres); mientras que los vehículos e inmuebles son más bien preferencia de los hombres (χ2 = 75.56; p <></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Los objetos preferidos en la senectud siguen siendo las joyas, seguidas de los pequeños aparatos (cámaras fotográficas, televisores, etc.), ropa y prendas de vestir. Cuando se les pregunta sobre “otras posesiones especiales” o “qué salvaría de incendiársele su casa” aparecen en segundo lugar las fotografías. Estas, y los aparatos suponen los cambios de una mayor significación en el apego físico de adultos y ancianos.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Las diferencias de género nuevamente se dan (χ2 = 43.69; p <></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Tabla 3: Correlación género / objetos preferidos en la adolescencia<br />EQUIPOS DEPORTIVOS n %<br />JOYAS n %<br />ROPA n %<br />VEHÍCULOS n %<br />TOTALES n %<br />VARONES 28 12,17 6 2,61 18 7,83 32 13,91 84 36,52<br />HEMBRAS 0 0 80 34,78 59 25,65 7 3,04 146 63,48<br />TOTALES 28 12,17 86 37,39 77 33,48 39 16,96 230 100,00<br />χ2 = 121,66 ; p<0,01<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Tabla 4: Correlación género / objetos preferidos en la adultez<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">INMUEBLES n %<br />JOYAS n %<br />OBJETOS RELIGIOSOS n %<br />VEHÍCULOS n %<br />TOTALES n %<br />VARONES 36 19,57 9 4,89 6 3,26 28 15,22 79 42,93<br />HEMBRAS 8 4,35 70 38,04 17 9,24 10 5,43 105 57,07<br />TOTALES 44 23,91 79 42,93 23 12,50 38 20,65 184 100,00<br />χ2 = 75,56 ; p<0,01<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Los objetos personales favoritos en la adultez y senectud. Una aproximación empírica 185 anales de psicología, 1998, 14(2) Causas de la predilección por los objetos La causa y el significado que el objeto preferido cobra para el sujeto cambia radicalmente en las distintas fases del ciclo vital. Durante la infancia los objetos eran favoritos en primer lugar por las cualidades mismas de las cosas (suavidad, color, movimiento, etc.) (27.59 % de adultos; 22.17 % de ancianos), y en segundo lugar por suministrar experiencias divertidas (24.71 % de adultos, y 21.17 % de ancianos). Parecida tendencia encontramos durante la adolescencia, tanto de los adultos como de los ancianos. Las cualidades de los objetos, y las experiencias divertidas que estos proporcionan son razones muy significativas del apego físico tanto durante su niñez como durante su adolescencia de las personas mayores (χ2 = 464.76; p <></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Tabla 5: Correlación género / objetos preferidos en la senectud<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">FOTOGRAFÍAS n %<br />JOYAS n %<br />LIBROS n %<br />PEQUEÑOS APARATOS n %<br />ROPA n %<br />VEHÍCULOS n %<br />TOTALES n %<br />VARONES 2 1,65 8 6,61 10 8,26 10 8,26 5 4,13 12 9,92 47 38,92<br />HEMBRAS 12 9,92 35 28,93 1 0,83 8 6,61 17 14,05 1 0,83 74 61,16<br />TOTALES 14 11,57 43 15,54 11 9,09 18 14,88 22 18,18 13 10,74 121 100,00<br />χ2 = 43,69 ; p<0,01<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Tabla 6: Correlación niñez y adolescencia / objetos preferidos<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">CUALIDAD n %<br />EX. DIVERTI n %<br />R. INTERPER n %<br />R. FAMILIA n %<br />TOTALES n %</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">NIÑEZ 141 15,97 130 14,72 13 1,47 13 1,47 297 33,64<br />ADOLESCENCIA 186 21,06 53 6,00 9 1,02 12 1,36 260 29,45<br />MAYORES 56 6,34 25 2,83 121 13,70 124 14,04 326 36,92<br />TOTALES 383 43,37 208 23,56 143 16,19 149 16,87 883 100,00<br />χ2 = 464,76 ; p<0,01<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Estas razones contrastan palpablemente con las razones dadas para la predilección de los objetos durante la adultez y vejez. En la adultez, las cualidades intrínsecas de los objetos se quedan en un 11.21 %, mientras que cobran peso los objetos que implican recuerdos de familia (22.13 %), y recuerdos interpersonales (22.99 %). Entre los ancianos, las cualidades de las cosas, como causa de elección, descienden al 8.37 % de la muestra total de viejos; mientras que se da un 20.20 % de los objetos que implican recuerdos de personas concretas; y los que suponen recuerdos de familia alcanzan un 27.59 %.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Momentos en los que se suele estar con los objetos favoritos Un objeto no merecerá la denominación de favorito o predilecto, si por parte del sujeto no se tiende a estar, con cierta frecuencia, junto a él. Ante la pregunta de cuándo se estaba con los objetos favoritos durante su niñez, lo más significativo es la nula contestación a la opción “nunca” (0.57 % de adultos; y 0.99 % de ancianos), lo que da a entender que las personas no conciben estar radicalmente aisladas del objeto que sienten como preferido. Son importantes los porcentajes a favor de “a menudo” (22.41 % de adultos; y 17.73 % de ancianos), y nada despreciables los que contestan “siempre” (13.79 % de adultos; y 7.88 % de ancianos). La respuesta más abundante, y quizás la más natural, ha sido “a veces” (40.23 % de adultos; y 30.05 % de ancianos); aunque hay que tener en cuenta que en ella están acumuladas también (por simplificar las estadísticas) las elecciones vertidas a favor de “al dormir” y “al jugar”. Por otra parte, hay que tener presente la distancia en años con que, desde la adultez y la ancianidad sobre todo, se ve la niñez, al margen de otros posibles errores de memoria; además del alto porcentaje de los que no 186 Nazario Yuste Rossell e Ignacio Gonález Almagro anales de psicología, 1998, 14(2) contestan, y las que reconocen no recordar. Lo cual no sucede a la hora de encarar los objetos predilectos en la actualidad.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">En cuanto al tiempo que se estaba durante la adolescencia, las cifras son similares a las anteriores, con las mismas precisiones. Sin embargo, durante la edad adulta y vejez cambia la tendencia; y el orden es: primero “siempre” (36.17 % de adultos; y 49.36 % de ancianos); en segundo lugar “a menudo” (29.43 % de adultos; y 25.64 % de ancianos); quedando en tercer lugar los que se limitan a tenerlo consigo “a veces” (27.66 % de adultos; y 19.23 % de viejos). El hecho de que sean ostensiblemente más mujeres que hombres quienes están siempre con el objeto, quizás se deba a las características de los propios objetos. No es lo mismo tener como favoritas las joyas o fotografías, que son fáciles de llevar consigo, que los vehículos o inmuebles, a pesar del apego que se tenga a éstos.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Cambio de objetos favoritos según las circunstancias<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En este apartado tratamos de estudiar la hipótesis de que los objetos favoritos pueden cambiarse<br />por otros según las circunstancias. Estas circunstancias analizadas han sido: 1) supuesto caso de incendio; 2) objetos que tranquilicen cuando se está inquieto o alterado; 3) objetos que pueden traer suerte. 1) En el supuesto caso de incendio, se le pregunta al sujeto qué cinco objetos trataría de salvar. Las opciones mayoritarias tanto de los adultos como de los ancianos se refieren a las joyas, fotografías, dinero (cartillas de ahorro), y los pequeños aparatos, especialmente TV y radio. En quinto lugar aparecen los documentos estimados importantes en los adultos; y la ropa en los ancianos. En estos objetos se mezclan los relacionados con los afectos y con los que suponen un pragmatismo real. Quizás son los afectos y la acción los dos polos importantes para la mayoría de los seres humanos.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">No obstante, los varones adultos salvarían, por este orden: documentos, dinero, joyas, fotografías y vehículos.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Los varones ancianos: dinero, documentos, fotografías, ropa y muebles. Todos estos objetos, salvo las fotografías, tienen un sentido útil y aprovechable, incluso las joyas. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Las mujeres adultas siguen este orden de preferencia: joyas, fotografías, dinero, ropa y pequeños aparatos.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Las ancianas: joyas, fotografías, ropa, dinero y objetos religiosos. En las razones de elección de objetos preferidos hallamos también aquí una diferencia significativa de género (χ2 = 19.41; p <></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">2) En cuanto a la predilección de objetos que tranquilicen cuando se halla alterado o triste; o incluso que le acompañen cuando se encuentra solo, la respuesta mayoritaria (40.52 % de adultos, y 39.41 % de ancianos) no manifiesta tener objetos de estas características. </span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Parece que ante la inquietud, la tristeza o la soledad son las personas y no los objetos las que más<br />pueden apoyar. No obstante, un porcentaje del 16.09 % de adultos, y un 22.17 % de ancianos sí que afirman que la radio y la televisión sirven para “acompañar”. Las demás preferencias con algo de peso son, en adultos y de modo parecido en ancianos, los libros (7.47 % y 5.42 % respectivamente), las fotografías (5.17 % y 9.35 %), los objetos religiosos (4.60 % y 4.43 %), y también los discos (8.33 % y 3.94 %). Todos estos objetos son cosas con las que uno puede solazarse, abstraerse, incluso dialogar y compenetrarse, y por tanto serenarse sin que nadie lo estime impropio, o lo juzgue como una anormalidad.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Tabla 7: Correlación género / razón de elección de objetos preferidos<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">AFECTOS n %<br />UTILIDAD n %<br />TOTALES n %<br />VARONES 62 15,27 93 22,91 155 38,18<br />HEMBRAS 158 38,92 93 22,91 251 61,82<br />TOTALES 220 54,19 186 45,81 406 100,00<br />χ2 = 19,41 ; p< 0,01<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Los objetos personales favoritos en la adultez y senectud. Una aproximación empírica 187 anales de psicología, 1998, 14(2)</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">3) A la cuestión de los objetos que pueden traer suerte, tanto adultos (71.84 %) como ancianos (66.01 %) responden mayoritariamente que no existen para ellos tales objetos; algunos de ellos son contundentes, y añaden que no creen en esas cosas. Sólo al referirse a los objetos religiosos, aparece alrededor de un 10 %, sobre todo, de mujeres, que afirman que dichos objetos le traen suerte. Quizás algunos confunden la providencia con el azar.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Objetos de los que se carece y que se desearían tener Tratamos de saber qué objetos desean las personas mayores, cuando carecen de ellos. Los datos reflejan en general que no se da este deseo. El 35.63 % de los adultos, y el 33 % de los ancianos niegan haber codiciado, envidiado, o deseado simplemente, alguna propiedad de su hermano/a. Si se tiene en cuenta los que no contestan y los que no recuerdan, tenemos un 20.39 % de adultos, y hasta un 28.08 % de ancianos que carecen de tal apetencia. Al preguntar por el deseo de propiedad de hermanos de distinto sexo al suyo propio, nos parece muy significativo que lo que más deseen las mujeres adultas sean los juguetes de los hermanos (10.82 %); y que los varones adultos deseen la ropa de sus hermanos (5.84 %); lo que indica que son personas que, en sus objetos de niñez, estuvieron condicionados por influjos sociales, que entonces no pudieron romper. El deseo por las joyas de sus hermanos/as que aparece en los ancianos, lo justifican ellos mismos, mayoritariamente, sobre la base de los recuerdos familiares e interpersonales.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Los sujetos encuestados no añoran, en general, objetos que, aunque pudieron tenerse, no se tienen. Lo que contrasta con el sentimiento de pesar que, generalizadamente, mostraban aquellas personas que no conservaban sus cosas favoritas de su infancia y de su adolescencia. Lo que se puede interpretar como que se añoran los objetos que, en su día, estaban plenos de sentido para el sujeto, y por eso le eran favoritos; y no aquellos otros que carecían de significado personal.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Sentimientos de pérdida<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Tratamos de observar cómo se reacciona ante una eventual pérdida de algún objeto, y hasta qué<br />punto el sentimiento de apego subsiste pese a ello. </span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Los resultados nos ponen de manifiesto que ante la pérdida de un objeto apreciado, la gran mayoría de sujetos siente algún tipo de conmoción por ello, ya que sólo el 0.86 % de los adultos, y el 2.45 % de ancianos reconocen no soportar ninguna impresión especial. Entre la gama de sentimientos por la pérdida, aparece la pena, tristeza o amargura (37.07 % de adultos, y un 39.90 % de ancianos) por un lado, y la resignación por otro (35.63 % de adultos, y un 32.51 % de ancianos). La resignación no es indiferencia; es sujetarse uno voluntariamente a sufrir una cosa por la cual se siente alguna repugnancia; tal conducta sólo elude la desesperación al aceptar un hecho inevitable.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Esta actitud es frecuente en la vida de las personas mayores, en especial ante la desaparición de seres queridos; quizás por una educación muy vinculada al estoicismo y al cristianismo. De aquí la influencia de tipo sociológico. Así se explica que queden amortiguadas o diluidas otras reacciones más primarias, como el enfado o la agresividad (8. 91 % de adultos; y 6.40 % de ancianos), y la desesperación (8.05 % y 10.84 % respectivamente).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Respecto a los objetos perdidos, aquellos que más interesaría seguir conservando son las joyas, tanto a los adultos como a los ancianos; aunque hay un mayor porcentaje a favor de las mujeres (43.81 % de adultas; y 30.47 % de ancianas) respecto a los hombres (11.04 % de adultos; y 13.79 % de ancianas). La razón es evidente, ya que las joyas atesoran una gran gama de vida afectiva, y de recuerdos importantes.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Influencias que determinan la preferencia del sujeto por sus cosas</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">De las opciones ofertadas para esta cuestión, distintos sujetos han reconocido estar influidos por más de una. Estas influencias reconocidas son importantes.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">La educación (15.55 % de adultos; y 7. 39 % de ancianos) aparece con un relativo peso; lo que indica que bastantes personas (más en los adultos) son conscientes de que su personalidad ha sido conformada de una determinada manera. De todos modos, tanto adultos como ancianos muestran que la mayor inducción se debe a la familia (27. 88 % y 38. 92 % respectivamente). Vuelve a ponerse delante la importancia decisiva de la familia en nuestro país. Sería interesante<br />se investigara más concretamente cómo va evolucionando nuestro sistema familiar, y cuál es su<br />188 Nazario Yuste Rossell e Ignacio Gonález Almagro anales de psicología, 1998, 14(2) peso real en los individuos de cualquier etapa del ciclo vital. Por último, el segundo porcentaje en importancia (24.13 5 y 22.66 % respectivamente) se refiere a los que niegan estar influídos por alguien en su toma de decisiones, es decir, que se reconocen absolutamente autosuficientes.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Discusión - Conclusiones<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En el diseño de este trabajo empírico tratamos de averiguar si, entre las personas adultas, y también entre las ancianas, existen objetos predilectos y por qué tienen tal condición; de modo que el apego físico es una realidad que no sólo se da durante la infancia o adolescencia, sino a través de todo el ciclo vital; y que existe una relación entre la actitud de apego, la edad y el sexo. No obstante, estos resultados obtenidos no pretenden ni pueden sin más generalizarse, ya que la muestra es limitada y realizada al azar; pero sí hemos visto cómo se dan unas tendencias que en sí mismas deben ser consideradas, y tener presentes para otras investigaciones futuras que delimiten más estos resultados que son fundamentalmente descriptivos y que sometemos a su discusión.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">En la adultez y senectud, las personas se interesan, profundamente, por aquellos objetos, de ahora o de otras época anteriores, que se relacionan, sobre todo, con recuerdos y vivencias personales. Existe una continuidad, a través del ciclo vital, de objetos favoritos, lo que confirma, desde el ángulo opuesto, la declaración de Cohen y Clark (1984) de que la falta de vínculos con algún objeto, en las primeras etapas de la vida, puede dar como resultado un posterior divorcio con la sociedad. No obstante hay que significar que es difícil ver la niñez, por su distancia, desde la adultez y, sobre todo, desde la ancianidad; al margen de los posibles errores de memoria de nuestros encuestados.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Los significados adscritos a los objetos muestran, para adultos y viejos, las asociaciones interpersonales y familiares principalmente; lo que confirma que su favoritismo se inclina hacia aquellos objetos que tienen resonancias intersubjetivas. Esto viene a confirmar la revelación de Csikszentimihalyi y Rochberg- Halton (1981) en el sentido de que no hay posesiones favoritas si dichas posesiones se muestran desprovistas de lazos interpersonales estrechos. Hay que señalar que aparecen otras razones, como la utilidad y las cualidades del objeto, que vienen a confirmar los cambios evolutivos; es decir, que mientras durante la infancia y adolescencia los objetos interesan por sus cualidades y por sus experiencias divertidas; sin embargo, durante la adultez y senectud surge la razón de utilidad y valor del objeto, sin olvidar la carga afectiva que puedan llevar dichos objetos. Esta carga afectiva del objeto favorito es un sentimiento arraigado, lo que demuestra que las asociaciones familiares y las interpersonales se hacen más importantes con la edad. Esta confirmación fue ya apreciada por Kamptner et al. (1989). También nuestro estudio es coincidente, con el de estos autores citados, en lo que se refiere a objetos que acarrean alguna índole de fortuna. Esta no llega, al parecer, a convertirles en tales objetos, pues mayoritariamente no se admiten objetos que den suerte. Por otra parte, el llamado “valor” que se le da a un objeto puede variar en función de la publicidad comercial de los mass media. </span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">En cuanto a los objetos tranquilizadores o que proporciona compañía, nuestros resultados son ligeramente inferiores (un 55.54 %) a los obtenidos por Kamptner et al. (1989)(casi un setenta por ciento).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">En estos autores aparecen en primer lugar los objetos personales, cuando en nuestro estudio, éstos resultan casi inexistentes.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Hay objetos que resultan más importantes para ciertos grupos de edad que para otros por el efecto cohorte. Por ejemplo, los objetos musicales, o los vehículos, aparecen con distinto peso en la adolescencia de las personas adultas, que en la de las ancianas (lo que coincide también con los autores anteriormente citados). Hay que precisar también que el apego, medido en tiempo, no vale igual para unos objetos, como una joya que puede estar siempre con el sujeto, que para otros, como cuando se trata de un vehículo o de un bien inmueble.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Las claras diferencias de género han quedado patentes en las preferencias no sólo infantiles, y adolescentes, sino también en las que actualmente tienen los adultos y ancianos. Aunque estas diferencias resultan muy representativas, somos conscientes de que en el desarrollo personal pueden estar presentes otros esquemas o estereotipos sociales que determinen la adhesión a uno u otro objeto favorito.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">La importancia y el significado que los objetos favoritos tienen para la persona no sólo son consecuencia del género, edad y cohorte, sino también del Los objetos personales favoritos en la adultez y senectud. Una aproximación empírica 189 anales de psicología, 1998, 14(2) momento evolutivo, según su maduración, nivel cognoscitivo y de las tareas psicosociales impuestas por la sociedad. Así en la elección que el niño realiza por la suavidad o contacto agradable que le proporciona el objeto, también hay que significar el grado de percepción del niño, y su dificultad para internalizar la realidad. Stevenson (1954) y Rochberg-Halton (1984) ya señalaron el papel de los objetos en los procesos evolutivos del self, sobre todo en la primera infancia. También durante la adolescencia, la mujer puede preferir objetos que le afiancen su proceso de autonomía y el sentido del self femenino (ropa, joyas…); mientras que el varón adolescente tiende a los objetos que le identifiquen más con su self masculino.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Las características de la edad adulta y de la vejez pueden orientar la dirección a determinados objetos; así Rochberg-Halton (1984), Erikson et al. (1986) mostraron que, en la edad adulta, las posesiones contribuyen a desarrollar y a mantener el yo, al mismo tiempo que, sobre todo en la ancianidad, facilita a los individuos la memoria de quiénes han sido.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">El interés de este estudio, siguiendo a Kamptner et al. (1989) lo podemos resumir en dos puntos. Uno está en complementar de una manera algo sugestiva y nada compleja el conocimiento común sobre el desarrollo psicológico del ser humano. Otro, en explorar cómo los objetos dibujan patrones del curso vital, y su continuidad, de forma que para el individuo funcionan como indicadores silenciosos, o recordatorios, de la historia personal de su vida. </span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Referencias<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Baltes, P.B. (1986). Psicología evolutiva del ciclo vital. Algunas observaciones convergentes sobre historia y teoría. En A. Marchesi, M. Carretero y J. Palacios (Comps.), Psicología evolutiva 1. Teorías y métodos. Madrid: Alianza Universidad.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Bollnow, O. F. (1969). Hombre y espacio. Barcelona: Labor.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Bowlby, G. (1979). The making and breaking of affectional bonds. (Trad, esp.: Vínculos afectivos: formación, desarrollo y pérdida. Madrid: Morata, 1986).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Butler, R. & Lewis, M. (1983). Aging and mental healf. New York: Mosby.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Castilla del Pino, C. (1971). La incomunicación. Barcelona: Península.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Cohen, K.N. & Clark, J.A. (1984). Transitional Object Attachments in Early Chilhood and Personality Characteristics in Later Life. Journal of Personality and Social Psychology, 46, 106-266.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Csikszentimihalyi, M. & Rochberg-Halton, E. (1981). The meaning of things: domestic Symbols and the self. Cambridge: Cambridge University Press.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Erikson, J.M., Erikson, E.H. & Kivnick, H. (1986). Vital involvement in old age. New York: Norton.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Furby, L. (1978). Possesions in Humans: An Exploratory Study of its Meaning and Motivation. Jounal of Social Behavior and Personality, 6, 49-65.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Goffman, E. (1961). Asylums. New York: Anchor<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Goldberg, J. (1984). Teddy Bears as Soul Soothers. Psychology Today, 19, 71.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Harlow, H.F. (1961). The Development off Affectional Patterns in Infant Monkey´s. En M. Foss (Ed.), Determinants of Infant Behavior. Vol. I. London: Methuen.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Hong, K.M. & Townes, B. D. (1976). Infants Attachment to Inanimate Objects: A Cross -Cultural Study. Journal of Child Psychiatry, 15, 49-61. </span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Horton, J.L., Louy, J. W. & Coppolito, H. P. (1974). Personality and Transitional Relatedness. Archives of general Psychiatry, 30, 618-622.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Irwin, F. W. & Gebhard, M. E. (1946). Studies in Object Preferences: The Efect of Ownership and Other Social Influences. American Journal of Psychology,59,633-651 James. W. (1890). The principles of psychology. New York: Holt.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Kamtner, N.L., Koyano, J.R. & Peterson, J.L. (1989). Treasured Possesions in Adulthood and Old Age. En D. Unrud y G.S. Livings (Eds.), Curret Perspectives on Agind and the Life Cycle, V. 3. Greenwich (Conneticut): Jai Press.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Korelitz, J.H. (1986). The house. I grew up. Glamour, 84, (9).</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Kron, J. (1983). Home-psych: the social psychology of home and decoration. New York: Clarkson, N. Potter.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Lersch, Ph. (1962). La estructura de la personalidad. Barcelona: Scientia.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Lieberman, M.A. & Tobin, S. (1983). The experiences of old age. New York: Basic Books.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Lorenz, K. (1965). El comportamiento animal y humano. Barcelona: Plaza & Janés.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Marías, J. (1964). La energía y la realidad del mundo. En J.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Marías, El tiempo que ni vuelve ni tropieza. Barcelona yBuenos Aires: EDHASA.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Marshall, V. W. (1980). Last chapters: A sociology of aging and dying. Monterrey: Brooks-Cole.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Monedero, C. (1986). Psicología evolutiva del ciclo vital. Madrid: Biblioteca Nueva. 190 Nazario </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Yuste Rossell e Ignacio Gonález Almagro anales de psicología, 1998, 14(2) </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Neal, P. (1985). My Grandmother, the Bag Lady. Newsweek, p.14.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Rochberg-halton, E. (1984). Object relations, role models, and cultivation on the self. Enviroment and behavior, 16.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Rubio, R. (1986). El concepto de pasado en la tercera edad. La visión de sí mismo en la tercera edad. Actas del Congreso Nacional de Psicología.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Schudson, M. (1986). The giving of gifts. Psychology Today. 27-29.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Sherman, E. & Newman, E. (1977-8). The meaning of Cherished Personal Possessions for the Elderly. Journal of Aging and Human Development, 8, 181-192.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Sherman, M., Hertzing, M., Austrian, R. & Shapiro, T. (1981). Treasured Objects in School-aged children. Pediatrics, 68, 379-386.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Sherman, M. & Hertzig, M. (1983). Treasured object Use: A cognitive and Developmental Marker. Journal of the American Academy of Child psychiatry, 22, 541-544.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Stevenson, O. (1954). The Firts Treasured Possession: A Study of the Part Played by Specially Loved Objects and Toys in the Lives of Certian Children. Psychoanalytic Study of the Child, 9, 199-217.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Unruh, D. (1983). Deaht and personal history: strategies of identity preservation. Social Problems, 30, 340-351.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Vullemin, J. (1948). Essais sur la signification de la mort. Paris.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Wallon, H. (1957). L´evolution psychologique de l´enfant. París:<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">A. Collin. (Trad. Esp.: La evolución psicológica del niño. Buenos Aires: Psique, 1965).<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Winnicott, D. W. (1953). Transitional Objects and Transitional Phenomena: A study of the First Notme Possession.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">International Journal of Psycho-Analysis, 34, 89-97.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Yuste, N. (1996). Desarrollo de la valoración de los objetos personales: Adultez y senectud. Tesis no publicada. Universidad de Granada.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Yuste, N. (1977). Importancia de los objetos favoritos en la adultez y senectud. En R Rubio et al.(Comps.), Temas de Gerentología II. Albolote (Granada): Universidad de Granada/Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Los objetos personales favoritos en la adultez y senectud. Una aproximación empírica 191 anales de psicología, 1998, 14(2)</span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;">Anexo I: Relación de categorías utilizadas<br />A OBJETOS<br />A01 Osos de peluche<br />A02 Muñecas<br />A03 Almohadas / Mantas<br />A04 Libros / Material escolar<br />A05 Ropa: sombreros, bolsos, camisetas,…<br />A06 Juguetes infantiles: bicicletas, pelotas, trenes, soldaditos, comecocos, mecanos,…<br />A07 Equipos deportivos: equipaciones, raquetas,…<br />A08 Vehículos móviles: ciclomotores, automóviles,…<br />A09 Discos, tocadiscos y cassettes / Instrumentos musicales<br />A10 Fotografías / Postales<br />A11 Objetos de memorias: diarios, anuarios, cartas,…<br />A12 Realizaciones personales: premios, trofeos,…<br />A13 Muebles / Antigüedades<br />A14 Inmuebles: casas, fincas,…<br />A15 Joyas: anillos, pendientes, pulseras,…<br />A16 Artículos religiosos: Biblia, Rosario, medallas,…<br />A17 Colecciones: sellos, monedas, cromos, miniaturas,…<br />A18 Pequeños aparatos: Cámaras, radios, TV, máquina de escribir,…<br />A19 Documentos importantes: escrituras, contratos, testamentos,…<br />A20 Dinero, hucha o cartilla de ahorro<br />A21 Obras de arte: cuadros, porcelana, cerámica,…<br />A22 Cosas de uso personal: perfume, estuche de aseo,…<br />A23 Comida<br />A24 Flores<br />A25 Herramientas<br />A26 Otros<br />A27 No tiene o No quiere<br />A28 Sí tiene<br />A29 No recuerda<br />A30 No contesta<br />B SIGNIFICADOS<br />B01 Recuerdos de familia<br />B02 Recuerdos interpersonales<br />B03 Personificación<br />B04 Asociaciones culturales, religiosas, deportivas.<br />B05 Experiencias divertidas<br />B06 Cualidades intrínsecas de los objetos<br />B07 Valor utilitario<br />B08 Valor personal<br />B09 Seguridad<br />192 Nazario Yuste Rossell e Ignacio Gonález Almagro<br />anales de psicología, 1998, 14(2)<br />B10 Comodidad<br />B11 Única posesión<br />B12 Sin significado<br />B13 Otras<br />B14 No contesta<br />C MOMENTOS<br />C05 Siempre está con el objeto<br />C06 A menudo está con el objeto<br />C07 A veces está con el objeto<br />C08 Nunca está con el objeto<br />C11 No contesta<br />C12 No recuerda<br />D SENTIMIENTOS DE PÉRDIDA HACIA LOS OBJETOS<br />D01 Pena / Tristeza / Amargura<br />D02 Desesperación<br />D03 Agresividad / Enfado<br />D04 Resignación<br />D05 Sin ningún sentimiento especial<br />D06 Otros<br />D07 No contesta<br />E INFLUENCIAS EN LA PREFERENCIA RESPECTO A LOS OBJETOS<br />E01 De la familia<br />E02 De la educación<br />E03 De la sociedad en general<br />E04 De los amigos<br />E05 Sin influencia<br />E06 No contesta</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4850000805865426324.post-29578077079187578242008-08-04T16:09:00.000-07:002008-08-04T16:16:12.377-07:00ADULTOS MAYORES: PARTICIPACIÓN E INCLUSIÓN SOCIAL<div align="justify"><span style="font-family:arial;"><strong>Trabajo Nominado - Categoría Organizaciones sin fines de lucro<br />Concurso “UNA SOCIEDAD PARA TODAS LAS EDADES”, Octubre 2005</strong></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"><strong></strong></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"><strong>Un recorrido de once años en extensión universitaria.<br />Robert Pérez Fernández.<br />Servicio de Psicología de la Vejez.<br />Facultad de Psicología, Universidad de la República.<br />Montevideo, julio de 2005.-</strong><br /><br /><strong>RESUMEN E INTRODUCCIÓN</strong><br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">El presente trabajo presenta la experiencia de extensión que, desde hace 11 años, viene desarrollando el Servicio de Psicología de la Vejez de la Facultad de Psicología (SPV) en el ámbito de la gerontología. Se encuentra articulado en tres capítulos centrales. En el primero de ellos, se realiza la presentación del SPV, contextualizando sus inicios desde el punto de vista institucional. Se presentan inicialmente algunos datos poblacionales de Uruguay, así como sus singularidades. A continuación se analiza la evolución de la gerontología en Uruguay, ubicando dentro de esta la creación del SPV. Cierra este capítulo, una reseña de los cuatro programas que actualmente desarrolla el SPV: Consulta Psicológica y Psicoterapia; Programa Psicosocial de Prevención de los Trastornos de Memoria; Clínica Psicológica de Trastornos Cognitivos; Intervenciones con Grupos y Organizaciones de Adultos Mayores. Luego de esta presentación general, el trabajo se centra en desarrollar las principales acciones que el SPV ha realizado desde su creación hace 11 años, desde su programa Intervenciones con Grupos y Organizaciones de Adultos Mayores, por incluir el mismo, diferentes desarrollos de temas planteados en la convocatoria del concurso: imágenes de la vejez, redes de apoyo social y comunitario, inclusión social, tiempo libre y voluntariado.<br /><br />De esta forma, el segundo capítulo presenta los principales referentes teóricos de las intervenciones socio - comunitarias con grupos y organizaciones de adultos mayores. El tercer capítulo desarrolla específicamente las acciones que la Psicología y el SPV han realizado en los últimos 11 años en Uruguay, en el área socio – comunitaria con adultos mayores. Está articulado en torno a cuatro momentos, cada uno de los cuales da cuenta de un momento de aprendizaje, de conceptualización e intervención diferente, que implican saltos cualitativos y que, desde la extensión, nutren el ámbito de docencia e investigación. El primer momento abarca el período 1994 – 1998 y señala los orígenes y primeras experiencias. En este período se señalan los trabajos realizados en un Centro Diurno de Montevideo y en varios colectivos de adultos mayores organizados, intervenciones intergeneracionales en escuelas, intervenciones psicológicas interdisciplinarias en un grupo de educación física para adultos mayores.<br /><br />El segundo momento comienza en 1998 y marca el inicio de actividades interdisciplinarias y fuera de Montevideo. Se desarrollan aquí un programa de fortalecimiento de agrupaciones de viejos; Talleres de Participación Comunitaria; Talleres intergeneracionales; Talleres de Experimentación Plástica; Talleres de estimulación de la memoria. El año 2000 señala el inicio del tercer momento, que implica la cosolidación de un trabajo a nivel nacional y de un abordaje interdisciplinario. Acá las actividades se presentan en tres líneas de acción: experiencia piloto de varios meses de trabajo intergeneracional fuera de Montevideo; creación y consolidación de un ámbito de trabajo interdisciplinario permanente; realización de actividades puntuales en diferentes regiones del país.<br /><br />Finalmente, el cuarto momento se ubica en el año 2002 y está marcado por el desarrollo de un trabajo que, recogiendo la experiencia de los años anteriores, plantea estrategias para la participación de los adultos mayores, que son formuladas en cuatro objetivos: 1) Identificación de las principales problemáticas de los grupos de adultos mayores seleccionados; 2) Definir líneas de acción conjunta; 3) Crear redes de apoyo zonales o regionales; 4) Elaborar una propuesta de programa continuo con la participación de las redes formadas y la Universidad de la República. En este apartado se presentan las principales problemáticas identificadas por los grupos de adultos mayores, los resultados del proyecto y una evaluación crítica del mismo, como aporte a la formulación de futuras propuestas de intervención.<br /><br />PRESENTACIÓN DEL SERVICIO DE PSICOLOGÍA DE LA VEJEZ<br />Algunas Reflexiones Sobre el Envejecimiento en Uruguay.<br /><br />Uruguay, ubicado en una de las regiones del mundo de mayor desigualdad en la distribución de la riqueza y con casi un 18% de su población mayor de 60 años, es un país que en términos sociodemográficos presenta una singularidad: un perfil poblacional envejecido, similar al de los países más ricos del mundo, coexistiendo con una economía empobrecida y un sistema sociosanitario y económico, que si bien en la primera mitad del siglo XX fue de avanzada, actualmente se asemeja cada vez más a los países de empobrecidos. Con casi la mitad de su población mayor de 31 años, una esperanza de vida al nacer de 70 años para los hombres y 78 para las mujeres y con dos menores de quince años por cada persona de 65 o más (CEPAL, 2000), el hecho que el envejecimiento y la vejez no haya estado hasta la actualidad en las agendas prioritarias de las políticas de estado de nuestro país parece, al menos, una omisión política.<br /><br />Ahora bien, no podemos caer en la simplificación de pensar que esta situación se debe a una especie de “olvido” o desconocimiento de estas realidades por parte de los diferentes gobiernos. La ausencia de políticas coordinadas de estado sin duda obedece a fenómenos muy complejos que no es del caso profundizar en este trabajo. Sin embargo no queremos eludir mencionar dos de ellos, por el impacto que tienen en la asignación de un determinado lugar social del envejecimiento. El primero, refiere a un círculo perverso de las políticas económicas implementadas desde el modelo liberal y la lógica de mercado, que tiene como eje una distribución muy desigual de los recursos, productora de cada vez más sectores excluidos social y económicamente. Esto lleva a la necesidad de instrumentar políticas paliativas de atención a estas verdaderas emergencias sociales creadas por el propio sistema económico. Se pasa así a funcionar en una especie de lógica de la “emergencia”. Dentro de esta lógica, en nuestro país los sectores más devastados económica y socialmente por estas políticas no son los adultos mayores, sino los más jóvenes y principalmente los niños. Esto, planteado así, hace que se quite visibilidad a que el sector de mayor edad también se ha venido empobreciendo sistemáticamente en los últimos cuarenta años. El otro fenómeno que es muy funcional y servil a estas lógicas económicas refiere al prejuicio y discriminación social respecto al envejecimiento. El mecanismo de producción y reproducción del prejuicio ya ha sido ampliamente trabajado por varios autores, entre los cuales está Leopoldo Salvarezza (1988), por lo que no me voy a detener en eso. Sí quisiera resaltar aquí cómo estos prejuicios ofician de productores de sentido y de lo real, asignando a los más viejos lugares pasivos, de no conflicto, generando lógicas de exclusión coherentes con las lógicas de mercado y que terminan expresándose en hechos tan puntuales como qué tipo de políticas de estado se priorizan. De esta formapodemos tener alguna pista para tratar de entender el porqué en nuestro país, el lugar que tradicionalmente se le ha asignado a los viejos desde las políticas de estado, es el de “gastos” de los servicios de salud (lugar de enfermo) y “gastos” en la seguridad social (lugar de pasivos). Este tema lo retomaremos más adelante.<br /><br />Hace ya algunos años, en un trabajo (Pérez, 1999, b) nos preguntábamos si ¿el hecho de que las personas vivan más tiempo tiene que ser un problema?. Ya en ese entonces planteábamos que ante esta pregunta, “...algunos han visto en ello una posible fuente de conflicto y enfrentamiento intergeneracional, agravada en el tercer mundo por una extensión de la pobreza y una mayor competencia de acceso a los (cada vez más escasos) puestos de trabajo. Sin duda, tal cual están planteadas actualmente las relaciones económicas, sociales e interpersonales en nuestras sociedades, esto podría llegar<br />convertirse en una profecía. Para contrarrestar esta deficitaria visión se hace imprescindible<br />comenzar a repensar las relaciones productivas y sociales, así como los vínculos<br />intergeneracionales, que permitan un pleno desarrollo de las capacidades de las personas de mayor<br />edad en un contexto intergeneracional y solidario” (Pérez, 1999, b).<br />Hoy, seis años después, seguimos sosteniendo estas afirmaciones. Si bien actualmente nuestro país, con<br />un recién asumido gobierno de centro izquierda – hecho inédito en los 180 años de vida independiente de Uruguay<br />– se encuentra en un momento político diferente a ese entonces, es necesario comenzar a incluir estos temas en la<br />agenda política para lograr transitar hacia “una sociedad para todas las edades”. Estamos convencidos de que no<br />3<br />habrá inclusión posible, si los propios viejos no son protagonistas de la misma. Al respecto, estamos seguros<br />respecto a que nuestro trabajo debe apuntar en esa dirección.<br />Los Inicios de un Proyecto Institucional<br />Institucionalmente, la academia y las profesiones en nuestro país durante mucho tiempo no han sido<br />ajenos a este desinterés por los temas del envejecimiento. Como hemos planteado en otro lugar, “... los primeros trabajos en el campo de Geriatría y Gerontología se remontan a la primera mitad del siglo XX y corresponden a diferentes intervenciones en la esfera hospitalaria, donde comienza a brindarse atención específica a ancianos desde una perspectiva médico geriátrica - gerontológica. A pesar de este inicio temprano, el comienzo de la formación sistemática de profesionales capacitados en el tema envejecimiento y vejez, comienza recién en el año 1978, cuando en la órbita del Hospital de Clínicas, la Universidad de la República decide crear el actual Departamento de Geriatría de la Facultad de Medicina. Esto, a la vez que marca un hito histórico, delimitando el envejecimiento y la vejez como un nuevo campo de producción académica y profesional, también señala la realidad de las diferentes disciplinas por esa época, donde la medicina era la única que había abordado la vejez como área temática específica. Como contrapartida, el hecho que la formación sea concebida como un postgrado exclusivo para los egresados médicos, si bien permite profundizar ese enfoque, genera un estrechamiento en lo potenciales inmediatos de desarrollo gerontológico, que queda capturado dentro de una concepción geriátrica gerontológica orientada exclusivamente desde la medicina, donde las demás disciplinas ofician de colaboradoras. Se crean así diversos equipos interdisciplinarios de trabajo en diferentes áreas y policlínicas, equipos orientados desde una concepción y modelo de salud bio – médica.<br /><br />“En el año 1985, luego de 12 años de dictadura militar, en el país existe un cambio institucional, asumiendo un gobierno constitucional. Esto permite a la Universidad de la República retomar su larga tradición de cogobierno y autonomía, retornando sus legítimas autoridades. Comienza así, un nuevo período de reconstrucción universitaria, donde se restituyen los funcionarios docentes y no docentes, así como los estudiantes y egresados cesados por persecución ideológica, y se realizan llamados a concurso para los cargos docentes. Toda la década del 80 son años muy fermentales desde el punto de vista sociopolítico. Esto tiene su repercusión en el ámbito académico, donde hay una gran apertura a nuevas formas de construir la realidad. La Psicología Universitaria - que de licenciatura había sido degradada por la intervención militar al rango de escuela universitaria y al de técnico ayudante de médico - en 1988 se unifica, creándose el Instituto Psicología de la Universidad de la República, que en el año 1994 se transforma en la actual Facultad de Psicología. “En medio de este contexto, en la primer mitad de la década de los años 90 asistimos a un salto cualitativo respecto al tema envejecimiento, pues, junto a la puesta en marcha de nuevos planes de estudios en diferentes Servicios universitarios, se crean varias unidades académicas que permiten un importante desarrollo del tema: en 1992 el Programa APEX – Cerro, con su Sub Programa de Atención Integral al Adulto Mayor; en 1993, el Departamento de Salud del Adulto y Anciano en la órbita del Instituto Nacional de Enfermería; en 1994 el Servicio de Psicología de la Vejez (SPV) de la Facultad de Psicología” (Pérez, 2004). Transcribimos esta larga cita pues, creemos importante dar cuenta del contexto de creación de un determinado proyecto, para comprender posteriormente sus rumbos institucionales, académicos, científicos y políticos. Con la creación del SPV podemos ubicar, en nuestro país, el comienzo sistemático de la investigación e intervención sobre envejecimiento y vejez desde una perspectiva psicológica.<br /><br />El Servicio de Psicología de la Vejez, ubicado dentro de la estructura de Servicios de Atención a la población por parte de la Facultad de Psicología, Universidad de la República, es una unidad académica que asentada en programas de extensión y asistencia en el campo del envejecimiento, realiza actividades de investigación y enseñanza. Hasta el momento de su creación, la Psicología en Uruguay no había abordado las problemáticas del envejecimiento como un campo de intervención y producción académica y científica sistemática.<br /><br />La Fundación del SPV asume ese desafío institucional. Como planteábamos en nuestro proyecto de Prof. Adj., “.... en un país como el nuestro (...) la creación de este Servicio tiene desde su inicio un claro encargo institucional desde el punto de vista académico - político: comenzar a producir conocimientos, intervenir en estas temáticas que hasta ese momento habían estado reservadas para otras disciplinas y capacitar a futuros profesionales respecto a la Psicología del envejecimiento y la<br />vejez” (Pérez, 2001, p.1)<br /><br />Aquí consideramos necesario realizar nuevamente dos puntualizaciones para comprender el contexto. La primera refiere al impacto de la Universidad de la República en nuestro país. Regida por los principios de autonomía y co – gobierno (docentes, estudiantes y egresados), es de acceso libre y gratuito. Su número de alumnos y de egresos es ampliamente mayor al del conjunto de las Universidades privadas. Ubicada dentro de un modelo de Universidad Latinoamericana, se caracteriza por desarrollar un amplio trabajo de extensión y contacto con la comunidad, junto a una producción de conocimientos científicos. La segunda refiere al impacto cuali y cuantitativo de la Facultad de Psicología en relación a la Psicología en Uruguay, ya que actualmente más del 90% de los Licenciados en Psicología egresan de nuestra casa de estudios.<br /><br />Desde ese encargo social asignado a la Universidad de la República y a la Facultad de Psicología, es que en el año 1993, en el proyecto de creación del SPV planteábamos, entre otras cosas, lo siguiente: "Dentro de la Psicología nacional, el estudio de esta temática – en cuanto a publicaciones, experiencias de trabajo, peso dentro de la formación – ha ocupado un lugar al menos secundario en relación a otros campos de interés en los que la Psicología ha gravitado mayormente. Esto, muy notorio en nuestra disciplina, se da sin embargo en el marco de un desinterés generalizado en nuestro país por la realidad de sus viejos. Creemos que es posible comenzar más decididamente a trabajar en la generación de conocimientos sobre estos problemas, y que la Psicología universitaria debe tomar institucionalmente esta tarea, transformándose en uno de los protagonistas de la misma". (Berriel, Leopold, Lladó y Pérez, 1993, p.2).<br /><br />La Construcción de un Nuevo Campo de Trabajo<br /><br />Estas afirmaciones nos permiten recordar el estado del arte del trabajo con los adultos mayores desde la Psicología hace poco más de una década. En ese entonces, los libros sobre Psicología del envejecimiento eran casi inexistentes y en su mayoría estaban concebidos desde una perspectiva prejuiciosa del envejecimiento, funcional a la teoría del “desapego“ (disengagement theory), donde el envejecimiento y la vejez es concebido desde los aspectos deficitarios. A su vez, desde las perspectivas de las otras disciplinas y muy ligado a la historia de la gerontología en nuestro país, nos encontrábamos con dos formas absolutas de concebir el envejecimiento, ninguna de las cuáles – por su propio carácter de absoluto - daba cuenta de la complejidad de los procesos psicosociales e históricos inherentes al mismo. Estrechamente vinculada a la institución sanitaria o a la seguridad social, tal cuál decíamos anteriormente, aparecía una fuerte influencia del modelo bio médico, que pretendiendo subordinar los procesos psicológicos y sociales a los biológicos, termina construyendo un tipo de envejecimiento donde el eje central es la patología. Este modelo ha tenido y tiene, aún hoy, una fuerte influencia en los equipos interdisciplinarios que trabajan en el ámbito hospitalario. Por otro lado, nos encontramos con un modelo que hemos dado en llamar de “activismo” (Pérez, 2001). En el mismo, se parte de la base que las personas ancianas deben estar continuamente con actividades para ocupar el tiempo y no deprimirse por las pérdidas que han tenido.<br /><br />Por nuestra parte, las experiencias de campo comenzaron a demostrarnos que ambas formas de concebir el envejecimiento, no daba cuenta de la riqueza subjetiva ni de la acción de los procesos psicosociales en la construcción del envejecer singular. Es más, fuimos aprendiendo que ambos modelos son dos expresiones de una misma forma prejuiciosa de concebir el envejecimiento. Como hemos planteado en otro lugar, en ambos modelos, “.... el viejo es despojado de su condición de sujeto deseante y de deseo, incapaz de devenir, al decir de Castoriadis, un ser reflexivo. El anciano es pensado como una sucesión de pérdidas y duelos, y el temor subyacente (¿de los profesionales?) es que si se detiene a reflexionar, a pensarse, se angustia.<br /><br />En ambas, los procesos subjetivos del viejo son un “impensado”, pues se basan en una epistemología positivista y causal. Ambas propuestas le escamotean al viejo la posibilidad de generar sus propios proyectos vitales autónomos, a partir de una concepción de vejez pasiva (aun en el activismo), reproduciendo y reafirmando una conducta social prejuiciosa. Puestas las cosas de esta manera, se lo obliga al anciano a quedar anclado en el pasado, con un presente efímero y sin sentido (en la primer teoría, por medio del repliegue sobre sí mismo; en la otra, por medio de realizar actividades por el sólo hecho de estar en movimiento), y sin posibilidad de futuro (en ambas se parte de la base que el único futuro es la muerte y antes de eso sólo existe una especie de “sobrevida pasiva”). Ambas parten del mismo modelo involutivo en el ciclo vital, donde el envejecer conlleva en sí mismo la noción de declive en todas las áreas del ser” (Pérez, 2004).<br /><br />Es así que ya desde el inicio comenzamos un proceso de intervención e investigación alternativo de estos fenómenos del envejecimiento, sabiendo y contando con los aportes de antecesores en la temática, pero dispuestos a encarar un trabajo de ruptura con las prácticas predominantes en este campo en lo que hace a la extensión, investigación y docencia, lo que permitió ir potenciando nuestras intervenciones. Estos aprendizajes nos fueron orientando en nuestro accionar académico, científico y político respecto al envejecimiento y sus posibles abordajes, a la vez que fueron plasmándose en diferentes publicaciones y programas del SPV.<br /><br />Hoy la situación es bien diferente a los inicios. La Psicología en el ámbito nacional cuenta ya con una masa crítica importante, producto de las investigaciones desarrolladas en estos años en nuestro país en el campo del envejecimiento, así como de los intercambios internacionales a los que hemos ido accediendo. La formación de Psicólogos capacitados para intervenir en el campo del envejecimiento ha avanzado mucho en función de las diferentes generaciones de estudiantes que han realizado sus pasantías curriculares por el SPV y de la inserción de muchos de ellos en el medio profesional.<br /><br />Actualmente, se puede decir incluso que la Universidad toda ha modificado aspectos de la situación de fragmentación disciplinaria que imperaba hace unos años. Por nuestra parte, hemos dedicado grandes esfuerzos a una concepción de la extensión universitaria articulada con los otros fines y promotora del trabajo en espacios hasta entonces ignorados por la Universidad. A poco de iniciado este camino nos encontramos ante la dificultad que el trabajo gerontológico plantea a quienes lo llevan adelante: los límites de los abordajes disciplinarios exclusivamente y la necesidad de la interdisciplinariedad para abordar temáticas tan complejas como las humanas.<br /><br />Es importante tener en cuenta que, hasta la década de los 90, la situación que señalábamos para la Psicología Universitaria era, con matices, muy similar en todos los demás centros universitarios. El problema fundamental estaba centrado en una docencia de aula con muy poco trabajo de investigación de la realidad de los adultos mayores en el país; y al mismo tiempo, con la poca actividad de extensión fuertemente centrada en la asistencia.<br /><br />Estas constataciones de hasta donde “podíamos llegar solos” no fueron entendidas por nosotros en cualquier y todos los ámbitos de nuestro trabajo. El trabajo de extensión, el contacto directo con los viejos en general, pero por<br />sobre todo, con cada viejo en “singular”, con sus necesidades, sus deseos, intereses, potenciales, fue enseñándonos de la necesidad de la interdisciplinariedad (Pérez, coord.., 2002).<br /><br />Los Diferentes Programas del Servicio de Psicología de la Vejez<br /><br />Este trabajo de extensión paulatinamente ha ido determinando parte de nuestras concepciones y obligaciones desde la Universidad. A la diversidad disciplinaria, cabe agregarle las diversidades locales, tanto en Montevideo, como en el conjunto del país. Hoy, con el recorrido que hemos hecho, podemos plantear desde nuestra práctica que los adultos mayores de diferentes puntos del país presentan diversas subjetividades respecto a la vejez, la familia y a sus proyectos vitales. El ir conociendo estas dimensiones ha sido otro gran aprendizaje a partir del trabajo de campo y el contacto con estas realidades. (Pérez, coord.., 2002).<br /><br />Como decíamos en un reciente trabajo ya mencionado, hoy, luego de más de 10 años de iniciado el Servicio de Psicología de la Vejez, podemos afirmar que<br /><br />“ ... se ha construido un nuevo campo de trabajo para la Psicología, existiendo una inserción profesional clara del psicólogo en diferentes ámbitos gerontológicos, desde una perspectiva diferente al modelo biomédico clásico” (Pérez, 2004), o a la del activismo, agregamos hoy.<br /><br />Ahora bien: ¿cómo se expresa esta concepción del envejecimiento en las actividades de extensión, docencia e investigación? Desde la Extensión, actualmente el SPV desarrolla sus intervenciones en cuatro programas que, en su conjunto, intervienen en los tres niveles de prevención en salud. Como inmediatamente veremos, desde una perspectiva clásica se podría clasificar a los tres primeros programas como “clínicos” y al cuarto como “comunitario”. Sin embargo, en función de nuestro abordaje, preferimos plantear el enfoque de los cuatro programas desde una perspectiva Clínica y Psicosocial en su conjunto.<br /><br />Estos programas son:<br />- Consulta Psicológica y Psicoterapia para Adultos Mayores: Se realizan diagnósticos psicológicos y psicoterapia. Los abordajes son singularizados y de acuerdo a cada caso y la demanda, se interviene desde dispositivos múltiples: individuales, pareja, familia, grupos psicoterapéuticos. Tiene como objetivo “ofrecer a la población y al profesional un lugar referente que se especializa en la asistencia e investigación individual y grupal de adultos mayores y del asesoramiento a nivel familiar” a la vez que cumple con el objetivo docente de “ofrecer una propuesta de pasantía al estudiante en que pueda enfrentar una situación real de consulta psicológica y psicoterapia con adultos mayores, para abordar las características peculiares del trabajo con esta población” (Lladó, 2005)<br />- Programa Psicosocial de Prevención de los Trastornos de Memoria: Concebido desde una perspectiva de Promoción y Atención Primaria en Salud, este programa parte de una concepción integral de memoria y funciones cognitivas, desde donde se realizan diagnósticos e intervenciones psicológicas en personas con declives cognitivos asociados al envejecimiento. Su dispositivo de intervención articula el abordaje individual con el grupal en adultos mayores autoválidos. Se realiza aquí una evaluación psicológica y neurocognitiva individual a los efectos de descartar patologías mayores asociadas a las dificultades cognitivas (demencias o depresión, por ej.). Quienes cumplen con los criterios definidos, ingresan a los talleres, que consisten en un programa de 18 sesiones grupales de estimulación psicosocial. Finalizado esto, a cada participante se le realiza un retest individual a los efectos de evaluar los resultados. (Pérez, 2004).<br />- Clínica Psicológica de Trastornos Cognitivos: “Se trata de un programa dirigido a pacientes ancianos con patologías que presentan déficits cognitivos severos (tales como demencias, afasias, etc.). Aquí se realiza diagnóstico y se interviene desde una perspectiva multidimensional de las patologías, a partir de diferenciar Sistema Nervioso Central de Psiquismo. Partiendo de la metodología de mapa de ruta de la enfermedad (Pérez, 2004 c), se implementan diferentes tratamientos no farmacológicos, donde jerarquizamos un abordaje psicológico combinado que, según las singularidades de cada caso, transita por uno o varios de los siguientes dispositivos: a) Psicoterapia psicodinámica con el paciente y su cuidador principal (individual o grupal); b) Talleres de desarrollo de los procesos creativos y rehabilitación cognitiva, adaptado a los déficits, que trabaja sobre las áreas potenciales; c) Intervención psicológica en la red social y/o en las instituciones vinculadas; d) Intervención psicoterapéutica familiar” (Pérez, 2004).<br />- Intervenciones con Grupos y Organizaciones de Adultos Mayores: Se trata de un programa en la órbita social – comunitaria, que trabaja con grupos de adultos mayores de Montevideo y de diferentes ciudades del interior del país. Se realizan intervenciones a demanda de los grupos, con una perspectiva clínica en el abordaje de problemáticas grupales, organizacionales e institucionales. (Amaral y otros, 2004). Gran parte de las actividades de este programa se llevan adelante en coordinación con la Comisión para el Adulto Mayor de la Intendencia Municipal de Montevideo, con la cual tenemos desde el año 1994 un convenio para el fortalecimiento y apoyo de grupos, redes y organizaciones de adultos mayores de la ciudad.<br /><br />En estas actividades participan por año seis docentes, 35 estudiantes avanzados de Psicología que realizan su pasantía curricular y 8 Lic. en Psicología en calidad de Pasantía de Egresados. En su conjunto llegan directamente a una población de aproximadamente 250 personas.<br /><br />Todos estos programas están o han estado vinculados a diferentes investigaciones1 y producciones de conocimientos que han permitido ir construyendo un nuevo abordaje psicosocial y un discurso psicológico, diferente al biomédico o de “activismo” dominantes. Anteriormente nos habíamos referido a la necesidad de un trabajo interdisciplinario. Sin embargo no debe confundirse interdisciplina con multiprofesionalidad (Leopold, 1999). Estamos convencidos que para que exista un verdadero trabajo de encuentro interdisciplinario, cada disciplina debe tener previamente algo conceptualmente diferente que aportar, por lo que requiere de un necesario período de producción y profundización disciplinaria, para desde allí, construir un verdadero diálogo interdisciplinario. En función de esto es que, en el año 2001 comenzamos desde el SPV a coordinar acciones con otros equipos de la Universidad de la República que trabajan el tema envejecimiento (medicina, enfermería, nutrición, podología, psicomotricidad, programa Apex, entre otras). Estas acciones cristalizan en el año 2002 con la creación de la Red Temática sobre Envejecimiento y Vejez de la Universidad de la República (REV). La creación de la REV ha significado otro salto cualitativo en el abordaje del tema envejecimiento en nuestro país, permitiendo comenzar a construir un diálogo interdisciplinario a partir de los desarrollos conceptuales de cada disciplina (Pérez, 2004).<br /><br />Llegados a este punto, en función de la convocatoria que hace la Red Latinoamericana de Gerontología al concurso “una sociedad para todas las edades” que da marco al presente trabajo, a continuación nos centraremos en desarrollar las principales acciones que, en estos 11 años, se han realizado desde el programa Intervenciones con Grupos y Organizaciones de Adultos Mayores, por incluir el mismo, diferentes desarrollos de temas planteados en la convocatoria del concurso: imágenes de la vejez, redes de apoyo social y comunitario, inclusión social, tiempo libre y voluntariado.<br /><br />REFERENTES TEÓRICOS DE LAS INTERVENCIONES SOCIO - COMUNITARIAS CON GRUPOS Y ORGANIZACIONES DE ADULTOS MAYORES<br /><br />Adultos Mayores y Vulnerabilidad Social.<br /><br />Datos recientes de Naciones Unidas, señalan que en el año 2000, un 10% de la población del mundo era mayor de 60 años (ONU, 2004). En ese contexto, Uruguay, con 3.399.438 habitantes, presenta casi un 18% (589.000 personas) de su población mayor de 60 años (INE, 2004). Esto lo sitúa como el país de mayor edad de América, superando incluso a EEUU (16.5%) y Canadá (16.3%). Estos datos, por sí mismos nos enfrentan a que la investigación y la intervención de todas las disciplinas humanas en el campo del envejecimiento debería actualmente transformarse en una tarea fundamental, en particular en países como Uruguay, demográficamente envejecidos y en el cual se prevé un envejecimiento importante en los próximos años (Berriel y Pérez, 2004).<br /><br />A las singularidades poblacionales de nuestro país que mencionábamos al inicio de este trabajo, se debe agregar la ausencia de una política de estado unificadora, que lleva a que la mayoría de los actuales emprendimientos se caractericen por la descoordinación y superposición de recursos entre los diferentes subsistemas de salud y social (Pérez, 2004, b).<br /><br />Esta ausencia de políticas gerontológicas de estado facilita el desarrollo de una concepción hegemónica de envejecimiento, caracterizada por los prejuicios sociales (Salvarezza, 1988) que termina siendo un verdadero 1 Factores afectivos y vinculares en la enfermedad de Alzheimer (Berriel, Leopold y Pérez, 1998); Necesidades de formación en Gerontología (Leopold, 1999); Envejecimiento, cuerpo y subjetividad (Berriel y Pérez, 2002); Imagen del cuerpo y representación social de familia, trabajo y salud en el proceso de envejecimiento (Berriel y Pérez, 2001); Memoria, Identidad, deseo y proyectos vitales en mujeres de edad avanzada (Pérez, 2002); Imagen del cuerpo, modelos y emblemas identificatorios en los adultos mayores (Berriel, 2003); Factores afectivos, cognitivos, funcionales y psicosociales en la Enfermedad de Alzheimer (Pérez y Charamelo, 2004); Indicadores psicoafectivos del test de la figura humana de K. Machover aplicado en adultos mayores (Arotce y Dodera, 2004). 2 Este capítulo es una versión revisada y ampliada del marco teórico y justificación del Proyecto de Extensión “Adultos mayores: participación e inclusión social” (Berriel y otros, 2004) motor de prácticas individuales y colectivas discriminatorias hacia los viejos. Prácticas discriminatorias, de las cuales muchos de los propios mayores son partícipes, al ubicarse desde esta concepción prejuiciosa del envejecer.<br /><br />Los resultados de una investigación realizada desde el SPV (Berriel y Pérez, 2002) nos lleva a ubicar a los viejos (al menos a los montevideanos y a los que viven en el medio urbano), en una zona de vulnerabilidad, definida ésta por condiciones de precariedad laboral, económica, vincular y afectiva que se amalgaman y potencian entre sí, en un complejo proceso que da como resultado una situación de inseguridad para la persona (Castel, 1992). Inseguridad que, en el caso de los mayores tiene determinadas características en su construcción. Una de ellas parte de la percepción de los adultos mayores, que el entorno espera de ellos cualidades altamente positivas, destacándose aspectos útiles y poco conflictivos para los demás y no cualidades que hagan a una riqueza propia del sujeto para sí mismo. Aparece como relevante el peso que la familia tiene en la conformación de esta percepción del medio social para los sujetos, hecho que colabora en una escasa participación social, que da lugar a una reducción de la red vincular. Dicho de otro modo, “el lazo social en el que el adulto mayor se inscribe no da lugar a un posicionamiento activo en la participación, ubicándose más como objeto que como sujeto de las instituciones, tomadas éstas en tanto orden simbólico y en cuanto a su expresión organizacional. Teniendo en cuenta estas consideraciones, se comprende que la percepción de “lo social” aparezca tan mediatizada por la institución familiar” (Berriel y Pérez, 2002, p. 38).<br /><br />Ya ha sido ampliamente documentado cómo un empobrecimiento de la red social aumenta las probabilidades de enfermar y de morir, a la vez que reduce las posibilidades de rehabilitarse de enfermedades (Berriel y Pérez, 2002), existiendo una directa vinculación entre la calidad de la red social y la participación con la salud. Desde esta perspectiva, en el caso de los viejos, “la disponibilidad de mucho tiempo libre, el bajo nivel de actividades fuera de la casa, y la escasa participación en actividades colectivas no determinada por enfermedades limitantes, constituyen elementos de riesgo para la salud de los adultos mayores de Montevideo. Si bien otros estudios han establecido que la escasa participación es un fenómeno que va más allá de cualquier corte etario (...), en los adultos mayores, al producirse en el contexto de los otros aspectos señalados, configura una situación de muy escasa actividad en general” (Berriel y Pérez, 2002, p. 39).<br /><br />Esto último, junto a la relativamente baja posibilidad de los mayores de expresar los cambios ocurridos y por ocurrir, y fundamentalmente a la casi imposibilidad de prever cambios a futuro que los involucren directamente, indica una dificultad para elaborar estrategias que los afronten y refuerzan las posibilidades de exclusión social (Berriel y Pérez, 2002).<br /><br />En un trabajo anterior inédito (Pérez, 1999) hemos desarrollado cómo el ubicarse en una zona de vulnerabilidad, entre otras consecuencias, genera un vivir o sobrevivir en lo inmediato, dificultándose seriamente la elaboración y concreción de futuros proyectos vitales, con las nefastas consecuencias que esto tiene en la autoestima y en el psiquismo de la persona. Es así como esta zona de vulnerabilidad aparece como clave en los procesos de integración social, pues en sus fronteras se mueven las posibilidades de integración o exclusión, siendo este último camino el más transitado en nuestras actuales sociedades. Exclusión que se puede dar de muchas maneras. En el caso de los viejos existen dos fenómenos que se potencian para facilitar la misma: los prejuicios sociales y la pobreza.<br /><br />El grado de vulnerabilidad que las personas puedan tener ante las instituciones y la sociedad, va a estar determinada básicamente por cómo interactúen y la relación que mantengan cuatro tipos de factores (Pérez, 1999): a) Sus redes sociales: múltiples espacios interconectados entre sí que son capaces de cumplir funciones complementarias en relación a las necesidades de las personas. Refiere a un grupo de personas capaces de brindar apoyo real y duradero a una persona o grupo; un espacio de sostén entre la persona en singular y la sociedad, oficiando la presencia de una red como un factor protector; b) Identidad cultural: conjunto de formas de pensar, sentir y resolver problemas que comparten los miembros de una cultura. El sentirse parte de esa cultura está relacionado con los modelos y emblemas identificatorios de esa persona y sus proyectos, así como con su forma de satisfacer sus necesidades; c) Procesos de inclusión y exclusión social: proceso gradual de asignación y asunción de roles que en determinado momento hace que la persona quede limitada a vincularse sólo con los de su misma condición, girando en torno a este espacio sus modelos identificatorios; d) Participación y ejercicio de la ciudadanía: Capacidad de la persona de establecer pertenencias amplias en la sociedad y la cultura, con una visión crítica de la realidad. En gran medida está determinada por los factores anteriores y su resolución.<br /><br />Como vemos, si se pretende generar acciones y programas que produzcan cambios, se debe incluir en los mismos la acción sobre estos cuatro factores, desde la inclusión real de los sujetos en el proceso de cambio.<br /><br />Efectivamente, como planteara nuestro compañero del SPV, Fernando Berriel, “el imaginario social efectivo respecto al envejecimiento (...) está puesto en acto performativo, en el sentido que Judith Butler le asigna, acto que produce una realidad que no antecede a esas prácticas en las que se inscribe. El sujeto construye la realidad y su propia identidad en los actos que ejerce, que ejecuta, que interpreta. (...) . No hay tierras prometidas ni liberadas más allá de las prácticas que nos conforman, y sin embargo estas prácticas, al mismo tiempo, permiten espacios de subversión. Nos cercan las verdades, y ellas se valen de la repetición recurrente de actos performativos para producirse y mantener en su vigencia. (...) El grupo, en la intervención socio – comunitaria, puede ser un ámbito pertinente y necesario de despliegue de esos desvíos, de esa subversión de lo “dado” que habita nuestras prácticas, erigidas, también ellas, en actos performativos” (Berriel, 2004, pp. 204 – 205)<br /><br />Sobre la Participación de los Adultos Mayores<br /><br />De acuerdo a lo desarrollado hasta aquí, una de las posibles acciones tendientes a intervenir en la actual situación de vulnerabilidad de los adultos mayores uruguayos, pasaría por generar procesos de inclusión social, fortaleciendo las redes sociales, los procesos de integración intergeneracional y la participación de los involucrados. Para ello, es necesario tener en cuenta lo que nos advierten Fernando Berriel y Mónica Lladó (2004), respecto a que, si bien “... la participación en actividades sociales e interacciones significativas permitiría el desarrollo de las potencialidades y recursos que el adulto mayor posee” (p. 343), la misma no podemos “prescribirla”, “indicarla”, como una medicación pura y perfecta.<br /><br />“La participación, como práctica social de alta complejidad que es, tendrá lugar dentro de determinadas condiciones de posibilidad en las que, a su vez, introducirá mayores o menores diferencias, que subvertirá en mayor o menor medida” (Berriel y Lladó, 2004, p. 343).<br /><br />Mucho se ha escrito desde las Ciencias Sociales y hasta desde las de la Salud o las Económicas respecto a la participación. Más allá de estos discursos, para nosotros existe un hecho bastante claro y es que la participación no puede “recetarse” como un medicamento. En los últimos tiempos asistimos a un nuevo planteo de los organismos internacionales de crédito (Banco Interamericano de Desarrollo, por ej.) que plantean el tema del autocuidado y la participación de la comunidad en el tema de su salud. Este planteo, si lo contextualizamos vemos que viene de la mano de una acción y presión política para que el Estado abandone parte de sus responsabilidades con el colectivo, en fomento las lógicas del mercado (que siempre son las de los poderosos). Este tipo de participación, que podríamos llamarla “participación para los pobres y excluidos”3, no es la que nosotros compartimos. Muy por el contrario, a nuestro entender la participación, para que se pueda sostener en el tiempo, debe estar integrada al proyecto de vida de la persona. Debe estar direccionada por el deseo del sujeto, que permita 3 pues este discurso sobre participación y autocuidado de la salud es planteado para los sectores que no pueden acceder a una capacidad de pago. Como contrapartida, para los sectores que tienen buenos ingresos, se plantea la “libertad” de opción entre las empresas y seguros privados, que con tecnologías de punta serían los idóneos en el cuidado de la salud.<br /><br />El placer ante un trabajo solidario. Esto es, el goce ante la posibilidad de realizar y construir en conjunto con el otro, por el sólo hecho del hacer conjunto y no por una recompensa individual a cambio. Este tipo de participación se produce colectivamente, pero por sobre todo, se ejerce, nunca se “receta”. Si no hay un deseo colectivo de participar, que produzca deseo en esa dirección, podemos tener muchas acciones “voluntaristas”, pero difícilmente podamos hablar de participación.<br /><br />El colectivo de adultos mayores, como colectivo humano, expresa una diversidad de estilos de vida y modelos relacionales e identificatorios diferentes, que son afectados por un imaginario social que produce “maneras dominantes de ser” que perpetúan modelos que no permiten el cuestionamiento, el planteo de la diferencia, el saludable uso de la crítica. Es necesario tomar en cuenta estas maneras “de ser viejo” o de pensar la vejez que darán lugar a opciones diversas de “participación”, entre ellas una suerte de posicionamientos pasivo – dependientes muy funcional a la lógica del “activismo”. Este posicionamiento, muchas veces se ve potenciado por modalidades de trabajo asistencialista hacia los adultos mayores. Así como, estos últimos depositan, y esperan que determinadas instituciones (el Sistema de salud, por ej.) satisfagan sus necesidades, expectativas y problemas que sin el protagonismo de los mismos no se podrán resolver.<br /><br />Por lo tanto, en el caso de los adultos mayores, es necesario producir hechos políticos y acciones desde lo macro, que ubiquen el tema del envejecimiento en una lógica diferente la actual de un envejecimiento hegemónico, donde se transmite un mensaje social que produce en lo singular efectos tales como que la propia condición de sentirse viejo sea algo desvalorizado y se asocie al sentimiento de inutilidad y desarraigo de los procesos de socialización. Este sentimiento es producido socialmente, nunca algo “escencial” a la vejez como plantea la teoría del desapego. Este aislamiento social ligado a la exclusión y rechazo de la vejez es uno de los principales factores de riesgo de deterioro de la calidad de vida y construye el tipo de envejecimiento hegemónico y pasivizante, que trata de aniquilar lo distinto y las diferencias.<br /><br />Respecto a la Extensión y Algunas Líneas de Intervención<br /><br />Antes señalábamos como nuestros aprendizajes e investigaciones han estado forjados fuertemente con el calor de la extensión universitaria. Efectivamente, ésta aparece como un lugar privilegiado para generar acciones tendientes al cambio, desde una perspectiva de inclusión social y aporte a la producción de políticas de estado. Sin embargo creemos necesario definir claramente qué es lo que entendemos por extensión, diferenciándola del asistencialismo o voluntariado.<br /><br />Aportes teóricos sobre el concepto de extensión elaborados hace ya unos años, nos advierten del riesgo de conformarnos con responder más o menos satisfactoriamente a las demandas de la comunidad, de ir hacia ella desde el posicionamiento iluminista de quien se cree portador de soluciones a problemas o necesidades que parecen a todas luces claras. Tomando esta advertencia, pensamos que el trabajo de extensión tampoco debe quedarse en un responder pasivamente a las demandas de la comunidad o en intentar mimetizarnos con ella<br />(riesgos siempre presentes en el trabajo extensionista). Muy por el contrario, pensamos que las intervenciones deben contribuir a la transformación de esas demandas a través de procesos de problematización conjunta con la comunidad, en tanto hacer otra cosa sería poco más que una contribución a la consolidación de las condiciones sociales, subjetivas, que posibilitan la emergencia de esas demandas.<br /><br />La extensión en nuestra Universidad requiere ir más allá, situarnos en la frontera de lo que sabemos, generando, también desde y junto a los programas asistenciales, experiencias inéditas que conduzcan a nuevas formulaciones de problemas y objetivos comunes. Esto tiene el efecto de impactar a lo más profundo de nuestros cuerpos nocionales y a lo más refinado de nuestros arsenales técnicos. Requiere poner en cuestión nuestros saberes, devolverles su condición de producción histórica, su carácter de provisorio, de perecedero.<br /><br />El aprendizaje de estos años nos llevan a plantear cuatro dimensiones que se deben tener en cuenta en la extensión y que son guía de nuestras actuales intervenciones en el área sociocomunitaria:<br /><br />1 - La producción de problemas. Entendemos que la verdadera experiencia de extensión comienza cuando, superado el momento del planteo de una necesidad, pedido y producción de demanda de la comunidad, o de acercamiento de la Universidad a un sector de la sociedad como oferente de algún tipo de servicio más o menos complejo, se produce un nuevo problema a partir de la articulación entre los diversos actores involucrados en el encuentro. El problema no es producido por un único actor, sino que surge entre los actores que constituyen el nuevo agente complejo que abordará el problema que se está produciendo. En tal sentido, el problema constituye una formulación inédita, que presenta a la vez niveles de generalidad y de adscripción situada en las condiciones (encuentro) de que emerge.<br /><br />2 - La transferencia de conocimientos. Este momento se activa desde la propia emergencia del encuentro que abre el camino hacia el problema o incluso antes. Nos referimos a que la sola identificación de la Universidad, de cierta rama científico – técnica de la misma, siempre se verá favorecida, e incluso posibilitada por cierta preocupación por esta transferencia de conocimientos a la comunidad. Pero principalmente este fenómeno se destaca cuando comienza a producirse el problema y su abordaje, que supera la lógica de lo bidireccional para producir múltiples direcciones, diversos sentidos. La articulación de la extensión con la enseñanza dimensiona aún más este momento, en tanto se potencia sinérgicamente con los procesos de enseñanza aprendizaje.<br /><br />3 - La producción de conocimientos. Si el problema es inédito a la vez que general, en tanto se sitúa en la singularidad de las circunstancias que dan lugar a su emergencia, la participación universitaria en procesos conjuntos con la comunidad debe, además de situar lo mejor de los conocimientos disponibles, producir nuevos procesos y conocimientos. Lo contrario sería la simple aplicación de técnica o “recetas” que son propias de una concepción asistencialista. Se entiende así lo que sosteníamos antes respecto a que no podemos concebir una extensión separada de la actividad de enseñanza ni de investigación. Como planteara Juan C. Carrasco, "una docencia desprovista de los aportes de la investigación y de los datos obtenidos de una práctica concreta, está condenada invariablemente a transformarse en un mero discurso, en una simple retórica vacía de contenido...la investigación sin los aportes de una realidad interrogada por una<br />práctica social corre el riesgo de ser un disparo al aire. A su vez una extensión que no implique una actitud y una práctica de investigación, puede transformarse en una acción meramente empírica, o en el peor de los casos, en la aplicación de un modelo teórico extrapolado a una realidad que nada tiene que ver con él"” (1989, p.21). La oportunidad de la articulación con la investigación se hace así evidente, tanto en la elaboración de nuevos problemas de investigación como, por ejemplo, en el desarrollo de estrategias de investigación acción.<br /><br />4 - La difusión en la comunidad y la opinión pública. Si se pretende generar experiencias de envejecimiento diferentes al hegemónico, es imprescindible propiciar una política de visibilidad sobre otras formas de envejecer. Es en este permanente interjuego de extensión, investigación y enseñanza, que forjamos las intervenciones del SPV en el área sociocomunitaria. Nos interesa abordar así, un problema crucial de alta relevancia social: la aún persistente hegemonía de un envejecimiento pasivo y de desvinculación creciente en el marco de un elevado envejecimiento demográfico y la exclusión y desintegración generacional. Este hecho, planteado como análisis desde lo macro, pensamos que debe ser abordado desde experiencias en lo micro, que vayan generando y difundiendo lógicas diferentes, asignando lugares distintos al del envejecer hegemónico actual.<br /><br />LA PSICOLOGÍA Y UN TRAYECTO DE 11 AÑOS EN EL ÁREA SOCIO – COMUNITARIA CON ADULTOS MAYORES.<br />PRINCIPALES ACCIONES DE EXTENSIÓN<br /><br />Cuando se analiza la historia del abordaje que la Psicología Universitaria ha hecho del tema envejecimiento y vejez desde la función de extensión, se pueden visualizar claramente cuatro mojones. Cada uno de ellos da cuenta de un momento de aprendizaje, de conceptualización e intervención diferente, que implican saltos cualitativos que, desde la extensión, nutren el ámbito de docencia e investigación. Nuestras actuales conceptualizaciones sobre el envejecimiento - formuladas en el capítulo anterior - son el resultado de este trayecto que lejos de ser lineal, ha estado marcado por las discontinuidades, las rupturas y los saltos cualitativos en el aprendizaje.<br /><br />Primer Mojón. El Inicio de un Camino<br /><br />El primer mojón, como es de esperar, lo ubicamos en el año 1994 con la creación del SPV. Este período, hasta el año 1998, está marcado por un paulatino y sostenido desarrollo del SPV. Un tema que marca mucho el inicio de nuestro Servicio lo constituye la realización de un Convenio de intercambio y asistencia con la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM). Este Convenio4, el primero que realizaba la Facultad de Psicología - y que renovado año tras año previa evaluación, se encuentra aún vigente - fue clave para la instrumentación y desarrollo del SPV. Centrado inicialmente en apoyar el trabajo que se comenzaba a realizar en un Centro Diurno creado en esos años, fue ampliándose al ámbito socio comunitario. Es este período un tiempo muy fermental en lo que va a ser el futuro desarrollo de nuestro Servicio, pues en esta etapa comenzamos a ampliar nuestro horizonte sobre el envejecimiento y las intervenciones en este campo, pasando de un trabajo inicial en grupo, a otro más amplio en red. Es en este período donde comenzamos nuestra primeras intervenciones respecto a los prejuicios e imágenes negativas de la vejez desde un trabajo intergeneracional. En este tiempo comenzamos también nuestros primeros aprendizajes respecto al tema inclusión social. De las actividades desarrolladas en este período, merecen destacarse: a) Intervenciones en el Centro Diurno del Centro Comunal Zonal Nº 8 de la Intendencia Municipal de Montevideo. Además del intercambio sistemático con el equipo interdisciplinario de dirección del Centro, trabajamos directamente con la población participante. Nuestra intervención consistía en coordinar un grupo de reflexión y problematización de la vida cotidiana. Esta propuesta, además de ser nuestra primer experiencia de campo como SPV, constituyó un ámbito de sostén psicológico para el grupo, dónde se fue instituyendo como un espacio donde poder elaborar y procesar determinados afectos y situaciones singulares y colectivas. Apoyados en los desarrollos de la Psicología Social del Río de la Plata (Pichón Rivière, 1985), la intervención consistía en trabajar los aspectos manifiestos como los latentes que oficiaban como obstáculo a la tarea. Se funcionaba en modalidad de Taller (García, 1997). A partir del desarrollo de un tema planteado por nosotros o los participantes, se aplicaban diferentes dinámicas y técnicas, que iban desde las clásicas de la educación popular a otras propias del<br />psicodrama, etc. Sistemáticamente se incluía un espacio de circulación de la palabra, con el objetivo de conectar el sentir y el hacer con el pensar. Este grupo funcionaba semanalmente durante 2 horas. A partir del año 1995 se integraron a la coordinación del mismo, los primeros estudiantes pasantes por el SPV.<br /><br />b) A partir de la experiencia de trabajo en este grupo, en común acuerdo con el equipo técnico del Centro Diurno y el Grupo de Trabajo para la Tercera Edad de la IMM , decidimos ampliar la experiencia a los grupos de adultos mayores de la zona en una primera instancia y a otras zonas posteriormente. Es así que comenzamos a trabajar en tres colectivos de mayores, con la finalidad de construir espacios grupales para la problematización y crítica de la cotidianeidad de los adultos mayores, tal cual lo hiciéramos en el Centro Diurno. En estas intervenciones, precursoras de lo que actualmente es el programa de apoyo a grupos y organizaciones, los propios viejos nos fueron enseñando modos de envejecer diferentes al hegemónico. De esta época fueron surgiendo los primeros trabajos escritos del equipo docente y las primeras nociones de la vejez también como una construcción subjetiva. También comenzamos a comprender el potencial de los colectivos de adultos mayores organizados y la fuerza de la red social en que estos se encuentran insertos, siempre y cuando esto tenga visibilidad. Es basado en estos aprendizajes que en el año 1998, elaboramos y presentamos en el Cabildo Abierto sobre los Derechos Humanos convocado por la IMM, el trabajo “Sobre los derechos de las personas de edad (Pérez, 1998).<br /><br />c) El hecho de ampliar la experiencia al ámbito de los grupos de adultos mayores en la comunidad, junto a la producción de los primeros trabajos sobre el envejecimiento, nos fue mostrando que, si realmente queríamos realizar un aporte para modificar los prejuicios sociales de los cuales los propios viejos eran agentes, era pertinente y necesario ampliar nuestro trabajo a otras generaciones. Es así que implementamos una serie de intervenciones. Corresponde aquí un reconocimiento al Sr. Raúl Campanella, en ese entonces Presidente del Grupo de Trabajo para la Tercera Edad (actual Comisión de Trabajo para el Adulto Mayor) de la Intendencia Municipal de Montevideo. Este grupo fue creado a principios de los años 90, en el primer Gobierno Municipal de centro izquierda (que desde el presente año ocupa el Gobierno Nacional) y constituye una de las primeras acciones de Estado tendientes a jerarquizar la participación y protagonismo de los propios viejos en sus problemáticas. Este convenio fue pensado en esa línea de trabajo, radicalmente diferente a la imperante en ese entonces en el Gobierno Nacional, que era hegemónicamente asistencialista.<br /><br />Intergeneracionales, trabajando en dos escuelas primarias de la zona con alumnos de 4to., 5to. y 6to. año (9 a 12 años). El trabajo aquí inicialmente consistió en una serie de talleres. Partiendo de la hipótesis que la palabra viejo condensa gran parte de los prejuicios negativos sobre la vejez, y que en contrapartida, la palabra abuelo remite a los aspectos positivos (en muchos casos también prejuiciosos), trabajamos con los niños, mediante la técnica de lluvia de ideas, primero la palabra viejo y en un segundo momento la palabra abuelo.<br /><br />Los diferentes grupos mostraron lo acertado de nuestra hipótesis inicial, pues ante la palabra viejo surgía en casi todos una concepción negativa, centrada en los aspectos biológicos de la vejez (arrugas, bastón, lentes, pelado, encorvado, etc.). En muchos casos, ser viejo se asociaba a "loco", “sucio”. En el otro extremo, la palabra abuelo aparece cargada mayoritariamente con aspectos positivos. Así, el abuelo es el que cuenta historias, el que los cuida, los lleva de paseo, etc.. Los resultados eran sorprendentes para los niños cuando, en un tercer momento de plenario, lograban contactarse con que el viejo que habían descrito, era el abuelo de sus compañeros o el suyo propio. Estas constataciones habilitaban a un cuarto momento, donde trabajábamos sobre los diferentes aspectos de la vejez, como algo no ajeno. Para esto último, aplicamos diferentes técnicas lúdico - expresivas, tales como dramatizaciones (por ejemplo una reunión de ellos como ex alumnos en el año 2050), cuentos y su dramatización o discusión, collage, etc. Posteriormente a esta producción de los Talleres con los niños, se realizaban otros con los abuelos de ellos y con los maestros, donde también se trabajaban los prejuicios de ellos respecto a la vejez y a la juventud. Finalmente se realizaba un Taller conjunto donde se compartía lo trabajado en cada grupo, generándose una nueva instancia de diálogo intergeneracional, dónde se intervenía respecto a las percepciones anticipadas, los múltiples prejuicios e imágenes distorsionadas de ambos grupos. La experiencia con estas características se desarrolló durante los años 1995 a 1998, ampliándose desde 1996 a una tercer escuela y en 1997 a un Jardín de infantes (preescolares de 4 y 5 años). En el jardín se trabajó con una metodología de juegos y dibujos. d) A la vez que empiezan a desarrollarse nuevas experiencias y nuevos contactos del SPV, comienzan a surgir nuevas demandas. Una de ellas se concretó en una intervención que queremos especialmente mencionar, por los efectos que ha tenido en nuestra producción teórica y que ha definido una línea de investigación del Servicio (Pérez y Berriel, 1997; Berriel y Pérez, 2001; Berriel, 2003). Nos referimos a la relación envejecimiento – cuerpo.<br /><br />Este tema, que surge ya desde los primeros contactos con los grupos, cobra especial relevancia a partir de la solicitud de intervención psicológica de apoyo en un grupo de Educación Física para adultos mayores, como forma de brindar una actividad integral que al movimiento incorpore la representación psíquica del mismo y su lugar en una historia y proyecto vital determinado. Se comienzan así una serie de intervenciones en los grupos de educación física donde nos integramos a la clase de gimnasia. Esta pasa a funcionar integrando al movimiento<br />físico, una serie de actividades psicológicas orientadas con técnicas corporales, lúdicos expresivas y de reflexión, que permitieran nuevamente articular el hacer con el sentir, el movimiento físico con el afecto subyacente. En función de los resultados de estas actividades, replicamos esta experiencia en otros dos grupos de adultos mayores, esta vez ya desde el marco de la investigación envejecimiento, cuerpo y subjetividad (Pérez y Berriel, 1997).<br /><br />e) Comienza en este período los primeros contactos del equipo docente del SPV con las problemáticas psicológicas y sociales que implican la Enfermedad de Alzheimer, comenzándose una de las primeras intervenciones psicológicas de nuestro medio en este tema, a partir de un acuerdo de trabajo con la Asociación Uruguaya de Alzheimer y Similares. Estas intervenciones han marcado otra de las líneas de investigación sistemática del SPV, que en este tiempo ha ido produciendo en nuestro medio un nuevo abordaje psicológico de estas patologías (Véase al respecto: Berriel, Leopold y Pérez, 1998; Pérez, 2004 c; Pérez y Charamelo, 2004).<br /><br />En suma, en este período aparece una ampliación de los programas de trabajo del SPV, así como de las zonas en Montevideo y primeras aproximaciones al intercambio multidisciplinario. Es también en este período que los docentes del SPV comienzan a realizar estudios de postgrado o pasantías en el exterior (por ej.: Leopold, 1999; Berriel, 2003), a la vez que comienzan a presentar las primeras producciones escritas en Congresos nacionales e internacionales. Junto a esto, se da un incremento en la cantidad de estudiantes pasantes por el SPV, que pasa de nueve en 1995 a cuarenta y cinco en 1998. También existe un amplio incremento de la población con la cual trabajamos, de aproximadamente 100 personas en 1995, a casi 600 en 1998. (Pérez, coord. 2002) 5 Corresponde aquí un reconocimiento profesional al Prof. Daniel Dibarrat, por sus apertura y aportes al trabajo interdisciplinario.<br /><br />Segundo Mojón: El Envejecimiento y la Vejez Desde Una Perspectiva Nacional<br /><br />En el año 1998 la Universidad de la República realiza un llamado central a concurso para financiar proyectos de extensión por dos años. Desde el SPV evaluamos este hecho como una oportunidad de ampliar nuestro horizonte de intervención a otros lugares fuera de Montevideo, que nos permitiera contactarnos con otras realidades locales. Elaboramos así el proyecto de extensión “Plan de actividades de difusión y sensibilización respecto al envejecimiento y la vejez, preparatorio de 1999, año internacional de las personas de edad”, que es aprobado y financiado por la Comisión Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio (CSEAM), en la categoría de profundización en extensión. Como ya hemos planteado en otro lugar “Para ese entonces, nuestra experiencia nos había mostrado la importancia en el trabajo socio comunitario de algunas ideas fuerza: La primera es que vejez y envejecimiento son etapas de desarrollo y no sinónimo de enfermedad. En todo caso esta percepción negativa es sostenida desde una serie de prejuicios sociales, que no se sostienen cuando uno toma contacto con los propios viejos desde una perspectiva de promoción de salud. El segundo "descubrimiento" fue tomar contacto con las potencialidades que, singular y colectivamente, los adultos mayores tienen como grupo etario”. (Pérez, coord. 2002, p. 4). Así, propusimos en ese Proyecto de Profundización, “contribuir a instalar el tema del envejecimiento en la sociedad y mostrar algunas de sus potencialidades como forma de contribuir desde la Universidad de la República a modificar esos prejuicios, fomentando una actitud activa y de protagonismo de los propios viejos en su implementación. Este Proyecto también significó para el SPV realizar los primeros contactos y acciones fuera de Montevideo, conociendo otras realidades locales. También nos permitió realizar un primer movimiento de lo multidisciplinario a lo interdisciplinario. Como estrategia de contactarnos y aproximarnos a diferentes realidades locales implementamos una serie de actividades puntuales (conferencias de difusión y talleres) dirigidos a profesionales y población en general en Salto, Paysandú, San José, Mercedes, Fray Bentos, Juan Lacaze, Rivera, Canelones y Montevideo. Simultáneamente en la capital se coordinó un trabajo en conjunto con el Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes (IENBA) y la IMM para realizar una serie de talleres de experimentación plástica de adultos mayores en tres zonas. Las producciones que realizaron los propios viejos en estos talleres se difundieron por medio de una serie de afiches y tres murales que se colocaron en tres zonas diferentes de Montevideo”. (Pérez, coord. 2002, p. 4).<br /><br />Las actividades y metodologías desarrolladas en este proyecto se encuentran publicadas en otro lugar (Pérez, 1999, b), de dónde extractamos las siguientes: a) Programa de fortalecimiento de agrupaciones de Adultos Mayores. Los grupos organizados de Adultos Mayores son un ámbito privilegiado para fomentar acciones coherentes con los objetivos del Proyecto. Cualquier política de estado en el área de la salud o social debería tenerlos en cuenta para aprovechar el potencial de recursos humanos pasibles de ser desplegados a partir de estos colectivos. Para ello es fundamental el intercambio de estos agrupamientos con el resto de la comunidad en forma intergeneracional y solidaria. Si bien es importante el mantenimiento de actividades propias de los ancianos y el intercambio entre sus pares, se deberá evitar el riesgo de fomentar el desarrollo de grupos "cerrados en sí mismo" que reproduzcan, de manera iatrogénica, los prejuicios sociales respecto a la vejez. Consideramos los recursos técnicos como simples facilitadores de las capacidades propias de estos agrupamientos, por lo que nuestro accionar profesional se centró básicamente en el fomento de estas potencialidades, apuntando a un desarrollo grupal solidario y en intercambios con la comunidad. En el marco de este proyecto y en acuerdo con la IMM, implementamos seis Talleres descentralizados con Grupos de Adultos Mayores Organizados de Montevideo. Cada Taller se desarrolló en períodos que oscilaron entre 6 y 10 meses con una frecuencia de una reunión semanal de una hora y media de duración. Los objetivos comunes de estos Talleres fueron potenciar la capacidad de participación y gestión de los adultos mayores a través de sus agrupamientos, así como apoyar la apertura de estos grupos hacia un trabajo comunitario, solidario y participativo, fomentando el reforzamiento o construcción de una red social.<br /><br />Trabajamos con una metodología de Talleres (García, 1997), con diferentes temas que fueron emergiendo en los grupos, como por ejemplo: la organización y funcionamiento de éstos (roles, liderazgos); comunicación e interacción grupal e intergeneracional; prejuicios; vivencias de cada uno con respecto al proceso de envejecimiento; autogestión grupal, relaciones familiares, el rol del adulto mayor en la familia y en la sociedad.<br /><br />En uno de los grupos se trabajó sobre la reconstrucción de historias individuales y colectivas de ellos mismos, con especial énfasis en aspectos corporales. Se empleó la técnica de Historia de Vida Grupal. La consigna fue que se relataran las historias de vida de los participantes para construir desde lo singular la historia grupal. Con el material que surgió, se realizó una publicación del grupo.<br /><br />En otro de estos colectivos, se trabajó en una clase de "gimnasia". Este trabajo, continuación del realizado en el período anterior, tuvo como objetivo específico integrar al movimiento y a los ejercicios corporales una serie de aspectos relativos a los afectos y los vínculos puestos en juego a partir de ese espacio, articulando la vivencia singular y colectiva de "ser viejo". En otro de los grupos, a partir de su pedido específico, organizamos una serie de Talleres con técnicas psicológico - corporales. En estos dos últimos grupos, el empleo de estas técnicas permitió trabajar diferentes aspectos referidos al cuerpo de los ancianos y lo esperado socialmente de este grupo etario. Se abordó específicamente el tema prejuicios y depositaciones sociales de las cuales el viejo es objeto y transmisor, así como las depositaciones que los diferentes discursos sociales producen en el cuerpo de los ancianos, y como esto va generando un determinada producción de subjetividad, "un modo de ser y sentirse viejo".(Pérez, 1999, b), b) Talleres de Participación Comunitaria: “Tienen como antecedente un curso de capacitación en gestión grupal para adultos mayores realizado en el año 1997, en conjunto con la I.M.M.. De la evaluación del impacto de este curso definimos generar un espacio central de apoyo y capacitación a las agrupaciones de adultos mayores, que les permitiera pensarse a sí mismos como colectivo y en relación a su comunidad. Se realiza una convocatoria abierta a los grupos de Montevideo. Se plantea un cupo de hasta cuatro participantes por agrupación, de los cuales dos de ellos no deben ser directivos. Responden a esta convocatoria 14 grupos. El objetivo de este trabajo fue, al igual que en los grupos organizados, potenciar y fomentar la capacidad de autogestión y participación de los adultos mayores y sus agrupamientos en el nivel comunitario, apoyando sus capacidades y recursos para delimitar y abordar problemáticas propias. Se comienza a trabajar a partir de la identificación, por parte de los participantes, de las necesidades de sus respectivos colectivos y niveles de propuesta para abordarlas.<br /><br />Simultáneamente comenzamos a discutir en el Taller una serie de conceptualizaciones claves para el trabajo, como por ejemplo el concepto de participación, de comunidad, de necesidad, de solidaridad, etc. Esta discusión es llevada a los grupos generando un efecto de retroalimentación y multiplicador. Los diferentes participantes actúan como articuladores entre el espacio del Taller y sus respectivas agrupaciones, promoviendo una movilidad permanente entre estos dos espacios. A partir de las necesidades identificadas tanto singulares como colectivas, cada grupo trabajó sobre las acciones pertinentes para abordarlas. De esta manera, cada colectivo planifica sus objetivos, identifica la logística con que cuenta y planifica posibles acciones.<br /><br />c) Talleres intergeneracionales: El trabajo intergeneracional iniciado en 1995, si bien fue evaluado de forma muy positiva por los diferentes participantes, con el correr del tiempo comenzamos a visualizar sus limitaciones. Por un lado, al no estar integrado a un programa general que permitiera el seguimiento más allá de la escuela (por ejemplo en secundaria), quedaban como experiencias puntuales, válidas en sí mismas, pero con escaso efecto multiplicador. Por otro, el encuentro con los abuelos pasaba a ser un fin en si mismo, lo cual le quitaba también el efecto multiplicador y de continuidad. Este efecto se podría lograr a partir de darle un nuevo objetivo y sentido a estas reuniones. De esta forma comenzamos a producir un cambio en el programa. Los objetivos iniciales los ampliamos en sus aspectos de intervención, planteándonos fomentar en ésta un trabajo que apunte a la participación y apoyo comunitario que permita darle un nuevo sentido a la tarea, potenciando el aporte de los abuelos. Nos proponemos entonces fortalecer la red social del adulto mayor y a la vez contribuir al proyecto escolar en su inserción barrial, estableciendo un programa de apoyo intergeneracional que atienda las necesidades de escolares y adultos mayores. Es así que realizamos una experiencia piloto en una de las escuelas que está inserta en un conjunto cooperativo de viviendas. Aquí los niños realizan un relevamiento "puerta a puerta"<br />de los ancianos que viven en la cooperativa. A partir de esta experiencia realizamos una reformulación en la metodología de intervención. Al año siguiente convocamos a los adultos mayores de las zonas de influencia de las escuelas (no sólo a los abuelos de los escolares) para crear un grupo de apoyo a ésta. Para ello realizamos un curso previo de capacitación de estos adultos para comenzar este trabajo. También se realizan con los niños de las escuelas talleres de sensibilización respecto a la actividad a realizarse con el adulto mayor. Finalmente se instrumentan una serie de talleres en conjunto (niños y viejos), planificando el trabajo a realizar. A modo de ejemplo, en una de las escuelas se identifica como un problema la falta de señalización barrial, por lo cual se instrumentan una serie de jornadas de trabajo conjunto entre los niños y los ancianos para acondicionar la<br />señalización.<br /><br />d)Talleres de Experimentación Plástica: Es tal vez la actividad más innovadora de este proyecto. Teniendo en cuenta la actual importancia de los mensajes visuales y del trabajo con la imagen, partimos de la hipótesis de que cualquier programa de difusión y sensibilización masiva sobre el tema vejez debe contemplar este aspecto. Articulando esto con el objetivo del Proyecto de Extensión de impulsar "la gestión y participación de los grupos de Adultos Mayores en su implementación y desarrollo", partimos de la base que las imágenes de esta propuesta de difusión y sensibilización debían ser creadas por los propios viejos. En definitiva que ellos debían ser los que definieran el mensaje visual a trasmitir al resto de la sociedad. Es así que, con la consigna de generar una serie de imágenes plásticas relativas a la situación y vivencia de los ancianos en nuestro país para ser trasmitidas a la sociedad por medio de afiches y murales, se integraron tres Talleres de Experimentación Plástica para adultos mayores. Estos talleres funcionaron en tres zonas de Montevideo, con una frecuencia de dos horas semanales, de noviembre de 1998 a junio de 1999. Estuvieron coordinados por docentes del Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes y del SPV.<br /><br />Fueron un espacio creativo dirigido a Adultos Mayores, en donde los participantes accedieron a una formación básica que les permitió producir plásticamente a la vez que problematizar su condición de viejos en nuestra sociedad. Como resultado de estos talleres se diseñaron tres tipos de afiches que sintetizan la producción colectiva de cada uno de ellos, tomando temáticamente elementos relacionados al año internacional de las personas de edad. Estos afiches, que dicen en su encabezado "Año internacional del adulto mayor. Color, diversidad y movimiento" se imprimieron y distribuyeron en todo el país con el apoyo de la I.M.M. y de los grupos de adultos mayores. Con el diseño de cada uno de estos afiches los adultos mayores realizaron tres murales móviles (dos de dos por dos metros y el tercero de cuatro por dos metros) que se colocaron en la zona donde funcionó cada taller.<br /><br />e) Talleres de estimulación de la memoria: En el marco de este proyecto de extensión se comienza a realizar esta actividad que luego pasará a integrar uno de los programas permanentes del SPV. En este proyecto se instrumentan ocho Talleres centralizados y dos descentralizados en grupos de adultos mayores. Comienzan nuestras primeras conceptualizaciones sobre el tema memoria, que serán sistematizadas más adelante, en un proyecto de Tesis de Maestría en Salud Mental (Pérez, 2002).<br /><br />f) Otras actividades de difusión: Como parte importante de este Proyecto, se realizó una campaña de difusión de temas relativos al proceso de envejecimiento y la vejez en los medios de prensa masivos (entrevistas, reportajes, debates, etc.). También, de acuerdo con el planteo de L. Salvarezza respecto a que muchos profesionales tienen conductas prejuiciosas con los viejos, instrumentamos una serie de conferencias y mesas redondas a nivel nacional, dirigidas al ámbito académico y profesional. También a nivel nacional se realizaron una serie de charlas informativas dirigidas a grupos de adultos mayores organizados y a la población en general. La mayoría de estas actividades fueron organizadas y difundidas por los propios colectivos de viejos organizados.<br /><br />Tercer Mojón: El Abordaje Interdisciplinario<br /><br />El tercer mojón lo situamos en el año 2000, con la aprobación y ejecución de un nuevo Proyecto de Profundización en Extensión: “Plan de extensión gerontológico a nivel nacional. Consolidación y profundización de una propuesta interdisciplinaria”, financiado en conjunto por CSEAM e IMM. La positiva evaluación y los aprendizajes del Proyecto anterior nos había permitido reafirmarnos en la línea de trabajo emprendida y en la pertinencia de incorporar en el trabajo directo con los viejos un doble recurso metodológico: participación directa de los adultos mayores y que la actividad a desarrollar tenga un sentido que permita obtener un producto concreto. Esto nos llevó a definir una estrategia que constó de tres líneas de acción: 1) una experiencia piloto de varios meses de trabajo intergeneracional fuera de Montevideo, 2) crear y consolidar un ámbito de trabajo interdisciplinario permanente, y 3) realizar actividades puntuales en diferentes regiones del país.<br /><br />La definición de esta estrategia implicó dos grandes desafíos para este equipo docente. El primero fue poder instrumentar y sostener fuera de Montevideo un trabajo intergeneracional de varios meses, que pusiera en juego nuestras conceptualizaciones y posicionamiento en el trabajo con grupos de adultos mayores. El segundo hace referencia a la posibilidad de crear y dar continuidad un ámbito de trabajo interdisciplinario continuo, y desde allí realizar alguna experiencia piloto "a terreno". En definitiva, ambos desafíos tenían que ver con la posibilidad poner a prueba en un trabajo de campo puntual, las conceptualizaciones a las que desde la propia extensión habíamos llegado. La evaluación del desarrollo de ambas acciones han sido altamente positivas (lo cual no quiere decir que estuvieran exentas de dificultades o sin errores). Por un lado se pudo instrumentar un trabajo de varios meses conjunto con adultos mayores de la Universidad Abierta Maragata y niños pertenecientes a una Escuela Pública de la ciudad de San José. Este trabajo contó además con la participación de estudiantes pasantes de grado del SPV y una estudiante de postgrado de la Universidad de Valencia, pasante por el SPV (Programa Intercampus, Universidad de la República - AECI). Simultáneamente se realizaron una serie de actividades<br />interdisciplinarias, que comenzaron con la creación de la Mesa de Unidades Académicas de Gerontología y culminaron con la fundación de la Red Temática sobre Envejecimiento y Vejez de la Universidad de la República.. También se continuaron desarrollando actividades de difusión en la comunidad y capacitación a profesionales en diferentes ciudades del país.<br /><br />Cuarto Mojón: La Participación de los Adultos Mayores.<br /><br />El cuarto mojón podemos ubicarlo en el año 2002, con la aprobación y ejecución por parte de la CSEAM de un nuevo proyecto de profundización: “Programa social – comunitario de abordaje de problemáticas y construcción de estrategias en el campo del envejecimiento y la vejez en el Uruguay”. En la formulación de dicho proyecto sosteníamos que, “... pensamos que estamos en condiciones de abrir una nueva etapa. En efecto, consolidado un ámbito interdisciplinario de abordaje del tema, y demostrada la pertinencia y capacidad de la Universidad de la República para poder instrumentar y sostener programas intergeneracionales de participación comunitaria de adultos mayores en diferentes regiones del país, nos proponemos relanzar los aprendizajes y conceptualizaciones de estos seis años en una nueva actividad de extensión que permita generar una serie de programas continuos de participación comunitaria intergeneracional, desde una perspectiva interdisciplinaria.<br /><br />“La realidad de exclusión de los adultos mayores de los lugares de decisión sobre políticas sociales para los mismos, vuelve necesario encontrar maneras de compartir con los miembros de la comunidad una indagación y reflexión sistemática y rigurosa. Esta debe considerar las condiciones y características de vida y estrategias cotidianas en relación a las problemáticas relativas al envejecimiento, así como las formas de llegar a comprenderlas cabalmente por parte del ámbito académico y los modos posibles de encarar eficazmente las dificultades emergentes del encuentro de saberes.<br /><br />“Así como los gerontólogos han planteado los principales problemas a tener en cuenta para intervenir y mejorar las condiciones de vida de los adultos mayores, la comunidad, con su patrimonio lingüístico y de categorías para entender la realidad, estructura la forma de reconocer y el modo de vivir los fenómenos sociales. Por esto nos proponemos indagar e intervenir en los procesos psicosociales que la población visualiza y conceptualiza como problemas y necesidades en torno al envejecimiento. (...) Un problema que se repite a la hora de abordar la problemática de la vejez, es la falta de coordinación de las acciones estatales, la falta de un plan nacional y las incongruencias entre las necesidades y las estrategias implementadas. Por esto pensamos que se vuelve necesario precisar aún más una metodología que aporte a la integración de conocimientos y poder disminuir estos obstáculos para pensar e intervenir. Considerando que es la participación como ejercicio de poder de la comunidad toda y de los adultos mayores en particular, lo que permitirá entonces salir de esa parálisis. Si bien queremos resolver problemas metodológicos, no debemos perder de vista la dimensión política que implica trabajar sobre las condiciones de vida de los adultos mayores ¿Para ser coherentes con lo que planteamos se hace necesario una modalidad de intervención que respete en primera instancia un proceso de inserción comunitaria del equipo técnico, buscando la continuidad en el relacionamiento con las comunidades. Este tipo de propuestas se apoya en una concepción interdisciplinaria del abordaje del envejecimiento.<br /><br />“Metodológicamente, un proyecto de este tipo exige la jerarquización de dispositivos que habiliten la producción de enunciados que articulen los aportes emergentes de la complejidad del encuentro comunidad - docentes - estudiantes universitarios. El Taller se transforma entonces en un instrumento pertinente para estos propósitos”. (Pérez, coord. 2002, pp. 7-8).<br /><br />Para este proyecto, que se desarrolló entre los años 2002 –2004, nos planteamos dos propósitos: a) acercamiento de la Universidad a diferentes realidades de los adultos mayores del país, a través de sus agrupamientos y b) facilitar la emergencia de programas comunitarios sustentables en el tiempo, planificados y sostenidos por adultos mayores agrupados. Su objetivo general fue “crear un programa de extensión continuo e interdisciplinario de la Universidad de la República respecto al envejecimiento y la vejez en el Uruguay”. Para ello se formularon una serie de objetivos específicos que, a grandes rasgos, se podrían resumir en cuatro: 1) Identificación de las principales problemáticas de los grupos de adultos mayores seleccionados (en adelante, GAM); 2) Definir líneas de acción conjunta; 3) Crear redes de apoyo zonales o regionales; 4) Elaborar una propuesta de programa continuo con la participación de las redes formadas y la Universidad de la República.<br /><br />Las actividades fueron diseñadas en tres etapas: a) Presentación y difusión del Proyecto. Selección de los grupos y capacitación de estudiantes; b) Identificación de problemáticas de cada grupo y elaboración de acciones comunitarias de abordaje; c) Desarrollo de las redes de apoyo zonales o regionales. Evaluación del trabajo realizado. Diseño de programa continuo en conjunto entre las redes y los docentes y estudiantes universitarios participantes.<br /><br />Como metodología se utilizó el Taller de Identificación de Problemáticas, que se basa en jerarquizar el saber de los participantes en la definición de problemas y estrategias. Esta metodología implica un sistema protocolizado de abordaje de los grupos a los efectos de poder cumplir los mismos objetivos en contextos diversos. Participaron de este proyecto en forma directa: 500 adultos mayores (150 de Montevideo y 350 del interior); 20 organizaciones de adultos mayores (10 de Montevideo y 10 del interior); 40 estudiantes de Cuarto y Quinto Ciclo, pasantes por el SPV (16 en el año 2002, 12 en el 2003 y 12 en el 2004); 5 Docentes. Respecto a la ubicación geográfica, este proyecto tuvo un alcance nacional, pues participaron grupos de adultos mayores de los Departamentos de Artigas, Canelones, Colonia, Durazno, Flores, Maldonado, Montevideo, Salto, Rocha y Treinta y Tres.<br /><br />Principales Problemáticas Identificadas por los Adultos Mayores<br /><br />Como decíamos anteriormente, este proyecto trabajó en la identificación de problemáticas y estrategias de abordaje. Las principales problemáticas identificadas en los grupos de adultos mayores (GAM) que trabajaron en el Proyecto, se pueden formular en tres tipos: a) Problemáticas internas de cada GAM: refiere mayoritariamente a dificultades de comunicación, poca participación, falta de actividades y de motivación. Muchas de estas problemáticas están relacionadas a dificultades de funcionamiento interno y a las relaciones de poder establecidas. b) Problemas evaluados como comunes a todos los adultos mayores: relacionados con carencias de orden afectivo (soledad, falta de motivación, necesidad de sentirse útiles) y de orden económico (baja jubilación, pobreza, etc.). En los grupos del interior surge además, el tema del relacionamiento intergeneracional. Este apartado y los dos siguientes son una versión revisada del informe y evaluación de actividades del Proyecto de extensión (Pérez, 2004, d)<br /><br />c) Problemas sociales que impactan en cada persona singularmente: se relacionan con dificultades económicas y sociales actuales, así como su impacto en las familias (pobreza, emigración, falta de trabajo, seguridad, entre otros).<br /><br />Resultados<br /><br />En función de los potenciales de cada GAM, las problemáticas fueron abordadas de diferentes maneras. En este sentido, los resultados obtenidos en este proyecto, respecto a los objetivos planteados, podemos plantearlos en tres líneas:<br /><br />1 - Mejora en la autonomía y confianza en las propias fuerzas de los grupos de adultos mayores para enfrentar las dificultades. Esto fue facilitado por dos acciones complementarias: a) Identificación de problemáticas y herramientas de abordaje, fortaleciendo la autogestión y autonomía de los a.m. organizados y sus grupos. b) Apoyo en el desarrollo organizacional de los GAM y detección de posibles obstaculizadores del funcionamiento grupal.<br /><br />2 – Programas de apoyo a la comunidad y a la población más desvalida (ancianos asilados, niños, personas en situación de vulnerabilidad social, etc.), a través de diferentes programas diseñados y ejecutados por los GAM: a) Programa de actividades intergeneracionales en Nueva Palmira y San Carlos b) Programa de visitas a adultos mayores institucionalizados o que viven solos, en varios GAM. c) Diseño y ejecución de un programa de “Curso – Taller de capacitación y actualización para cuidadores de personas mayores” en la Asociación de Jubilados y Pensionistas de Rocha. d) Apoyo en la iniciativa de vinculación entre grupos de adultos mayores. e) Actividades de información y formación en salud, en varios GAM. f) Fortalecimiento de las redes locales y barriales. Contacto con los recursos zonales.<br /><br />3 – Análisis y definición por parte de los GAM, de los principales componentes que debería tener un programa continuo de extensión de la Universidad de la República respecto al envejecimiento y la vejez en el Uruguay”.<br /><br />Evaluación Crítica del Proyecto<br /><br />Este proyecto, por lo que implicó en cuanto a poner a prueba nuestros saberes teóricos técnicos, nos deja una serie de aprendizajes y reflexiones que queremos compartir aquí, como forma de pensar futuras intervenciones.<br /><br />Uno de los primeros elementos que surge del análisis del desarrollo del Proyecto, es la enorme complejidad y heterogeneidad de los GAM y de sus problemáticas y recursos. Mientras desde el Proyecto nos planteamos inicialmente un abordaje homogéneo de los grupos, en el trabajo de campo nos encontramos con una gran diversidad de los mismos, tanto a nivel de sus desarrollo y consolidación como grupos, como en cuánto a sus intereses. Mientras los GAM más consolidados se encontraban en condiciones de generar acciones hacia la comunidad, en otros existían situaciones de extrema fragilidad que hacía que sus problemáticas centrales giraran en torno a la propia supervivencia del grupo. En estos casos, optamos por jerarquizar un trabajo sobre aspectos organizativos inmediatos que les permitieran subsistir como colectivo organizado.<br /><br />Nuestro esquema inicial de trabajo, se basó en el nivel explícito de los GAM, en sus pedidos, en base a lo que realizamos los diferentes acuerdos de trabajo. Partíamos de la idea que, en la medida que el GAM planteaban voluntariamente su interés en identificar sus problemáticas y generar acciones para abordarlas, nuestro papel sería de apoyo técnico – metodológico para facilitar esto. A poco de iniciado el trabajo, tomamos contacto con otras realidades y atravesamientos grupales, donde sólo una pequeña parte de su accionar se construía en ese nivel explícito de pedido. Aspectos que hacen a niveles implícitos de la grupalidad - relaciones de poder, producciones deseantes, coexistencia de fuerzas facilitadoras del cambio con otras reaccionarias – determinaban mayoritariamente las contradicciones entre lo que manifestaban que debían hacer, y las acciones que efectivamente emprendían. Este nivel implícito en los diferentes GAM, esta diferencia entre la voluntad e interés consiente, con el deseo y las resistencias inconscientes, al no ser trabajado inicialmente, significó un obstáculo al desarrollo esperado del proyecto.<br /><br />Estos elementos cristalizaron fundamentalmente, en dos tipos de resistencias al cambio: a) Actitudes asistencialistas. Distancia entre el identificar una serie de problemáticas y las acciones a emprender para modificarlas, con el tener que hacerlo ellos mismos. Esto se observó con mayor fuerza en las personas más viejas y en las de menor “capital cultural”. b) Resistencia a cambiar formas de funcionamiento y de liderazgos instituidos, que son contrarios a una propuesta de participación activa. A modo de ejemplo, la diferencia entre el discurso explícito de necesidad que participe más gente y la resistencia inconsciente para habilitar una participación real. Esta situación, junto a la mencionada en el punto anterior, fueron determinantes en los grupos con que acordamos finalizar el trabajo en el año 2002 o los que no llegaron a la tercer etapa en el 2003.<br /><br />Otro elemento que contribuyó a la heterogeneidad fue las diferentes historias de cada grupo, sus pertenencias barriales o locales, así como la variación en cuanto al capital cultural de los integrantes de un grupo a otro. Al respecto, observamos una diferencia en las potencialidades para construir y reactivar redes en los GAM de Montevideo con los del interior. En estos últimos, la apropiación de los espacios y los sentimientos de pertenencia facilitan mucho estos procesos.<br /><br />Un aspecto que no se puede dejar de señalar, es el estallido de la crisis social y económica del país el año 2002 (feriado bancario, saqueos, pobreza, hambre, etc.) y su influencia negativa en el desarrollo del proyecto. Si bien los adultos mayores no aparecen a priori como el sector etario más vulnerable económicamente, esta crisis, con su correlato de desesperanza y confusión en los referentes simbólicos, impactó en ellos de forma diversa, pero en casi todos cristalizó a partir de los efectos de la misma en sus familias (emigración, desempleo, pobreza, hijos adultos que vuelven a vivir con sus padres, violencia, etc.). Esto golpeó muy fuertemente en los grupos más frágiles, que no se encontraban en condiciones de sostener y apoyar a sus integrantes ante la inseguridad, desconcierto, incertidumbre y, en muchos casos, desesperanza de muchos de sus integrantes más vulnerables. Como contrapartida, aquellos grupos más consolidados como tales - en donde interés y deseo iban en un mismo sentido – oficiaron como soporte grupal de sus integrantes, disminuyendo el nivel de sufrimiento de los mismos.<br /><br />No obstante estos aspectos, que obligaron a diversos ajustes metodológicos, se puede afirmar que, en líneas generales, se desarrollaron las actividades definidas en el proyecto y se cumplieron sus objetivos, alcanzando incluso, a más grupos de a.m. que los previstos inicialmente.<br /><br />Tal vez, uno de los principales resultados positivos de este proyecto, es que al facilitar espacios para el análisis e identificación de las problemáticas, se habilitó a que los adultos mayores participantes generaran espacios de elaboración de estrategias y acciones para disminuir el daño de la crisis social actual. En este sentido y a modo de ejemplo, vale destacar la creación en la Asociación de Jubilados de Rocha, en San Carlos y en Nueva Palmira de grupos de adultos mayores para el trabajo voluntario de apoyo a sectores en situación de riesgo social.<br /><br />Lo mismo se puede decir de las actividades intergeneracionales de apoyo a Escuelas, llevadas adelante por parte de los grupos de San Carlos y Nueva Palmira. O las actividades de apoyo que se realizaron en varios hogares de ancianos, o en las visitas a personas viejas que viven solas, etc.. Otro de los resultados que merece destacarse, es el fortalecimiento que se logró de algunas organizaciones, a partir de la apertura de espacios grupales que oficiaron como sostén de sus integrantes.<br /><br />En relación a las diferentes evaluaciones realizadas a lo largo del proyecto por parte de los adultos mayores, estas presentan una valoración general positiva. El trabajo de identificación de problemáticas y la definición de acciones fue evaluado por los destinatarios del proyecto mediante un formulario diseñado a tal fin, el que fue completado en forma individual y anónima por cada una de las personas que participaron de las actividades. En una escala de 1 a 6, los promedios se ubicaron en 4 – 5. Este formulario se aplicó a la totalidad de los grupos. Respecto a las actividades realizadas con cada grupo, se evaluaron en forma cualitativa, donde se destacaba generalmente el aporte del trabajo. Consistente con esto, en la evaluación final realizada en forma colectiva por los representantes de los GAM, se resaltó el aporte de las actividades a sus respectivos grupos, y se delinearon los principales componentes que debería tener un programa continuo de extensión de la Universidad de la República en el tema envejecimiento y vejez a nivel nacional. Dentro de estos componentes, los GAM pusieron mucho énfasis en la necesidad de contar con un apoyo permanente de la Universidad a sus grupos, ya sea desde la capacitación para emprender acciones comunitarias, como para el fortalecimiento de sus procesos grupales y organizacionales.<br /><br />Ya finalizando este trabajo, sobre este último proyecto quisiéramos destacar como resultado no cuantificable, el aprendizaje que implicó para el equipo docente del SPV esa experiencia de extensión. Las presentaciones realizadas en eventos, la publicación de artículos, los efectos de una supervisión externa realizada y su cuestionamiento a algunos de los aspectos de nuestra concepción de la vejez, así como el continuo análisis de la marcha del proyecto las reuniones del equipo y con los estudiantes, son sólo algunos de los intentos por tratar de entender, producir y modificar una realidad muy compleja. Los GAM que participaron, sus obstáculos y logros, pero por sobre todo su apoyo, fueron un motor constante de esta actividad.<br /><br />Esperemos poder canalizar estos aprendizajes en nuevas formas de intervención, que nos habiliten a dar un nuevo salto cualitativo, marcar un nuevo mojón en este difícil pero apasionante trabajo en busca de una mayor inclusión social, como forma de lograr una (nueva) sociedad para todas las edades.<br /><br />REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS<br />Amaral, R.; Berriel, F.; Carbajal, M.; Leopold, L.; Lladó, M.; Pérez, R. (2004) Plan de desarrollo académico del Servicio de Psicología de la Vejez. Período 2005 - 2006. Montevideo: Facultad de Psicología. Mat. mim.<br />Arotce, R.; Dodera, P. (2004) Proyecto de investigación: Indicadores psicoafectivos del test de la figura humana de K. Machover aplicado en adultos mayores. Montevideo: Universidad de la República, Facultad de Psicología, CSIC. Mat. mim.<br /><br />Berriel, F. 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(1988) Psicogeriatría. Teoría y Clínica. Bs. As.: Paidós.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:Arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:Arial;">Fuente: PÉREZ Fernández, Robert. (2005). "Adultos mayores: participación e inclusión social". Montevideo: julio del 2005, consultado el 31 de julio del 2008 de <a href="http://www.psiconet.com/tiempo/">http://www.psiconet.com/tiempo/</a>. </span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4850000805865426324.post-75662989491086888282008-08-03T20:46:00.000-07:002008-08-03T20:58:25.234-07:00TODOS ENVEJECEMOS LOS 365 DÍAS DEL AÑO<div align="justify"><span style="font-family:arial;">REVISTA TIEMPO<br />EL PORTAL DE LA PSICOGERONTOLOGÍA<br />Número 22 - Julio 2008<br /></span></div><div align="center"><span style="font-family:arial;font-size:130%;"><strong>TODOS ENVEJECEMOS LOS 365 DÍAS AL AÑO.</strong></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"><br />Trabajo monográfico para el </span><a href="http://www.psiconet.com/tiempo/cvepe2/index.htm"><span style="font-family:arial;">2° Curso Virtual Educación para el Envejecimiento</span></a><br /><span style="font-family:arial;">María Fernanda Peña</span><a href="mailto:primaveraenotono@yahoo.es"><span style="font-family:arial;">primaveraenotono@yahoo.es</span></a><span style="font-family:arial;"><br /><br />Todos envejecemos 365 días al año, es la realidad latente de cada ser humano donde seamos concientes o no, queramos o no, tomemos las medidas que se nos ocurran, los programas, los tratamientos o sigamos cualquier filosofía, ricos o pobres, negros o blancos; es una realidad; minuto a minuto somos un poco mas viejos.<br /><br />Tomando la definición de envejecer según la Dra Virginia Viguera "Es un proceso dinámico, natural e inevitable, proceso en el que se dan cambios a nivel biológico, corporal, psicológico y social."<br /><br />Podemos afirmar que todos tenemos el mismo ciclo de vida, no existe diferencia, entre hombres y mujeres todo ser humano desde el momento de su creación esta envejeciendo.<br /><br />El niño es un ser cambiante que llega a ser adolescente, y luego adulto con los mismos cambios que definimos al pasar a adultos mayores.<br /><br />EDUCACIÓN PERMANENTE<br /><br />Encontramos entonces que hoy se le da importancia a la autoestima y al auto cuidado en cualquier etapa de nuestra existencia; diríamos entonces que al llegar a ser adultos mayores no podemos perder estos conceptos que aprendimos siendo niños, dándole continuidad a la vida con calidad, al ser concientes de nuestras limitaciones y posibilidades. Para obtener ese hermosísimo premio de llegar a esta etapa de nuestra vida, con las oportunidades de disfrutar lo que somos y lo que tenemos, no solo lo económico si no también, logros afectivos, el entorno construido y la capacidad de compartirlo.<br /><br />El concepto de la educación permanente o aprendizaje podemos verla con el lema; Se puede aprender durante toda la vida. El adulto mayor aprende diferente que el niño; en el modo, el tiempo, el ritmo, los objetivos, las motivaciones son personales y placenteras. Sin embargo, la recompensa será estar vigentes y no excluidos de la sociedad.<br /><br />CONCEPTOS ERRADOS<br /><br />No podemos desconocer las falsas creencias, mitos, miedos y prejuicios que hoy en día existen acerca del envejecer, todos estos conceptos errados pueden llevar a temerle a la vejez. Por eso es preciso que una de las principales tareas por cumplir con nuestra sociedad sea; acabar con todas estas falsas ideas.<br /><br />REMINISCENCIAS<br /><br />Mas no estamos solos, la vida es para compartirla y disfrutarla no solo con nuestra pareja (si la tenemos), sino con todo aquel que esta a nuestro alrededor.<br /><br />Programas como este que se realiza en algunos colegios tienen mucha importancia para la sociedad y su educación permanente; consiste en llevar los abuelos a los estudiantes; para interactuar con los mismos; ellos se presentan y cuentan parte de su historia. Es esta una valiosísima oportunidad para desmitificar el envejecer y mostrar esta etapa como un triunfo de longevidad e incorporar la historia al presente como vivencia de continuidad y ayuda a mantener la memoria colectiva de una sociedad. Aquellos que no hemos llegado a la vejez, tenemos un compromiso con nosotros mismos, el cambio debe darse; reivindicando este espacio de vida que debería ser vivido placentera y orgullosamente.<br /><br />Según la organización mundial de la salud; O.M.S<br /><br />"El envejecimiento es un privilegio y un logro social. Es también un desafío al que no pueden hacerle frente los gobiernos y la sociedad civil en forma aislada requiere enfoques y estrategias conjuntas."<br /><br />CAMBIOS O PÉRDIDAS:<br /><br />Se consideran experiencias vitales donde se pierde algo significativo. No quiero desconocer en esta parte la situación de la persona próxima a jubilarse es un campo al que debería llegar con la tranquilidad de saber que es un premio un logro sabiendo que puede seguir desarrollándose, educándose, aprendiendo lo que le gusta y no llegar el momento de sufrir esta experiencia como una gran perdida; sin estar preparado, sin saber que hacer con el tiempo libre, por que nunca lo ha tenido, ni sabe que pude hacer con el. El entorno familiar es parte importante el cual debería tener preparación para ayudar y compartir a asumir este cambio. "jubilación no es jubilarse de la vida".<br /><br />Las perdidas necesitan de un proceso psicológico llamado Duelo para ser superadas y de un tiempo diferente donde influyen factores como; tipo de perdida, entorno para compartirlo, factores socioeconómicos, personalidad, etc. Cuando este proceso evoluciona y se da la resolución como procesos normales y necesarios, se puede obtener a través de recordar, expresarlo por medio verbal o escrito para superar y sentirse mejor, lo que permite reenfocar las energías en otras actividades.<br /><br />ACTIVIDADES FISICAS:<br /><br />Si miramos el aspecto físico las actividades, los ejercicios practicados con regularidad son salud e inclusive previenen diversas disminuciones funcionales asociadas al envejecimiento.<br /><br />Algunas frases nos muestran una gran realidad de sabiduría;<br /><br />"Con frecuencia es menos costoso prevenir enfermedades que tratarlas"O.M.S 2002<br />"Sigamos activos para envejecer bien"<br /><br />Cada uno de nosotros es responsable de su propio envejecimiento, la sociedad, la herencia, el medio ambiente, las costumbres, son factores que pueden modificar esta etapa, y crear un estilo de vida en esta nuestra existencia nos corresponde solamente a cada uno, como seres individuales y autónomos que somos.<br /><br />El siguiente cuadro1 resume los beneficios para la salud que se pueden lograr con la actividad física regular.<br /><br />TEMA DE SALUD BENEFICIO PARA LA SALUD<br />----------------------------------------------------------------------------------------<br />Salud cardiovascular; -Mejora el desempeño del miocardio<br />-Aumenta la capacidad diastólica máxima<br />-Aumenta la capacidad de contracción del músculo cardiaco<br />-Reduce las contracciones Ventriculares prematuras<br />-Mejora el perfil de los lípidos sanguíneos<br />-Aumenta la capacidad aeróbica<br />-Reduce la presión sistólica<br />-Mejora la presión diastólica<br />-Mejora la resistencia<br />Obesidad -Disminuye el tejido adiposo abdominal<br />-Aumenta la masa muscular magra<br />-Reduce el porcentaje de grasa corporal<br />Lipoproteínas -Reduce las lipoproteínas de baja densidad<br />-Reduce el colesterol<br />-Reduce los triglicéridos<br />-Aumenta las lipoproteínas de alta densidad<br />__________________________________________________________________<br />Intolerancia a la glucosa -Aumenta la tolerancia a la glucosa<br />__________________________________________________________________<br />Osteoporosis -Retarda la declinación en la densidad mineral ósea<br />-Aumenta la densidad ósea<br />__________________________________________________________________<br />Bienestar psicológico -Mejora el bienestar y la satisfacción percibidos<br />-Aumenta la secreción de beta-endorfinas<br />-Aumenta los niveles de norepinefrina y serotonina<br />Debilidad muscular -Reduce el riesgo de la capacidad músculo esquelética<br />-Mejora la fuerza y la flexibilidad<br />Capacidad funcional -Reduce el riesgo de caídas debido a un incremento en el<br />Equilibrio, la fuerza y la flexibilidad<br />-Reduce el riesgo de fracturas<br />-Disminuye el tiempo de reacción<br />-Mantiene la irrigación cerebral y la cognición<br />__________________________________________________________________<br />Entre las actividades físicas existen cuatro tipos de ejercicios muy importantes para personas en la tercera edad:<br /><br />(1)Actividades de Resistencia; Son los que aumentan el ritmo cardíaco y la respiración. Estos ejercicios mejoran la salud del corazón, los pulmones y el sistema circulatorio. Aquí podemos indicar algunos ejercicios como; caminar enérgicamente, nadar, bailar, montar bicicleta, subir escaleras.<br /><br />(2)Los ejercicios de Fortalecimiento; hacen que los adultos mayores obtengan la fuerza suficiente para hacer las cosas que necesiten y les guste. Estos ejercicios restauran el músculo y fuerza, previenen la osteoporosis, Aumentan el metabolismo para bajar peso y nivelar el azúcar en sangre y mantienen activos e independientes al adulto mayor (se recomienda supervisión y autorización profesional) no debe producir dolor y permitir hablar mientras se realiza, mínimo dos veces por semana. Aquí el uso de pesas, pararse y sentarse de una silla sin apoyo repetidamente, flexionar y extender brazos y piernas en diferentes direcciones.<br /><br />(3)Los ejercicios de Equilibrio; ayudan a prevenir caídas, una causa frecuente de incapacitación en el adulto mayor.<br /><br />(4)Los ejercicios de Estiramiento; ayudan a conservar el cuerpo fuerte y flexible, se realizan con los músculos con previo calentamiento.<br /><br />No podemos desconocer la intervención de los profesionales especialistas en estas áreas para saber las limitaciones y posibilidades en las actividades físicas, en el auto-cuidado de cada adulto mayor, sin dejar de lado la hidratación siempre que se realicen ejercicios o actividades físicas excepto las personas que tienen control de líquidos por problemas diagnosticados. Las precauciones durante el ejercicio nunca sobran entre otras buscar la hora adecuada ni mucho frió (Ocasionan problemas pulmonares), ni temperaturas de mucho calor, el aire libre es conveniente teniendo cuidado con niveles de contaminación, humedad.<br /><br />"Tenemos un remedio inmediato, seguro y confiable para algunos de los principales riesgos de salud relacionados con el consumo no saludable. Es gratis. Funciona para ricos y pobres, para hombres y mujeres, para jóvenes y mayores; es La Actividad física, al menos treinta minutos todos los días." Gro Harlem Brundtland. Directora general. OMS Asamblea Mundial de la salud 2002.<br /><br />La actividad es el antídoto de la soledad, el aburrimiento nos puede conducir a encontrarnos con estados depresivos, los cuales nos rodean de tristeza, desanimo lo que nos lleva a perder el hábito de ejercitarnos física o mentalmente sumado al tiempo de inactividad nos conduce a disminuir la salud, la calidad de vida. EL deprimirse nos lleva a bajar las defensas, en otras palabras la parte emocional puede influir en la respuesta inmune, dando como resultado que nuestro organismo se enferme.<br /><br />EL ESTRÉS Y LAYOGA COMO TERAPIA:<br /><br />El estrés definido por la Doctora Virginia Viguera, En el capitulo "La psicoinmunología y el envejecimiento" como la reacción o reacciones de nuestro organismo frente a demandas mayores a nuestra capacidad habitual de respuesta. El organismo responde con aumento de las tensiones psicológicas y físicas. Poniendo al organismo en situación de estar más vulnerable en sus defensas y susceptible entonces de enfermar.<br /><br />Preguntamos entonces quien no ha sufrido de estrés? Se podría considerar como una de los padecimientos del momento a cualquier nivel y a cualquier edad. Nuestro encuentro con el yoga como alternativa para ayudar al tratamiento del estrés.<br />"los resultados obtenidos en las técnicas más recientes de sofrología, relajación y terapia psicosomática basadas en principios y experiencias científicas, vienen a coincidir con el saber milenario de las practicas esotéricas del yoga.<br /><br />Tanto las enseñanzas esotéricas orientales milenarias, como las más modernas experiencias científicas han constatado que mediante la respiración completa y controlada la mente actúa sobre el cuerpo y viceversa a través de los procesos fisiológicos que origina.<br />La respiración controlada, profunda y lenta produce efectos beneficiosos sobre el cuerpo y la mente:<br />· Relajación muscular, facilitando el tono muscular idóneo sin tensión rigidez o contracciones.<br />· Relajación circulatoria (arterias, venas, vasos) mejorando la irrigación sanguínea.<br />· Relajación respiratoria, aumentando la oxigenación.<br />· Purifica el organismo al eliminar sustancias tóxicas procedentes del metabolismo que la sangre ha llevado a los pulmones.<br />· La mente se concentra en la respiración y en las sensaciones corporales.<br />· Se toma conciencia del propio cuerpo y se estimula las percepciones sensoriales.<br />· La mente se libera de todo lo que la perturba y queda en calma disponible para el "aquí y ahora"<br />· Aparece la armonía y la unidad cuerpo- mente y desaparece la dispersión mental"2<br /><br />NUTRICIÒN:<br /><br />La nutrición es un aspecto que no se puede dejar de lado; una dieta balanceada es importante para todo el mundo principalmente en el Adulto Mayor.<br /><br />No podemos desconocer el aporte profesional de los nutricionistas y de las restricciones que se tengan por compromisos con la salud.<br /><br />Para saber bien lo que es una dieta balanceada; se debe tener en cuenta que la parte más grande de las calorías que uno consume cada día deberían venir de comidas basadas en granos; el grupo que le sigue son las verduras y frutas; después el pescado, las aves, las carnes, y los productos lácteos. Mientras menos grasa, aceites y dulces se coman mejor.<br /><br />"Come para vivir no vive para comer" - www.nutriverde.com.ar<br /><br />LA IDENTIDAD:<br /><br />"La identidad; es el sello personal, quien soy, como soy el asumir los cambios y el conocerse es lo que me hace diferente de las demás personas.<br /><br />La auto-estima es la parte afectiva de la identidad, como nos evaluamos.<br /><br />La identidad y Auto-estima se forman a lo largo de la vida en interrelación de psiquismo y la realidad externa; social, cultural, económica y vehiculizada por la familia y el nivel socioeconómico donde se interactué.<br /><br />En el proceso de envejecimiento los cambios corporales; canas, arrugas, fallos de memoria, disminución sensorial, impedimentos por salud.<br /><br />Los cambios pueden originar crisis que las consideraría como perdidas a las que hay que hacerles un proceso de duelo y entender y asumir los cambios para que se de la resolución de la misma." 3<br /><br />La aceptación por parte de cada persona y de nuestro entorno sobre los cambios que van sucediendo alrededor de la vida es parte de una educación que debemos poner en práctica al entender, superar y asumir todos estos procesos que conforman parte de nuestra existencia. Reconociendo nuestra identidad.<br /><br />Como parte de la educación en esta sociedad a la que pertenecemos es importante dar a conocer los cambios biológicos normales, que todo ser humano debe sufrir y me estoy refiriendo a la menopausia para las mujeres donde no solamente es la perdida de la capacidad reproductiva, se debe desmitificar los cambios que paralelamente se sufren hormonal, psicológico, donde se puede mejorar toda la sintomatología con una terapia hormonal y nuestra reiterada actividad física que cobra más importancia tanto para la salud física como psicológica.<br /><br />Se habla, se trata por diferentes medios de la menopausia, pero no podemos desconocer los cambios en los hombres, el llamado climaterio masculino; existe un cambio hormonal también en los hombres siendo natural al llegar a esta etapa y sufren por la disminución de la potencia sexual, se confunde con la perdida de la virilidad lo cual es solamente la disminución hormonal , donde se reafirma en este caso también la necesidad del ejercicio físico y la información correcta que prepara o ayuda a establecer la verdad de esta etapa y así podemos diferenciar entre la sexualidad que no se debe perder, entendiéndose por sexualidad no lo genital, aquí se mezcla la necesidad de cariño, amor, ternura, afectos, la necesidad del otro.<br /><br />"En la autoafirmación de la feminidad y de la masculinidad, la sensación cotidiana de sentirse buscado, necesitado y querido, dará una perspectiva distinta a esta etapa de la vida tan compleja y tan difícil de vivir" 4<br /><br />COMPROMISO DE UNA SOCIEDAD:<br /><br />Los programas de educación permanente dan como resultado un compromiso mundial de los organismos internacionales de salud llámense como quiera OMS, OPS; nos establecen que la respuesta a este esfuerzo es el aumento de esperanza de vida y al tener claro que la disminución en la natalidad deja de ser una pirámide y se convierte en un rectángulo el crecimiento demográfico nos obliga a cambiar de idea y decir todos los seres humanos estamos sentenciados a ser adultos mayores, si superamos la posibilidad de una muerte, por lo cual el brindar espacio y cambiar el valor que se le da al adulto mayor es tarea de todos como sociedad o gobierno.<br /><br />"Cansado de los ancianitos; por Fatiga.<br /><br />Estoy cansado de los ancianitos. Me aburren y poco tengo en común con ellos. Me aburre aun más los gerentes y los mayores. Ni hablar, el fastidio que me causan aquellos que hablan de los viejitos "jóvenes", o jóvenes de espíritu. Casi detesto aquellos que hablan por los viejos mientras sus miradas destilan pánico a la vejez.<br /><br />Sin embargo, comparto cada día más con Isabel, mi vecina, de quien aprendo con sólo verla cuidar su jardín.<br /><br />Siento también una envidia sana viéndolos a Paquete, Lucía, Idalina y a Francisco, organizar su viaje a Puerto Madryn.<br /><br />Disfruto cada día mas, viendo a mis hijos jugar con sus abuelos y abuelas.<br /><br />Extraño a Torres contando historias y la paciencia de Roque. Extraño también a Pablito, a José y a Miguel cuando pasa mucho tiempo y no los veo.<br /><br />A Juan y a María, quienes pusieron frente a mi, verdaderos ejemplos de honestidad, amor al trabajo rudo, sensibilidad, compañerismo y amor, difíciles de igualar pero imposibles de ignorar.<br />La gran casualidad es que nunca, en ningún caso me relacione con todos ellos en tanto viejos, sino como personas con nombre y apellido." 5<br /><br />CONCLUCION:<br /><br />En esta monografía donde pretendo acercarme un poco a la educación sobre gerontologia, quiero solamente concluir somos una sociedad viva donde los intereses personales están por encima de muchas cosas importantes, pero mirar un poco más allá veremos que esta realidad nos concierne a todos y nunca es tarde para aprender, desde cualquier punto donde estemos vida profesional, en nuestra vida familiar y en la historia de nuestra propia vida siempre existirán los adultos mayores, que si ellos no tuvieron la fortuna de encontrar en el camino, todos estos conocimientos del arte de envejecer, los que si la encontramos espero que a tiempo, seamos multiplicadores de este tesoro, gracias a las personas que hacen posible el encontrar un camino para realizar esta hermosa tarea.<br /><br />BIOGRAFIA:<br />Maria Fernanda PeñaOdontólogaBogotá ColombiaPrimavera en otoño (Programa de actividades para el adulto mayor).e-mail; primaveraenotono@yahoo.es<br /><br />BIBLIOGRAFIA<br />Curso Virtual de Gerontologia - Portal de Gerontologia - www.psiconet.com<br />Princeton, NJ Robert Word Johnson Foundation<br /><br />La Psicoinmunologia y El envejecimiento Dra. Virginia Viguera - www.nutriverde.com.ar<br />www.efedeportes.com<br />Hojas de Roca Portal - Identidad y auto-estima en los adultos mayores Dra.; Virginia Viguera.<br /><br />Fuente: PEÑA, María Fernanda. (Otoño 2008). “Todos envejecemos 365 días al año”. 2º. Curso de educación para el envejecimiento. tiempo. No. 22. Julio del 2008, consultado el 03 de agosto del 2008, de </span><a href="http://www.psiconet.com/tiempo/"><span style="font-family:arial;">http://www.psiconet.com/tiempo/</span></a><br /><span style="font-family:arial;"> </span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4850000805865426324.post-76248949594944206482008-08-03T20:30:00.001-07:002008-08-03T20:37:03.038-07:00ELEVACIÓN DE LA ATENCIÓN Y LA AUTOESTIMA<div align="justify"><span style="font-family:arial;">REVISTA TIEMPO<br />EL PORTAL DE LA PSICOGERONTOLOGÍA<br />Número 22 - Julio 2008<br /> </span><span style="font-family:arial;"><br /><strong><span style="font-size:130%;">ELEVACIÓN DE LA ATENCIÓN Y LA AUTOESTIMA Y ESTIMULACIÓN PLURISENSORIAL AUTOBIOGRÁFICA PARA LA RECUPERACIÓN DE CASOS DIAGNOSTICADOS Y TRATADOS PREVIAMENTE COMO DEMENCIA TIPO ALZHEIMER</span></strong><br /> </span></div><span style="font-family:arial;"><div align="justify">Sánchez Luis María1, Leites María Agustina2, Martínez Gisela Anahí3, Jalife María Alejandra4, Cantero Carlos Roberto5, García Jorge Daniel6, Gárate Lilian Teresa Maximiana7, Rubano María del Carmen8, Ferrari Estefanía Daiana9, Sastre Silvana Raquel10<br /><br />1-4, 9-10 Facultad de Ciencia y Tecnología, Proyecto Alzheimer, Universidad Autónoma de Entre Ríos, Argentina.<br />5 Centro Regional de Rehabilitación, Villaguay, Entre Ríos, Argentina.<br />6 Facultad de Bioingeniería, Universidad Nacional de Entre Ríos, Argentina.<br />7 Centro de Salud, Paraná, Entre Ríos, Argentina.<br />8 Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de Entre Ríos, Argentina.<br />Correspondencia:<br />Prof.Lic.Luis María Sánchez, Belgrano 707 (CP3260), Concepción del Uruguay, Entre Ríos, Argentina.<br /><br />Fax 0054 3442 43 1442. </span><a href="mailto:stopalz@gmail.com"><span style="font-family:arial;">stopalz@gmail.com</span></a><span style="font-family:arial;"><br /><br />Los autores agradecen a los familiares de las personas afectadas de demencia por su contribución inestimable al desarrollo de estas investigaciones, al BBVA-Consolidar por sus donativos, al INCADEVI por su apoyo y al Instituto Bioquímico de Concepción del Uruguay, Argentina por su colaboración.<br /><br />Estas investigaciones fueron cubiertas en parte con fondos de la Universidad Autónoma de Entre Ríos, Argentina.<br /><br />Los autores expresan que no existen conflictos de interés a propósito de la publicación de estas investigaciones por la Revista de Psicogerontología, que todos ellos conocen el texto y acuerdan con el contenido del mismo, y ceden los derechos que correspondan a Revista de Psicogerontología® .<br /><br />Resumen<br />Introducción. Se ha reportado la asociación entre factores psicológicos y psicosociales con la instalación de la demencia alzheimer, remarcando la personalidad introvertida, el déficit de afrontamiento y la tendencia al aislamiento, y psicosociales como vínculos débiles y selectivos a nivel social y familiar, ocupar un rol secundario y escaso involucramiento plural con lo abstracto (información local/internacional, política, arte, filosofía, etc.), construir una identidad personal apoyándose en quien depende afectivamente, o una parte de sí (talento/habilidad),cuya desaparición o muerte (normales y más probables a mayor edad), con déficit de afrontamiento, profundiza el aislamiento y provoca la fijación repetitiva de la atención en el deseo de muerte. Ello conduce al bloqueo de los reconocimientos sensoriales que causan los comportamientos anormales. Sujetos y métodos. Se diseñaron protocolos para: a) confirmar la condición de demencia alzheimer, b) elevar la atención y la autoestima, c) realizar una estimulación pluri-sensorial autobiográfica y d) reinsertarlos en una nueva cotidianeidad enaltecedora. Resultados: Se abordaron 38 casos de los cuales 17(44.5%) eran falsos alzheimer, que requirieron acciones especiales para su reintegración familiar/social. De los casos, 4 fueron retirados por sus familiares antes de completar la recuperación. Se recuperaron 17, reintegrándose a sus familias o a las actividades de sus lugares de residencia. Conclusiones: El procedimiento resultó efectivo. No se detectaron señales de daño cerebral residual, y puede decirse que la noción de realidad había estado negada u ocultada pero no disuelta. No identificamos el punto de irreversibilidad, al menos hasta con once años bajo demencia alzheimer, u 84 años de edad.<br />Palabras clave: alzheimer, recuperación, re evaluación, atención, autoestima, estimulación sensorial autobiográfica.<br /><br /> ATTENTION AND THE SELF-ESTEEM ENHANCEMENT AND PLURI SENSORIAL AUTOBIOGRAPHICAL STIMULATION FOR THE RECOVERY OF PREVIOUSLY DIAGNOSED AND TREATED ALZHEIMER’S CASES<br /><br />Sanchez LM, Leites MA, Martinez GA, Jalife MA, Cantero CR, Garcia JD, Garate LTM, Rubano MdC. Alzheimer’s Project Argentine, Science and Technology Faculty, Autonomic University of Entre Rios, Argentina. stopalz@gmail.com<br /><br />Summary<br /><br />Introduction. Association between psychological and psycho-social factors with the Alzheimer’s dementia has been reported, like introverted personality, coping deficit and isolation’s tendency, and psycho-social ones like weak and selective bonds at social and familiar level, occupy a secondary roll and weak plural involvement with abstract questions (local/international news, police, art, philosophy ,etc.), to construct a personal identity leaning in that depends affectively, or a part of himself (talent, ability), whose disappearance or death (normal and more probable to greater age), with facing deficit, deepens the isolation and causes the repetitive fixation of the attention in the death desire. Then it leads to the blockade of the sensorial recognitions that cause the abnormal behaviors. Subjects and methods. On this basis protocols were designed: a) to confirm the condition of an Alzheimer’s case, b) to attention and the self-esteem enhancement, c) to make an autobiographical pluri-sensorial stimulation and d) to reinserting them in a new extolling dairy routine. Results: 38 cases were approached of which 17(44.5%) were false Alzheimer’s cases, which required special actions for their familiar and social reintegration. On the real cases, 4 were retired by their relatives before completing the recovery. The rest (17) were recovered, returning to their families or to activities of their residence center. Conclusions: The method appears effective. Signals of residual cerebral damage were not detected, and can say that the reality notion been had denied or unexpressed but not dissolved. We did not identify the irreversibility point, at least until with eleven years of dementia of the Alzheimer’s type, or 84 years of age.<br /><br />Key words: Alzheimer, recovery, attention, self esteem, autobiographical sensorial stimulation.<br /><br />Introducción<br /><br />Durante al menos dos décadas diversos epidemiólogos han estudiado factores sociales y psicosociales asociados con el proceso Alzheimer. Los más frecuentemente estudiados han sido los demográficos (género, edad, escolaridad, tipo de desempeño laboral, estructura familiar) (1-6). Sobre las diferencias halladas puede decirse que hay un acuerdo general de que se deben a las disímiles condiciones sociales y culturales del contexto de cada estudio, ya que en cada cultura esos factores tienen una particular influencia en la manera en que una persona se vincula con la realidad y como ést a influye en ella (la cuestión psicosocial).<br /><br />Aunque con diversas metodologías otros estudios orientados a establecer valores de prevalencia y en algunos casos de incidencia hallaron sorprendentes diferencias en poblaciones genéticamente similares y ausencia de relación causal entre amiloides y demencia de este tipo Además es necesario tener en cuenta que si los factores genéticos fuesen centrales en la etiología del Alzheimer, deberían cumplirse los siguientes corolarios: la tasa de mortalidad ajustada por edad debería ser uniforme geográficamente, la prevalencia no debería cambiar significativamente en el tiempo, y no debería alterarse en forma importante con las migraciones. Globalmente ninguno de estos tres corolarios se cumple (10). A pesar de que el punto de vista mayoritario es que la acumulación de beta amiloide es el causante, ocurre que estos amiloides se presentan también en el envejecimiento normal y que con 18 candidatos desarrollados para revertir ello, la única conclusión cierta es que sin duda los amiloides no son suficientes para desarrollar el proceso (7-12), que puede orientar para fortalecer la idea de que la cultura o los factores ambientales, o de la manera en que se camina en la vida (13), o los valores, prácticas, hábitos, costumbres o concepciones de las sociedades tiene una fuerte participación en la instalación del proceso Alzheimer.<br /><br />También se fueron llevando a cabo estudios relacionando la historia de vida y actividad de las personas afectadas con este problema, tales como el retiro laboral, la incapacitación física o mental, la existencia previa de una enfermedad de pronóstico letal o altamente dis-capacitante, la muerte de la pareja o de un ascendiente o descendiente de primera o segunda generación, o de un vínculo personal muy estrecho, u otras situaciones equivalentes (14-26).<br /><br />En estudios más profundos y recientes se han incluido cuestiones estrictamente contingentes como las pérdidas (objetiva o subjetivamente) muy penosas (19-24), que adquiriría una fuerte importancia cuando se presenta un déficit de afrontamiento de las mismas.<br />Se ha definido así un trayecto de alto riesgo para los adultos jóvenes y los adultos mayores como una personalidad introvertida, relaciones familiares selectivas, aislamiento social, déficit de involucramiento con entidades abstractas (arte, política, información local e internacional, ideología, filosofía), construcción de la identidad personal en dependencia de otro o sólo sobre una parte de sí mismo (talento, habilidad, eficacia/eficiencia por alto entrenamiento), pérdida penosa o cadena de pérdidas penosas con déficit de afrontamiento, incluyendo arrastre de su propia identidad tras la pérdida (27).<br /><br />Este tránsito de riesgo puede no cumplirse en casos de edad muy avanzada, digamos mayores de 80 años (ver más adelante).<br /><br />Finalmente la atención se fija en el deseo de muerte en forma exclusiva e excluyente, aunque con oscilaciones al principio, y en consecuencia produce el bloqueo del sistema de reconocimiento sensorial por medio del conocido programa biológico del sistema simpático-parasimpático de bloquear las recepción de estímulos por los diferentes canales en función de priorizar aquél sobre el que se concentra la atención, fundamental para la defensa y el ataque. Prolongando este antinatural bloqueo persistente, se disparan entonces fallas asociadas a cada uno de los nueve canales sensoriales (visión, audición, equilibrio, orientación espacial, gusto, olfato, percepción corporal, sentido de lo extraño, tacto) . De hecho, las afectaciones sensoriales se han reportado durante más de una década asociadas con el proceso alzheimer. Así, el déficit de reconocimiento de los familiares, la desorientación espacial y el olfato son epifenómenos muy propios de este proceso demencial (28-36). Como la actividad de reconocimiento es esencial para todas las actividades de la vida diaria y también para el pensamiento, se producen las bien conocidas alteraciones de los comportamientos y la aparición de déficit cognitivos.<br /><br />Esto constituye una versión breve de la teoría psicosocial neuro-sensorial desintegrativa del proceso Alzheimer. La última etapa de fijación repetitiva en el deseo de muerte también es cumplida por personas de edad muy avanzada que, aunque no tienen el perfil genérico de riesgo que se describiera, entran en el proceso Alzheimer por una decisión individual consciente de poner punto final a su vida, que es un último y respetable derecho humano en esos casos y circunstancias.<br /><br />Alzheimer es un fenómeno completamente diferente de la depresión, aunque por ser ésta una pulsión repetitiva en el pensamiento penoso, en su fase inicial se muestra como similar. No tiene que ver con los diferentes tipos de psicosis, el mal de Parkinson, las psicosis y obviamente tampo co con las novedosas, sorprendentes y especiales conductas que aparecen con cierta frecuencia en el envejecimiento normal, y que lleva a la confusión a familiares y profesionales no advertidos. A la larga es mucho más serio que aquellos casos porque termina en la muerte, salvo que el proceso se revierta. Es tan extremadamente específico como de baja frecuencia, y ha sido sobredimensionado en grado extremo. La mayor frecuencia de ocurrencia en mujeres parece ser consecuencia de pautas culturales en general perimidas, que condujeron al sometimiento, la esclavitud o la secundarización obligadas o consentidas, que están en franco repliegue. Puede decirse que en buena parte el fenómeno alzheimer es una rémora de una cultura del pasado.<br /><br />Dado que el fenómeno clave, el punto de inflexión del proceso, es la fijación de la atención en el deseo de muerte, se convierte centralmente en un problema de la atención y no de la memoria, de la misma manera que la distracción y el ensimismamiento ocasional es el problema que está detrás de lo que se entiende como pérdida de la memoria en el envejecimiento normal, lo que ha sido reportado desde décadas atrás y también recientemente (37-40). Entonces, a partir de una comprensión racional y efectiva del problema la prevención se ha pasado a ser una posibilidad cercana, aunque nada simple, ya que estamos frente a problemas esenciales y límites de la naturaleza humana.<br /><br />Bajo esta base teórica se ha desarrollado un protocolo para realizar acciones de recuperación en los últimos dos años (41). Hasta el momento el protocolo se ha aplicado y completado el seguimiento a 38 casos, incluyendo algunos vía Internet de Argentina, Brasil, Costa Rica, España, Estados Unidos, Inglaterra y Uruguay.<br /><br />Sujetos y métodos<br /><br />I) Condiciones y contexto de los casos abordados<br /><br />Los participantes de esta investigación fueron reclutados a partir de las consultas que hicieron sus familiares al Proyecto Alzheimer Argentina, como consecuencia de las acciones de difusión del mismo y luego seleccionadas por cumplir las Condiciones de Inclusión y las Condiciones de Exclusión establecidas.<br /><br />En primer lugar se realizaron entrevistas personales con el familiar más involucrado con la recuperación del caso y con su historia de vida mediante el Protocolo A, que puede verse más adelante. El uso de historias de vida para desentrañar el proceso demencial ha sido usado por nuestro grupo de investigación durante 15 años, y ha permitido desvelar aspectos claves del proceso, lo que ha sido revalorado recientemente (43). Las entrevistas se orientan a recuperar la historia de vida del paciente, para identificar el disparador del proceso que lleva a la fijación de la atención en el deseo de muerte y para establecer los comportamientos típicos de esta demencia.<br /><br />II) Confirmación de estar frente a un caso<br /><br />Una vez recuperada la historia de vida y los hechos que por último han disparado el proceso de demencia, se ha realizado en cada caso el diagnóstico sobre la base de los criterios del National Institute of Neurological and Communicative Disorders and Stroke/Alzheimer’s Disease and Related Disorders Association (NINCDS-ADRDA Criteria) (42), y además con la evaluación de la funcionalidad de los sistemas de reconocimiento sensorial en los nueve canales (Protocolo B), el análisis de los comportamientos, la ocurrencia de eventos críticos personales disparadores y la ausencia de indicadores bioquímicos en pruebas de laboratorio que puedan presumir alteraciones hormonales en el sistema de glándulas endocrinas de los sistemas simpático-parasimpático, sexual y metabólico.<br /><br />Paso 1: Pre estimulación: Elevación de la atención y la autoestima.<br /><br />Se aplica un protocolo (Protocolo C) derivado de la teoría psicosocial neuro sensorio desintegrativa que ha sido publicado (23,27) y aplicado con éxito los últimos dos años. Comienza c on una elevación de la atención plural y la autoestima, mediante estimulación emocional realizada por al menos 4 personas entrenadas que rodean a la persona y que incluye acicalamiento, fuerte estimulación táctil a través de contactos manuales y faciales con las operadoras (caricias, besos, mimos y arrumacos) e invocaciones positivas y que culmina en un parlamento invocado con firmeza y amor que se centra sobre el daño que la persona está haciendo al desear la muerte, tanto a él mismo como a sus familiares y amigos (de lo cual no es consciente), lo insta a salir de esa situación , en tanto re significa a continuación positivamente sus jalones de vida, sus hijos, sus nietos, su pareja, sus éxitos y sus objetos preciados.<br /><br />Paso 2: Estimulación masiva plural sensorial autobiográfica.<br /><br />En horas o días subsiguientes se produce una multi estimulación autobiográfica visual, táctil, auditiva, gustativa y olfativa de aquello cargado en el cerebro como redes neuronales satisfactorias por la persona afectada, a partir de las informaciones y fuentes cedidas por los familiares, o eventualmente recuperadas por un equipo de rastreo. Los estímulos visuales y auditivos se empaquetan digitalmente en un soporte magnético y se presentan bien en un televisor o en una pantalla con un cañón proyector con audio (Protocolo D), y se entremezclan con estimulaciones sensoriales autobiográficas de los demás canales e invocaciones positivas y reiterando la necesidad de que deje de estar pensando en la muerte, y recupere su deseo vital.<br /><br />IV) Paso 3: Reinserción en la realidad posible<br /><br />Posteriormente se reinserta al paciente en una actividad diaria enaltecedora de acuerdo a sus condiciones y posibilidades, sea en su hogar o en su lugar de residencia habitual. Se programa la actividad diaria posible, incluyendo siempre acciones motoras y reuniones en grupo con el agregado de estimulaciones sensoriales en todos los canales (Protocolo E).<br /><br />Paso 4: Seguimiento<br /><br />Durante los siguientes uno a cuatro meses se lleva adelante un control semanal en la casa familiar o en el centro del Proyecto, con el Protocolo F (se anexa). Se utilizan aquí el GDS y el ADL indicados en Otros Instrumentos.<br /><br />Criterios de Inclusión<br /><br />Para ser elegibles los participantes deben cumplir los siguientes criterios de inclusión.<br /><br />· Hombre o mujer (21 años de edad o mayores), sin enfermedad que lo invalide previa al diagnóstico de Alzheimer.<br />· Diagnóstico médico y terapia farmacológica consecuente con enfermedad de Alzheimer.<br />· Severidad de la demencia de muy leve a severa de acuerdo a Mini Mental State Examination (MMSE) en la versión utilizada en el país de la persona afectada y llevada a cabo en la evaluación, en forma directa o a través de un familiar previamente entrenado.<br />· Los pacientes deben vivir en su comunidad con sus familiares o con cuidadores confiables o en una residencia con asistencia y personal entrenado, y proveer contactos con sus familiares más estrechos.<br />· Los pacientes deben tener un médico de cabecera y sus familiares deben permitir una relación fluida del mismo con los técnicos del proyecto.<br />· Firmar el Consentimiento Informado del participante o de su representante legal y cuidador.<br /><br />Todos los procedimientos responden a las Pautas Éticas Internacionales para la investigación biomédica en seres humanos preparadas por el Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud, y se encontraban abiertos permanentemente al Comité de Bioética de la Institución que cobija al grupo de investigación actuante.<br /><br />CRITERIOS DE EXCLUSION<br /><br />No han sido elegidos para participar en esta investigación aquellos que cumplían las siguientes condiciones:<br />· Presentaban otra causa de demencia (Parkinson avanzado, demencia de origen embriológico o genético, por trauma superlativo u otro)<br />· Padecían una enfermedad clínica grave o sin control adecuado.<br />· Estar usando drogas anti-amiloide o vacunas empíricas no aprobados como tratamiento para Alzheimer.<br />· Personas que participan voluntariamente en pruebas con drogas experimentales o lo han hecho con menos de treinta días previos a la consulta al centro.<br />· Comprobarse la condición de paciente falso.<br />· Paciente con más de 80 años (± 10 a.) con claro desinterés consciente en acciones externas y consciente protección de su intimidad y decisión de morir.<br />· Presentar indicadores bioquímicos de alteraciones hormonales de los sistemas simpático-parasimpático, sexual o metabólico.<br /><br />Otros instrumentos:<br /><br />Versiones inglesa, española y brasilera del Minimental State Examination (MMSE), del National Institute of Neurological and Communicative Disorders and Stroke/Alzheimer’s Disease and Related Disorders Association (NINCDS-ADRDA criteria), del Geriatric Depression Scale (GDS), Activities of Dairy Living (ADL) y de los Protocolos A-F que se describen a continuación.<br />· Protocolo A: Historia vital y anamnesis con los familiares. Disparadores presuntos del Alzheimer. Eventos o cadena de eventos disparadores.<br />· Protocolo B: Test de funcionalidad del sistema de reconocimiento sensorial<br />· Protocolo C: Pre estimulación<br />· Protocolo D: Estimulación multisensorial masiva autobiográfica satisfactoria<br />· Protocolo E: Inserción en actividades enaltecedoras de la vida diaria<br />· Protocolo F: Seguimiento<br />· Protocol A: Historia vital<br />Antes de la entrevista o durante la misma, la persona entrevistada, por lo general el familiar ciertamente más involucrado en la recuperación de la persona y con un gran conocimiento de su historia de vida, completa el formulario con las siguientes preguntas:<br /><br />A1 a A24: Factores demográficos y psicológicos estructurales<br /><br />Edad, género, grupo étnico, BMI presente y anterior, historia de vida: estado físico y mental, enfermedades que ha sufrido y que sufre, si tiene diagnóstico médico, las medicinas que está consumiendo y sus dosis, la capacidad actual física, la condición familiar, la condición laboral, estudios realizados, sobre el arreglo personal, gustos definidos, intereses manuales, intereses e inclinaciones especiales.<br /><br />Temperamento en el pasado y en el presente, personalidad, su capacidad de afrontar dificultades personales y pérdidas personales y familiares, sus vínculos, sus vínculos con las personas más cercanas de la comunidad, sus vínculos sociales (clubes deportivos o sociales, centros, grupos de amigos o de atracción o actividades comunes, etc.)<br /><br />A25 to A60: Exploración de los comportamientos clave de demencia tipo Alzheimer<br /><br />Si es necesario repetirle la misma pregunta, y si pregunta varias veces lo mismo, si se pierde en la calle, si se desoriente en la casa, si desea ir al servicio pero no atina a levantarse, si permanece absorto en sus pensamientos, si mira como a lo lejos, si se abriga cuando hace calor y se desabriga cuando hace frío, si expresa que a la comida le falta sal o azúcar a una infusión.<br /><br />Si habla con personas inexistentes, si ve cosas que no son tales, si cree que ocurren cosas que no ocurren, si se tropieza o cae con frecuencia, si no reconoce a personas bien conocidas por ella (familiares o amigos), si se asusta con la visita de una persona conocida pero que ha visto con muy poca frecuencia (vendedor, proveedor, persona ocasional, etc.)<br /><br />Si ha expresado que desea morir o que no sabe porqué vive, si ha notado que se sonríe mucho menos y que ha dejado de reír, que podría decirse que está deprimida, si ha percibido que no huele bien, si teniendo un pie en la dirección en que una persona tropezaría con él no lo retira, si estando con los pies cruzados trata de levantarse sin acomodar los pies primero, si expresa un gran disgusto con su realidad presente.<br /><br />Si se muestra agresiva, si hace uso de la ironía o el sarcasmo, si fantasea, si miente, si teatraliza, si actúa, si olvida aquello que acaba de hacer o lo que está por hacer, si la nota quebrantada o con pérdida de reactividad, apatía o desinterés. Desde cuanto tiempo ha notado estos comportamientos, con cuales episodios, situaciones o eventos UD supone que se relacionan, y si lo que UD supone es compartido por otros familiares.<br /><br />A60 to A70: Hechos contingentes entendidos como significativos por el familiar<br /><br />Si ha perdido a su pareja y mantenía una relación de dependencia con ella. Si su hijo o hija se alejaron y se perdió o debilitó la relación que mantenía con ellos. Si ha perdido otra relación cercana con la cual mantenía una relación de dependencia. Si ha perdido un talento natural al cual le asignaba una importancia crucial.<br /><br />Si ha perdido su estado de salud y el valor que le asignaba a ello. Si ha perdido su condición física o mental y el valor que le asignara. Si podría decirse que alguna de las siguientes opciones o sus equivalentes le corresponden: ella no era ella, era la mujer del… (conductor, médico, tornero, ingeniero, etc.), él no era él, era el marido de… (la dueña, la maestra, la patrona, etc.).<br /><br />Ella era una persona que corría en ayuda de cualquier y ya no puede moverse. Era quien hacía todas las cosas y al quebrarse ha quedado postrada. Era quien iba y venía con las cuentas y las obligaciones y tuvo un accidente vascular o un problema cardíaco. Era quien hacia los aros de los pistones tipo X32B de los aviones Hércules B58 que se retiraron de fabricación y fue eliminado de esa posición.<br /><br />Era el predicador de la iglesia y ésta se cerró. Era el padre de los chicos que se mata ron en un coche. Era el hombre que encontró a su mujer con el hermano. Era la mujer que encontró a su marido con su sobrina. Era aquella buena y amigable mujer a quien su marido comenzó a maltratarla y pegarle sin razón alguna. Era el hombre que estaba en una buena posición económica y que quebrara con la crisis. Era el hombre a quien lo agredieron y le robaron tres veces todas las cosas de su casa.<br /><br />Protocolo B: Pruebas para la determinación de la funcionalidad de los reconocimientos sensoriales<br /><br />(Sin hablar en ningún caso, sólo por medio de gestos. Diseñado para ejecutar en el hogar, o residencia habitual con personal con entrenamiento previo)<br /><br />· 1.Visión, reconocimiento de fotografías familiares o dibujos de sus hijos/as o sus nietos/as, o de objetos antes reconocidos<br />· 2.Gusto, selectividad y discriminación frente a alimentos ofrecidos y conocidos<br />· 3.Olfato, selectividad y discriminación frente a aromas conocidos<br />· 4.Audición, alegrarse al escuchar viejas canciones; reconocimiento de voces de sus familiares sin verlos.<br />· 5.Equilibrio, reacción al caminar hacia atrás en un plano inclinado, o en (presunto) vacío<br />· 6.Orientación espacial: mover la cabeza en la dirección de un sonido que se produce atrás suyo, o de una luz fuerte a un lado, o la ubicación del baño u otro lugar definido<br />· 7.Sentido de la familiaridad o de lo extraño: reconocimiento de un objeto o personalidad del cine, o monumento o frente a una visita poco frecuente u objeto que aparece o se oye pero que fuera conocido<br />· 8.Percepción del cuerpo: con su pie en el camino en que otro se desplaza, lo retira<br />· 9.Tacto, si siente la acción de una pluma sobre su nuca sin verla<br /><br />En caso que se encuentre disfuncionalidad de reconocimiento en un canal y además se sospeche que también puede estar alterada la componente periférica automática, debe utilizarse (evitando el reconocimiento visual) vapores de amoníaco de un limpiador hogareño para el olfato, hojas de ajenjo para el gusto, dejar caer una cacerola detrás del paciente para la audición, algo muy caliente o muy frío sobre la piel para el tacto, un flash de luz muy intenso frente a él o ella para la visión, llevarlo hacia atrás hacia un escalón descendente para el equilibrio, rodearlo en semicírculo y que alguien fuera de su foco primario lo llame con fuerza, para la orientación espacial, la llegada intempestiva de un vecino/a bien conocido para el sentido de la familiaridad; con un objeto conspicuo atado con una piola a la mano del operador, se hace como se lo deja caer sobre la mano del paciente (si no retira la mano ello es indicativo de disfuncionalidad del sentido de la percepción corporal).<br /><br />Protocol C: Pre sensibilización.<br /><br />(En su propio hogar, lugar de residencia, hogar de día o en el centro de investigación)<br /><br />En forma simultánea elevación de la atención por medio de gestos positivos múltiples, caricias, el hablar positivo, y elevación de la autoestima mediante la tinción de su pelo a su color tradicional, y mejorar su arreglo y aspecto. Hacia el final de la actividad una voz fuerte pero desprovista de toda agresividad invoca que "todos sabemos en lo que estáis pensando, que es necesario que abandonéis el pensamiento en la muerte, que esos pensamientos te están destruyendo y también a tus familiares que te aman", lo que se repite varias veces, con aprobación y acompañamiento de los operadores actuantes.<br /><br />Protocol D: Estimulación plural sensorial autobiográfica<br /><br />Se compone un vídeo o una serie de diapositivas digitales con sus fotografías más satisfactorias, figuras, imágenes y dibujos, con el audio de las canciones más apreciadas de su vida. Durante la exposición en la TV o en un cañón proyector, se realizan estimulaciones gustativas, olfativas y táctiles. Si es necesario, la sesión se repite.<br /><br />Protocol E: Reinstalación en una nueva cotidianeidad enaltecedora<br /><br />De acuerdo a sus experiencias y aceptación, las personas recuperadas son colocadas en nuevas o renovadas actividades de la vida diaria, de quehaceres cotidianos, implementadas por el equipo de reinserción del centro.<br /><br />Protocol F: Seguimiento<br /><br />Durante uno a cuatro meses posteriores a las acciones de recuperación se realiza un seguimiento in situ para reforzar las acciones e instruir a los familiares y cuidadores.<br />Se evalúa con los protocolos ADL y GDS, con los valores de corte habituales.<br /><br />Resultados<br /><br />Este reporte incluye 38 casos abordados por consulta de familiares hasta agosto del año 2007, cuyos seguimientos se completaron a comienzos de enero de 2008. De ellos 21 (55,2 %) (16 de ellas mujeres) resultaron ser efectivamente casos de demencia tipo Alzheimer). Diecisiete (44,7 %,13 mujeres) eran en realidad personas sanas entre 52 y 85 años con problemas de distracción o ensimismamiento transitorios que afectaban su atención o en pulsión a repetirse en pensamientos penosos (depresión) y que por ello fueron diagnosticadas como alzheimer de acuerdo a lo asentado en sus historias clínicas. Cuatro de ellas (3 mujeres) presentaban el comportamiento denominado "rebelión de los 70" o "seventy-agers", que habían transitado toda una vida de sumisión obligada o consentida y que diversas circunstancias las llevaron a poder liberarse de esa situación, con la aparición de comportamientos singulares (agresividad, recurrencia a la ironía, el sarcasmo, la burla, la mentira, las fantasías, quiebre de las normas anteriores, etc.). Tres de ellas (1 mujer) fueron problemas de alucinación y/o delusiones claramente asociadas a temor subjetivo u objetivo de muerte (pre quirúrgicos, accidentes) o psiquiátricos como histerias transitorias, y crisis depresivas transitorias..<br /><br />Los casos de alzheimer abordados (21; 76 % mujeres) llevaban de 2 a 10 años y medio de diagnóstico y tratamiento, y todos, excepto uno, se recuperaron en forma inmediata o a lo largo de los siguientes 4 meses de completados los protocolos. Un tercio de ellos mantuvieron perturbaciones de la memoria por distracción o ensimismamiento en acontecimientos penosos y fueron enviados a nuestra unidad de activación de la recuperación de eventos en base a relatos autobiográficos en grupo con estimulación plural vídeo-auditiva de las fuentes de dichos relatos. La condición de recuperados se asienta cuando desaparecen las disfunciones de reconocimiento sensorial, de la desatención y de los demás comportamientos anómalos típicos, y son formalizados con las pruebas GDS, ADL y los Protocolos A y B, indicados precedentemente.<br /><br />La diferencia terminante entre los casos de demencia y los falsos positivos tiene lugar en los reconocimientos sensoriales. El Protocolo B que evalúa este aspecto es central y definitorio, ya que no hemos encontrado falsos alzheimer que presenten fallas en los reconocimientos sensoriales. Algunas pocas situaciones que dieron lugar a confusión se presentaron en personas con mácula, o miopía extrema no tratada, o presencia de cataratas, o déficit auditivo muy importante no tratado o ni siquiera registrado en la persona, lo que puede discriminarse con facilidad.<br /><br />Los datos preliminares permiten sospechar que la cantidad de canales sensoriales en los que se va perdiendo el reconocimiento va en aumento a medida que avanza el proceso, que los canales que se afectan más tempranamente son la visión, el sentido de la espacialidad en las mujeres, y el olfato, y que algunos canales que por circunstancias personales fueron muy utilizados durante la vida del paciente son más resistentes a la pérdida de la capacidad de reconocimiento. También hemos observado que en los casos en que se presenta pérdida del reconocimiento gustativo se presenta a posteriori inapetencia y obviamente pérdida de peso si la persona no es controlada y tratada convenientemente por ello, por lo que se sospecharía que las estimulaciones cerebrales de las papilas gustativas serían parte del sistema de disparo de la apetencia por alimentos, y podría explicar las resistentes pérdidas de peso que tienen lugar en muchos casos de personas con avanzado proceso de demencia tipo alzheimer.<br /><br />Las recuperaciones más llamativas han sido en aquellos individuos que presentaban aparentemente disfunción del control de esfínteres, que al recuperar el sentido de la orientación espacial volvieron a ir solos al servicio. Un caso excepcional ha sido el de una mujer de 84 que había sido evaluada como habiendo perdido la capacidad olfativa periférica u automática, que luego recuperara junto con la componente de reconocimiento de ese canal, y el de una mujer con diabetes y pie diabético que en el término de dos meses luego de la recuperación dejó de padecer ambas situaciones, reportados aquí sólo a título anecdótico y no científico.<br /><br />Discusión<br /><br />En primer lugar resalta la proporción importante de casos que consultan sobre un familiar diagnosticado y tratado c omo demente, y que no se trata de ello. Esta situación, que hemos encontrado muy frecuente en USA y España, pero no mucho menos en nuestro país y en todos desde los cuales hemos recibido y recibimos consultas, ha merecido un estudio especial que excede esta presentación. Si bien ya hace una década se había recomendado un seguimiento de los presuntos casos para evitar errores por la presencia de situaciones eventuales que podrían simular una demencia además del uso de una metodología diagnóstica adecuada, la mayor parte de los casos de falsos positivos que hemos encontrado provienen de un diagnóstico único hecho en una pequeña o mediana fracción de hora, en que los dichos del familiar acompañante actúan como sugerencias de diagnóstico, con habituales referencias a la pérdida de la memoria, sin control alguno sobre el estado de la atención del paciente en esas eventualidades. El error conceptual en que se basan los diagnósticos falsos consiste en considerar a la memoria como una entidad mental independiente, cuando que se trata de un emergente colateral de la cadena de acontecimientos que comienzan con la percepción de la pulsión biológica o psicológica, la organización del acto o pensamiento para la satisfacción, la fijación de la prioridad y la comisión del acto o el pensamiento, y todo ello atravesado por escenarios, circunstancias y factores que lo condicionan y habilitan.<br /><br />El 85 % de los falsos alzheimer habían sido tratados con inhibidores de la acetil-colinesterasa y el resto con otros fármacos no desarrollados sobre una hipótesis de causalidad con esta demencia. Es frecuente encontrarse con una medicación simultánea de antidepresivos, anti psicóticos, anti parkinsonianos, antiepilépticos y benzodiacepinas, que por otro lado son depresoras de la acetilcolina (44), el efecto contrario al que se supone que producen los inhibidores de la acetil-colinesterasa.<br /><br />Los reconocimientos sensoriales que con más frecuencia se hallaron disfuncionales han sido la visión, el sentido de la orientación espacial en mujeres, el olfato y el sentido de la familiaridad (o de lo extraño), y el más resistente el tacto. La disfuncionalidad del sentido de la familiaridad (o de lo extraño) ocasiona por sus consecuencias, que sea confundido con la presencia de alucinaciones o delusiones, que no son tales.<br /><br />Teóricamente podría suponerse que la pérdida de la capacidad de reconocimiento en todos los canales y en forma permanente sería el punto de irreversibilidad del proceso, ya que implicaría una absoluta incomunicación con lo externo, la imposibilidad de comunicarse con el mundo exterior y de comunicarnos con él.<br /><br />Es necesario resaltar que el fenómeno no ha presentado a lo largo de las distintas instancias de este estudio patrones rígidos ni en su instalación, ni en su desarrollo, ni en su recuperación, ni en su post recuperación. Así encontramos personas cuyo periodo oscilante, en que entran y salen del proceso, es de pocos meses, a otras que esa condición perdura años, personas que muestran un grado muy marcado de ausencia de reactividad sensorial y motora a otras con brotes resistivos notables, con reinstalación esporádica y transitoria en la realidad, todo lo cual permite colegir el carácter esencialmente individual de dicho proceso, enraizado en historias de vida y componentes personales propias. No obstante, las recuperaciones puede decirse que fueron súbitas, desde respuestas inmediatas hasta otras que lentamente se fueron dando a lo largo de los días y en ausencia de acciones y miembros del proyecto, comunicadas a este por sus familiares. Estas experiencias han estado signadas por epifenómenos tan sorprendentes como impredecibles y desconocidos que desbordan por el momento la capacidad de una descripción sistemática objetiva.<br /><br />Referencias bibliográficas<br /><br />1. 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Julio del 2008, consultado el 03 de agosto del 2008, de </strong></span><a href="http://www.psiconet.com/tiempo/"><span style="font-family:arial;"><strong>http://www.psiconet.com/tiempo/</strong></span></a></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4850000805865426324.post-91799513944122491882008-08-03T20:30:00.000-07:002008-08-03T20:33:49.636-07:00http://www.psiconet.com/tiempo/Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4850000805865426324.post-91250033873522450462008-08-03T20:17:00.000-07:002008-08-03T20:19:57.282-07:00EL SENTIDO DE ¨RECREAR¨ EN EL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO Y EN LA EXPERIENCIA ESTÉTICA<div align="justify"><span style="font-family:arial;">REVISTA TIEMPO<br />EL PORTAL DE LA PSICOGERONTOLOGÍA<br />Número 22 - Julio 2008</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Carmen De Grado de Mogro </span><a href="mailto:carmendeg2002@yahoo.com"><span style="font-family:arial;">carmendeg2002@yahoo.com</span></a><span style="font-family:arial;"><br /><br />Presentado en las Jornadas de Otoño 2008, organizadas por la Fundación Travesía, Psicoanálisis de la mediana edad y la Universidad Maimónides, Carrera de Especialización y Maestría en Psicogerontología<br /><br />Punto de intersección entre los desarrollos en Psicogerontología, Psicoanálisis y Estética el sentido de recrear adquiere una dimensión considerable respecto de nuestra existencia. (LAMINA 1)<br /><br />Me propongo reflexionar sobre el sentido de recrear en la experiencia estética y en el proceso de envejecimiento, temas de los que se ocupa la Estética y la Psicogerontología. Tanto la Estética como la Psicogerontología se dan en un tiempo en que el hombre tiene un lugar de hombre autónomo, cuando deviene sujeto.( LAMINA 2)<br /><br />La Estética surge en el siglo XVIII, aunque se va gestando mucho antes. Es parte de la filosofia, es marca de modernidad, de ese momento de la historia que inaugura el principio de subjetividad.<br /><br />La Psicogerontología surge en el siglo XX como parte de la gerontología y como campo interdisciplinario. Lo central que nos interesa aquí es que ambas disciplinas se organizan cuando el concepto de sujeto está instalado (LAMINA3) Sujeto, la idea de un hombre cada vez más autónomo, más protagonista como ser individual que es centro, lugar de decisión y "creador" de su mundo. Paradojalmente también se va alejando de la idea de ¨ser acabado en sí mismo¨ y va necesaria, paulatina y a veces penosamente, conociendo más sobre su dimensión interpersonal. No sólo por su insoslayable vínculo con el otro, con quien está incondicionalmente relacionado, sino por su necesidad de otro como fundamento de su constitución.<br /><br />En este sentido el psicoanálisis tendrá un importante aporte diciendo que el sistema nervioso central no está ya dado al momento del nacimiento sino que se irá completando en relación a un otro que además de leche y alimento, da ambiente y ejerce su pulsión de transmisión. Trasmisión que se da en un círculo figural: progenitor o progenitor sustituto que ejerce función materna y un ser nuevo que despierta en ese adulto sus reacciones más arcaicas y que no recibe ambiente pasivamente sino que selecciona ambiente. El juego de recrearse activado a lo largo del ciclo de vida, intensificado a partir de la mitad de la vida ante el trauma por la propia muerte futura y expresado a través de la pulsión de transmisión en la vejez con la entrega del legado. También en la forma de un círculo figural, con un viejo que ejerce su pulsión de transmisión y otros, pares, nuevas generaciones, hijo, nieto que ‘necesita" de esa transmisión pero que no recibe sin más, se resiste, cuestiona, empuja a un verdadero trabajo de adaptación.<br /><br />Veremos también un círculo figural de intercambio entre la obra de arte y el observador en la experiencia estética.<br /><br />Empecemos pensando el tema desde la Psicogerontologia<br /><br />Con la prolongación de la vida humana, al reflexionar el hombre sobre su proceso de envejecimiento, la dimensión interpersonal adquiere particular importancia<br /><br />El adulto mayor realiza entonces un esfuerzo recreador en el sentido de revisión de su pasado, de integración con su presente para tener proyección de futuro. Si en el momento constitutivo inicial, hubo otro que dió tutela y cuidado además de leche y alimento, en el adulto mayor sano, lo que se acentúa es su pulsión de transmisión, su necesidad de transmitir un legado además de su herencia, tarea que no podrá realizar felizmente si no hace el ejercicio de recrear y recrearse, movimiento que se da respecto de sí mismo, en lo intra-psíquico, respecto del otro, en lo interpersonal, con los pares, con las otras generaciones y en el mundo con las ideas, las representaciones, las culturas. (LAMINA 4). En el trabajo preventivo con adultos mayores vemos la eficacia y convocatoria que ¨lo creativo¨ tiene. Veámoslo en su forma más general de expresión: la comunicación con el otro, ya que es en ella donde se da la posibilidad de lo creativo. Se da por nuestra insaciable, inconmensurable y desmesurada necesidad del otro que nos lleva a nuevos caminos de expresión para rehacernos cada día, que nos puede llevar a los logros más sublimes, como también a las expresiones más funestas. Según la calidad del narcisismo. Con un narcisismo patológico el sujeto se instalará en una situación inamovible " yo soy así y no pienso cambiar¨. Un narcisismo normal llevará al sujeto por caminos en los que lo siniestro puede también inquietar pero se verá impulsado a recrear, básicamente por dos motivos: el placer de representación en sí mismo y las pérdidas (LAMINA 5) Ello posibilita: tener un futuro que es proyecci ón, ejercitar su pulsión de transmisión, construir su legado y entregarlo. Esto dentro de la experiencia cultural y dentro de un espacio transicional y potencial que también veremos en relación a la experiencia estética.<br /><br />Los trabajos preventivos y asistenciales en la Psicogerontología ponen el foco en la posibilidad del sujeto envejeciente de crear nuevas representaciones a lo largo del curso de vida. Dan evidencias de que tanto los individuos como los grupos de adultos mayores viven creando y recreando la vida y la cultura, de que las imágenes del pasado están activas, a la vez que son transformadas por los sujetos y transformadoras de su realidad. Esto dice de la capacidad humana para modificar sus representaciones y de los efectos que ello produce en los comportamientos. Hubo una publicidad que circuló por todo el mundo occidental del libro autobiográfico de Gabriel García Márquez que decía: "La vida no es la que viviste sino como la recuerdas para contarla" Esta capacidad humana se potencia aún más ante la conciencia de finitud y de lo transitorio de la existencia.<br /><br />Lo esencial de la vida humana se despliega entonces en la búsqueda, a través de caminos de desplazamientos y sustituciones, que permiten ver una cosa en otra, tomar una cosa por otra, generar nuevas representaciones, tener o aceptar ideas nuevas: trabajo en el que en alguna medida aparece la amenaza y el temor de no poder seguir en el camino de reconstituirse, especialmente cuando los referentes identificatorios se pierden.<br /><br />Como desarrolla G Zarebski: ¨El envejecer saludable tendrá que ver con la flexibilidad ante los cambios que permitirá no aferrarse a una personalidad unívoca, aceptar las transformaciones propias y ajenas, construir proyectos y recrearlos, romper con rutinas rígidas, probar, innovar, realizar actividades nunca exploradas…..¨. Proceso que supone atravesar duelos, el ¨¡no, no es como yo creia!¨, la evidencia de que en el mundo ya no está una persona necesaria, y que de todas formas hay que seguir adelante.<br /><br />Winnicott reflexiona sobre el vivir creador y el vivir mismo. Vivir en forma creadora es un estado saludable¨ …….¨El tema principal es el del impulso creador mismo…hay un vínculo, directo entre el vivir creador y el vivir mismo. Al decir ¨vivir creador¨, Winnicott refiere al vivir del artista que crea su obra, pero también al hombre que vive el ¨placer de representación ¨Lo pensamos como vivencia de ser creadores y creativos en el sentido de que el impulso creador se halla presente, tanto en el vivir de momento en momento de un niño retardado que goza con su respiración, como en la inspiración de un arquitecto que de pronto sabe qué desea construir y que piensa en términos de los materiales que puede usar para que su impulso creador adquiera formas y el mundo pueda verlos¨.<br /><br />Los individuos vivimos en forma creadora y sentimos que la vida es digna de ser vivida o que no podemos hacerlo y dudamos del valor de vivir. En el adulto mayor se trata de su pulsión de transmisión que lo lleva a recrear al otro, al mundo y a si mismo para continuar en el ciclo de la vida que es transformación y cambio.<br /><br />Eros, que sostiene la vida es ¨el tiempo del comienzo largamente escondido detrás de los finales¨, al decir de Juarroz. Ese círculo figural de intercambio que nos constituyó como sujetos, recreado a lo largo de todo el curso de vida, seguramente replanteado intensamente frente al trauma por la propia muerte futura y acentuado hacia el final de la vida en la pulsión de transmisión. Allí el otro sigue jugando un lugar necesario en la constitución hasta el punto que podemos decir que el destinatario de nuestro legado no es sólo alguien importante con quien nos relacionamos, sino que entra a formar parte de nuestra fisiología en forma tan honda y dramática que determina nuestra estructura psicológica, el destino de nuestra vida y nuestra forma de morir.<br /><br />El juego de recrearse, recrear al otro y al mundo en el adulto mayor se expresa en la entrega del legado.<br />La Estética. ¿Qué ocurre frente a la obra en la experiencia estética?, sea ésta de la naturaleza que fuere, literaria, musical, pictórica, escultórica, cinematográ fica, etc.<br /><br />La subjetividad del espectador se activa en la experiencia estética, haciendo de la obra su objeto transicional. La obra de arte favorece la aparición de fenómenos transicionales en el sentido de que se dan en un ¨espacio potencial¨, en esa tercera zona de la experiencia humana que no está dentro del individuo: mundo interno, ni afuera: mundo externo, sino en el mundo de la realidad compartida. El mundo del observador y el mundo del artista, dos horizontes fusionados. Crea un ámbito de juego, ya que la obra está siempre abierta, necesita ser interpretada , completada por la mirada de otro, se da dentro de la experiencia cultural, es rica en contexto, nos invita a vincular el pasado, el presente y el futuro, ocupa tiempo y espacio , concentra nuestra atención pero sin esforzarla<br /><br />La apreciación de la obra de arte es parte de la experiencia cultural y dentro de ella es parte de un mundo sensible, ilusorio y cambiante. Este carácter del mundo de la obra, nos mueve e invita a una permanente búsqueda de sentido.<br /><br />Igualmente los desarrollos relativos a un envejecimiento saludable se centran en esta posibilidad humana de búsqueda del ser, en el sentido de construcción de alteridad, relación intergeneracional, transmisión del legado, sentido de la trascendencia que se corresponden con incorporar la finitud, aceptar los cambios.<br /><br />Es en esta propuesta y posibilidad de búsqueda que se inserta la obra de arte brindando nuevas posibilidades de sentido. El fenómeno de su apreciación se da en un espacio potencial, transicional, a mitad de camino entre los mundos internos del artista y del espectador y el mundo externo, el de la obra en sus aspectos materiales. Esto es: el mundo interno del artista ¨que la obra conserva¨ y el mundo interno del espectador en búsqueda de complitud y sentido, ¨fusionados¨, por un lado, y el mundo externo: su materia, su condición de hecho: por ejemplo, si se trata de una pintura, su materia es una tela, se observan los trazos del pincel.. etc.<br /><br />Pero lo que hace a su eterna vigencia no es la materia, su condición de hecho. ¨Lo que se conserva es el percepto y el afecto. ¿Qué es exactamente el percepto? El arte, de acuerdo a Deleuze y Guattari tiene por finalidad ¨arrancar¨ el percepto de las percepciones del objeto, así como ¨arrancar¨ el afecto de las afecciones¨ Mientras la percepción es un mecanismo psicofísico, el resultado de la impresión de un estímulo sobre un órgano, el percepto es mucho más que eso, incluye también lo que está antes de la percepción actual, es ¨un vibrar la sensación ¨, es ante todo enigma. Gracias a ello una obra realizada hace siglos cobra actualidad, es reconocida, conocida de nuevo, inaugurada por un nuevo sujeto. El mundo interno del espectador y el mundo del autor se fusionan en ese tercer espacio potencial y transicional del que son co-autores. Es en este punto de reconocimiento que la persona mayor, se enriquece por el encuentro con el otro que la obra le propone (activación de su ¨red neuronal de reconocimiento¨ Se trata de ser co autor respecto de la obra.<br /><br />¨El afecto no es sólo un estado vivido, no es sentir una emoción particular (de alegría, de pena, de miedo) Es más que eso. Es sentir que la obra nos apela profundamente. Es sentirnos afectados por ella. Nos detenemos, cortamos el ajetreo cotidiano para ver algo que hasta entonces no habíamos visto¨.<br /><br />La fusión de horizontes de artista y espectador también se dan en un círculo figural en el sentido de que la obra impacta al observador quien no la recibe en forma pasiva sino que desde su vivencia la actualiza transformándola. (LAMINA 6)<br />La experiencia estética toca las bases del adulto mayor en su constitución como sujeto, apunta a su ¨necesidad de juego, de símbolo y de fiesta, que es participación ¨ Estos conceptos, desarrollados por Gadamer en la Actualidad de lo Bello dicen de las ¨ bases antropológicas de la experiencia estética¨, son fundamento y explicación de por qué se producen cambios en las personas que concurren a lugares donde se trabaja con las distintas expresiones del arte, ya sea la poesía, la música, la pintura o escultura, la danza o el cine. En el encuentro con el otro que la obra estimula, el sujeto busca satisfacer estas necesidades que otrora, ante el desamparo inicial, fueran tan acuciantes y que se ven otra vez activadas en las situaciones de pérdida, de riesgo o límite que el mayor afronta. El adulto mayor, ante su finitud y su conciencia de lo transitorio de la vida, potencia o tiene la posibilidad de potenciar, el placer de representación que anida en los fundamentos de la existencia y que surgen de la necesidad de juego, de símbolo y de fiesta.<br /><br />El caso de Andrés ilustra el sentido de recrear. Es un hombre de cincuenta y cinco años, a quien se le diagnostica un cáncer de páncreas, recibe quimioterapia en un centro médico, ingresa a un geriátrico y participa en los encuentros grupales que allí se realizan bajo mi coordinación. La descripción es sólo a los efectos de mostrar cómo la obra de arte es vivenciada por Andrés. Vemos entonces como lo que vive el personaje de la ficción se funde con lo que vive en la realidad Andrés<br />Es abogado, casado, con dos hijos y tres nietos, la más pequeña nació estando él ya internado en el geriátrico. Sabía de su dolencia, había hablado con su familia de la conveniencia de quedar internado ya que su esposa, también abogada debía seguir trabajando para afrontar los gastos de la enfermedad. Inteligente, culto, sensible, buscaba reunirse con el grupo. Era un maestro para seleccionar obras que pudieran interesar a todos y compartirlas.<br /><br />Una de esas obras elegidas por A fue La vida es Sueño de Calderón de la Barca. En ella Segismundo, el protagonista central se encuentra sólo, encerrado en una torre, aislado del mundo encadenado, vestido con pieles, ha sido apresado por sus progenitores al saber por el hado que haría cosas terribles.<br /><br />Segismundo dice entonces con la voz calma, fuerte y de emoción contenida de Andrés:<br /><br />¨Ay mísero de mi ay infelice, apurar cielos pretendo ya que me tratais así que delitos cometí contra vosotros naciendo, aunque si nací ya entiendo que delito he cometido. Bastante causa ha tenido vuestra justicia y rigor pues el delito mayor del hombre es haber nacido.<br /><br />Sólo quisiera saber, que más os pude ofender para castigarme más No nacieron los demás y si los demás nacieron, ¿qué privilegios tuvieron que yo no goce jamás?<br /><br />Andrés, como Segismundo, se sentía prisionero, encerrado su espíritu en un cuerpo que vivenciaba como una cárcel. El drama personal cobraba expresión poé tica: ¨quisiera arrancar del pecho pedazos del corazón.¨ Segismundo es un personaje arquetípico, ha sufrido una injusticia, busca su reivindicación, se siente asaltado por desgarradores sentimientos hostiles que lo enfrentan con su prójimo Peleará contra su padre, rey de Polonia por negarle el trono. Una ira intensa lo dominará. Andrés también tenía respecto de sus hijos y su mujer sentimientos ambivalentes intensos. Eran quienes lo ayudaban y contribuían a su asistencia. El recibía ésto con desesperación, estaba privado de su lugar, había dejado de producir, de tener ingresos, había perdido su inserción en el ámbito familiar, social y profesional, pensaba que su mujer le era infiel. Había dejado su casa, sus pertenencias, sus lugares conocidos y queridos para pasar sus días entre el geriátrico y el centro médico donde hacia su tratamiento<br /><br />No obstante Andrés reconoce los sentimientos de hostilidad como propios y anteriores a la dolorosa situación actual. Recordaba un tiempo anterior conflictivo de frustrada búsqueda de afecto, de peleas conyugales, de celos y desacuerdos.<br /><br />El rey de Polonia le dice a su hijo que tal vez todo no sea más que un sueño. Segismundo responde reclamando lo que le pertenece: ¨Qué quizá sonando estoy aunque despierto me veo? No sueño, pues toco y creo lo que he sido y lo que soy. Y aunque ahora te arrepientas poco remedio tendrás. Se quien soy y no podrás quitarme el haber nacido de esta corona heredero y si me viste primero, a las prisiones rendido, fue porque ignoré quien era, pero ya informado estoy de quien soy, y se que soy un compuesto de hombre y fiera.¨ Andrés decía tener en el momento actual, una comprensión diferente y más amplia de su situación. A veces expresaba: "no tolero el odio que me domina".<br /><br />Hay mucha reflexión en la obra sobre qué hacer con esos sentimientos. ¨Es verdad, pues reprimamos esta fiera condición, esta furia, esta ambición¨ y sobre la situación humana de estar ante su finitud, de la vida como algo breve como un sueño y también como una construcción: ¨sueña el rico en su riqueza que más cuidados le ofrece, sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza, sueña el que a medrar empieza, sueña el que afana y pretende, todos sueñan lo que son aunque ninguno lo entiende.¨<br /><br />¨La obra de Calderón de la Barca cobra actualidad en mi¨, escribe Andrés. ¨Como Segismundo yo me siento apartado y sólo. En seis meses mi vida ha cambiado totalmente ¿Quién soy?¿ Estaré soñando, estaré viviendo una pesadilla, volveré a mi estudio, a tomar un café con un amigo, a hacer el amor con mi mujer? Mi cuerpo estará y vivirá sólo para ser atendido por los médicos ¿Mi pasado era un escenario donde tod os actuábamos? ¿Nos hemos retirado de la escena para armar otra obra? ¿El amor, que con mi mujer nos llevó a tener y a criar a nuestros hijos, era algo montado que se derrumbó?<br /><br />La otra tarde, reunidos todos en el patio me pareció que cada uno, como Segismundo, estaba encerrado en una torre. S in embargo, por un instante los miré y los vi a todos muy emocionados y juntos escuchándome.<br />Palabras clave: Envejecimiento. Estética. Recrear.<br /><br />Referencias bibliográficas<br /><br />Mc Luhan M The Medium is the Message: An Inventory of effects. Bantam Books. New York 1967<br /><br />Logan R The alphabet Effect. William Morrow. New York 1986<br /><br />Zarebski G Fundamentos epistemológicos del Campo de la Psicogerontología Envejecimiento, memoria colectiva y construcción de futuro. Memorias del II Congreso Iberoamericano de Psicogerontología y I Congreso Uruguayo de Psigerontología Psicolibros universitario Montevideo 2007-<br /><br />De Grado C Mi nieta Catalina. Escritores Argentinos de Hoy. Buenos Aires 2001<br /><br />Anzieu D Lo imaginario y el grupo, estructura tópica y organización fantasmática de los grupos El grupo y el inconsciente. Biblioteca nueva. Madrid 1978<br /><br />Farina de Luna N Programa de potenciación creativa Un valioso instrumento para el adulto mayor Envejecimiento, memoria colectiva y construcción de futuro. Memorias del II Congreso Iberoamericano de Psicogerontología y I Congreso Uruguayo de Psigerontología Psicolibros universitario Montevideo 2007-<br /><br />Zarebski G Hacia un buen envejecer. Emece. Buenos Aires 1999<br /><br />Zarebski G La Psicogerontología Hoy Envejecimiento, memoria colectiva y construcción de futuro. Memorias del II Congreso Iberoamericano de Psicogerontología y I Congreso Uruguayo de Psigerontología Psicolibros universitario Montevideo 2007-<br /><br />Oliveras E Estética. La cuestión del arte. Ariel. Buenos Aires 2004<br /><br />Jauss H R Experiencia estética y hermenéutica literaria. Taurus. Madrid 1986<br /><br />Ballo G Occhio critico Il nuevo sistema per vedere l´arte. Longanesi. Milano 1966<br /><br />Winnicott D. W. Realidad y Juego . Gedisa. Buenos Aires 1986<br /><br />Heidegger M. El origen de la obra de arte. Alianza. Madrid 2000<br /><br />Sanchez L M. Teoría de articulación de factores psicosociales y sensoriales deficientes en la desintegración cerebral en casos de Alzheimer. Geriatrianet.com 2006; 8(2)<br /><br />Gadamer H G La actualidad de lo bello Paidós Barcelona 1996<br /><br /><strong>Fuente: DE GRADO de M. Cármen. (Otoño del 2008). “El sentido de ¨recrear¨ en el proceso de envejecimiento y en la experiencia estética”. Psicomundo la red PSI en internet. Texto consultad el 03 de agosto del 2008 de </strong></span><a href="http://www.psiconet.com/tiempo/"><span style="font-family:arial;"><strong>http://www.psiconet.com/tiempo/</strong></span></a></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4850000805865426324.post-23283529791393062112008-08-02T17:04:00.000-07:002008-08-02T17:09:56.128-07:00LA TEORÍA DE JEAN PIAGET<div align="justify"><span style="font-family:arial;">Este psicólogo propone que hay tres factores que influyen sobre el desarrollo moral: el desarrollo de la inteligencia, las relaciones entre iguales y la progresiva independencia de la coacción de las normas de los adultos. El primer factor, el desarrollo de la inteligencia, es el más importante, ya que es el que permite a los otros dos actuar.<br /></div></span><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Piaget intenta en sus teorías explicar el funcionamiento interno de nuestras estructuras psíquicas y no se contenta con explicar el aprendizaje únicamente a partir de la influencia exterior. Elaboró en este sentido una teoría del desarrollo y el funcionamiento de la inteligencia, donde defiende la existencia de fases o estadios en el desarrollo de la misma. Estos estadios dependerían, por una parte, de la maduración biológica del individuo y, por otra, de la influencia del medio social que proveería de las experiencias adecuadas para aprovechar esta maduración.<br /></div></span><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La teoría de Piaget sobre el desarrollo moral propone también la existencia de estadios en el mismo. Estos corresponderían a los del desarrollo intelectual a partir de los dos años de edad, ya que antes, según este autor, no podemos hablar de moral propiamente dicha.<br /><br /><strong>Primer estadio: moral de presión adulta.</strong></span></div><span style="font-family:arial;"><div align="justify"><br /></span><span style="font-family:arial;">De los dos a los seis años los niños son capaces de representar las cosas y las acciones por medio del lenguaje, esto les permite recordar sus acciones y relatar sus intenciones para el futuro. </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Sin embargo, no pueden aún realizar razonamientos abstractos, por lo que no pueden comprender el significado de las normas generales. Esto hace que las vean como cosas concretas imposibles de variar que se han de cumplir en su sentido literal. Estas normas son, además, exteriores a los niños, impuestas por los adultos, por lo tanto la moral se caracteriza en esta fase de desarrollo por la heteronomía.<br /></div></span><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"><strong>Segundo estadio: moral de solidaridad entre iguales.<br /></strong></div></span><div align="justify"><span style="font-family:arial;">De los siete a los once años, los niños adquieren la capacidad de realizar operaciones mentales con los objetos que tienen delante. No pueden aún hacer generalizaciones abstractas pero se dan cuenta de la reversibilidad de algunos cambios físicos y de las posibilidades del pensamiento para detectar relaciones entre las cosas. Las normas dejan de ser vistas como cosas reales que tienen su origen en una autoridad absoluta y exterior -los adultos- y comienzan a basarse en el respeto mutuo entre los compañeros de juego, los iguales. De aquí surge la noción de la convencionalidad de las normas o reglas de los juegos, que son vistas como productos de acuerdos entre los jugadores. Surgen sentimientos morales como la honestidad -necesaria para que los juegos funcionen- y la justicia. El respeto a las normas se deriva del respeto al grupo y la necesidad de un cierto orden en el mismo para el mantenimiento del juego, sin embargo, la aplicación de estas normas y de los conceptos y sentimientos morales es poco flexible. Las normas no son ya cosas, pero siguen estando ligadas a las cosas y situaciones concretas, probablemente porque la capacidad intelectual de los niños no ha llegado aún al desarrollo del pensamiento abstracto y de la generalización.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"><br /></span><span style="font-family:arial;"><strong>Tercer estadio: moral de equidad.<br /></strong></div></span><div align="justify"><span style="font-family:arial;">De los doce años en adelante los niños sufren cambios biológicos y psicológicos radicales. Se produce la maduración sexual, pero también una maduración biológica general que potencia el desarrollo intelectual y moral. Los niños, en esta etapa, se convierten en adolescentes y sus estructuras de conocimiento permiten ya las generalizaciones y la realización de operaciones mentales abstractas. Los conceptos se integran en sistemas de proposiciones y se aprende a pasar de lo particular a lo general y de lo general a lo particular.En esta etapa surgen sentimientos morales personalizados, como la compasión o el altruismo, que exigen la consideración de la situación concreta del otro como un caso particular de la aplicación de las normas. Gracias a esto, la rigidez de aplicación de las normas y conceptos morales, propia del estadio anterior, desaparece, completándose el paso de la presión adulta al control individual de la propia conducta. El adolescente formula principios morales generales y los afirma de un modo autónomo frente a las normas exteriores. El respeto a estas últimas se realiza de un modo personal.<br /><br /><strong>ACTIVIDAD 1: Supón que un grupo de chicos y chicas de tu barrio parten una ventana jugando a la pelota. Nadie los ha visto. Supón que en el grupo hay personas en cada una de las fases de desarrollo moral de Piaget. ¿Cómo reaccionarían? ¿Qué argumentos utilizarían para justificar su reacción?<br /></strong> </span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"><strong>MESOGRAFÍA</strong></span></div><div align="justify"><br /><span style="font-family:arial;"><strong>Fuente: PORTILLO F. Carlos. (2005). “La teoría de Jean Piaget”. Consultado el 02 de agosto del 2008. De </strong></span><a href="http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/desarrol2.html"><span style="font-family:arial;"><strong>http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/desarrol2.html</strong></span></a><span style="font-family:arial;"><strong> </strong></span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4850000805865426324.post-22009258274926076102008-08-02T16:45:00.000-07:002008-08-02T16:55:33.783-07:00EL ANIMAL MORAL<div align="justify"><a name="inicio"></a><span style="font-family:arial;">EL ANIMAL MORAL (I)<br /><br />Los seres humanos hemos desarrollado una gran cantidad de códigos y de normas morales. Estos códigos y normas han sido muy diferentes según en qué sociedades y en qué momentos se hayan creado. Pero hay algo que permanece: la necesidad que tenemos de ellos los seres humanos independientemente de la cultura, religión o sociedad en que estemos inmersos. La persistencia de esta necesidad nos lleva a buscar su causa más allá de la misma historia, más allá de la organización social, en la misma conformación biológica de la especie humana.<br /><br />ANIMALES DE DISTINTO PELAJE<br /><br />El ser humano es un animal. Podemos ubicarlo dentro de la clasificación de los tipos de animales y reconocer en él gran cantidad de características compartidas con otros animales que ocupan lugares cercanos en dicha clasificación. El ser humano es un primate y, como tal, posee capacidades físicas y estructuras de comportamiento que le permiten sobrevivir relacionándose con la realidad que le rodea. Su estructura biológica hace posible su supervivencia, pero también delimita la manera concreta en que ésta puede producirse.<br /><br />ACTIVIDAD 1: Busca información sobre el lugar que ocupa el ser humano en la clasificación de los animales y las características que tiene por ocupar ese lugar.<br /><br />Cuando analizamos la conducta de los animales nos encontramos con patrones de acción fijos frente a las diversas situaciones en que se pueden encontrar. Dependiendo de la complejidad del animal y de su nivel de desarrollo, estos patrones son más o menos complicados y más o menos previsibles, pero tienen algo en común: la especialización. Los animales en general tienden a adaptarse a las situaciones en que se encuentran especializando y automatizando sus pautas de comportamiento y su estructura física. El proceso por el que se produce esta especialización es conocido como evolución, y se suele explicar por medio de la selección natural por la supervivencia de los más aptos o mejor adaptados al medio.<br /><br />El resultado de este proceso es un tipo de conducta caracterizada por el ajuste al medio: una continuidad entre la situación real y la conducta del animal. Así, por ejemplo, el animal hambriento, ante la presencia de diferentes estímulos, reconoce como comida sólo aquellos que la especialización propia de su especie le ha llevado a considerar como tal. Y no sólo eso, ante un estímulo reconocido como comida, el animal hambriento desarrollará una estrategia de caza o recolección específica. La especialización permite a los animales sobrevivir en las condiciones para las que están especializados, pero limita las condiciones ambientales para las que el animal está preparado.<br /><br />Por otra parte, hay animales cuyo proceso de ajuste al medio no consiste en la especialización, sino en la versatilidad. Estos animales buscan la eficiencia en la supervivencia variando de estrategia según el tipo de situación al que se enfrentan, gracias a lo cual evitan las limitaciones de la especialización. Las respuestas de estos animales son más flexibles y sus hábitos varían dependiendo de las zonas y los grupos en que se encuentran. Un ejemplo de este tipo de animales es el chimpancé, que elabora distintas soluciones a los mismos problemas de supervivencia, los comunica a sus congéneres y es capaz de aprender los de chimpancés traídos de otras zonas. El ajuste al medio de los animales no especialistas es menor, pero no debemos confundir esta característica con una independencia total del medio. Los animales de este tipo también parten en su proceso de adaptación de un comportamiento ajustado. Es cierto que existe flexibilidad en ese ajuste, pero no libertad o distanciamiento del medio.<br /><br />En el ser humano la no especialización y la versatilidad de respuesta ante el medio es enorme. Es cierto que también en él existen mecanismos de respuesta automáticos parecidos a los de los animales en general (agresividad, acecho, huida...), pero estos toman formas muy diversas, a veces derivadas del grupo humano del que forman parte los individuos, a veces originales, innovadoras y autónomas. Esta caracterización como experto de la no especialización es la que ha llevado a diferenciar al ser humano del resto de los animales y a considerarlo como un ser que de alguna manera se despega de la animalidad. Es esto lo que se ha querido indicar definiendo al ser humano como animal racional, animal superior o animal social. Aunque estas definiciones deben tomarse de un modo relativo: no podemos afirmar de un modo terminante que el ser humano sea el único animal capaz de relaciones grupales organizadas, respuestas flexibles ante el medio y conocimiento. La diferencia parece estar en el grado y complejidad en que posee estas cualidades en relación a los otros animales, incluso a los considerados más cercanos a él.<br /><br />En este sentido se dice que el animal está ajustado al medio, reaccionando de forma instintiva a los estímulos del mismo, mientras que el ser humano está abierto al mundo. Con este concepto de apertura lo que se destaca es la capacidad propiamente humana de considerar la situación y el medio, comprenderlos según un sistema de significados o conocimientos y, finalmente, elegir o inventar la respuesta que se considera más apropiada.<br /><br />ACTIVIDAD 2: Pon un ejemplo de una respuesta especializada al cambio de clima de las estaciones y un ejemplo de respuesta no especializada.<br /><br />Fuente: PORTILLO F. Carlos. (2005). “El animal moral I”. Consultado el 02 de agosto del 2008, de </span><a href="http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/animalmo.html"><span style="font-family:arial;">http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/animalmo.html</span></a><br /><span style="font-family:arial;"><br />EL ANIMAL MORAL (II)<br /><br />LO HUMANO, BASE DE LA MORAL<br /><br />En la idea de apertura está la base de lo humano: considerar las posibilidades que nos ofrece el entorno, comprenderlas, compararlas y tomar una decisión que guíe nuestra acción. Todo esto quiere decir que lo que para el resto de los animales es medio, conjunto de estímulos ante los que se reacciona automáticamente, para el ser humano es otra cosa, ante la cual no siempre reaccionamos de un modo inmediato. A esta otra cosa la llamamos realidad o mundo. El ser humano percibe las cosas, como el resto de los animales, como medios de satisfacer sus necesidades de un modo inmediato, pero también considera todos los elementos del medio como cosas diferentes de él mismo, con significado propio. Esta distancia, esta percepción de que las cosas no son sólo medios u obstáculos para la satisfacción de las necesidades propias, es lo que define la apertura. El ser humano, de este modo, al considerar las cosas como realidades independientes, se abre a ellas y las puede conocer.<br /><br />ACTIVIDAD 3: ¿Qué es lo que diferencia el medio de la realidad o mundo? Imagina a un ser humano y a un zorro mirando unas perdices en una pradera con una laguna y algunos arbustos. Confecciona con algún compañero o compañera una tabla en la que aparezcan los elementos físicos que pueden ver en la escena y el significado que puedan tener para cada uno.<br /><br />El distanciamiento de las cosas da al ser humano la posibilidad de relacionarse con ellas de muchas maneras. Al comprender las cosas, el ser humano es capaz de captar en ellas posibilidades que ningún otro animal parece poder atisbar. Estas posibilidades abren el camino a la elección: al no estar ajustado al medio, el ser humano necesita elegir cómo va a actuar de acuerdo a las posibilidades que percibe.<br /><br />La necesidad de elegir a la que se enfrenta el ser humano es la base de lo que llamamos moral. Si no pudiéramos elegir, ésta no existiría. De ella se deriva la necesidad de explicar y justificar las propias elecciones. No nos estamos refiriendo a una justificación pública ante ninguna autoridad, sino a algo mucho más íntimo y constitutivo de cada individuo: el ser humano necesita entender sus acciones, y las entiende poniéndolas en relación con los significados que usa para entender el mundo. El ajuste al medio que se producía en las acciones del resto de los animales automáticamente se produce en las acciones humanas por medio de la explicación, de la justificación.<br /><br />La necesidad de justificación surge de la misma fuente que la necesidad de elegir. Como el ser humano puede conocer las cosas, saber cómo funcionan, también puede conocerse, en cierta medida, a sí mismo y a sus acciones. De la misma manera que explica el mundo y relaciona las acciones de unas cosas y sus consecuencias sobre otras, comprende que sus acciones provocan determinados efectos en las cosas que lo rodean y en los otros seres humanos. Esta comprensión produce la idea de responsabilidad con la realidad. Esto quiere decir conciencia de que los actos que realizamos tienen consecuencias reales en el mundo, y de que esas consecuencias pueden ser positivas o negativas para nosotros y para el resto de lo real.<br /><br />ACTIVIDAD 4: Como ya sabes, el ser humano era en el origen carroñero, cazador y recolector. ¿Tiene algo que ver la conciencia de las consecuencias con su evolución hacia la ganadería y la agricultura? Justifica tu respuesta.<br /><br />La moral surge como un intento de ajustar el comportamiento humano a la realidad. En este sentido, como los seres humanos no respondemos automáticamente a los estímulos del medio, como podemos y tenemos que elegir qué hacer ante cada situación, todos los seres humanos somos morales -es decir, todos necesitamos justificar y entender nuestras acciones-. A esta capacidad de elegir y a esta necesidad de justificar es a lo que llamamos estructura moral. A partir de este nivel estructural de la moral, común a todo ser humano, surgen las distintas respuestas que se han dado a lo largo de la existencia de la especie humana al problema moral, las distintas justificaciones o explicaciones del comportamiento propio y el ajeno. Estas respuestas, formadas por las reglas y códigos de comportamiento que se han dado a lo largo de la historia, constituyen los contenidos morales.<br /><br />La estructura moral es universal, común a todos los seres humanos, ya que todos necesitamos explicarnos y justificarnos; sin embargo, los contenidos morales son variados, diversos, y están relacionados con las épocas, las culturas y el desarrollo de cada individuo, ya que lo que se considera una buena razón para actuar, elegir, etc. varía de una cultura a otra, de un tiempo a otro, de un individuo a otro. La estructura moral depende, como hemos dicho, del conocimiento y de la libertad. Para aprender más sobre el ser humano como animal moral hemos de considerar ambos aspectos.<br /><br />Fuente: Ídem. http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/animalmo2.html<br /><br />CONCIENCIA MORAL<br /><br />Los actos morales, como actos que son, están orientados hacia el exterior, la realidad, el mundo, los demás. Pero, por ser morales, tienen un aspecto interno, que es el que hace que sean valorables. No podemos olvidar que somos morales porque sabemos que podemos elegir, porque sentimos que tenemos posibilidad de seguir caminos diferentes en nuestra vida, porque nos damos cuenta de que nuestras acciones tienen consecuencias. La conciencia de estas consecuencias es la base del aspecto interno de la moral, en ella está el origen de la valoración de nuestros actos, nuestros hábitos o nuestro modo de vida. Pero la conciencia moral es también conciencia de la libertad, conciencia de que no todas las posibilidades de elección son igualmente valiosas. Por eso es especialmente importante plantearnos qué es y como funciona. La misma palabra que usamos para referirnos a ella ya nos da una pista: estar consciente significa darse cuenta de lo que ocurre alrededor. La conciencia es una forma de conocimiento o de percepción. La conciencia moral es con lo que nos damos cuenta de lo que vale, de lo que merece la pena para la vida, de lo que es bueno -o bien, de lo que no merece la pena, de lo malo, de lo que hay que evitar-.<br /><br />Hipótesis sobre el funcionamiento de la conciencia moral.<br /><br />Al definir la conciencia como un tipo de conocimiento o de percepción estamos reconociendo que es una realidad compleja. Cuando valoramos una acción realizada o por realizar, la conciencia moral puede actuar de maneras diferentes: podemos sentir que lo que hemos hecho o vamos a hacer está bien o mal, sin saber exactamente por qué; podemos también analizar las consecuencias reales o posibles de nuestra acción y su conveniencia; podemos recurrir a pensar en normas previamente aceptadas para enjuiciar la acción... A lo largo de la historia, distintas corrientes de pensamiento sobre la moral han dado mayor importancia a alguno de estos modos de actuación de la conciencia moral.<br /><br />El intelectualismo moral, por ejemplo, considera la conciencia moral como el conocimiento de lo que es bueno y lo que es malo. Se produce en él una identificación entre el bien y el conocimiento, por una parte, y el mal y la ignorancia por otra. En consecuencia, según el mismo, sólo obramos mal porque creemos, en nuestra ignorancia, que ese mal que hacemos es un bien para nosotros. La manera de conseguir actuar correctamente será, pues, educar a nuestra razón en los principios de la moral para que no pueda llevarnos a valoraciones incorrectas sobre la bondad o maldad de las cosas y las acciones.<br /><br />El emotivismo, por el contrario, es el planteamiento de la conciencia moral como sentimiento. Según los emotivistas, por medio de la razón sólo podemos llegar a comprender lo útil o lo conveniente para determinados fines, pero no si algo es bueno o malo. La bondad o maldad de actos, palabras, etc. se siente, no se conoce racionalmente. Los juicios morales, para los emotivistas, no son más que medios para comunicar esos sentimientos y para intentar convencer a los demás de su validez.<br /><br />El intuicionismo tampoco considera que la razón sirva para determinar la maldad o la bondad de las acciones y las cosas: la conciencia moral, según los intuicionistas, percibe directamente lo bueno y lo malo. Puesto que el bien no es una cualidad natural -como el color-, no puede percibirse por medio de los sentidos físicos. Esto hace que los intuicionistas vean la conciencia moral como un sentido moral -intuición moral- que percibe directamente la bondad o maldad de las cosas y las acciones, sin intervención de los sentidos físicos ni del razonamiento.<br /><br />El intuicionismo y el emotivismo niegan que la razón sea el componente fundamental de la conciencia moral, aunque desde posturas muy diferentes. El intuicionismo considera que el bien y el mal están en las cosas y las acciones, son cualidades reales que percibimos. El emotivismo, por el contrario, sostiene que son sentimientos que provocan esas acciones y cosas en nosotros; sentimientos que pueden variar de una persona a otra y son objeto de discusión.<br /><br />Los prescriptivistas, en cambio, consideran que la moral se basa en el carácter prescriptivo (imperativo) de sus juicios. La conciencia moral, según estos autores, asiente o rechaza los mandatos que presentan los juicios morales. La manera de demostrar el asentimiento a lo que dice una norma es cumplirla, la de demostrar el rechazo, no cumplirla.<br /><br />Todas estas teorías destacan aspectos parciales de la realidad total que es la conciencia moral. Ésta se compone tanto de razonamientos y juicios como de sentimientos, intuiciones o mandatos.<br /><br />ACTIVIDAD 1: Discute con tu grupo de trabajo en qué os basáis para valorar moralmente las acciones o conductas de las personas que os rodean (sentimientos, adecuación a las normas, etc). <br /><br />El origen de la conciencia moral.<br /><br />La consideración del origen de la conciencia moral puede ayudarnos a comprender mejor su naturaleza y su funcionamiento. Acerca de este tema también se han desarrollado distintas opiniones a lo largo de la historia.<br /><br />En primer lugar, desde la creencia en lo sobrenatural, se ha considerado la conciencia moral como una expresión de la ley divina. En el ámbito cristiano medieval, por ejemplo, se consideraba que Dios ha dado la conciencia moral al ser humano para que pueda reconocer la ley natural, que es el desarrollo de la ley de Dios en este mundo. No vamos a discutir este tipo de opinión, ya que depende de la creencia previa en alguna realidad sobrenatural, lo cual queda fuera del ámbito de una discusión racional.<br /><br />Por otra parte, desde posturas naturalistas, se ha defendido a veces que la conciencia moral es una capacidad innata de tipo racional que nos permite decidir sobre lo bueno y lo malo. Desde este tipo de posturas también se ha defendido que es innata, pero no racional, sino una especie de sensibilidad o de capacidad perceptiva para el bien y el mal.<br /><br />Por último, desde distintos enfoques, se ha considerado que la conciencia moral se adquiere. Según estas teorías, la tomamos del entorno en que nos hemos desarrollado. Los valores dominantes en los distintos grupos sociales en que nos movemos afectan a nuestro modo de valorar las cosas y las acciones. A lo largo de nuestra vida, esta conciencia irá desarrollándose y variando, aunque lo fundamental de la misma se adquiere en la infancia y la adolescencia.<br /><br />ACTIVIDAD 2: ¿Cuál de las posturas descritas sobre el origen de la conciencia moral te parece más convincente? ¿Por qué?<br /><br />La cuestión del origen de la conciencia moral es muy importante, ya que la respuesta que propongamos a la misma afectará directamente a los contenidos que podemos considerar adecuados para esta conciencia: a lo que podemos considerar bueno o malo, a los criterios que usemos para valorar y a las normas que guíen nuestras acciones. Por eso vamos a profundizar más en ella prestando atención a lo que no consideramos un origen válido de la conciencia moral (crítica a los determinismos) y a los factores que influyen en la constitución de la conciencia moral y sus contenidos.<br /><br />Fuente: Ídem. </span><a href="http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/concienc.html"><span style="font-family:arial;">http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/concienc.html</span></a><br /><span style="font-family:arial;">LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD<br /><br />Usamos la palabra libertad en muchas ocasiones:<br /><br />- "Mis padres no me dan libertad".<br />- "Háblame con toda libertad".<br />- "Necesito más libertad".<br />- "Tienen demasiada libertad".<br />- "La independencia económica da la libertad".<br />- "El delincuente ha sido puesto en libertad"...<br /><br />Solemos considerar la libertad como la posibilidad de actuar según la propia voluntad o las propias apetencias. Normalmente se quiere decir con esto que nadie se opone a que actuemos del modo en que lo hacemos. No solemos sentir como falta de libertad la imposibilidad de andar durante horas por el fondo del mar o de pasear entre los ríos de lava de un volcán. Es más, se suele decir que somos libres para intentarlo y sufrir las consecuencias.<br /><br />En el sentido anterior, la libertad se define como algo negativo, es decir, como ausencia de algo. Es el sentido que se deriva de frases como esta: "puedes irte, nadie te lo impide, eres libre". Pero la libertad, ¿es nada más que eso? Muchos pensadores han sostenido lo contrario, y definen un segundo sentido de libertad, positivo, que es el de libertad para hacer esto o aquello.<br /><br />Algunas personas se oponen a esta distinción argumentando: "¿No es lo mismo que hemos dicho antes? Si nada nos lo impide, podemos escoger libremente entre esto o aquello." Parece lo mismo a simple vista, pero, en realidad no lo es. La libertad, en sentido positivo, es libertad de elección. Pero no somos libres de elegir cuando no conocemos las posibles consecuencias de aquello que elegimos. Tampoco elegimos libremente cuando nos dejamos llevar por el miedo, la moda, las costumbres o los caprichos en nuestras elecciones.<br /><br />ACTIVIDAD 1: Discute con tu grupo si son libres las siguientes personas y por qué: un drogadicto, un soldado que cumple órdenes, un miembro de una secta religiosa, un diputado sometido a disciplina de voto por su partido político. Elaborad un informe de vuestras conclusiones justificando vuestras respuestas.<br /><br />Podemos afirmar, a partir de la consideración de estos dos tipos de libertad que hemos citado, que la libertad consiste en la combinación de la autonomía y la responsabilidad.<br /><br />Autonomía se refiere a la regulación de la conducta por normas que surgen del propio individuo. Autónomo es todo aquél que decide conscientemente qué reglas son las que van a guiar su comportamiento. Considerar la propia libertad como autonomía implica, por tanto, considerarla no sólo en su sentido negativo de falta de coacción -nadie me impone las reglas desde el exterior-, sino también en su sentido positivo -sé lo que hago, no me dejo llevar por la rutina, la costumbre, el capricho, lo bien visto o la imagen que me gustaría dar ante los demás-.<br /><br />Tener autonomía quiere decir ser capaz de hacer lo que uno cree que se debe hacer, pero no sólo eso. También significa ser capaz de analizar lo que creemos que debemos hacer y considerar si de verdad debe hacerse o si nos estamos engañando. Somos autónomos cuando somos razonables y consideramos qué debemos hacer con todos los datos a nuestra disposición. Dicho de otro modo: somos verdaderamente autónomos cuando usamos nuestra conciencia moral.<br /><br />Precisamente cuando hacemos esto, nos fijamos en la conexión causal entre las acciones y los efectos que producen. La conciencia de esa conexión nos lleva al concepto de responsabilidad. Sólo cuando somos libres en el sentido positivo de la palabra -es decir, autónomos, conscientes-, nos damos cuenta de la repercusión de nuestras acciones y podemos ser responsables.<br /><br />La responsabilidad tiene dos vertientes: podemos exigirla y podemos tenerla.<br /><br />En el primer sentido, la autonomía que suponemos a lo demás seres humanos nos permite valorar sus acciones moralmente, ya que creemos que -como humanos- tienen conciencia y, en consecuencia, al saber lo que hacen y poder comprender las consecuencias que provoca, son responsables de ello. Si, en cambio, algo nos permite suponer que no están actuando consciente y autónomamente, no solemos considerarlos responsables.<br /><br />En el segundo sentido, nos sentimos responsables de aquello que hemos hecho por propia voluntad, sabiendo lo que podía pasar si lo hacíamos. Esta es una de las causas de que el desarrollo moral de los seres humanos corra paralelo al desarrollo de sus capacidades de conocimiento. A medida que crecemos y somos capaces de entender como funciona el mundo, entendemos mejor las consecuencias de nuestras acciones y, por tanto, nos sabemos responsables de las mismas, lo aceptemos o no.<br /><br />ACTIVIDAD 2: Discute con tu grupo de trabajo para luego poner en común vuestras conclusiones con el resto de la clase: ¿es menos responsable un carcelero que tortura a los prisioneros a su cargo si lo hace cumpliendo órdenes?<br /><br />Fuente: Ídem. </span><a href="http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/libresp.html"><span style="font-family:arial;">http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/libresp.html</span></a><br /><span style="font-family:arial;"><br />EL ACTO MORAL<br /><br />No tiene sentido aplicar normas morales a las cosas que sólo pueden suceder de una manera. No podemos decir que el fuego es malo, sino que quema; que el agua es buena cuando riega y mala cuando inunda, sino que nos beneficia o nos perjudica; que el hongo productor de la penicilina es bueno y el virus del SIDA es moralmente malo, sino que sus estructuras y funcionamiento biológicos tienen consecuencias buenas o malas para nosotros. Es cierto que usamos estas expresiones habitualmente, pero lo hacemos en un sentido figurado. Ni el fuego, ni el agua, ni la penicilina, ni el virus del SIDA pueden actuar de un modo diferente al modo en que lo hacen en cada caso concreto. La imposibilidad de elegir modos de actuación diferentes hace imposible valorar estos objetos desde el punto de vista moral. Sin embargo, sabemos que los seres humanos somos capaces de actuar de muchas formas ante cada situación y que, por eso, nuestros actos son valorables moralmente. ¿Es todo lo humano valorable moralmente? Algunos autores han distinguido, intentando ser coherentes con lo dicho en el párrafo anterior, entre actos humanos y actos del hombre. Los actos del hombre son aquellos que no tienen significado moral, los que no podemos elegir -respirar, hacer la digestión y cosas por el estilo-. Los actos humanos son aquellos que podemos o no escoger. Pues bien, actos propiamente morales son sólo estos últimos.<br /><br />ACTIVIDAD 1: Compara las acciones de un ladrón de joyas y una urraca (un pájaro de la familia de los cuervos que tiene la costumbre de llevar a su nido todos los objetos brillantes que encuentra). ¿Podemos valorarlas de la misma manera? ¿Por qué?<br /><br />Los actos morales son actos humanos, voluntarios, que podemos elegir realizar o no, y que podemos valorar según las normas y criterios morales que hayamos asumido previamente. Ante la posibilidad de elegir, el primer elemento de estos actos que se nos muestra es la existencia de un motivo para los mismos. El motivo es la causa directa de la realización del acto, la respuesta a la pregunta '¿por qué?'. Además, este tipo de actos tiene un fin, esto es, la representación o anticipación mental del resultado que se pretende alcanzar con la acción. El fin se hallaría respondiendo a la pregunta '¿para qué?' Pero la finalidad que se pretende conseguir con cualquiera de estos actos ha de conseguirse de algún modo. Cuando hablamos de los pasos que hay que seguir necesariamente para completar el acto moral, para conseguir el fin propuesto, estamos hablando de los medios. Estos se hallan respondiendo a la pregunta '¿cómo?' El elemento que completa la estructura de los actos morales es el resultado efectivo de los mismos, sus consecuencias.<br /><br />Podemos distinguir entre motivos conscientes y motivos inconscientes. Los primeros los pensamos antes de que nos hagan actuar. De los segundos no tenemos esta representación previa a la actuación: pueden ser derivados del hábito, del capricho o de la misma biología del ser humano, pero también pueden ser aquellos que no nos atrevemos a reconocer ni ante nosotros mismos, y que ocultamos tras de otros más dignos que los justifican -a veces, por envidia o celos, atacamos a otras personas, y lo hacemos convencidos de que éstas actúan mal y deben ser reprendidas-. Contrariamente a lo que pudiera parecer, la inconsciencia de los motivos no anula totalmente el carácter moral de un acto humano.<br /><br />Aunque a veces puedan confundirse, los motivos y los fines no son lo mismo. El fin de una acción es la representación anticipada de sus consecuencias, lo que se pretende conseguir con dicha acción. En este sentido, es un elemento fundamental para la valoración moral de la misma. Dependiendo de que la finalidad de nuestros actos, nuestra intención, sea buena o mala, así serán también los mismos.<br /><br />ACTIVIDAD 2: Intenta establecer los motivos y los fines por los que pudieron manifestarse millones de personas contra la invasión de Irak por Estados Unidos en el año 2003.<br /><br />Por otra parte, no basta con la intención. Nuestras acciones se desarrollan en la realidad y, por tanto, dependen de la utilización de unos medios y producen unas consecuencias. La elección de los medios adecuados para la consecución de nuestros fines es fundamental para la valoración moral de nuestras acciones. Podemos afirmar que el fin no justifica los medios y, en este sentido valorar negativamente toda acción que utilice malos medios.<br /><br />ACTIVIDAD 3: Haz un breve informe para iniciar un debate con los argumentos que usarías para justificar tu respuesta a la siguiente cuestión: "¿es justificable utilizar la violencia como medio para obtener algo?"<br /><br />Las consecuencias reales de nuestras acciones son también muy importantes para valorarlas moralmente. Como seres con conciencia podemos prever en gran medida estas consecuencias y, al menos, estamos obligados a intentarlo. Por ejemplo: cuando nos excusamos por alguna acción culpando a otra persona esto influye sobre su reputación, cuando dejamos el grifo abierto mientras nos cepillamos los dientes estamos tirando unos cuantos litros de agua potable a las alcantarillas, cuando recogemos el agua del suelo del cuarto de baño después de ducharnos evitamos que otra persona tenga que hacerlo...<br /><br />La conciencia de las posibles consecuencias de nuestros actos es importante para la valoración moral de los mismos, pero la ignorancia de éstas no siempre nos exime de toda responsabilidad. A veces es imposible prever determinadas consecuencias de algunas acciones, pero, en general, no sólo es posible sino que estamos obligados a conocerlas. Por ejemplo, si una persona está tomando medicamentos, debe informarse sobre los efectos de los mismos y sobre los alimentos y bebidas que no puede consumir mientras los toma. La ignorancia de esos efectos e incompatibilidades no hace que la persona sea menos responsable de las consecuencias de ignorarlos. Sin embargo, el camarero de un restaurante no es responsable del daño que pueda sufrir esa misma persona por tomar algunos de esos alimentos y bebidas incompatibles con su medicación.<br /><br />ACTIVIDAD 4: Confecciona, junto con tu grupo de trabajo, una lista de situaciones en las que estamos obligados a conocer las posibles consecuencias de nuestros actos, (por ejemplo: beber alcohol cuando se va a conducir).<br /><br />Fuente: Ídem. </span><a href="http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/actomor.html"><span style="font-family:arial;">http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/actomor.html</span></a><br /><span style="font-family:arial;"><br />CRÍTICA DE LOS DETERMINISMOS<br /><br />Los contenidos morales, la conciencia moral, según las teorías naturalistas (innatistas o no) parecerían estar sometidas a una triple determinación por parte de la realidad:<br /><br />Para comenzar, el ser humano es un animal con unas estructuras biológicas que le imponen unos mecanismos de respuesta ante los estímulos del medio.<br /><br />Además, aunque estos mecanismos son flexibles, dependen del desarrollo de las estructuras psicológicas de los individuos.<br /><br />Por último, la flexibilidad de las pautas de comportamiento humano está limitada por la pertenencia a una sociedad concreta en un momento histórico determinado.<br />Fijándonos en todo esto podemos llegar a pensar que la conducta humana -y las normas y principios por los que se guía- están determinados, prefijados, y podemos variarlos tanto como podemos variar el funcionamiento de nuestro sistema digestivo.<br /><br />Si este determinismo de la conducta humana fuese cierto, sería absurdo hablar de moral y la ética -reflexión sobre la moral y la acción humana- también carecería de sentido. Sin embargo, no podemos olvidar que el ser humano es capaz de ir más allá de la realidad, es capaz de trascender lo que es. La moral surge de esta capacidad y, por eso, no trata de lo que es, sino de lo que debe ser -de los proyectos, obligaciones, planes, intenciones, etc. que asumimos libremente-, aunque se concreta en la realidad, el mundo, lo que es.<br /><br />ACTIVIDAD 1: Discute con tu grupo de trabajo: ¿puede deducirse lo que debe ser de lo que es?<br /><br />Los seres humanos, aunque podamos proyectar modos de vida diferentes, aunque podamos considerar que nuestras tendencias naturales deben ser controladas, no podemos dejar de ser lo que somos: animales inteligentes que vivimos en sociedad. Por eso debemos considerar el problema del determinismo y no simplemente negarlo. Para ello vamos a desarrollar tres críticas:<br /><br />Y Crítica del determinismo biológico.<br />Y Crítica del determinismo psicológico.<br />Y Crítica del determinismo social.<br /><br />ACTIVIDAD 2: Comenta las siguientes frases: "no podía hacer otra cosa", "es que tiene un pronto, hay que disculparlo", "esto siempre se ha hecho así", "no puede ser de otra manera", "es que los hombres no pueden contenerse". Explica con que determinismo puede relacionarse cada una y qué tipo de disculpa proponen para las acciones realizadas.<br /><br />Una vez superada la tentación de hacer depender la moral de lo que es, lo que existe, lo que está fijado, lo determinado, nos enfrentamos al verdadero problema: ¿cómo se sabe lo que debe ser? La existencia de la moral depende de la posibilidad de elegir y de la conciencia que tenemos de las consecuencias de nuestras elecciones. Esto es tanto como decir que la moral depende de nuestra capacidad de conocer el medio y convertirlo en mundo, realidad, sociedad. Al conocimiento de la realidad y de las consecuencias de nuestros actos le acompaña la conciencia de la necesidad de tener cuidado con lo que se hace. Precisamente esta conciencia es la base de la moral: no todo vale igual, hay acciones mejores y peores, hay cosas que queremos y cosas que no queremos. Cuando intentamos generalizar este querer o no querer, esta clasificación de las cosas y las acciones según valgan más o menos, comenzamos a hablar de lo que debe ser.<br /><br />El problema de la moral se convierte entonces en justificar esta elección, este valor que atribuimos a las cosas y las acciones, este deber ser que proponemos. La moral, en cuanto que supone una elección y la justificación de unas preferencias, es algo personal, individual. Lo que debe ser, en cuanto formulación impersonal, tiene una exigencia de universalidad. Por esto mismo tienen tanto atractivo para algunas personas las teorías que proponen una moral derivada de principios externos al mismo individuo, por su facilidad de justificación: esto debe ser así porque es lo natural, porque es la Ley de Dios, porque la sociedad así lo establece... Sin embargo hemos de recordar cuál es el origen de la moral: la posibilidad de elegir, valorar y justificar. Si las justificaciones de nuestras acciones son externas a nosotros, no son morales, podrán ser explicaciones biológicas, justificaciones religiosas, obligaciones legales..., pero no justificaciones morales.<br /><br />Lo que está claro, una vez que eliminamos la tentación de refugiarnos en explicaciones deterministas, es que hay distintos factores que influyen en la constitución de la conciencia moral y de sus contenidos, y que debemos tenerlos en cuenta para comprender mejor el origen y el funcionamiento de la moral.<br /><br />Fuente: Ídem. </span><a href="http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/determin.html"><span style="font-family:arial;">http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/determin.html</span></a><br /><span style="font-family:arial;"><br />FACTORES QUE INFLUYEN EN LA CONSTITUCIÓN DE<br />LA CONCIENCIA MORAL Y SUS CONTENIDOS<br />(I: LA HERENCIA GENÉTICA, EL APRENDIZAJE Y EL DESARROLLO PSICOLÓGICO)<br /><br />Aunque no estamos determinados moralmente, ni por la biología, ni por nuestra psicología, ni por la sociedad en la que vivimos, la moral, tanto en su estructura como en sus contenidos, depende en cierta medida de estos factores. Vamos ahora a considerar en qué medida influyen sobre la misma:<br /><br />Y La herencia genética.<br />Y El desarrollo psicológico.<br />Y La sociedad.<br />Y La historia.<br /><br />El papel de la herencia genética se reduce a la transmisión de la estructura moral y de los mecanismos psicobiológicos del conocimiento y la regulación de acciones. Estos son, en gran medida, formales, es decir, se pueden rellenar con diferentes contenidos que deben extraerse de alguna otra fuente. La participación en la vida de un grupo social determinado proporciona estos contenidos. Pero no podemos olvidar que la acción humana está referida a la realidad, y esta referencia hace que los tipos de acción adecuados cambien cuando la realidad cambia. Las sociedades humanas crecen o se extinguen, compiten entre sí o se funden, se modifican en su contacto unas con otras a lo largo del tiempo. Estos cambios producen modificaciones en las conductas aceptadas por los distintos grupos humanos. De este modo, la historia completa el cuadro de los factores necesarios para explicar la adquisición de los contenidos morales.<br /><br />Este carácter de transmisión genética de las estructuras y no de los contenidos no es exclusivo de la moral, y ni siquiera de la especie humana. La estructura básica que permite que se dé este fenómeno es la capacidad de aprendizaje. Los etólogos destacan la existencia en muchas especies animales de repertorios de conductas aprendidas, pero los seres humanos somos capaces de comportamientos aprendidos en una medida en que ningún otro animal lo es. Somos capaces de aprender a construir y usar instrumentos y herramientas complicados e inventar para ellos nuevos usos. Somos capaces de aprender lenguajes complejos que nos permiten describir situaciones, emociones y propósitos. Somos capaces, de aprender las reglas de organización del grupo en que vivimos, pensar sobre ellas y compararlas con las de otros grupos. El aprendizaje, el lenguaje y la cultura, son nuestros instrumentos de adaptación y las guías de nuestra conducta.<br /><br />Esta capacidad de aprendizaje tan desarrollada se basa en la complejidad única del sistema nervioso y del cerebro humanos, que nos hace capaces del manejo de conceptos generales aplicables a situaciones parecidas entre sí. Esta base biológica permite y determina la existencia de capacidades psíquicas que, aunque forman parte integrante del repertorio de capacidades humanas transmitidas genéticamente, pueden desarrollarse de distinto modo en cada individuo. Estas capacidades son lo que de la moral se hereda, y constituyen la estructura moral. Lo demás no está en los genes y dependerá del desarrollo personal y social de cada uno de los seres humanos. A partir de esto, tenemos que aceptar que la construcción de la moral de cada persona depende en gran medida de su desarrollo psicológico. Este hecho no ha pasado inadvertido a los psicólogos, los cuales han añadido a sus teorías sobre el desarrollo cognitivo y afectivo del individuo distintas teorías sobre el desarrollo moral.<br /><br />Fuente: Íbidem. </span><a href="http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/factores.html"><span style="font-family:arial;">http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/factores.html</span></a><br /><span style="font-family:arial;"><br />CONTENIDOS DE LA CONCIENCIA MORAL<br /><br />Las valoraciones de la conciencia moral se expresan en forma de juicios. Afirmamos o negamos que las cosas, las acciones, las situaciones son buenas o malas. Estas cosas, acciones, etc. son los objetos de la valoración moral, y el bien y el mal son las cualidades que les atribuimos. En principio, parece que los juicios morales son iguales a cualquier otro tipo de juicios que atribuya cualidades a cosas o acciones. Gramaticalmente, las frases "Fulano es bueno" y "mi coche es rojo" son equivalentes. Sin embargo, hay algo que las diferencia. El significado de rojo es definible en términos físicos, pero el de bueno no parece serlo.<br /><br />En los intentos de definición del bien y del mal, la moral se enfrenta a su mayor contradicción interna. Cada cultura, cada pueblo, cada grupo social, cada familia, cada individuo tiene, de hecho, su propia interpretación de lo que está bien o mal. Por otra parte, estas interpretaciones intentan ir más allá de los individuos o grupos que las defienden, pretenden, de algún modo, ser universales, válidas para todo el mundo. Cuando decimos que matar seres humanos es malo, estamos diciendo que aquellos pueblos y aquellas personas que lo consideran bueno, justo o legítimo se equivocan. La moral de un caníbal o un defensor de la pena de muerte se opone a la que se deriva del quinto mandamiento de los judíos y los cristianos -no matarás- o a la que se expresa en el tercer artículo de la declaración de los Derechos Humanos de la ONU -todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona-.<br /><br />ACTIVIDAD 1: Busca información sobre la teoría de los sofistas y la de Platón sobre la universalidad o relatividad del bien y el mal. Escribe un texto de al menos una página comparando las dos posturas.<br /><br />El bien en general, y no sólo en sentido moral, se ha definido como aquello hacia lo cual tienden las personas, lo que desean, lo que necesitan. El problema aparece cuando intentamos concretar qué son esas cosas a las que, moralmente, tienden los individuos y por qué tienden hacia ellas. Dependiendo del tipo de bien que se proponga tendremos distintos tipos de moral. A lo largo de la historia del pensamiento se han propuesto varios significados para esta palabra. Autores de distintas épocas han identificado el bien con la felicidad, lo natural, lo útil, lo conveniente, lo adecuado socialmente, etc.<br /><br />La definición del mal ha sido igualmente variable. El mal se ha identificado con el dolor y, en general, con lo que nos aparta del bien. Los autores que ponen el bien en lo intelectual o lo espiritual, por ejemplo, han considerado mala la sexualidad debido a la intensidad física con que las reacciones que puede provocar reclaman la atención de los individuos. Los que ponen el bien en la igualdad social, consideran malo todo lo que suponga desigualdad, etc. De hecho, la definición del mal suele derivarse de la del bien, llegando a decir algunos que el mal en realidad no existe, sino que sólo es la ausencia del bien.<br /><br />¿Tienen algo en común los intentos de definición del bien y del mal que se han dado a lo largo de la historia? Podríamos decir que sí. El bien se define siempre como aquello que beneficia más al individuo o el grupo. Aquello que conviene por encima de cualquier otra cosa. Se identifica con aquello que la concepción del mundo de la que forma parte cada moral considera más valioso para el ser humano. El mal, por otra parte, se suele definir como lo nocivo, lo perjudicial, lo que no sólo no es valioso, sino que además hay que evitar...<br /><br />Acabamos de decir que los seres humanos identificamos el bien con lo que es más valioso para nosotros. Según esto, el valor nos podría servir como criterio para decidir qué es bueno y qué malo. Pero, si es difícil encontrar una definición precisa y completa del bien o del mal, no lo es menos en el caso del valor.<br /><br />En la ciencia económica se ha identificado el valor de una cosa con su precio. Se considera que éste es una medida de su valor. Cuanto más escasa es una mercancía, más valiosa se hace y, en consecuencia, su precio sube más. El valor de una cosa dependería de lo apreciada o deseada que fuese por los miembros de una sociedad. Si buscamos definiciones del valor que no se restrinjan a su sentido económico, nos encontramos con el mismo tipo de imprecisión que en el caso de las definiciones del bien y del mal. Lo característico del valor, nos dicen, es que vale. El valor no es un objeto, sino una cualidad que hace que los objetos sean valiosos... Las definiciones de este tipo no nos aclaran mucho: repiten lo que ya sabemos sobre el valor.<br /><br />Lo primero que se nos ocurre pensar al preguntarnos qué significa ser valioso es: ¿para quién?. El significado que encontramos en el sentido económico del valor, la apreciación, la preferencia, nos hace preguntarnos lo mismo. Varios autores han respondido a esta pregunta diciendo que para todos, pretendiendo que los valores son absolutos y universales. El valor, según ellos, es una cualidad objetiva, real, que tienen las cosas, las situaciones, etc. El valor de una cosa no lo produce nuestra preferencia, sino que la preferimos ante otras porque es más valiosa que ellas.<br /><br />Podemos, por otra parte responder a la pregunta valioso, ¿para quién?, delimitando quién o quiénes definen el valor de las cosas. Podemos considerar que algo es valioso para un individuo, para un grupo, para una cultura... En este caso, defendemos que los valores son relativos, que se originan en las preferencias individuales y en la evolución de las sociedades y las culturas.<br /><br />Las investigaciones de los antropólogos sobre lo que se considera valioso en distintos pueblos parecen dar la razón a esta última postura. Los valores definen una jerarquía de preferencias, actúan como criterios de ordenación que indican a los miembros de una sociedad aquello por lo que merece la pena esforzarse y aquello que hay que evitar, lo que está bien y lo que está mal. Cada sociedad tiene su propia jerarquía de valores, y sus miembros suelen asumirla en su mayor parte gracias a la educación y a la presión social. Sin embargo, los valores de las sociedades pueden cambiar por distintos motivos: cambio de las condiciones geográficas, económicas y demográficas, contacto con otros pueblos y sociedades con valores diferentes...<br /><br />ACTIVIDAD 2: Piensa en los valores que tú aceptas naturalmente y que no serían aceptados en otras culturas o momentos históricos.<br /><br />Además de organizarse jerárquicamente, los valores se caracterizan por presentarse en pares de opuestos. A este fenómeno se le llama polaridad de los valores: a cada valor le corresponde un disvalor, éste no es más que la cualidad opuesta a la que define el valor. Si consideramos el valor de la lealtad, por ejemplo, encontraremos el disvalor asociado en la infidelidad; si consideramos el de la sinceridad, encontraremos el de la falsedad o el engaño. Mientras que el valor es una cualidad positiva, apreciada, el disvalor es una cualidad que consideramos negativa, inadecuada y opuesta al valor.<br /><br />Hemos identificado a los valores -y disvalores- con los criterios que usamos para definir qué es lo bueno y lo malo, es decir, para decidir qué es aquello por lo que merece la pena actuar, y qué modo de actuar es el conveniente. ¿Son entonces los valores normas de actuación? ¿Son normas morales? Más que decir que los valores sean normas, podemos afirmar que detrás de cada norma moral hay uno o varios valores que la sustentan y justifican. Si consideramos el respeto como un valor, por ejemplo, de él se derivarán normas o mandatos de este estilo: sé respetuoso con los demás seres humanos y con el medio en que vives.<br /><br />ACTIVIDAD 3: Piensa algunos pares valor-disvalor y discútelos con tu grupo de trabajo. Relaciona cada par valor-disvalor con las normas que pueden derivarse de los mismos.<br /><br />ACTIVIDAD 4: Escribe una definición de norma moral y discútela con tu grupo.<br /><br />Fuente: Ídem. </span><a href="http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/contenid.html"><span style="font-family:arial;">http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/contenid.html</span></a><br /><span style="font-family:arial;"><br />EXISTENCIA AUTÉNTICA<br /><br />La aceptación de la responsabilidad ante el mundo es la clave para entender el problema de la libertad. A medida que nos desarrollamos biológica y psicológicamente adquirimos una mayor autonomía. Pero esta mayor autonomía nos expulsa del círculo protector de nuestra infancia. Desde el nacimiento seguimos un proceso continuo que nos separa de nuestro origen. Cuando nacemos no tenemos libertad de movimientos ni autonomía, no somos capaces de alimentarnos, limpiarnos o protegernos. Somos hijas e hijos nada más, nuestra identidad se confunde con la de la familia y ella responde por nosotros, nos cuida y nos protege.<br /><br />Cuando crecemos, conquistamos, paso a paso, nuestra autonomía: aprendemos a andar, a comer, lo que es peligroso para nosotros, lo que nos conviene hacer; aprendemos a tomar decisiones y se nos pide rendir cuentas por las consecuencias de las mismas; adquirimos una identidad personal independiente de la de nuestra familia. En esta conquista se produce un doble proceso: disminuye nuestra dependencia y aumenta nuestra soledad.<br /><br />Al aumentar nuestras capacidades personales, dejamos de sentirnos una parte indivisible del grupo. Esta conciencia de ser individuos separados de los demás, responsables ante ellos de nuestros actos y nuestra supervivencia, podemos sentirla como fuerza e independencia, pero también puede causarnos miedo e inseguridad. La obligación de tomar decisiones, la posibilidad de ser juzgado por ellas como sujeto de plena responsabilidad, puede llegar a ser aterradora para algunos individuos.<br /><br />ACTIVIDAD 1: Analiza desde lo que acabas de leer las siguientes expresiones: "es lo normal", "todo el mundo lo hace", "yo no tengo por qué ser diferente".<br /><br />La respuesta a este sentimiento doble de independencia y soledad, de responsabilidad y de miedo, varía de un individuo a otro. El individuo puede aceptar su independencia, su autonomía y, en consecuencia, su responsabilidad, y construir su propio modo de vida. Desde esta independencia, el individuo se dará cuenta de que necesita a los demás y de que se tiene que relacionar de un modo u otro con el mundo. Para satisfacer esta necesidad podrá tender puentes, crear relaciones con los demás individuos, tomando como base de las mismas la autonomía y la responsabilidad. Esta reacción ha sido calificada por algunos filósofos como existencia auténtica, ya que es la que corresponde mejor al modo de existir humano: estamos obligados a elegir un modo u otro de actuación, es decir, somos libres, en cierto sentido, queramos o no. Somos, también, responsables de nuestras elecciones queramos o no, y estas elecciones construyen nuestra identidad paso a paso.<br /><br />ACTIVIDAD 2: Discute con tu grupo qué es lo fundamental para que podamos hablar de existencia auténtica. Podéis basaros en la consideración de varios ejemplos: ¿es auténtica la vida de una persona tradicional que ha escogido serlo?, ¿es auténtica la existencia de un miembro de una banda que se ha unido a la misma para estar integrado en un grupo?, ¿es auténtica la vida de una persona que decide cambiar de ciudad y de trabajo para librarse de un ambiente social que no le gusta?... Anota tus conclusiones para ponerlas en común con la clase entera.<br /><br />Pero el individuo puede negar su autonomía para intentar enfrentarse al miedo y la soledad. Como la visión del mundo -los demás, la sociedad, la naturaleza- como algo separado de nosotros, grande y poderoso, produce desamparo y soledad, algunos individuos intentan recuperar los vínculos de dependencia que antes los protegían. Pero los vínculos familiares con los niños no se pueden reproducir entre el mundo y los individuos adultos. Se construyen entonces relaciones que sustituyan a estos vínculos, en las que destaca la dependencia de realidades externas al individuo y el intento de escapar de la responsabilidad que supone la libertad. El sometimiento acrítico de un adulto a cualquier tipo de autoridad, la integración en un partido totalitario o una secta, la explicación de nuestra conducta y el desarrollo de nuestra vida por medio de supersticiones, magia o predestinación, el refugio en las drogas o el alcohol, la despreocupación por el mundo que nos rodea, son síntomas de este tipo de dependencia. Esta reacción ha sido calificada como existencia inauténtica, mala conciencia o, simplemente, miedo a la libertad.<br /><br />ACTIVIDAD 3: Analiza, junto con tu grupo de trabajo, algún fenómeno social o momento histórico en el que se de el miedo a la libertad (por ejemplo: el apoyo de los trabajadores alemanes al partido nazi, el consumismo, la evasión por las drogas o el alcohol).<br /><br />Fuente: Ídem. </span><a href="http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/autentic.html"><span style="font-family:arial;">http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/autentic.html</span></a></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4850000805865426324.post-55693039687585785642008-08-02T16:04:00.000-07:002008-08-02T16:20:18.623-07:00LA TEORÍA DE LAWRENCE KOHLBERG<div align="justify"><span style="font-family:arial;">Kohlberg comparte con Piaget la creencia en que la moral se desarrolla en cada individuo pasando por una serie de fases o etapas. Estas etapas son las mismas para todos los seres humanos y se dan en el mismo orden, creando estructuras que permitirán el paso a etapas posteriores. Sin embargo, no todas las etapas del desarrollo moral surgen de la maduración biológica como en Piaget, estando las últimas ligadas a la interacción con el ambiente. El desarrollo biológico e intelectual es, según esto, una condición necesaria para el desarrollo moral, pero no suficiente. además, según Kohlberg, no todos los individuos llegan a alcanzar las etapas superiores de este desarrollo.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">El paso de una etapa a otra se ve en este autor como un proceso de aprendizaje irreversible en el que se adquieren nuevas estructuras de conocimiento, valoración y acción. Estas estructuras son solidarias dentro de cada etapa, es decir, actúan conjuntamente y dependen las unas de la puesta en marcha de las otras. Kohlberg no encuentra razón para que, una vez puestas en funcionamiento, dejen de actuar, aunque sí acepta que se produzcan fenómenos de desajuste en algunos individuos que hayan adquirido las estructuras propias de la etapa de un modo deficiente. En este caso los restos de estructuras de la etapa anterior podrían actuar aún, dando la impresión de un retroceso en el desarrollo.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Kohlberg extrajo las definiciones concretas de sus etapas del desarrollo moral de la investigación que realizó con niños y adolescentes de los suburbios de Chicago, a quienes presentó diez situaciones posibles en las que se daban problemas de elección moral entre dos conductas. El análisis del contenido de las respuestas, el uso de razonamientos y juicios, la referencia o no a principios, etc. -se analizaron treinta factores diferentes en todos los sujetos- fue la fuente de la definición de las etapas. Posteriormente, y para demostrar que estas etapas eran universales, Kohlberg realizó una investigación semejante con niños de una aldea de Taiwan, traduciendo sus dilemas morales al chino y adaptándolos un poco a la cultura china.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">El desarrollo moral comenzaría con la etapa cero, donde se considera bueno todo aquello que se quiere y que gusta al individuo por el simple hecho de que se quiere y de que gusta. Una vez superado este nivel anterior a la moral se produciría el desarrollo según el esquema que presentamos a continuación.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">ESQUEMA TEÓRICO</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><strong><span style="font-family:arial;">Nivel I: moral preconvencional.</span></strong></div><div align="justify"><strong><span style="font-family:arial;"></span></strong> </div><div align="justify"><strong><span style="font-family:arial;">Etapa 1: el castigo y la obediencia (heteronomía).</span></strong></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">El punto de vista propio de esta etapa es el egocéntrico, no se reconocen los intereses de los otros como diferentes a los propios. Las acciones se consideran sólo físicamente, no se consideran las intenciones, y se confunde la perspectiva de la autoridad con la propia.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Lo justo es la obediencia ciega a la norma, evitar los castigos y no causar daños materiales a personas o cosas.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Las razones para hacer lo justo son evitar el castigo y el poder superior de las autoridades.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><strong><span style="font-family:arial;">Etapa 2: el propósito y el intercambio (individualismo).</span></strong></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La perspectiva característica de esta etapa es el individualismo concreto. Se desligan los intereses de la autoridad y los propios, y se reconoce que todos los individuos tienen intereses que pueden no coincidir. De esto se deduce que lo justo es relativo, ya que está ligado a los intereses personales, y que es necesario un intercambio con los otros para conseguir que los propios intereses se satisfagan.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Lo justo en esta etapa es seguir la norma sólo cuando beneficia a alguien, actuar a favor de los intereses propios y dejar que los demás lo hagan también.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La razón para hacer lo justo es satisfacer las propias necesidades en un mundo en el que se tiene que reconocer que los demás también tienen sus necesidades e intereses.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><strong><span style="font-family:arial;">Nivel II: moral convencional.</span></strong></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Etapa 3: expectativas, relaciones y conformidad interpersonal (mutualidad).</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La perspectiva de esta etapa consiste en ponerse en el lugar del otro: es el punto de vista del individuo en relación con otros individuos. Se destacan los sentimientos, acuerdos y expectativas compartidas, pero no se llega aún a una generalización del sistema.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Lo justo es vivir de acuerdo con lo que las personas cercanas a uno mismo esperan. Esto significa aceptar el papel de buen hijo, amigo, hermano, etc. Ser bueno significa tener buenos motivos y preocuparse por los demás, también significa mantener relaciones mutuas de confianza, lealtad, respeto y gratitud.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La razón para hacer lo justo es la necesidad que se siente de ser una buena persona ante sí mismo y ante los demás, preocuparse por los demás y la consideración de que, si uno se pone en el lugar del otro, quisiera que los demás se portaran bien.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><strong><span style="font-family:arial;">Etapa 4: sistema social y conciencia (ley y orden).</span></strong></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">El punto de vista desde el cual el individuo ejerce su moral se identifica en esta etapa con el del sistema social que define los papeles individuales y las reglas de comportamiento. Las relaciones individuales se consideran en función de su lugar en el sistema social y se es capaz de diferenciar los acuerdos y motivos interpersonales del punto de vista de la sociedad o del grupo social que se toma como referencia.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Lo justo es cumplir los deberes que previamente se han aceptado ante el grupo. Las leyes deben cumplirse salvo cuando entran en conflicto con otros deberes sociales establecidos. También se considera como parte de lo justo la contribución a la sociedad, grupo o instituciones.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Las razones para hacer lo que está bien son mantener el funcionamiento de las instituciones, evitar la disolución del sistema, cumplir los imperativos de conciencia (obligaciones aceptadas) y mantener el autorrespeto.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><strong><span style="font-family:arial;">Nivel III: moral postconvencional o basada en principios. </span></strong></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Las decisiones morales en este nivel tienen su origen en el conjunto de principios, derechos y valores que pueden ser admitidos por todas las personas que componen la sociedad, entendiéndose ésta como una asociación destinada a organizarse de un modo justo y beneficioso para todos sin excepción.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><strong><span style="font-family:arial;">Etapa 5: derechos previos y contrato social (utilidad).</span></strong></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En esta etapa se parte de una perspectiva previa a la de la sociedad: la de una persona racional con valores y derechos anteriores a cualquier pacto o vínculo social. Se integran las diferentes perspectivas individuales mediante mecanismos formales de acuerdo, contrato, imparcialidad y procedimiento legal. Se toman en consideración la perspectiva moral y la jurídica, destacándose sus diferencias y encontrándose difícil conciliarlas.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Lo justo consiste en ser consciente de la diversidad de valores y opiniones y de su origen relativo a las características propias de cada grupo y cada individuo. Consiste también en respetar las reglas para asegurar la imparcialidad y el mantenimiento del contrato social. Se suele considerar una excepción por encima del contrato social el caso de valores y derechos como la vida y la libertad, que se ven como absolutos y deben, por tanto, respetarse en cualquier sociedad, incluso a pesar de la opinión mayoritaria.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La motivación para hacer lo justo es la obligación de respetar el pacto social para cumplir y hacer cumplir las leyes en beneficio propio y de los demás, protegiendo los derechos propios y los ajenos. La familia, la amistad, la confianza y las obligaciones laborales se sienten como una parte más de este contrato aceptado libremente. Existe interés en que las leyes y deberes se basen en el cálculo racional de la utilidad general, proporcionando el mayor bien para el mayor número de personas.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><strong><span style="font-family:arial;">Etapa 6: principios éticos universales (autonomía).</span></strong></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">En esta última etapa se alcanza por fin una perspectiva propiamente moral de la que se derivan los acuerdos sociales. Es el punto de vista de la racionalidad, según el cual todo individuo racional reconocerá el imperativo categórico de tratar a las personas como lo que son, fines en sí mismas, y no como medios para conseguir ninguna ventaja individual o social.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Lo que está bien, lo justo, es seguir los principios éticos universales que se descubren por el uso de la razón. Las leyes particulares y acuerdos sociales son válidos porque se basan en esos principios y, si los violaran o fueran en contra de ellos, deberá seguirse lo indicado por los principios. Los principios son los principios universales de la justicia: la igualdad de derechos de los seres humanos y el respeto a su dignidad de individuos. Éstos no son únicamente valores que se reconocen, sino que además pueden usarse eficientemente para generar decisiones concretas.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">La razón para hacer lo justo es que, racionalmente, se ve la validez de los principios y se llega a un compromiso con ellos. Este es el motivo de que se hable de autonomía moral en esta etapa.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="center"><span style="font-family:arial;"><strong>ACTIVIDAD POSTLECTURA</strong></span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">¿A qué etapa del desarrollo moral según Kohlberg corresponden las siguientes frases?: "Te doy para que me des", "no quiero que me castiguen", "tenemos que casarnos, todo el mundo sabe que estamos juntos", "es necesario mantener el orden social", "no debes defraudar a tus padres", "no me conviene hablar todavía", "hice lo que debía", "todos tenemos unos derechos". Justifica tus respuestas.</span></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="center"><strong><span style="font-family:arial;">MESOGRAFÍA</span></strong></div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;"><strong>Fuente: PORTILLO F. Carlos. (2005). "La teoría de Lawrence Kohlberg". Consultado el 02 de agosto del 2008, de </strong></span><a href="http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/desarrol3.html"><span style="font-family:arial;"><strong>http://ficus.pntic.mec.es/~cprf0002/nos_hace/desarrol3.html</strong></span></a></div>Unknownnoreply@blogger.com0